sábado, 31 de octubre de 2009

Arte político...


¿Puede ser la pornografía arte político?

Santiago Sierra usa el sexo en su nueva obra como símbolo del miedo a la inmigración

Provocar, según el diccionario de la Real Academia Española, es "irritar o estimular a alguien con palabras u obras para que se enoje". Desde que Édouard Manet escandalizara con su Desayuno sobre la hierba (en el que una mujer desnuda y un hombre vestido comparten pic-nic sobre la hierba) en 1863, toda una tradición de artistas se ha empeñado en romper las propias reglas del arte, las de la religión y la moral, incluso las de la legalidad. Con todos ellos se llega a la perplejidad, cuando no al rechazo frontal. Y, siempre, el debate: ¿Es el efectismo el camino más corto a la notoriedad? ¿Dónde acaba la creación y empieza el ego del artista?



Santiago Sierra (Madrid, 1966), a su pesar, forma parte de una casta de artistas a los que cuesta no calificar de transgresores. Hoy inaugura en la galería Helga de Alvear (en Madrid) su último trabajo, Los penetrados, un vídeo de 45 minutos en ocho actos. Muestra todas las combinaciones posibles de penetración anal entre grupos de hombres y mujeres de raza blanca y negra.

Los proyectos de Sierra nunca han pasado inadvertidos. En 2003 tapió el pabellón español en la Bienal de Venecia e impidió el acceso a quien no presentara un DNI español; en 2006 quiso llenar de monóxido de carbono una sinagoga en Alemania -la acción fue cancelada ante la protesta de la comunidad judía (a pesar de que pretendía ser un acto a su favor)-; en 2007 construyó unos módulos a partir de los residuos fecales humanos que manipulan los intocables en la India; y el pasado 1 de enero instaló en una aseguradora londinense un contador que registrará todos los fallecimientos que se produzcan este año en todo el mundo.



No es difícil hacer una lectura política de sus obras. Por eso, quizás, el artista no oculta su profundo disgusto cuando se le pregunta si se siente un provocador: "Lo que no sea un aplauso permanente a las virtudes del poder es siempre una provocación", dice con enfado. "Me parece muy impertinente preguntarle eso a un artista con 20 años de carrera y un ritmo de trabajo tan intenso y serio como el mío. Me parece, además, que con esa pregunta se pretende ponerme a la defensiva y se evita profundizar en mi trabajo, colocándome un sambenito simplista y envenenado", afirmaba ayer mientras supervisaba el montaje de la exposición. "No, no me siento así. Yo soy un artista de mi época. Así me siento porque eso es exactamente lo que soy".

Para la realización de Los penetrados, Sierra colocó anuncios en busca de voluntarios que quisieran participar en el proyecto a cambio de 250 euros. En total, se seleccionaron unos 70 participantes. "Si te interesa, puedes ver trabajos del artista en su página... Teclea Santiago Sierra en Google. El vídeo sólo se proyectará en galerías de arte... No es pornografía", decía el anuncio. ¿Y entonces, qué es? "Probablemente sea pornografía. Entiendo que la pornografía son imágenes de gente fornicando y nada más, sin trama, y eso es Los penetrados. No intento colocarme por encima de un director de pornografía porque realmente no lo estoy. Creo que la pornografía tiene algo muy magnético. Te quedas enganchado mirando y te sitúas en otra dimensión mental, en un plano que nos acerca al instinto y nos aleja de lo reflexivo. Así que me parece perfecta para activar y mirar lo que de instintivo tiene la política".



Nunca ha sido amigo de explicar sus trabajos: "Eso es Hollywood, que da todo bien mascado a un público que subestima y al que desea convencer. En mi trabajo la gente tiene libertad para pensar por sí misma. No es necesaria mi guía". Su último proyecto, sin embargo, entronca con dos de sus preocupaciones constantes en su trayectoria: la inmigración y la cuestión racial. "La tradicional paranoia de los blancos hacia los negros o de los europeos con los africanos tiene que ver con un fuerte pánico, pues pensamos que tarde o temprano habrán de cobrarse justicia por nuestras codiciosas canalladas pasadas y presentes", señala Sierra. "Pero esa paranoia blanca también tiene que ver con el miedo a una sexualidad que nos rebaje, con que enamoren a nuestras hembras y a nuestros machos más que con que nos quiten el trabajo; el trabajo sólo lo quita el patrón. Las reflexiones políticas y las actuaciones que de ellas se derivan son algo más primario de lo que comúnmente se cree", añade.

Para Sierra, el arte sin intención es inútil y, por tanto, "una fachada": "Freud despreciaba a los surrealistas al considerar que sólo cuando miramos para otro lado aflora el inconsciente. No se puede ser inconsciente conscientemente. De un modo similar, el arte aparentemente menos político es el más instrumentalizado políticamente. Todo arte es político, pero normalmente quien se fotografía con el poder asegura tener sólo un interés poético".



Provocaciones históricas que siguen provocando

- 'El origen del mundo', de Gustave Courbet, es sin duda, una de las pinturas más provocadoras de la historia. El artista pintó en 1866 este óleo en el que de forma realista se ve el tronco de una mujer desnuda con el pubis abierto en primer plano. Durante un siglo sus propietarios lo tuvieron escondido bajo otro cuadro.

- 'Fontaine', de Marcel Duchamp, lleva más de cien años estimulando debates y enojos. En 1917, Duchamp presentó este urinario como pieza en una exposición y desde entonces el arte nunca ha sido lo mismo.

- 'Merde d'artista', de Piero Manzoni. Fue otra vuelta de tuerca realizada en 1961. Consiste en 90 latas de conserva cuya etiqueta dice que contienen cada una 30 gramos de excrementos. Su precio e influencia no ha dejado de crecer.

- 'Cómo explicar los cuadros a una liebre muerta', de Joseph Beuys, es una mítica acción realizada por el artista-chamán en 1965 en la que, efectivamente, Beuys realizó el ritual de explicarle la exposición al animal.

- 'Shout', de Chris Burden, es el paradigma de las abundantes performance que en los setenta llevaron la violencia contra el propio cuerpo al límite. Crearon una amplia escuela aún en activo, aunque los de ahora, como Sierra, prefieren que las acciones las hagan los otros. Ante una cámara de vídeo, en 1971 Burden dejó que un amigo le disparara en el brazo. Fue un tiro para la historia.

- 'La imposibilidad física de la muerte en la mente de algo vivo', el famoso tiburón en formol que presentó en 1992 Damien Hirst, fue el primer "escándalo" del líder de un grupo de artistas que usan la provocación como tema.

- El País -

viernes, 30 de octubre de 2009

jueves, 29 de octubre de 2009

Retrato de una metamorfosis... 01



Los primeros disfraces

Una niña vestida de hada con un traje rosa puede ser toda una metáfora de la infancia femenina. Como lo es este retrato en el Prospect Park de Brooklyn (Nueva York).

- Rineke Dijkstra -

miércoles, 28 de octubre de 2009

El viaje hacia...



El viaje hacia la adolescencia

La cámara de Rineke Dijkstra ha captado durante dos veranos a niños y adolescentes en los parques de todo el mundo. El resultado es el fascinante retrato de una metamorfosis. La mutación adulta.

El lenguaje del cuerpo es algo imprevisible. Como la espontaneidad. Nada de eso se estudia. Ni se programa. Menos en aquellos que se encuentran a las puertas de la metamorfosis más crucial de sus vidas. Rineke Dijkstra lo sabe. En sus fotografías, esta artista holandesa (Dutch, 1959) quiere captar precisamente ese viaje transformador que nos lleva de la niñez a la adolescencia. El momento largo, prolongado y tormentoso que nos convierte en proyectos de hombres y mujeres.

Dos veranos le costó penetrar con su cámara en las vidas quietas de estos niños y jóvenes que podrán contemplarse a partir del 29 de enero en Madrid en la galería de La Fábrica. Dos años en los que anduvo tranquilamente con sus objetivos por diferentes parques de todo el mundo -entre Europa, Asia y América- buscando secretos y enigmas ocultos tras sus miradas, en la etérea delicadeza de sus gestos huidizos.

Los ojos de todos aquellos que están a punto de decir adiós a su niñez despiden una tristeza nítida. Una nostalgia que rechaza su propio nombre. O que lo ignora. Una pena inconsciente que añora el refugio de la infancia -haya sido feliz o desgraciada- y teme con incertidumbre su nuevo lugar en el mundo.

Aunque sonrían, las niñas y los niños que han desfilado ante el ojo de Dijkstra añoran lo mismo. Da igual que posen en el Amoy Botanical Garden de Xiamen que en Central Park de Manhattan o en el Retiro madrileño. Tanto importa que paseen por la Ciudadela en Barcelona o se tumben sobre la hierba fresca del Vondelpark de Amsterdam y el Prospect Park de Brooklyn...

Toda la serie tiene el mismo escenario: la vegetación de estas zonas verdes que se convierten en auténticos oasis en mitad del caos de las grandes ciudades. Eso y la luz del día. Una luz húmeda y sombría. Pero muy natural al fin y al cabo. "En el parque, todo el mundo se encuentra distendido. Al parque, la gente, niños y jóvenes van a relajarse, a hacer un receso", comenta la fotógrafa.

Además, el parque es el refugio que les mantiene en contacto con la naturaleza. Lejos de otras maneras de emplear el tiempo libre, que en España suelen ser unas 30 horas a la semana -concretamente, 32 los chicos y 29 las chicas-, según datos de una encuesta de Injuve realizada en 2004.

Más que al aire libre, los jóvenes emplean el tiempo en otras cosas menos sanas pero también evasivas entre las que reina el hábito de escuchar música. Un 98,2% de los chicos entre 15 y 19 años afirman que ésa es su principal actividad. Después, salir con los amigos (97,8%) e ir al cine (91,7%). Dominan las salidas en grupo más que el aislamiento marcado por los ordenadores (77,9%) y la televisión, que ven alrededor de 14 horas a la semana. Aunque en este aspecto aparece un dato muy preocupante en el último año: el 40% de los niños la ven solos en su habitación.

En el parque cabe la sorpresa. "Y el misterio. En cualquier momento puede aparecer algo detrás de una planta o un arbusto". Un inofensivo gnomo o una inquietante fiera salvaje. Es un territorio de la infancia que queda eternamente a expensas de la riqueza imaginaria. Un paraíso del que cuesta escapar y al que siempre volvemos para esparcirnos. "El lugar propicio para este trabajo porque multiplica la espontaneidad", comenta Dijkstra.

"Toda la vegetación proporciona una imagen muy uniforme para el proyecto. Lo más difícil es encuadrar a los personajes en ese escenario. Buscarles el lugar perfecto". Dentro de unas reglas fijas. Planos medios, que ofrecen el mismo protagonismo al individuo que al entorno. La búsqueda de una fusión natural, pero inquietante al tiempo.

La elección de los protagonistas fue lo más difícil. Aunque en eso, la fotógrafa se guió en todo momento por el instinto y la empatía. "Paseaba por los parques e invitaba a posar a quien veía hacer un gesto con el que me identificaba. Tiene que existir complicidad entre quien retrata y quien es retratado. Si no, no merece la pena. Deben fascinarme previamente", comenta Dijkstra.

Ella es toda una médium. Posee un auténtico don para que los chicos se le desnuden interiormente ante la cámara. Y eso que no ha tenido hijos. "A los 40 años me di cuenta de que se me había pasado la oportunidad. Me habría gustado tenerlos, pero a lo hecho, pecho".

Por el camino, esta artista ha encontrado niñas en patinete y jóvenes con desaliñados uniformes escolares. Pandillas en plan de merendolas, jóvenes aprendiendo a despertar el juego de sus sexos y muchachitas con combas. También chavales con balones junto a hadas con alas quietas y las manos metidas en los bolsillos.

Fue en verano porque ésa es precisamente la estación en la que explotan todos los cuerpos. Y Rineke Dijkstra buscaba precisamente los contornos de sus metamorfosis. Las anunciadas y las pasadas. Las expectativas del viaje a punto de iniciarse y los restos del naufragio con el trayecto recién terminado. "Desde siempre me ha fascinado el tema de la identidad cambiante. Ese momento de nuestras vidas en que nuestros cuerpos nos convierten en algo nuevo", asegura. En lo que también dejamos de ser. Esa despedida hacia otras esferas, la búsqueda de otros mundos. Lo que trataron, sin ir más lejos, Lewis Carroll en Alicia en el país de las maravillas, Frank L. Baum en El mago de Oz o Jonathan Swift en Los viajes de Gulliver...

Su reto era la captura de cualquier explosión espontánea. "No siempre lo conseguía. Era imposible que me repitieran las primeras miradas que observé, muy difícil". Pero no dejó de empeñarse en reproducir aquel ideal que la sedujo de todos ellos. "A veces volvía a saltar y a veces no". En fin, que el oficio de capturar momentos puede llegar a ser muy frustrante.

Lo que sí ha observado es el diferente peso que el tiempo marca en todos ellos. "Todo va demasiado rápido. Les obligamos a madurar muy pronto y luego nos arrepentimos de que se hayan apeado de la infancia", comenta. Todo para desear parar más adelante. "A los niños les arrancamos de ese territorio y luego, nosotros, cada vez queremos entrar en la madurez más tarde. Deseamos que la juventud se prolongue eternamente", asegura. "Tampoco creo que nuestra vida fuese diferente en el pasado. Hoy tienen muchas más facilidades", dice la fotógrafa.

En el caso de los niños, hay cifras que constatan esa madurez precoz evidente. Desde que el 43% de los niños de entre 6 y 11 años disponen de teléfono móvil hasta la inevitable y demoledora sensación de soledad que rodea a muchos de ellos. Ésta se manifiesta en un 27% de los pequeños, según la Encuesta de la Infancia en España 2008, elaborada por la Fundación SM, la Universidad Pontificia de Comillas y el Movimiento Junior. Los sociólogos Fernando Vidal y Rosalía Mota han dirigido este trabajo.

Precisamente, los retratos de Rineke Dijkstra recalcan la fuerza de la soledad en los retratos individuales. Contrastan con fuerza con los de grupo, en los que ha observado fuertes diferencias de género. "Las chicas posan perfectamente y los chicos no saben dónde meterse". Ellas pisan terrenos más firmes, aunque también desde niñas tienen vocaciones más entregadas. Según la encuesta citada, las mujeres prefieren dedicarse a curar, enseñar y crear con trabajos que van desde ser médicas hasta veterinarias, maestras o artistas. Mientras que los niños se inclinan más por pleitear (abogados), defender (policías) o competir (deportistas). ¿A qué pueden deberse tantas diferencias? ¿A la educación, la genética o la sensibilidad? En una medida combinación de todos esos elementos anda la respuesta.

La muestra de Rineke Dijkstra se inaugura el 29 de enero en sala de exposiciones de La Fábrica, en Madrid.

- El País -

martes, 27 de octubre de 2009

Función exponencial...

Las mayores limitaciones de la raza humana se deben a nuestra incapacidad de entender la función exponencial.
– Albert A. Bartlett, físico -

domingo, 25 de octubre de 2009

Consejos para...


Consejos para elegir un buen nombre de dominio

Cuando lanzamos un web (sea web corporativo, blog, comunidad, tienda online, etc, etc) una paso fundamental es montarlo en el mejor dominio posible. Cuando se trata del web corporativo o empresarial la cosa no es muy complicada ya que solo debemos reflejar el nombre de la empresa u organización en un dominio .com, .net, o .biz según corresponda (incluyendo las variantes regionales asociadas a países como: .es, .com.ar, .com.mx, etc).

La problemática de elegir un buen domino comienza cuando lo que queremos lanzar al web es una tienda online para ciertos productos o servicios, una comunidad, un blog temático, etc; ya que ahí es donde tenemos que tener cuidado en seleccionar lo que realmente mas representa e idealiza nuestra actividad web y el nicho de usuarios/visitantes/clientes al que queremos llegar y atender.

Para ello veamos una lista básica con consejos muy generales para seleccionar el mejor dominio posible:

* Maneja tu propia marca: de preferencia utiliza palabras y términos conocidos acordes al mercado que deseas atender, por ejemplo tecnologiapyme.com o ahorrodiario.com te dicen muy claramente a dónde vas con la información y para quien es dirigido este blog; sin embargo no muchas veces esto se puede por que ya se encuentran ocupados los dominios de interés. Así que puedes usar términos acuñados por uno mismo pero que sean pegajosos y fáciles de recordar, y que a la vez te digan directo sobre qué vas, como: genbeta.com o applesfera.com

* Ten un dominio funcional: podríamos considerar un dominio funcional cuando se nos presenten las siguientes situaciones. Una persona que lo conoce por primera vez, inmediata y correctamente imagina lo que al entrar al sitio web encontrará. Un usuario ingresa, tecleando por intuición, la dirección del sitio de aquella empresa, marca, producto o servicio que estaba buscando. Un cliente, usuario o prospecto lo recuerda fácilmente y sin equivocaciones.

* Que extensión de dominio usar: a la hora de escoger una extensión para nuestro dominio el dilema es el siguiente: ¿qué dominio se adapta mejor a nuestro mercado? Está claro que el estándar de facto en la red es el .com. Ésta es sin duda la extensión más codiciada pero a la vez la más agotada, ya que la mayoría de dominios .com más relevantes en lo comercial ya se encuentran ocupados. Sin embargo, si no operamos a nivel internacional y nuestros clientes son en realidad locales a una región o país (como lo es en casi la totalidad de las pymes), bien podemos optar por manejar un dominio regional propio de nuestro país, como los son los: .es, com.ar, com.mx, .cl, etc.

* Evitar errores típicos al constituir el nombre de dominio: el seleccionar nuestro dominio evitemos cosas como la redundancia al usar dominios regionales, para que decir diariodeargentina.com.ar si el .ar ya nos dice de donde es el diario. En la medida de lo posible evitar números; se ha comprobado que los dominios con números es fácil de mal escribirlos cuando los referimos verbalmente, lo mismo ocurre con los que utilizan caracteres especiales como los guiones “-“ y “_” y la “ñ” (para desgracia de los que somos de habla española).

* Dominios asociados y similares: si considera su proyecto web tendrá éxito y por ende mucho tráfico y demanda; registre tantos dominios asociados como relativos pueda del mismo. Los dominios similares son los de las demás extensiones disponibles a la de su dominio actual; por ejemplo si su dominio es gynconsultores.es, los dominios similares serian gynconsultores.com, .net, .biz, etc. Y los dominós asociados serian dominios con alta probabilidad de ser relacionados con su dominio original, como por ejemplo gynconsultoresonline.com, etc. Mientras más importancia cobre su web y mas su negocio dependa de este, más dominios similares y asociados deberá tener bajo control.

* Registra personalmente el dominio: muchas veces nos vamos con los registros paquetizados que ofrecen los proveedores de hosting; sin embargo, a veces esto es contraproducente cuando por “X” motivo quieres cambiar de proveedor de hosting y el mismo, no te da facilidades para mover tu dominio a otro proveedor (si es un proveedor de hosting profesional esto no debería suceder, mas en la práctica llega a pasar). Por ello siempre es recomendable registrar por separado el dominio del hosting, y el dominio por nosotros mismos con el proveedor de nuestras mayores confianzas; así si queremos mover el hosting de un proveedor a otro, podemos llevarnos el dominio a donde queramos con tan solo reconfigurar los DNS asociados al mismo.

Está claro que detallar a fondo las reglas y consejos para seleccionar un buen dominio podría llevarnos varios post en este blog, sin embargo quisimos hacerlo lo más práctico posible y por ello mencionamos los consejos más relevantes a nuestra consideración. Sin embargo, si algunos de ustedes amables lectores desean profundizar mas a fondo en esto, les recomendamos los links citados al pie de este post en donde encontraran mas detalles referentes a esta temática.

- http://www.tecnologiapyme.com -

sábado, 24 de octubre de 2009

Detrás de las ecuaciones...

A día de hoy, no podemos saber si la ecuación de Schrödinger contiene ranas, composiciones musicales o moralidad, o si en realidad no contiene nada de eso.
– Richard P. Feynman, físico -

jueves, 22 de octubre de 2009

Los mejores libros de ciencia-ficción según...



Los 10 mejores libros de ciencia-ficción según el Times

1- ‘La nave de un millón de años’, de Poul Anderson. Diez inmortales recorren la historia perseguidos por el oscurantismo y buscándose unos a otros hasta que coinciden en la época del despegue aeroespacial. Juntos deciden que el destino que les brinda su particular morfología es el de explorar el infinito del cosmos. Anderson, de origen escandinavo, es uno de los autores más destacados de la edad dorada de la fantasía y la ciencia ficción americana. Philip K. Dick le hizo protagonizar el relato ‘Araña de agua’.

2- ‘La radio de Darwin’, de Greg Bear. Un virus de transmisión sexual se expande sobre la tierra, provocando un alarmante número de mutaciones en los fetos en gestación que llevan a los niños a nacer muertos. Sin embargo, los cambios que se aprecian en su organismo parecen indicar un fenómeno de especiación, un drástico cambio evolutivo. Greg Bear es premio Nebula de Ciencia-ficción y autor de una precuela a la Fuindación de Asimov. Sus relatos han sido elogiados por Doris Lessing y es yerno del autor precedente, Poul Anderson.

3- ‘Las crónicas marcianas’, de Ray Bradbury. Un clásico donde los haya, que relata los desafortunados avances de la colonización humana sobre el planeta Marte y sus fracasos a la hora de aprehender la diferencia, la distancia o la soledad. Bradbury, famoso por su otra gran novela Farenheit 451, es uno de los autores más significativos del siglo XX por su habilidad para ilustrar dramas sobre la condición humana bajo los ropajes de la fantasía y la ciencia-ficción.

4- ‘¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?’, de Philip K. Dick. No, no basta con haber visto Blade Runner, hay que leerse el denso relato que la inspiró. En un mundo contaminado y moribundo Rick Deckard persigue andrillos, formas de vida sintéticas que ignoran que lo son. Un reflexión turbadora sobre lo que otorga y lo que arrebata la humanidad. Dick es el maestro del uso de la ciencia-ficción para explorar los límites de la psicología y las posibilidades de la mente, lo que le convierten en una autor de culto absoluto.

5- ‘Solaris’, de Stanislav Lem. Una estación espacial orbita alrededor del planeta Solaris, compuesto por un único e ininterrumpido océano. El personal científico que la habita intenta contactar con la inteligencia alienígena que percibe en el planeta, pero sus esfuerzos no tienen otra respuesta que la de hacer aflorar sus traumas reprimidos, dejándoles psicológicamente al desnudo. Junto con Dick y Robert A. Heinlein, Lem forma el trío de visionarios que configuraron la línea de ciencia-ficción psicologicista contemporánea.

6- ‘Canopus in Argos’, de Doris Lessing. En realidad se trata de una saga de cinco tomos en la que se describen los devenires de una civilización espacial. Doris Lessing es premio Nobel de Literatura 2007 y pese a que su faceta de escritora de ciencia ficción sea la menos conocida, en esta serie encontramos sus temas predilectos: el poder y la corrupción, las relaciones entre géneros, la violencia, la cultura y la política.

7- ‘20.000 Leguas de viaje submarino’, de Julio Verne. Una de las piedras millares de la ciencia-ficción decimonónica. Un grupo de investigadores son secuestrados por el temible capitán Nemo, pirata y apátrida que posee el primer sumergible de la historia. Un enciclopedia de bolsillo que contiene todo el saber de la época sobre la ingeniería naval y las ciencias del mar, salpicada por inovidables escenas de la mejor tradición aventurera como la lucha contra el calamar gigante.

8- ‘La guerra de los mundos’, de H. G. Wells. El preciso momento en el que nació la ciencia-ficción moderna. El narrador se convierte en involuntario corresponsal de la invasión de la tierra por parte de los marcianos, desde su misterioso y gargantuesco aterrizaje hasta los desesperados intentos finales de subsistencia de la especie humana, reducida al salvajismo por la potencia destructora del enemigo. Ha tenido incontables adaptaciones a otros medios, a las que aún desafía con la viveza y nervio de su prosa.

9- ‘Los humanoides’, de Jack Williamson. Una civilización espacial crea a los humanoides para que sean sus esclavos, pero demasiado tarde se dan cuenta que pueden convertirse ellos en los dominados por su creación. Williamson es otro histórico que fue conocido como “El decano de la ciencia-ficción estadounidense”. Es el responsable de acuñar el término “terraformación”.

10- ‘El día de los trífidos’, de John Wyndham. Sin duda una de las mayores obras de culto geek . Los trífidos son una especie de planta genéticamente modificada capaz de sentir y actuar que se libera sobre la Tierra cuando se estrella un meteorito, que también provoca la ceguera a la mayoría de los humanos. Los supervivientes deben enfrentarse a su propia discapacidad, a bandas rivales y a la voraz extensión de trífidos. Dio lugar a una película muy del gusto friki.

- http://www.papelenblanco.com -

miércoles, 21 de octubre de 2009

La ignorancia...

La ignorancia afirma o niega rotundamente; la ciencia duda.
– Voltaire, escritor y filósofo francés -

lunes, 19 de octubre de 2009

Los 10 clásicos de culto según...



Los 10 clásicos de culto según el Times

1) ‘La trilogía de Nueva York’, de Paul Auster. Tres escritores-detectives o detectives-escritores se enfrentan a las paradojas sobre la creación y la relación entre realidad y arte con la Gran Manzana de fondo. Un experimento metaliterario en el que el narrador juega a ser narrado. La trilogía de Nueva York catapultó a Auster a la fama en 1987 y todavía ofrece nuevas lecturas.

2) ‘Noches de cocaína’, de J. G. Ballard. Nadie ha estado más dispuesto que Ballard a diagnosticar las patologías y adicciones del individuo moderno, ofreciéndose como conejillo de indias. El narrador de esta novela se encuentra atrapado en un ‘resort’ de vacaciones aparentemente idílico en donde una red subterránea dedicada a la satisfacción de placeres tiende sus tentáculos.

3) ‘El almuerzo desnudo’, de William Burroughs. ‘El deber de un escritor es de narrar el mundo como lo percibe’, dice Burroughs en el prefacio a la novela. El almuerzo desnudo es el recuento alucinatorio de la vida errabunda de un yonki, con sus obsesiones recurrentes sobre sexo, droga y los movimientos íntimos del cuerpo. Un paseo por el universo inquietante y repulsivo del hombre encerrado en su propia enfermedad.

4) ‘Generación X’, de Douglas Coupland. Un grupo de amigos treintañeros se reúnen para intercambiar historias e intentar dar con el sentido de su cultura acelerada. Publicada en 1991, Generación X fue el aglutinante de toda una serie de símbolos que ahora asociamos con la sociedad de la información. Coupland no sólo ha acuñado el término que da título a la novela sino otros como McJobs o Microsiervos.

5) ‘A Million Little Pieces’ (‘Un millón de cachitos’), de James Frey. En 1996 publicó esta novela presuntamente autobiográfica en la que narraba el infierno de su experiencia en centros de rehabilitación. Casi una década después se descubrió que todo era mentira y Oprah Winfrey acabó llorando en directo en su programa por haberlo recomendado. El libro se reclasificó como ‘ficción’ y se ha seguido vendiendo. No ha sido traducido al español.

6) ‘En el camino’, de Jack Kerouac. Para muchos la biblia del movimiento Beat. Un canto a la libertad y la espontaneidad poética, un libre flujo de conciencia que nos arrastra a recorrer los cuatro puntos cardinales de la geografía estadounidense.

7) ‘Bright Lights, Big City’ (‘Luces de neón / de la gran ciudad’), de Jay McInerney. Un relato de ‘yuppie’ de los ochenta en crisis, una suerte de ‘American Psycho’ sin violencia superflua. Es mas conocida por la película de 1988 que inspiró con Michael J. Fox de protagonista. Ha tenido al menos dos ediciones en español con variaciones en la traducción del título. Ambas están descatalogadas.

8) ‘El hombre de los dados’, de Luke Rhinehart (George Cockcroft). Un psiquiatra desencantado con su especialidad y frustrado por la liberalidad inconsecuente de los años setenta decide convertirse en ‘hombre aleatorio’, decidiendo sus actos por una tirada de dados. En el momento de su aparición causó un escándalo por lo explícito de la violencia y la sexualidad descrita, y por poner en la picota a la psiquiatría.

9) ‘El valle de las muñecas’, de Jacqueline Susann. Un caso extremo de confusión entre vida y obra. Susann, una joven aspirante a actriz en Los Angeles inmersa en un mundo de glamour, sexo, locura y drogas escribe un libro sobre aspirantes a actrices inmersas en un mundo de glamour, sexo, locura y drogas. El éxito fue inmediato y Susann consiguió su objetivo, convertirse en una estrella.

10) ‘Miedo y asco en las Vegas’, de Hunter S. Thompson. El creador del ‘periodismo gonzo’, en el que el escritor se toma a sí mismo y su experiencia como sujeto. Thompson se lanza al vacío con un estilo descarnado y mordaz a describir sus aventuras etílicas y psicotrópicas. Inventó una forma de hacer periodismo que se entralaza en su invasión de subjetividad con la literatura.

- Papel en Blanco -

domingo, 18 de octubre de 2009

viernes, 16 de octubre de 2009

Google se topa con...



Google se topa con el derecho de autor

Los responsables del gigante informático deberán compensar a los editores por no respetar el 'copyright' en su proyecto mundial de digitalización de libros

Catalogar y hacer accesible a todos los seres humanos el conocimiento que acumulan los libros era el sueño de los bibliotecarios de Alejandría, de los enciclopedistas franceses y, también, el delirio de Jorge Luis Borges en La biblioteca de Babel. Ese ideal, que poco a poco se va haciendo realidad mediante la digitalización y publicación de libros en Internet, se enfrenta a un obstáculo ineludible: los derechos de autores y editores.

Hace cuatro años el buscador informático Google, a través de su programa Google Books, empezó a digitalizar libros y a ofrecer online fragmentos de éstos, algunos protegidos por copyright. En octubre, tras dos querellas, el gigante informático se vio forzado a firmar un acuerdo millonario en EE UU para indemnizar a autores y editores. Aunque el acuerdo debe ser ratificado por un juez, los editores españoles han anunciado que reclamarán parte de los 34 millones de euros que el gigante informático ha puesto encima de la mesa como indemnización.

"Vamos a pedir parte de ese dinero. Un alto porcentaje de esos libros digitalizados en EE UU son nuestros. Nos tendrían que haber pedido autorización", señala el director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de España, Antonio María Ávila. En el mismo sentido se expresa la presidenta de la Federación Internacional de Entidades de Gestión de Derechos de Reproducción, Magdalena Vinent, que también dirige CEDRO, la rama española de dicha organización: "CEDRO está en conversaciones con Google para facilitar el cobro de las indemnizaciones a nuestros socios".

La cuestión ahora es saber si Google quiere exportar el modelo estadounidense a España: "Quieren adaptar ese proyecto universal a Europa, pero las leyes aquí son radicalmente distintas", advierte Ávila. "Nos estamos jugando la sostenibilidad de la cultura y esto nos afecta a nosotros, aquí y ahora, pero también a las generaciones venideras", apunta Vinent desde CEDRO. El responsable del buscador de libros de Google en España y Portugal, Luis Collado, no tiene tan claro que su compañía vaya a extender el modelo: "dependerá de cómo resulte el acuerdo en Estados Unidos".

"Sus derechos podrían verse afectados por un acuerdo de demanda colectiva relacionado al escaneo y uso de libros y otros escritos por parte de Google". Así arranca la versión resumida en castellano del acuerdo que el gigante informático y los autores de EE UU han colgado en la página www.googlebooksettlement.com. En ella, los autores encuentran las instrucciones que hay que seguir para reclamar dinero por el escaneado y la publicación online de sus obras sin permiso.

Pese a este pacto judicial, Google no ha admitido nunca haber violado la ley. La compañía considera que la publicación de fragmentos protegidos por copyright es compatible con la noción de "uso justo" que recoge la ley de propiedad intelectual de EE UU. Pero el gran buscador de Internet señala que los 34 millones de euros son "un mínimo" y que está dispuesto a realizar "un pago adicional" para satisfacer a los propietarios de los derechos.

El ávido interés de Google en desbloquear a golpe de talonario su programa de digitalización y difusión de libros online encierra una poco disimulada estrategia de negocio a medio plazo. Ahora mismo, Google Books está trabajando en dos direcciones. Por un lado, está digitalizando libros de dominio público o descatalogados. En el caso de España, los de la Biblioteca Histórica Complutense y los fondos del Institut d'Estudis Catalans. A nivel europeo, el principal proyecto público es Europeana, auspiciado por la Comisión, y que en 2012 debe tener digitalizados el 4% de los fondos de dominio público de bibliotecas europeas.

Pero la clave está en los contenidos protegidos. Google está escaneando y difundiendo libros sujetos a derechos de autor. La compañía ha firmado acuerdos en España con más de un centenar de editoriales. Un 20% de los fondos que Google ofrece online están sujetos a derechos, afirma Collado. Uno de los fundadores del gigante informático, Sergey Brin, declaró a principios de mes en el International Herald Tribune que Google no piensa "necesariamente" en hacer dinero. Según él, el objetivo es "difundir y hacer accesible la información".

La compañía, no obstante, reconoce que hay un negocio potencial. Por un lado, las páginas de Google Books pueden ir acompañadas de publicidad (cuyos beneficios se reparten entre editores, autores y Google).

Por otra parte, a fuerza de escanear libros, la compañía está creando una ingente base de datos. Google no sólo digitaliza los libros: además les aplica un programa informático de reconocimiento óptico de caracteres (OCR, en sus siglas inglesas).

"Registramos todas las palabras, la sintaxis que contienen los libros", dice Collado. Esto permite que a través del famoso buscador los internautas puedan localizar cualquier secuencia de palabras en los libros digitalizados y también abre puertas a una gran variedad de negocios: "Las posibilidades de comercialización de esos contenidos son amplias. Ya tenemos libros en más de 100 idiomas. No descartamos hacer negocio en el futuro con esos contenidos", reconoce el responsable de Google Books en España.

El destino final de ese catálogo digital de los nuevos tiempos es claro: ordenadores portátiles, agendas electrónicas, teléfonos móviles y dispositivos para leer en formato digital (los llamados eBooks).

El nuevo negocio de la lectura sin papel

Desde los papiros egipcios a la Biblia de Gutenberg, pasando por los volúmenes en formato digital, el libro se enfrenta a un nuevo reto. "Llevamos oyendo lo de que el libro desaparece desde 1982", afirma el director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), Antonio María Ávila. Lejos de temer al formato digital, los editores lo han asumido con naturalidad. En 2007, más de 200 editoriales de las cerca de 900 asociadas a la FGEE publicaron obras en formatos distintos al papel; en total, el 10,5% de la facturación editorial anual que ronda los 3.000 millones de euros.

En áreas como los textos de Derecho, el formato digital supone ya el 55% de la facturación, según el informe La lectura en España de reciente aparición. "Estamos con un pie en la orilla de la cultura del papel y con el otro en la ribera de lo digital", señala Antonio Basanta Reyes, director general de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez en la presentación de dicho informe.

Pero Ávila matiza: "No nos dan miedo las nuevas tecnologías, pero hemos visto los eBooks [dispositivos para leer en formato digital] y no nos acaban de convencer. Pueden venderte el aparato, pero sin contenido. El contenido es propiedad de los editores y autores".

También desde CEDRO, la organización española de gestión de derechos de reproducción, se insiste en que lo importante son las palabras, más allá del soporte. "No hay que olvidar que el valor del libro reside en su contenido. La forma de difundir el conocimiento tiene que adaptarse a las necesidades de los usuarios. Posiblemente habrá que desarrollar nuevos modelos de negocio, aunque estoy convencida de que los distintos modelos de negocio de la industria editorial podrán convivir sin ningún problema. Lo que realmente supone una amenaza es la falsa creencia de que las obras de creación son gratuitas, sobre todo si no existe el soporte papel", apunta la directora de este organismo, Magdalena Vinent.

En el sector público también son conscientes de la consolidación de un nuevo modelo de industria editorial: "Las bibliotecas deben hacer un esfuerzo para adaptar sus servicios a las nuevas necesidades y demandas de sus lectores en el entorno digital", señala Belén Llera, directora técnica de la Biblioteca Nacional.

- El País -

jueves, 15 de octubre de 2009

A la conquista...

La imprenta es un ejército de soldados de plomo con el que se puede conquistar el mundo.
– Johannes Gutenberg -

martes, 13 de octubre de 2009

Cuentos infinitos...



Cuentos infinitos

Hay casi tantos cuentistas como maneras de afrontar un cuento. Un buen relato queda en el lector hasta mucho después de terminar su lectura. El bicentenario de Edgar Allan Poe, pionero del cuento moderno, coincide con "un momento maravilloso".

Hace unos días, desayunando en el café de costumbre, me hice con el único periódico libre que quedaba en la barra. Eran ya casi las once y me sorprendió encontrarlo en buen estado. Empecé por el final, una entrevista. O, mejor, por una de las respuestas que un lector anónimo se había molestado en destacar envolviéndola en un trazo verde que recordaba a una nube. Hay gente que tiene la manía de garabatear en periódicos ajenos, y otra, entre la que me cuento, que no puede resistirse a mirar sus dibujos, subrayados o signos. El entrevistado era John Michael Bishop, rector de la Universidad de California, premio Nobel y autor de notables descubrimientos en el campo de la investigación médica. Me llamó la atención que, hablando de sus hallazgos, insistiera en la importancia de "seguir la nariz", algo que, en principio, no me pareció demasiado científico. Continué leyendo. "La nariz", en efecto, era una forma de nombrar la intuición, pero -como aclaraba enseguida- una intuición "que se alimenta de conocimientos racionales: de tantas cosas que no sabes que sabes. Y de repente... ¡conexión! ¡Los conectas! Te puede pasar en la ducha, en la carretera, o en el laboratorio, o en sueños...". El lector anónimo había subrayado en sueños. Miré alrededor. Dos oficinistas, el peluquero del barrio y un grupo de estudiantes extranjeros. Cualquiera de ellos, además de un bolígrafo verde, podía haber tenido un sueño revelador aquella noche. Y volví a la nube. A la respuesta de J. M. Bishop, la frase que, entonces me di cuenta, iba mucho más allá del campo de la investigación científica. Pensé en el cuento. Y pensé también que aquella frase me había gustado, mucho antes de saber que me había gustado.

Muy a menudo el proceso de escritura se asemeja a un largo pasillo en el que nos adentramos con cierta tranquilidad y paso firme

En el largo pasillo, se abren puertas, se adivinan ventanas, se dibujan altillos, o se presienten sótanos o pozos profundos

En el territorio del cuento suelen concurrir un montón de factores a menudo absurdos; por lo menos, contradictorios. El cuento no goza de la misma aceptación en todos los países, cosa sabida, ni tampoco del mismo respeto. A veces, incluso, en casos extremos, cuentistas y lectores -el lector juega un papel importante en lo que estamos hablando- tienen la sensación de pertenecer a una secta, una singular hermandad de iniciados protegida por infatigables estudiosos que desenvainan la espada a la menor ocasión en defensa del género. Aunque ¿quién lo ataca? Nadie, que yo sepa. Por lo menos abiertamente. Se trata, a lo sumo, de un silencio, de un "pasar por alto", de situar el género-cuento en un lugar más que discreto de unas hipotéticas estanterías. Y sin embargo ¡cuántas veces se rompe este silencio! A los novelistas se les pregunta por sus novelas. A los cuentistas por el cuento. Algo misterioso debe de tener el género para que haya dado lugar a tantas y tantas páginas sobre sí mismo. Y en los intentos de aproximación, en las numerosas "poéticas" -que, otra curiosidad, además de a los poetas, únicamente se nos pide a los cuentistas- encontramos una serie de premisas en la que casi todos los autores estamos de acuerdo. Hablamos así de esfericidad, del valor de la mirada, de la importancia de "lo que no se dice", de concisión, de intensidad, de economía, de equilibrio, o de que, posiblemente y a la postre, un buen relato es el que va más allá de la palabra "Fin" y persigue al lector hasta mucho después de haberlo concluido. Pero ahí empieza y acaba la concordia. Porque hay más. Y en esas tentativas de aproximación -palabra que prefiero a "definición", por lo que esta última pueda tener de carcelaria- siempre asoma algo que, de repente, nos aleja. No sabemos lo que es. ¿Y para qué saberlo? Tal vez en eso estribe la esencia secreta de un buen cuento. Un soplo, una presencia ausente que felizmente se resiste a ser encasillada. Algo muy semejante a una chispa, un fogonazo, la "conexión" de la que hablaba Bishop, y que puede ocurrir en cualquier momento. "En la ducha, en la carretera, o en el laboratorio, o en sueños...".

Es posible que tampoco en este punto estemos todos completamente de acuerdo. Existen casi tantos cuentistas como maneras de afrontar un cuento, e, incluso, si un autor nos abre su trastienda, nos percataremos enseguida de que cada relato ha obedecido a un impulso diferente. Sería absurdo pretender encorsetarlos. Hay cuentos que se escriben de un tirón, con una facilidad pasmosa, como si estuvieran dormitando en un lugar recóndito del cerebro y el autor, en funciones de amanuense de sí mismo, no tuviera más misión que arrancarlos de su letargo y transcribirlos. Otros, en cambio, actúan como auténticos secuestradores. Surgen de pronto, se instalan en nuestra cabeza, en el papel, en nuestra vida, malogrando el menor intento de deserción, conminándonos a entregarnos en cuerpo y alma, y dejándonos prácticamente sin aliento. Sólo al final, al término del cautiverio, volvemos a ser lo que fuimos y respiramos liberados. Cortázar, que conocía de sobra estos arrebatos, los llamó "cuentos contra el reloj", apreciación únicamente aplicable al género, porque parece más que improbable que, en ese especial estado de posesión, se pueda empezar y acabar una novela sin que el autor perezca en el intento. Pero no siempre la creación resulta tan rápida o compulsiva. Muy a menudo -y apelo ahora sobre todo a mi experiencia- el proceso de escritura se asemeja a un largo pasillo en el que nos adentramos con cierta tranquilidad y paso firme. Tenemos un objetivo en la mente y un itinerario en la mano. Creemos -de ahí nuestra aparente decisión- saber adónde vamos. Pero no está tan claro que así sea. Porque aunque, como dijo Borges, resulta "un gran alivio conocer el final", eso no implica que, forzosamente, lleguemos a donde nos habíamos propuesto. En el largo pasillo, a derecha e izquierda, en el techo o bajo nuestras pisadas, se abren puertas, se adivinan ventanas, se dibujan altillos, o se presienten sótanos o pozos profundos. Y el autor, muy dueño de seguir implacable el trayecto previsto, puede, al contrario, ceder a la tentación de curiosear, traspasar puertas, asomarse a ventanas, o preguntarse qué es lo que se oculta bajo sus pies o se esconde en el interior de los altillos. Corre el riesgo de perder el rumbo, cierto. O de perderse, en todos los sentidos. Aunque también es posible que, después de sus pequeñas incursiones, vuelva al plan originario y termine arribando a puerto enriquecido. O quizás el puerto -el "alivio" de Borges- no sea, como creíamos, el destino final, sino tan sólo una escala que deje entrever otro puerto. O una sucesión de puertos. Cuando esto ocurre -así, de pronto, sin previo aviso- el autor se siente como un mago que acaba de sacar un animal vivo de la chistera. Una paloma o un conejo que no recordaba haber escondido en el forro de la levita o en sus enormes bolsillos de doble fondo. Y se asombra, claro está. No podría ser de otra manera.

Pero no estoy hablando de magia ni de milagros, sino de algo tan simple como la chispa, el fogonazo; la súbita conexión con esas "cosas que no sabemos que sabemos". Y, sin embargo, allí están. Como en los bolsillos del prestidigitador olvidadizo, o como en la vieja e inhóspita posada española, minuciosamente descrita por Richard Ford, entre otros viajeros de talento, y rescatada por Jünger en las últimas líneas de su Visita a Godenholm. Nuestra posada es un cruce de caminos, un intercambio de historias y vivencias. Pero también un lugar de desabastecidas alacenas en el que los huéspedes, en definitiva, no encuentran "más que lo que traen consigo en su equipaje". Palabras que en su día me impresionaron, y que, si alguien husmeara en mis estanterías, descubriría todavía hoy subrayadas en rojo. En un tímido, respetuoso y cada vez más desvaído trazo de lápiz rojo. -

Cristina Fernández Cubas (Arenys de Mar, Barcelona, 1945) ha publicado recientemente el libro Todos los cuentos (Tusquets, 2008. 507 páginas. 24 euros), que reúne su obra de 25 años: veinte relatos de cinco libros -Mi hermana Elba (1980), Los altillos de Brumal (1983), El ángulo del horror (1990), Con Agatha en Estambul (1994) y Parientes pobres del diablo (2006)-, y El faro, homenaje a Edgar Allan Poe.

- El País -

lunes, 12 de octubre de 2009

Si planificas...

Si planificas para un año, siembra trigo.
Si planificas para una década, planta árboles.
Si planificas para toda la vida, educa personas.

- KWAN TZU -

sábado, 10 de octubre de 2009

Padres, no amigos...

Padres, no amigos

Colegas o 'hiperpadres', muchos progenitores viven el desconcierto de ver crecer a sus hijos huérfanos de modelo y de límites

El niño de seis años se encarama en el carro del supermercado mientras sus padres lo empujan y sortean estanterías. Es él quien dirige la compra y elige los productos que acaban en el carro. ¿Croquetas, pizzas, zumos? Para él es un juego, pero la decisión de compra está en sus manos. "Se le da un papel de adulto. Algo que se repite en otras situaciones diarias. No hay un modelo de autoridad saludable", señala Ana Sáenz, psicóloga vinculada al centro Marie Langer, especializado en ofrecer propuestas sobre malestares cotidianos. Sáenz reside en Bilbao, está integrada en la red de psicología Procesos Correctores Comunitarios (Procc) y colabora con colegios e instituciones. "Para crecer los niños necesitan sentirse seguros y autónomos, pero muchos padres desconocen las necesidades vitales de cada periodo. Se les exige mucho en ciertos aspectos y se les sobreprotege en otros", asegura.

No están ausentes, pero en ocasiones desertan. Muchos padres y madres, además de guardar en la cartera las fotos de sus hijos, tienen la sensación de llevarlos a cuestas. Suelen ser padres condescendientes, colegas en lenguaje coloquial, o hiperpadres. ¿Pero son padres y madres? No, son amigos, o animadores sociales y, si son perfeccionistas y tienen tiempo, profesores domésticos, pero no siempre ponen límites a los afanes consumistas y expansionistas de sus hijos. A no ser que su bolsillo flaquee, les violenta menos comprar un juguete o la maldita chuchería que repetir cada tres minutos en un tono sereno que no pueden tener todo lo que ven. Muchos tienen criterio, lo que no saben es decir que no sin enfadarse; otros pasan en pocas horas de ser padres modélicos a sentirse víctimas. "Prefiero no enterarme de algunas cosas para no estar todo el día de gresca", afirma el padre de una adolescente. "Paso del grito a la autocompasión y hasta empiezo a hablar sola por el pasillo", admite la madre de un chico preadolescente y otro al final de la ESO.

El modelo de padre y madre ha experimentado varios cambios en los últimos años, pero algunos han perdido el guión en medio del viraje. En algunas familias el padre o la madre son figuras desvaídas, fotocopias que podrían imantarse en la nevera junto a los recados urgentes. "Juan, mañana tienes examen de Cono... Estudia, no me seas vago". "Oye Vanessa, reina, si llevas una hora con la PSP, ahora no te pongas a bailar con la Wii, ¿eh?". Su papel es insustituible, pero a veces les resulta ingrato, grande, aplastante. Les cuesta ejercer y mantener cierta insobornable autoridad. Pero si ellos dejan de ser padres, sus hijos se quedan huérfanos y sin referentes, advierte Emilio Calatayud, magistrado del Juzgado número 1 de Granada.

En el otro extremo, o mezclado con ese modelo amable, se encuentran los hiperpadres, arquitectos mentales de completos currículos de futuro para sus vástagos. Pintura, música, baloncesto. ¿Qué más? Algunos parecen estar examinándose cuando juegan con sus hijos. ¿Lo están haciendo bien? Todo les parece poco. ¿Todo por sus hijos, pero sin sus hijos? "¿Qué clase de niños quieren?", pregunta Sáenz. "El modelo que se les propone es el de la sociedad de consumo, aquello que funciona. Por ejemplo, se niega la pubertad, etapa en la que salen afuera y se despiden de su infancia. Se busca que pase cuanto antes y se adelanta la adolescencia por influencia de la televisión. Se les roba así parte de su niñez y se les empuja a adoptar un prematuro rol juvenil". En definitiva, dan bandazos e incluso adoptan ellos el papel de niños, haciendo como que lloran o imitando sus rabietas, apunta Sáenz. "¿Qué autoridad muestra un adulto que actúa así? Algunos niños pueden pensar: '¿Y éste es el que me cuida?".

Carmen Loureiro, psicóloga de Nexo y colaboradora del Centro Abierto Tomillo, en Madrid, piensa que "el denominador común entre los padres es la culpabilidad". Gracias a esa culpabilidad proliferan las escuelas para padres en colegios o gabinetes psicológicos. El vacío es tal que José Antonio Marina acaba de crear una universidad para padres virtual.

Nunca hubo padres tan informados, pero algunos siguen cursillos y hasta exploran en Internet foros educativos. En especial cuando sus hijos llegan a la ESO. "Mereció la pena mientras fue pequeño. La fiesta acabó con la adolescencia", afirma una madre. La clave la da Alicia Fernández-Zúñiga, psicóloga y directora del Instituto de Lenguaje y Desarrollo (ILD), en Madrid: "Lo que no hagas cumplir antes de la adolescencia será imposible exigirlo después".

"Yo soy padre de mis hijos, no su colega", dice el juez Calatayud. "Por temor a ser autoritarios nos da miedo decir no", continúa. Emilio Calatayud reconoce que es más fácil ser juez que padre. "Hay que poner límites a los hijos desde el primer minuto de vida. Luego cuesta más", avisa. A veces los padres se descuidan y el chaval díscolo acaba en el juzgado. "Hay un empeño en judicializar todo, pero por suerte el 80% de los jóvenes que cometen delitos no son delincuentes", explica. Se refiere a chicos que han cogido una moto ajena, han cometido un pequeño robo o han participado en una pelea. Suele imponerles castigos en beneficio de la comunidad, sea el cuidado de discapacitados o la limpieza de espacios públicos. Quiere que sean conscientes de sus actos y que entiendan que hay que ser solidarios y no depredadores. Se convierten así en voluntarios forzosos durante un tiempo. En algunos casos, la sanción incluye sacarse el graduado escolar o terminar la enseñanza obligatoria. La mayoría no reincide. Un 20% entra en una espiral peligrosa.

"Claro que hay que poner límites claros y sencillos. Muchos niños no calculan bien las consecuencias de sus actos, no tienen perspectivas. No podemos renunciar a señalar límites en situaciones cotidianas", opina Carlos Espinosa, docente e inspector de Educación en Málaga. "Estoy a favor de las sanciones integradoras y no de los castigos desintegradores", prosigue. "Echarle de clase si molesta sólo sirve para que el chaval pierda el tiempo, pero encargarle que recoja las pelotas del patio, o de todas las pilas del colegio para llevarlas a reciclar, sí es útil", agrega. Espinosa es coautor del libro Los niños y jóvenes del tercer milenio, y sostiene que los alumnos son cada vez más espabilados y curiosos, aunque no conecten con el saber formal o no siempre sean buenos estudiantes.

Al igual que el juez Calatayud, Espinosa ha tratado tanto a muchachos de ambientes marginales como a chicos malos de buenas familias. Entre unos y otros hay abismos, advierte, aunque coincidan en los juzgados. Los primeros crecen entre carencias y son rebeldes, "pero van por otros derroteros", dice. Los hijos de clase media que maltratan a niños y ancianos sin que sus músculos se alteren son maestros de la simulación y suelen ser más peligrosos. "Con muchos de ellos las técnicas educativas fracasan, son maltratadores, y hay que combinar distintas terapias", sostiene.

"Hay una tendencia a dejar hacer", reconoce Alicia Fernández-Zúñiga. "Pero es preciso establecer unas pautas y cumplirlas. Está demostrado que los niños que siguen unas normas crecen más seguros que los que carecen de ellas. Los que no las incorporan se vuelven más tiranos, no más seguros", señala. Fernández-Zúñiga observa que el cachete es ya algo infrecuente. Lo que percibe en muchos padres es cansancio, pensar: "Pero si tiene de todo...". En los talleres de padres que imparten en su centro, más de una vez ha convocado a abuelos y cuidadoras. "Estas últimas pasan mucho tiempo con los niños, sin tener autoridad y en ocasiones criterio". Sería interesante plantearse una escuela de cuidadoras y no sólo de padres, comenta.

Emilio Calatayud registra desde hace unos cuatro años un incremento de violencia familiar protagonizada por menores, así como grabaciones de peleas entre compañeros en el móvil, como si fuera un hito. Percibe también una mayor participación de niñas en episodios violentos dentro del ámbito familiar. Y al mismo tiempo, situaciones de violencia de género en primeras parejas. "En alguna ocasión ha habido que dictar órdenes de alejamiento de sus ex novias a chicos de 14 o 15 años", reconoce.

El juez piensa que en la todavía joven democracia española "se insiste más en derechos que en deberes, lo que favorece todo tipo de contradicciones, hasta caer en el absurdo". No entiende cómo se le ha condenado a la madre de Jaén que pegó a su hijo de 10 años a un año de alejamiento. "Supongo que la condena se ha fundamentado en el artículo 173, pero quizá habría que volver a redactarlo. Está muy bien corregir sin atentar contra la integridad física, pero también hay que ejercer de padre o madre", sostiene.

Un abeto entrelazado de guirnaldas. Felicidad de familia numerosa con chimenea. Los anuncios navideños transmiten un tipo de familia tradicional que ha dejado de ser mayoritario. Las familias de un sólo adulto con uno o dos hijos o las numerosas a fuerza de reconstituidas son tan reales como las otras. "El desconcierto de muchos padres se agrava porque ellos mismos están en precario con su proyecto de vida o con su pareja", afirma Sáenz. "A muchas mujeres, a pesar de haber separado su doble condición de madres y trabajadoras, les cuesta separarse de sus hijos por motivos laborales", añade. Por su parte, Carmen Loureiro recuerda que "el estrés, la inmadurez emocional de los padres y la confusión entre las necesidades de los niños y las que nosotros les atribuimos, confluyen en reprimendas inútiles que lastran la verdadera comunicación. Algunos fantasean sobre cómo deben ser sus hijos y se frustran si no cumplen sus expectativas. Olvidan que un niño necesita sentirse aceptado y saber que el amor de sus padres es incondicional", agrega.

"Es útil saber y poder decir no sin que te cause trauma, y explicar a tus hijos que no son raros por no tener Play", afirma Mariana Peláez. Asistió a un taller de padres del centro Marie Langer a través del colegio Siglo XXI de Madrid al que acuden sus dos hijos. "Surgen temas que nos interesan y se escenifican conflictos sin contar nada íntimo", añade. Francisco Javier Santaella, director de una entidad financiera, y su esposa, padres de tres hijos, han seguido en Andalucía un taller similar. "Hubo un antes y un después tras el taller", asegura. "Al casarte todo parece idílico, pero con los hijos surgen contradicciones", admite.

"La falta de conciliación está en la raíz de los problemas", opina una experta en educación de la Fundación Tomillo que trabaja ahora con hijos de inmigrantes. "Con 12 años, hay niños que pasan la tarde solos, o con una cuidadora. Los niños aprenden a través de modelos y si no lo encuentran en sus padres traspasan al grupo de iguales sus expectativas. Las habilidades comunicativas de los padres son decisivas: su actitud cuenta tanto como sus palabras. Sin embargo, muchos llegan cansados después de relacionarse con sus compañeros y sus habilidades aparecen menguadas".

Los niños son esponjas y captan cada gesto, recuerda Loureiro. "No están peor educados que antes, lo que sucede es que hay que dirigir sus emociones desde la motivación", concluye.

APRENDIENDO A SER PROGENITORES

- Hijos y padres tienen igual dignidad, afirma Jesper Juul (Los valores para la familia de hoy. Maeva), pero no son iguales. Los niños necesitan el liderazgo de sus padres. Un faro que emita señales claras y reguladoras.

- Con niños poco dispuestos, más que iniciar una batalla campal por los deberes, hay que fragmentar tareas: "Ahora estudiamos, luego hacemos algo que te guste, y volvemos a estudiar", sugiere Alicia Fernández-Zúñiga.

- "Se lo he dicho ya..." Hay que repetir con firmeza (y sin ira), lo que esperamos de los niños.

- Nuestros abuelos decían siempre "no" (por seguridad) y los padres de hoy "sí" (por seguridad), señala Juul. Hay que decir "sí" o "no" por convicción.

- Las familias españolas apenas reconocen conflictos. Un 23,7% forma un núcleo unido; un 42,9%, coexiste de modo pacífico, y un 15% es problemática (Estudio Gerardo Meil/La Caixa).

- El País -

viernes, 9 de octubre de 2009

Ya sabes...


"Ya sabes, la capacidad para tener al mismo tiempo dos ideas contradictorias en la cabeza es señal de inteligencia"
- Alicia Erian: "Abrázame" -

miércoles, 7 de octubre de 2009

El amor es química...


El amor es química... y algo de amistad

Las hormonas definen el calendario amatorio: la testosterona dispara el deseo y la oxitoscina mantiene la fidelidad

El amor se suele considerar indefinible, porque unos lo ven con Freud como una sublimación del sexo, otros con Fromm como una de las bellas artes, y otros le aplican la palabra al gato. Pero ¿y si los tres tienen razón?

La antropóloga Helen Fisher, de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey, se basa en sus experimentos de imagen cerebral (por resonancia magnética funcional) y en el resto de la evidencia disponible para defender una definición tripartita del amor. Primero el impulso sexual indiscriminado, una fuerza autónoma que desata la búsqueda de pareja en cualquier acepción del término; luego la atracción sexual selectiva; y por último el cariño, el lazo afectivo de larga duración que sostiene a las parejas más allá de la pasión.

Son tres procesos cerebrales distintos, pero interconectados. Y tienen una profunda raíz evolutiva común, porque su balance controla la biología reproductiva de las especies. El impulso sexual, la primera fase del amor, está regulado por la testosterona (masculina) y los estrógenos (femeninos) en el común de los mamíferos, más bien por la testosterona en los primates, y casi exclusivamente por la testosterona en el Homo sapiens.

Los hombres con más testosterona en la sangre tienden a practicar más sexo, pero también las mujeres suelen sentir más deseo sexual alrededor del periodo de ovulación, cuando suben los niveles de testosterona. El declinar de esta hormona con la edad va asociado a la reducción de todos los tipos de libido, incluidas las fantasías sexuales.

La testosterona no se relaciona con los gustos preferenciales, sino más bien con los genéricos. Los psicólogos del Face Research Laboratory de la Universidad de Aberdeen, Reino Unido, acaban de demostrar, por ejemplo, que los altos niveles de testosterona -incluso en el mismo hombre, cuando varían en distintos momentos- se correlacionan con su gusto por los rasgos de la cara asociados a la feminidad, en genérico, como ojos grandes, labios llenos, etcétera. De modo similar, muchos estudios han mostrado que los juicios de las mujeres sobre el atractivo masculino están afectados por los niveles de las hormonas sexuales.

Varios experimentos han cartografiado las zonas del cerebro que se activan al enseñar a los voluntarios una serie de fotos de contenido erótico explícito. Aunque los resultados son complicados, una de las activaciones más reproducibles y proporcionales al grado de excitación sexual declarado por el sujeto es el llamado córtex cingulado anterior. En un experimento independiente, esta misma zona resultó activarse cuando el equipo del voluntario metía un gol, una coincidencia que admite varios tipos de interpretación. O tal vez ninguna.

La segunda fase es el amor romántico, el amor en sentido clásico de la palabra enamorarse. Es un rasgo humano universal, y su característica definitoria es la atracción sexual selectiva. Por esta razón, los etólogos creen probable que el amor humano haya evolucionado a partir del ritual de elección de pareja, o cortejo de atracción típico de los mamíferos. Parece confirmarlo el hecho de que, en casi todos los mamíferos, ese cortejo se caracteriza por un notable despliegue de energía, persecución obsesiva, protección posesiva de la pretendida pareja y belicosidad hacia los posibles rivales.

Pero hay una diferencia. "En la mayoría de las especies", dice Fisher, "el ritual de elección de pareja dura minutos u horas, como mucho días o semanas; en los humanos, esa fase temprana de intenso amor romántico puede durar de 12 a 18 meses". Un año y medio para elegir pareja, ya está bien con el ritual de cortejo.

Según han documentado los antropólogos en 147 sociedades humanas, el amor romántico empieza "cuando un individuo empieza a mirar a otro como algo especial y único". Luego el amante sufre una deformación perceptiva por la que agiganta las virtudes e ignora las sombras del otro. Las adversidades estimulan la pasión, las separaciones disparan la ansiedad.

Son los signos de un alto nivel de dopamina en los circuitos del placer del cerebro, y así lo han confirmado los experimentos de imagen. Por ejemplo, enseñar a un voluntario una foto de su amada activa las rutas de la dopamina en los circuitos del placer. Estos circuitos guían gran parte de nuestro comportamiento -ni comer nos gustaría si no fuera por ellos-, y son los mismos que se activan en el ritual de cortejo, o de elección de pareja, de la mayoría de los mamíferos.

La hipótesis de Darwin era que las hembras elegían a sus parejas basándose en su "sentido innato de la belleza", pero la situación, al menos en la especie humana, parece haber sufrido todo tipo de complicaciones. El equipo de Steve Buss, de la Universidad Estatal de California en Fullerton, ha demostrado que el mismo hombre les parece más deseable a las mujeres si aparece rodeado de mujeres que cuando aparece solo, o rodeado de otros hombres. Por el contrario, una mujer pierde puntos ante los hombres si aparece rodeada de otros hombres. La interpretación no está muy clara, pero aquí hay algo que parece escapar del mero romanticismo. Hay otra componente más en en la elección de pareja. Cuando los investigadores preguntan a grupos de estudiantes heterosexuales cuáles son los atributos que más valoran para formar una pareja, cada estudiante parece buscar los mismos rasgos que se atribuye a sí mismo en un test independiente.

Pero el amor romántico, con ser larguísimo en el ser humano, no suele durar más allá de un año o año y medio, y los cachorros de nuestra especie están completamente inválidos a esa edad. Hace falta otro mecanismo que prorrogue los lazos afectivos, y lo hay. La pista vino de dos especies de topillos.

El topillo de la pradera (Microtus ochrogaster) tiene un comportamiento familiar intachable. Las parejas son fieles hasta que las muerte las separa, e incluso el 80% de los topillos no vuelven a contraer matrimonio tras enviudar. Los dos cónyuges colaboran sin rechistar en el cuidado de la prole, y suelen vivir con los suegros en paz . Todo lo contrario que su especie hermana, el topillo de la montaña, Microtus montanus: hoscos, enclaustrados en sus madrigueras individuales, traidores con sus parejas; los machos no cuidan de la prole en absoluto, y las hembras abandonan a las crías a las dos semanas de parirlas.

Larry Young, de la Universidad de Emory, descubrió que la buena fama de Microtus ochrogaster sólo es cierta como promedio: muchos topillos de la pradera son fieles y empalagosos, en efecto, pero otros son tan traicioneros y correosos como sus primos de la montaña. Ello le permitió hallar que la causa de esas diferencias entre individuos es un solo gen que evoluciona muy deprisa. El gen fabrica el receptor de la vasopresina.

La vasopresina es una hormona capaz de alterar el comportamiento, pero necesita acoplarse a un receptor situado en las neuronas para ejercer sus efectos. Los topillos que llevan una versión muy activa del gen tienen mucho receptor de la vasopresina en el cerebro, y por tanto son fieles y empalagosos. Los que llevan una versión poco activa tienen poco receptor y por tanto son traidores y malencarados.La versión de alta actividad predomina entre los topillos de la pradera -de ahí la buena fama de la especie-, y la de baja actividad es la norma entre los primos de la montaña, pero cada topillo es un mundo.

Los científicos empezaron a analizar ese gen en las personas y a comparar sus variantes con sus perfiles psicológicos. También añadieron a sus investigaciones otro gen similar que tiene también la capacidad para evolucionar muy rápido, el del receptor de la oxitocina.

Los dos genes están relacionados con la oxitocina y la vasopresina, dos hormonas que afectan al circuito del placer (o de la recompensa) cerebral. Estas hormonas actúan a través de unos receptores situados en las neuronas de esos circuitos. Los dos genes clave fabrican el receptor de la oxitocina y el receptor de la vasopresina.

Hasse Walum y sus colegas del Instituto Karolinska, en Estocolmo, han estudiado recientemente a 552 pares de gemelos o mellizos, y a sus parejas. Han analizado su gen avpr1a (el receptor de la vasopresina) y los han sometido a pruebas para evaluar sus "índices de calidad en la relación marital" y de "vinculación con la pareja". El 32% de los hombres con el gen variante permanecen solteros (frente al 17% con el gen estándar), y todos sus índices de "calidad marital" y vinculación afectiva son significativamente menores.

Cuando una topilla de la pradera recibe una dosis cerebral de oxitocina, se siente vinculada de inmediato al macho que esté más cerca en ese momento, y de forma perdurable. En humanos se ha hecho una prueba similar, pero con dinero. Un equipo de economistas y psicólogos suizos demostró que una simple inhalación de un aerosol de oxitocina hace que la gente confíe más en los extraños y, por ejemplo, les preste mucho más dinero en una situación ficticia (pero con dinero real puesto por el voluntario).

Ambos genes evolucionan muy deprisa y producen variantes (alelos) de mayor o menor actividad, con efectos similares a aumentar o disminuir la cantidad de las hormonas. Ya se ofrecen por Internet productos como Enhanced Liquid Trust basados en la oxitocina, "diseñado para mejorar el área de citas y relaciones en tu vida".

Pero el amor se parece mucho al amor propio. Lisa DeBruine, de la Universidad McMaster de Ontario, reclutó hace unos años a un grupo de voluntarios para jugar por Internet a una especie de dilema del prisionero. Cada voluntario podía ver en el ordenador la cara del otro jugador, y sólo con eso tenía que decidir si compartía con él su dinero o intentaba hacerle una pifia. La pifia, en realidad, se la había hecho DeBruine a todos los voluntarios, porque al otro lado del ordenador no había nadie. El supuesto jugador no era más que un programa, y las caras habían sido generadas por métodos informáticos. El resultado fue que la mayoría de los voluntarios había decidido compartir su dinero candorosamente cuando la cara del otro jugador era... ¡la suya propia!

Si hay una cuarta fase del amor, lo más probable es que esté al otro lado del espejo.

- El País -