viernes, 30 de septiembre de 2011

Algunos libros que han cambiado el mundo (II)

-Sumario de la institución de la religión cristiana de Juan Calvino (1509-1564): el libro más importante de la Reforma. En él se fundamenta la concepción agustiniana del poder absoluto de Dios y el derecho del hombre a resistirse a los poderes terrenos, que son solamente instrumentos de Dios, cuando atentan contra la voluntad divina.

-Sobre las revoluciones de las orbes celestes de Nicolás Copérnico (1473-1543): explica los movimientos celestes observables afirmando que la Tierra gira alrededor del Sol, y éste alrededor de sí mismo. Por esa razón, en 1616 fue incluido en el índice de libros prohibidos por la Iglesia.

-Index Librorum Prohibitorum (1559): lista de los libros prohibidos que, a juicio del Papa, ponían en peligro la fe o la moral. Ya os imagináis: libros inmorales, obscenos, de ideología inconveniente, Biblias protestantes, libros heréticos, etcétera. El último índice fue publicado entre 1948 y 1962 y contenía 6.000 títulos. Conservó su validez hasta 1966.

-Ensayos de Michel de Montaigne (1533-1592): se crea aquí el ensayo personal, en el que sólo se vierten ideas y experiencias totalmente propias. Obra cumbre del escepticismo.

-El avance del saber de Francis Bacon (1561-1626): programa para un nuevo método científico, una clasificación de las disciplinas científicas y una revisión de la lógica aristotélica. Bacon exige que la ciencia se base sólo en la experimentación.

-Discurso del método de Rene Descartes (1596-1650): constituye la base de la filosofía moderna.

-Leviatán de Thomas Hobbes (1588-1679): texto político que explica y legitima el Estado absolutista a partir del contrato social por el que los individuos, para defenderse mutuamente, ceden al Estado el monopolio del poder.

-Pensamientos de Blaise Pascal (1623-1662): transformó el escepticismo racional sobre el cristianismo en un escepticismo sobre la razón, logran penetrar en lo más profundo del alma humana. “El corazón tiene su lógica, que la lógica no conoce.”

-Principios matemáticos de la filosofía natural de Isaac Newton (1643-1727): teoría que demuestra que todos los fenómenos del Sistema Solar pueden deducirse y predecirse a partir de las leyes de la dinámica y de la gravitación. Sin duda, la obra más importante de la ciencia natural. El poder divino se sustituye por las leyes de la causalidad y de la mecánica.

-Los Alpes de Albrecht von Haller (1708-1777): libro de poemas que descubre la sublimidad del mundo de las montañas, que hasta entonces sólo había suscitado rechazo y aversión. El libro abrió las puertas al turismo.

-Systema Naturae de Carl von Linneo (1707-1778): fundamentación de la botánica y de la zoología modernas mediante una clasificación sistemática del mundo vegetal y animal en géneros y especies. La nomenclatura latina que establece Linneo es la que se sigue usando actualmente.

-Enciclopedia de Diderot y D´Alembert (1751-1765): la obra más importante de la Ilustración europea y que contribuyó al descrédito del Antiguo Régimen.

-Ensayo sobre las costumbres de Voltaire (1694-1778): describe la historia universal como un progreso dirigido hacia la Ilustración al que puede contribuir toda nación.

-Del contrato social de Jean-Jacques Rousseau (1712-1778): defensa de un retorno a la naturaleza y a la igualdad natural entre los hombres. Para el autor, la sociedad levanta barreras artificiales entre los seres humanos, a quienes les une una simpatía natural.

-Tratado sobre el origen del lenguaje de Johann Gottfried Herder (1744-1803): se aplicó la idea de evolución al lenguaje y se tenía la esperanza de esclarecer el entendimiento humano basándose en el desarrollo de la lingüística como comparación entre lenguas y culturas. Ello condujo al desarrollo de dos cosas: la filología y el “chauvinismo” lingüístico.

-La riqueza de las naciones de Adam Smith (1723-1790): la primera obra sobre economía política clásica y también la más significativa. Se considera la división del trabajo como el motor del aumento de la productividad y del progreso económico. Un motor que se ve obstaculizado cuando el Estado protege a determinados grupos sociales.

-Crítica de la razón pura de Immanuel Kant (1724-1804): el conocimiento entendido como la suma entre el mundo externo, objeto de la experiencia, y la facultad de síntesis del entendimiento independiente de la experiencia.

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jueves, 29 de septiembre de 2011

Un prostíbulo es...



"Un prostíbulo es el único lugar falso en el que el hombre, por fin, es auténtico, débil, hermoso y frágil"
13,99 de Frédéric Beigbeder

martes, 27 de septiembre de 2011

Algunos libros que han cambiado el mundo (I)


Algunos libros que han cambiado el mundo (I)

A menudo creemos que los libros sólo son eso, libros: un puñado de papeles llenos de letras (opinión sobre todo sustentada por aquellas personas que no han leído demasiados libros).

Pero los libros son muchas más cosas, y atesoran un poder mayor que el de un arma cargada o un movimiento sísmico que alerte las agujas de Ritcher; como también es mucho más de lo que parece una cruz (gamada o cristiana), una bandera (hasta se convierte en una infracción quemar este aparente jirón de tela) o la pluma que hacía creer a Dumbo que podía volar.

Así pues, desde Papel en Blanco, es conveniente confeccionar una relación, más o menos objetiva, de libros que, aunque parecían simples libros, tuvieron el poder de cambiar el mundo, de zarandearlo cuando sus páginas se abrían y contaminaban las mentes de quienes los leían. Como grimorios llenos de conjuros mágicos.

-Institutiones o Codex lustinianum de Justiniano (482-565): compendio del Derecho romano, que acabó influyendo en el desarrollo del derecho de toda Europa.

-Cosmographia de Claudio Ptolomeo (muere hacia el 161 d. C.): presenta la Tierra como centro del universo y determina la concepción del mundo entre los siglos II y XVI. Sus datos falsos sobre la extensión de Asia motivaron los viajes de Colón.

-Elementa Geométrica de Euclides (s. III a. C.): el manual de matemáticas más antiguo del mundo. Hoy todavía resulta útil, dado que el lenguaje de las matemáticas es universal.

-Suma teológica de Santo Tomás de Aquino (1225-1274): síntesis de la filosofía aristotélica y de la teología cristiana. Por esa razón es el tratado filosófico más importante de la Edad Media.

-Ópera de Galeno: Libro fundamental de medicina hasta la Edad Moderna. Su doctrina de la mezcla de los humores corporales influyó fuertemente en la literatura y el teatro.

-Historia natural de Plinio el Viejo: Enciclopedia de la ciencia de la Antigüedad que cita más de 400 fuentes griegas y romanas. Abarca todas las ramas del saber, desde la física hasta a la literatura. Fue el libro de consulta más importante de la Edad Media.

-Historia de Heródoto (482-425): describe la invasión de Grecia por los persas entre los años 490 y 479 a. C.

-Utopía de Tomás Moro: relato acerca de la inexistente Utopía, un estado ideal comunista en el que se llevan a cabo los ideales de la educación humanista del autor y modelo de todas las demás utopías.

-El cortesano de Baldassare Castiglione (1478-1529): Guía de comportamiento para el cortesano ideal.

-El Príncipe de Maquiavelo (1496-1527): fundamentación de la doctrina de la razón de Estado. La política ya no se considera desde una óptica moral sino desde un punto de vista científico-técnico.

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lunes, 26 de septiembre de 2011

En las películas...


En las películas, el 99% es acción y el 1% tiempo de espera, en la vida real... es al revés. Dios, cómo me aburro!!!
Axe/ Olexa: "Warfix: adicto a la guerra"

sábado, 24 de septiembre de 2011

Memoria poética del subsuelo...


The Velvet Underground, memoria poética del subsuelo

Varios especialistas debaten la carga literaria de la banda

Waldo está tan enamorado de Marsha y lleva tanto sin verla que, como no tiene suficiente dinero para un billete, decide meterse en una caja y enviarse a sí mismo hasta donde ella vive. Cuando el misterioso paquete llega, Marsha utiliza un cortador de acero para abrirlo y encuentra a Waldo decapitado. Lo acaba de matar.

No es un cuento de Edgar Allan Poe sino The gift, uno de los primeros textos que escribió Lou Reed en el colegio y que años después se convirtió en canción. Incluida en el segundo disco de The Velvet Underground, el imprescindible White light / White heat, es un ejemplo de la riqueza narrativa de la banda neoyorquina que rompió las barreras entre el rock, el arte y la literatura. Ahora, la quinta edición de Poesía del rock, que organiza el Instituto Municipal del Libro de Málaga, dedica a la Velvet un ciclo de conferencias.

Abrió fuego ayer Victor Bockris, de 61 años, escritor británico especializado en biografías musicales, autorizadas y no autorizadas e incómodas para muchos. Bockris llegó a Málaga con Up tight bajo el brazo; un libro básico sobre el grupo neoyorquino escrito en 1983 y recientemente reeditado en España. También llegó sorprendido. "¿Es habitual aquí hacer conferencias sobre The Velvet Underground? Es la primera que doy", asegura Bockris. "El arte es muy categórico en Estados Unidos. Si haces música, no haces literatura. Allí es difícil que reconozcan a Lou Reed como literato. Sólo ha pasado con Bob Dylan", explica Bockris en una conversación antes de su conferencia, que se centró en la relación del grupo con Andy Warhol. "La Velvet Underground es Lou Reed escribiendo canciones folk, orquestadas por John Cale y cantadas -en ocasiones- por Nico", asegura. "Todo producido por Andy Warhol, que fue muy listo y tenía una influencia grandísima entre dos egos gigantes: Lou y John".

Otra de las indudables influencias literarias de la Velvet fue el escritor estadounidense Delmore Schwartz. "Bob Dylan también ha sido muy importante para Reed", precisa Bockris, "aunque nunca lo reconocerá". Cuando en 1964 nace The Velvet Underground, Dylan está a punto de publicar su primer disco eléctrico. "La literatura entra de lleno en el rock, pero hasta entonces pocos habían escrito canciones sobre la homosexualidad, las drogas... Fue uno de los éxitos de la Velvet". Y no sólo por Heroin, sino también por Waiting for my man, prodigio de concisión narrativa para algo tan banal como esperar a un camello en el Harlem neoyorquino.

El británico conoció a Reed en 1972. Ahora Reed le prohíbe la entrada a sus fiestas privadas. "Es un tío fantástico y muy agradable, pero tiene una personalidad depredadora. Te hace amarlo, para luego destruirte. Se ha convertido en un hombre aburrido porque se toma demasiado en serio. No es el ideal para compartir una tarde, porque estaría todo el rato hablando de sí mismo".

EL PAIS

viernes, 23 de septiembre de 2011

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Léeme o muere...


Léeme o muere

Que a un escritor le hagan caso en la era de la saturación audiovisual quizá requiera emplear estrategias como éstas.

Fanfarria. "Del autor de Australia, llega a nuestras pantallas un thriller, una máquina textual". No es el anuncio de una película, es uno de los tráileres de Los muertos (Mondadori), la primera novela de Jorge Carrión. Cuatro vídeos de sofisticado engranaje, creados por el realizador Sergio Espín, que acaban con un tenso fundido en negro y una inscripción categórica: "El 19 de febrero, en sus pantallas, librerías, e-books". Además de los virales y un reloj con la cuenta regresiva, como si de la última temporada de Perdidos se tratara, en la web del escritor —customizada para los efectos— se invita al lector a seguir el lanzamiento vía blog, Twitter y Facebook. Ejercicio de ego o simple expresión de los tiempos que corren, lo cierto es que los tráileres sorprenden, provocan interés, risa, escozor. Promueven.

"No es habitual poner en juego tantos recursos para dar a conocer un libro", sostiene Carrión, "pero si lo he hecho es porque la novela reflexiona sobre las redes sociales, los fans, las páginas web y el lenguaje audiovisual". A él —y a buena parte de los de su generación— parece obsesionarle, como tema literario o vital, el mundo del espectáculo y la exhibición mediática. No es extraño que muchos escritores utilicen idénticos mecanismos de comercialización y se vean a sí mismos como artistas a la vez que productos. En contra del estereotipo de escritor romántico, torturado, invisible, éstos parecen participar activamente en las estrategias de comunicación de sus libros.

¿Es la autopromoción literaria un invento reciente? "Desde Wilde hasta Conan Doyle, han existido escritores con notables dotes para la publicidad", recuerda Vicente Luis Mora, que en abril publica Alba Cromm (Seix Barral). "Píndaro participaba en concursos poéticos y escribía epinicios a los ganadores de los Juegos Panhelénicos, que es como si Gamoneda dedicase un poema a los ganadores de Gran hermano". Para Mora hay buenos escritores muy publicistas y malos escritores muy puristas. "Cada cual hace networking a su manera", agrega Carrión; "Javier Marías, por ejemplo, carteándose con celebridades que admira y que después se citan en las solapas de sus libros". Sin ir mucho más lejos, Borges, Bioy Casares o Fogwill se dedicaron profesionalmente a la publicidad. Para el autor de Los muertos es imposible que no aplicaran esos conocimientos a la promoción de sus libros.

¿Deben ser tomados menos en serio como escritores por ser publicistas de sus obras? ¿Es determinante que Ray Loriga saliera fotografiado con pose de rockero en la portada de uno de sus títulos para juzgar su calidad literaria? "La mayor parte de los escritores redactamos nuestras solapas. Un escritor, además de bueno, puede ser modesto, pero ésa es una cualidad personal, no textual", opina Eloy Fernández Porta, autor de Homo Sampler (Anagrama). Y remarca: "El escritor siempre forma parte del departamento de marketing de sí mismo, sea como peón o como jefe".

Aceptemos que Carrión ha actuado como jefe de marketing. Según Fernández Porta, esto ocurre con autores que provienen de la literatura underground, donde muchas editoriales no tienen jefe de prensa, de modo que cada uno debe buscarse la vida. Incluso dentro de los grandes grupos editoriales —en los que publican muchos de los más devotos del autobombo—, ante la saturación del mercado y los superventas, el autor suma hoy ideas y recursos, trabaja por su cuenta para destacar y llegar a los lectores que le interesan, basándose intuitivamente en nociones como "visibilidad 2.0", "marca personal" o "gestión de la reputación" (ver el libro Márketing para escritores, de Neus Arqués). Y sin ignorar los nuevos formatos, más bien defendiendo su libro con los medios a su alcance. Un libro 2.0 reclama un escritor 2.0.

De las narrativas cross-media de Vicente Luis Mora al "archivo" de "capítulos descartados" de punkjournalism.com, de Robert Juan Cantavella. O el spoken word en Fernández Porta; las sesiones de dj de Kiko Amat; las entradas en Google de la egosurfer Llucia Ramis; el blog/querido diario/poemario abierto de Luna Miguel —"Soy quien soy gracias a blogger.com"—; los booktrailers de Agustín Fernández Mayo; la zona de descargas de textos de la nueva web de Javier Calvo; la novela 2.0 de Enrique Rubio; el disfraz de zombi de Manel Loureiro, y la camiseta de "Soy un cornudo" de Valeriano Campillos. Todo vale siempre y cuando escribas un buen libro.

Para la nueva camada de autores, la promoción puede ser una parte secundaria de la producción artística, pero también, como proponen Fernández Porta y Fernández Mayo, una expresión creativa en sí misma. Ya sea como prolongación digital de lo escrito, valor añadido, guiño, comentario, extensión, marco conceptual o bonus track de la obra. Otro escritor, Germán Sierra, piensa que, como consecuencia del impacto digital, los artistas deben saber que para conseguir una justa compensación por su trabajo van a tener que recurrir a estrategias diferentes. "No me preguntes cuáles. Ésa no es una información para dar gratis".



El crepúsculo de ‘Los muertos’

La primera novela de Jorge Carrión se nutre de la narrativa de las teleseries. Y como tal la promocionan. O casi.

La presencia de Hillary Clinton, primera presidenta afroamericana, aporta una clave útil para entender el grado de distorsión del universo descrito en Los muertos, primera y prodigiosa novela del tarraconense errante Jorge Carrión (1976). Una realidad que es y no es la nuestra, donde cuerpos sin memoria, pero con sueños apocalípticos, se materializan en los callejones de una megalópolis que gestiona, de manera turbia, la relación con el Otro. Bajo el influjo de la sofisticada narrativa de las teleseries de última generación, Carrión construye un laberinto que enfrenta al lector con su adormecido sentido de la culpa.

“Me había pasado dos años viajando por todo el mundo”, recuerda Carrión, “y cuando regresé a casa, volví a leer cómics, que es algo que no hacía desde que tenía 18 o 19 años. De ahí pasé a las teleseries. Seguí viajando y se me iban ocurriendo crónicas de viaje, pero en Jordania se me ocurrió la idea de esta novela”. Algunos de los temas que centran sus libros de viajes —Australia y La piel de La Boca, entre otros— aparecen, bajo otra clave, en Los muertos, novela cuya peculiar naturaleza es el resultado de haberse formulado una pertinente pregunta sobre las mitologías de ficción dominantes en el presente: “Yo vengo de la lectura de Paul Celan, Walter Benjamin o W. G. Sebald. Cuando Celan y Benjamin escribían sus trabajos, la poesía y los ensayos tenían un impacto; pero hoy la literatura tiene un impacto menor, tal y como reflejó Sebald a través de la tensión entre imagen y texto, cine y literatura, archivo visual y escrito. Al escribir después de este crepúsculo, convenía plantearse cuál es la máquina de producción visual que impacta en el presente. Si hasta hace poco fue el cine, ahora son las teleseries. Mi novela plantea la paradoja de cómo narrar lo audiovisual o cómo lo audiovisual narra lo textual”.

Novela que habla “de la memoria histórica, de la ficción y de la relación que establecemos con ésta en términos de empatía, de duelo y pérdida”, Los muertos es una obra anómala, con el secreto poder de sacudir… deleitando. Jordi Costa

EL PAIS

martes, 20 de septiembre de 2011

domingo, 18 de septiembre de 2011

El negocio del cd está en las bragas


El negocio del cd está en las bragas

La ropa interior femenina de Mötley Crüe es el artículo más vendido en su gira, donde cada asistente gastó 10 dólares de media en productos de la banda heavy. Así es como el merchandising salvará al planeta.

Es probable que en unos años las multinacionales del disco se dediquen a comprar campos de soja en Brasil, pastos en la Patagonia o minas en África. Pero, de momento, la opción sigue siendo rotar por completo el negocio de la música, y el merchandising se antoja esa penúltima parada hacia la dominación total de un negocio que sufre espasmos cada semana. Si el dinero gastado en música ya no va a la compra de discos, habrá que ir a buscarlo a otros lugares.

A finales del año pasado, EMI anunciaba que se hacía con Loudclothing, la compañía distribuidora de merchandising no sólo musical —también posee las licencias de la saga Crepúsculo, por ejemplo—, siguiendo la tendencia inaugurada en abril con la adquisición por parte de EMI Music Services —división de la multi dedicada a todo aquello que no sea comercializar cedés— de los derechos para vender los productos de merchandising de Live Nation, el monstruo de las giras. Con la nueva adquisición, la firma ya posee 3.000 puntos de venta de camisetas, tazas, muñecos, llaveros… "Es todo parte de un posicionamiento estratégico. Buscamos abarcar distintas áreas del negocio musical entrando en las redes de distribución de un producto, el merchandising, que tiene una gran importancia. Hay bandas que ya son marcas, y una marca hay que desarrollarla en todos los terrenos en los que pueda resultar rentable", comenta Simone Bosé, presidente de EMI España.

Mientras nadie encuentre la manera de descargar de la Red camisetas de Coldplay o muñecas de Britney, las 23 personas que forman la división de la multinacional dedicada a esto pueden seguir pidiendo hipotecas. Cuentan los más viejos que durante una época los que dirigían los grandes sellos eran unos fans de la música venidos a más. Tal vez de aquí a unos años, cuando los que los dirijan sean los diseñadores y tenderos, podremos recordar que una vez también estuvieron en manos de abogados y expertos en marketing.

"El merchandising se ha convertido en un excelente regalo como complemento a un CD, un DVD, un videojuego o un cómic. Además, a nuestros clientes les gusta tener en casa, llevar puesto o regalar algo que tenga que ver con sus gustos, tanto cinematográficos, musicales o de lectura. Es una manera de identificación, de distinción. Las ventas en los últimos años se han duplicado", explica Leo Alcaraz, jefe de producto de música y merchandising de FNAC España. Mientras secciones como las de bandas sonoras siguen encogiéndose, el espacio dedicado a estos productos se ha multiplicado casi tanto como la oferta. Lo que antes no iba más allá de una camiseta o una gorra, hoy puede ser cualquier cosa y la puede llevar cualquiera. Ser adolescente y fan ya no es premisa básica. Las Spice Girls resucitaron el fenómeno de las muñecas, y Britney lo hizo explotar al llegar a vender hasta seis millones de unidades de esa pobre réplica que sí llevaba ropa interior y no golpeaba a los paparazzi.

En la última gira de Mötley Crüe por Estados Unidos, la media gastada en merchandising por cada asistente a un concierto fue de 10 dólares, siendo el producto estrella no los pósters o las camisetas, sino las bragas de la banda. "Todo evoluciona, y este tipo de mercado también lo hace. Si ahora forman parte de nuestro atuendo diario móviles o iPods, la gente también quiere identificarse o mostrar sus gustos musicales vistiendo carteras, gorras e incluso bodys de bebé para sus hijos", comenta Emilio Martín, propietario de La Cueva del Rock, una compañía que vende merchandising alrededor del hard rock y el heavy por Internet y que ha visto cómo crecer se ha complicado en los últimos años, ya sea por la llegada de grandes tiburones del negocio, por la aparición de un serio mercado de falsificaciones o incluso por la compra y comercialización de licencias rockeras por parte de marcas como H&M, poniendo en riesgo la significación pop a favor de la moda.

"Aunque tal vez no lo parezca, en este campo también hay modas. El producto que se vende hoy es distinto y más refinado al que se encontraba antes, aunque al final los clásicos, como la camiseta de la lengua de los Rolling Stones o los cañones de AC/DC triunfarán siempre", apunta Bosé, de EMI, en referencia a dos productos inspirados en dos marcas cuyo sello discográfico es distinto al que va a comercializarlos a partir de ahora.

Se calcula que en las grandes giras la facturación en este campo asciende a casi la mitad de lo recaudado en entradas. El fenómeno no se reduce sólo a grandes artistas, como Ozzy Osbourne (35 millones de dólares en merchandising en su última gira) o Britney Spears (su facturación total alcanza hoy casi los 200 millones), sino que incluso en artistas de tamaño no sobrenatural, como, por ejemplo, el grupo de cabaret punk angelino Dresden Dolls, el stand de merchandising puede facturar una media de 1.000 dólares por noche. Además, mientras a un artista no le llega ni para un café por cada compacto que vende, se calcula que de una camiseta que pueda costar 20 euros, el grupo se puede llegar a embolsar 8.

"El merchandising es el último espacio que queda a los artistas para poder ganar dinero, mostrar su individualismo y su peculiaridad. Bueno, hasta el día en que a alguien se le ocurra hacer camisetas regrabables", apunta el músico John Mayer.

EL PAIS

sábado, 17 de septiembre de 2011

Cualquier idiota puede herir...

Cualquier idiota puede herir a una Mujer, pero sólo un hombre grande se la lleva para siempre
Heroes de Ray Loriga

jueves, 15 de septiembre de 2011

El artista chino Qi...


El artista chino Qi, tercero en ventas en subastas tras Picasso y Warhol

El valor total de las obras subastadas del pintor chino asciende a 52 millones de euros


El artista chino Qi Baishi (1863-1957), caractrizado por lo humilde y antiheroico de su temática, se ha convertido en un nuevo fenómeno del mercado del arte al ser el tercero por valor de las ventas de sus obras en subastas, después de Picasso y Andy Warhol. Así lo indica un informe de la organización Art Price, que adelanta hoy el diario The Times, según el cual, si el valor conjunto de las obras subastadas de Warhol y Picasso totalizó más de 220 millones de dólares el año pasado (163,3 millones de euros), sólo las de Qi llegaron a 70 millones (52 millones de euros).

Qi es un artista muy conocido en China, sobre todo por sus imágenes de animales: ratones, aves y en especial gambas, que pintó una y otra vez con modestia hacia el final de su vida cuando otros artistas chinos se dedicaban a crear imágenes grandilocuentes. Art Price elabora sus informes sobre ventas en subastas con los datos de 6.000 firmas de todo el mundo y hasta el año pasado el artista chino más cotizado en Occidente era Zhang Xiaogang, un creador contemporáneo que llegó al vigésimo segundo lugar de la lista en 2007.

China también mueve el mercado de arte

En 2009, mientras las mayores casas de subastas de Londres y Nueva York sufrían el impacto de la crisis económica, el mercado del arte chino, y Qi en particular, se revalorizaron de modo extraordinario. El año pasado 130 chinos tenían fortunas superiores a los mil millones de dólares, y el país asiático se ha convertido en el tercer mercado del arte más importante detrás de Londres y Nueva York. Las obras de Qi figuran actualmente en cualquier colección china que se precie y su obra no ha dejado de revalorizarse en los veinte últimos años.

El año pasado vendió un 73% más de obras que en 2008, gracias sobre todo a una venta en noviembre en la que una serie de dibujos suyos titulada Flores e Insectos cambió de manos por el equivalente de cerca de 12,4 millones de dólares. El récord para una obra de Qi en Occidente corresponde a su cuadro Melocotones y petardos, pintado en 1952, que se vendió en 1952 en Sotheby's, de Nueva York, por 1.300.000 dólares, aunque algunas casas de subastas chinas afirman haber vendido obras suyas por más dinero.

Picasso elogió en su día a Qi, a quien calificó como el "más importante pintor oriental", y en cierta ocasión dijo que no se atrevía a viajar a China por miedo a encontrarse con él. Qi nació en el seno de una familia campesina de la provincia de Hunan, en China Central, y desde niño se aficionó a la pintura. Con 14 años se convirtió en aprendiz de tallista y más tarde dominó las artes de la poesía y la caligrafía.

EL PAIS

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Todos los matrimonios...


Según Chéjov, vistos desde fuera, todos los matrimonios son un misterio.

Daniel Davies: La isla de los perros

lunes, 12 de septiembre de 2011

El monstruo que todos amamos...


El monstruo que todos amamos

Una biografía no autorizada pinta a un Tom Waits que cultiva sus excentricidades

En una hipotética competición para determinar el artista estadounidense más cool, es muy posible que Tom Waits ocupase el primer puesto. Alardea de productividad: puede editar dos álbumes el mismo día o juntar sus temas sueltos en un triple disco. Su música rompe normas: impresiona su primitivismo, apabullan sus desmadejados arreglos, desconciertan esas letras donde alterna religión y crueldad. Y ejerce de notable actor (secundario), generalmente en películas minoritarias.

Tom Waits es generoso con su arte pero tacaño con su presencia pública. A diferencia de la mayoría de los artistas, detesta que su música sea usada en publicidad (y ha pleiteado, con éxito, contra los listos que intentaron sortear su prohibición). Raciona sus directos: sus giras son raras y breves, limitadas a actuaciones en teatros. Rechaza deliberadamente los festivales que honran su obra: Waitstock (Nueva York), Stray-dogs Party (Dinamarca), Waiting For Waits (Mallorca).

Sobre todo, Waits extiende una niebla perpetua sobre su pasado, su vida cotidiana, sus motivaciones. Concede entrevistas cuando se acerca un nuevo lanzamiento, pero los encuentros están cuidadosamente escenificados. En ellos procede a apabullar al plumilla con información trivial, aforismos ingeniosos o anécdotas improbables. El periodista descubre que se ha divertido mucho, pero que sigue sin aclarar los misterios que rodean al artista, empezando por el principal: la relación creativa con su mano derecha, su esposa Kathleen Brennan.

Los argumentos de Waits son contundentes: sus seguidores no pueden exigir conocer sus intimidades; las canciones existen por sí solas y no necesitan exégesis; su imagen pública no debe ser cuestionada. En sus palabras, "el público es un animal salvaje al que conviene no alimentar demasiado". Así que dedica muchas energías a zancadillear el primer proyecto de una biografía seria, ordenando a sus amigos y socios que no hablen con el intruso, el británico Barney Hoskyns.

Finalmente, el libro se publica y ya tiene traducción española (Global Rhythm Press), lastrada por un título chocante -Tom Waits. La coz cantante. Biografía en dos actos- y la ausencia de índice. En el prólogo, Hoskyns examina el conflicto entre el secretismo de su protagonista y su necesidad de indagar: "Está claro que no tenemos un derecho a conocer al auténtico Tom Waits, igual que ocurre con cualquiera que elija por voluntad propia excluirse de la vida social. Y sin embargo resulta inevitable que las personas que se apasionan con la obra de un artista busquen identificarse con él: todos queremos acercarnos a su grandeza".

Hoskyns divide la biografía en dos partes. El primer acto cubre desde su nacimiento (Pomona, 1949) hasta su encuentro con Brennan, mientras se rodaba Corazonada, el musical de Coppola. Husmeando los pasos de Waits, desde San Diego a Los Ángeles, muestra la consolidación de su personaje, un beat tardío que detesta la contracultura californiana, aunque comparta discográfica con su aristocracia: en Asylum Records están desde Jackson Browne a Eagles.

Hay mucha impostura en aquel Tom Waits que pretende situarse entre Kerouac y Bukowski, aunque es más espectador que participante en los excesos de la vida bohemia. Con todo, no se entiende que reniegue de aquellos discos setenteros, que ahora maltrata: están disponibles en CD con portadas desvaídas, a veces sin letras, digitalizados sin ningún cuidado especial. Afortunadamente, Hoskyns combina el trabajo detectivesco con el análisis crítico, complementando la historia de cada grabación con el despiece de sus canciones.

Tom Waits es un caso único en el negocio musical: a estas alturas, se necesita reivindicar su cancionero más accesible, dado que en los últimos 30 años sólo ha defendido su trabajo más experimental. El segundo acto de Hoskyns navega por territorio más oscuro: en su papel de padre de familia, Waits mantiene lo que los publicistas denominarían "un perfil bajo". Pocos músicos se atreven a romper el pacto de silencio implícito en una convocatoria de Tom: como jefe, no tolera que sus subordinados se quejen o que especulen con sus acciones.

Ese ensimismamiento ha generado mucha música impactante, en un ejercicio de expresión radical que no deja de plantear problemas. El Tom Waits actual se acerca tanto a la autoparodia como el desatado beatnik del motel Tropicana: ejerce de intimidante hombre lobo, lleva su cruzada antitecnológica al borde de sabotear sus propios discos. Sus escasas actuaciones se transforman en eventos fashion donde acuden VIP que seguramente nunca han escuchado a Captain Beefheart, ni, por supuesto, saben de la existencia de Howlin' Wolf. Sus torturadas canciones sirven para que bellas actrices enriquezcan sus currículos. Se ha convertido en un freak de circo, el monstruo al que todos amamos.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Atrapados...

Curiosidades de Twitter IX: Cuando aprendes para qué sirve ya no sabes cómo salir.
José Luis Orihuela

viernes, 9 de septiembre de 2011

Veinte reglas para escribir ficción


Veinte reglas para escribir ficción

Inspirado por la publicación del libro de Elmore Leonard 10 Rules of Writing [Las 10 reglas de la escritura], al periódico británico The Guardian se le ocurrió plantearle a un nutrido grupo de autores la siguiente pregunta: ¿Cuáles son las diez reglas esenciales para escribir ficción? El artículo resultante, publicado el pasado sábado, me ha parecido sumamente interesante, ya que aunque entre las respuestas hay de todo, creo que reúne un buen número de buenos consejos y de verdades ineludibles que nunca está de más recordar. Además del propio Elmore, han participado en el experimento Diana Athill, Margaret Atwood, Roddy Doyle, Helen Dunmore, Geoff Dyer, Anne Enright, Richard Ford, Jonathan Franzen, Esther Freud, Neil Gaiman, David Hare, PD James, Al Kennedy, Hilary Mantel, Michael Moorcock, Michael Morpurgo, Andrew Motion, Joyce Carol Oates, Annie Proulx, Philip Pullman, Ian Rankin, Will Self, Helen Simpson, Zadie Smith, Colm Tóibín, Rose Tremain, Sarah Waters y Jeanette Winterson. Que se dice pronto. Y de entre todas sus reglas, yo he escogido estas veinte que son las que más me han llamado la atención. Pero por supuesto hay muchas más y os recomiendo vivamente la lectura de todo el artículo, el cual podréis encontrar pinchando aquí.

1. No te plantees escribir. Escribe. Sólo escribiendo, y no soñando con hacerlo, podemos desarrollar un estilo propio.
PD James

2. Si tienes una buena idea para una historia, no asumas que debe de ser necesariamente una narración en prosa. Puede que funcione mejor como obra de teatro, como guión de cine o como poema. Sé flexible.
Hilary Mantel

3. La ficción que no es una aventura personal del autor hacia lo desconocido o lo aterrador no merece la pena ser escrita a no ser que sea únicamente por dinero.
Jonathan Franzen

4. Ten más de una idea en marcha a la vez. Si tengo que elegir entre escribir un libro o no hacer nada, siempre elegiré esto último. Sólo cuando tengo ideas para dos libros soy capaz de elegir entre escribir uno u otro. Siempre siento la necesidad de tener la sensación de que estoy haciendo algo en oposición.
Geoff Dyer

5. Olvida el viejo dicho de que hay que escribir sobre lo que se conoce. En vez de eso, elige un área desconocida pero reconocible que contribuya a ampliar tu comprensión del mundo y escribe sobre eso. En cualquier caso, recuerda que la semilla de la que se alimenta tu imaginación hunde sus raíces en las particularidades de tu vida. Así que no la malgastes escribiendo autobiografía.
Rose Tremain

6. Lo más probable es que necesites un diccionario, una gramática y tener los pies en la tierra. ¿Qué quiero decir con esto último? Que aquí nadie regala nada. Escribir es un trabajo. También es apostar. No viene con un plan de pensiones. Habrá ciertas personas que puedan echarte una mano, pero en esencia te las tendrás que apañar solo. Nadie te obliga a escribir. Si escribes es porque has elegido hacerlo, así que no te quejes.
Margaret Atwood

7. No añadas un falso romanticismo a tu "vocación". O eres capaz de escribir o no. No hay un "estilo de vida del escritor". Lo único que importa es lo que dejas sobre la página.
Zadie Smith

8. Cambia de parecer. Las buenas ideas a menudo acaban siendo eliminadas por otras mejores. Yo estaba escribiendo una novela sobre un grupo llamado The Partitions. Hasta que se me ocurrió llamarles The Commitments.
Roddy Doyle

9. Respeta el modo en el que pueden cambiar los personajes en sus primeras 50 páginas de vida. Revisa tus planes y comprueba si debes alterarlos de alguna manera para que se amolden a esos cambios.
Rose Tremain

10. Finaliza la jornada mientras aún tengas ganas de seguir escribiendo.
Helen Dunmore


Ya sabéis que en este blog, si se habla de leer, tiene que salir MM.

11. Recuerda: cuando alguien te dice que algo no encaja o que no lo ha entendido, casi siempre tiene razón. Cuando te dice exactamente lo que le parece que está mal y el modo en el que deberías arreglarlo, casi siempre se equivoca.
Neil Gaiman

12. El estilo es el arte de quitarte a ti mismo de en medio, no el de inmiscuirte en el texto.
David Hare

13. Concentra tus energías narrativas en los puntos de cambio. Esto resulta particularmente importante en la ficción histórica. Cuando tu personaje se enfrenta a un entorno nuevo o las circunstancias cambian a su alrededor, ese es el momento de dar un paso atrás para describir los detalles de su mundo. La gente no suele prestar demasiada atención a los detalles cotidianos de su rutina diaria, por lo que cuando un escritor los describe puede sonar como si estuviera intentando instruir en exceso al lector.
Hilary Mantel

14. Lee. Lee todo aquello a lo que puedas echarle las manos encima. Siempre le recomiendo a aquellas personas que quieren escribir una obra de fantasía o de ciencia ficción que dejen de leer por completo esos géneros y que empiecen a leer todo lo demás, desde Bunyan a Byatt.
Michael Moorcock

15. No intentes escribir para un "lector ideal". Puede que exista, pero está leyendo el libro de otro.
Joyce Carol Oates

16. No eches la vista atrás hasta que hayas terminado un borrador entero. Limítate a comenzar cada día a partir de la última frase que escribiste el día anterior. Es una manera de evitar el espanto a la vez que te asegura una obra en la que poder volcar el auténtico trabajo, que es la corrección.
Will Self

17. Protege el tiempo y el espacio en los que escribes. No dejes que nadie se inmiscuya en ellos, ni siquiera a las personas más importantes de tu vida.
Zadie Smith

18. Trata la escritura como un trabajo. Sé disciplinado. Muchos autores son particularmente obsesivos en este aspecto. Graham Greene era célebre por escribir 500 palabras al día. Jean Plaidy era capaz de escribir 5,000 antes del almuerzo y luego dedicaba la tarde a contestar cartas de sus fans. Mi mínimo son 1.000 palabras al día, algo que en ocasiones es fácil de conseguir y en otras es, francamente, como cagar un ladrillo. Pero me obligo a permanecer sentada frente a mi escritorio hasta que las tengo, porque sé que así he conseguido hacer avanzar una pizca el libro. Puede que esas 1.000 palabras sean basura. A menudo lo son. Pero siempre es más fácil volver sobre ellas más adelante y mejorarlas.
Sarah Waters

19. No te preocupes nunca por las posibilidades comerciales de un proyecto. Si alguien tiene que preocuparse de eso son los agentes y los editores. O no. Conversación con mi editor norteamericano. Yo: "Estoy escribiendo un libro tan aburrido, de un atractivo comercial tan reducido, que si lo publicas probablemente pierdas tu puesto de trabajo". Mi editor: "Ese es precisamente el motivo de que quiera un trabajo como este".
Geoff Dyer

20. Cásate con una persona a la que quieras y a la que le parezca buena idea que seas escritor.
Richard Ford

Y de propina, una más. Dice Jonathan Franzen que duda mucho "que alguien con conexión a internet en su lugar de trabajo sea capaz de escribir buena ficción". Un consejo que, puedo dar fe, sirve tanto para escritores como para traductores. Que yo ahora mismo debería estar currando y sin embargo aquí me veis. ¡Así no hay quien produzca!

www.culturaimpopular.com

jueves, 8 de septiembre de 2011

Conocimiento...

El Hubble no es sólo un satélite -representa la búsqueda del conocimiento por parte de la humanidad.
John M. Grunsfeld, miembro de la misión STS-125, NASA

martes, 6 de septiembre de 2011

Un cómic de Superman...


Un cómic de Superman se convierte en el más caro de la historia

Se trata de la primera historieta en la que apareció el superhéroe.- Ha sido vendida por 735.000 euros

Un ejemplar del primer cómic de superhéroes de la historia, y en el que se presentó por primera vez a Superman, fue vendido ayer en Nueva York por un millón de dólares, unos 735.500 euros, el precio más alto jamás pagado por una publicación de este tipo. "Es un precio impresionante y ha sido posible porque el cómic se encontraba en un estado excelente. No ha llegado a estar a la venta ni un minuto porque el comprador estaba al corriente y lo adquirió nada más salir la oferta", explicó Vincent Zurzolo, director general de ComicConnect.com, la página web en la que se ha cerrado la venta.

La publicación del primer número de Action Comics en junio de 1938 -que se vendía a diez centavos de dólar- se considera el nacimiento del género de los cómics de superhéroes, entre los que Superman fue el pionero, ya que, hasta entonces, no existía ningún personaje de tebeo con habilidades sobrehumanas. Con los años, ese hombre vestido de azul y rojo también se convertiría en uno de los mayores iconos de la cultura estadounidense. Según Zurzolo, copropietario también del distribuidor de cómics clásicos Metropolis Collectibles, en el mundo queda menos de un centenar de copias de ese primer número, considerado el Santo Grial de los cómics, aunque la mayor parte de ellas se conserva en mal estado. La venta no consistió en una subasta, pese a que se hizo a través de la página de pujas ComicConnect.com, sino que fue una operación directa.

Zurzolo no quiso ofrecer detalles sobre el comprador, aunque sí apuntó que es un concienzudo coleccionista de cómics nacido en Estados Unidos y muy aficionado a las historietas de Supermán. El precio pagado por este ejemplar es más de tres veces superior al anterior récord alcanzado por un cómic, que precisamente se trataba de otro ejemplar del primer número de Action Comics y que en marzo de 2009 se adjudicó en una subasta por 317.200 dólares (233.375 euros). "La gran diferencia con aquel ejemplar es que el número de ahora está valorado con un grado 8 en una escala de 10, lo que quiere decir que su estado de conservación es muy bueno y se encuentra entre los dos o tres mejores del mundo. En cambio, el vendido en marzo tenía una puntuación de 6", explicó Zurzolo.

El comprador de entonces fue John Dolmayan, batería del grupo System of a Down y propietario de Torpedo Comics, que se hizo con él como intermediario de un cliente de su negocio de compraventa de cómics. "Con éste cómic es con el que comenzó todo. No hay nada anterior de superhéroes, ningún hombre volador. [Su publicación] es el acontecimiento más importante en la historia de los cómics", aseguró entonces Stephen Fishler, fundador y copropietario de Metropolis Collectibles, así como el creador de la escala del 1 al 10 que se utiliza como estándar para evaluar estas publicaciones.



En esta ocasión, Zurzolo sólo detalló que el comprador es un particular estadounidense, que "lleva veinte años comprando cómics, que es un gran fan de Superman y que no tiene nada que ver con el comprador de hace un año". En 1992, otro de estos escasos ejemplares, escritos por Jerry Siegel y dibujados por Joe Shuster, fue adquirido por 82.500 dólares (60.300 euros) por Steve Geppi, presidente de Diamod Comics, el mayor distribuidor de cómics. En 2003, Geppi llegó a ofrecer hasta un millón de dólares a quien le presentara uno de estos ejemplares en perfectas condiciones, como si no se hubiera utilizado. Zurzolo descartó que este empresario esté detrás de la compra.

Cuatro años más tarde, Sotheby's subastó en Nueva York otro de los cómics creados por el guionista Jerry Siegel y el ilustrador Joe Shuster, y en cuya portada se puede ver a Superman levantando un automóvil verde mientras dos hombres huyen aterrados y otro yace casi tendido en el suelo. En esa ocasión, se vendió por 61.900 dólares (45.500 euros), una cantidad inferior a la anterior, porque en ese caso había sido parcialmente restaurado. ComicConnect.com tiene previsto vender una copia más de este mismo cómic en una puja que comenzará el próximo 26 de marzo y terminará el 9 de abril, aunque no se esperan precios tan espectaculares porque el estado conservación de ese ejemplar es de sólo 3, explicó Zurzolo.

EL PAIS

lunes, 5 de septiembre de 2011

La experiencia...

La experiencia no es lo que le sucede a un hombre; es lo que un hombre hace con lo que le ocurre.
Aldous Huxle

sábado, 3 de septiembre de 2011

Dulce y desconocido señor Boletus..


Dulce y desconocido señor Boletus

Lejos de los tópicos sobre su leyenda, Salinger vivió una apacible vida anónima

La muerte se llevó a J. D. Salinger hace apenas 10 días, pero curiosamente fue la dama de la guadaña la que nos devolvió a un escritor cuya vida fue un absoluto misterio durante medio siglo. Los detalles que han ido apareciendo en la prensa estadounidense a través de amigos como la escritora Lillian Ross o sus fieles vecinos del pueblo de Cornish, donde vivió recluido desde los años cincuenta, van desvelando poco a poco al ser humano que se escondía tras aquel rostro enfadado de la fotografía con la que siempre se ilustraban las no-historias sobre Salinger.

Durante las últimas cinco décadas, prácticamente todo lo que se escribió sobre el autor de El guardián entre el centeno fueron puras especulaciones. Sus verdaderos amigos nunca hablaron o escribieron sobre él porque respetaron su voluntad de aspirar a la invisibilidad mediática. Pero quienes se atrevieron a serle desleales pagaron las consecuencias, como aquel tenaz editor de Virginia que en los años noventa consiguió que Salinger accediera a publicar como libro su relato Hapworth 16, 1929 y perdió su oportunidad en su afán por conseguir sus 15 minutos de fama (le contó a un periódico local que estaba en negociaciones con Salinger y éste fulminó el acuerdo).

Una razón más para que el autor le diera la espalda al mundo exterior y se dedicara sólo a su familia y amigos, que lo recuerdan escribiendo en la intimidad de su casa, sin preocuparse realmente de que su obra se publicara, como relataba esta semana en la revista The New Yorker la escritora Lillian Ross. "A lo largo de los años Salinger me habló de sus 'largas y extenuantes horas de trabajo escribiendo' y de sus intentos de mantenerse al margen de lo que se escribía sobre él. Le daban igual las críticas pero le molestaban sus efectos secundarios. Solía decir: 'Ya no hay escritores de verdad, sólo charlatanes y patanes que venden libros".

Ross traza un retrato sorprendente de un hombre sobre el que se han escrito demasiadas obviedades desde la distancia y apenas realidades como aquellas sobre las que puede hablar esta escritora después de 50 años de amistad. Su alejamiento voluntario del mundanal ruido no fue, a los ojos de Ross, una simple manía de genio loco, sino algo lógico teniendo en cuenta lo que pensaba de la fama, de los escritores y de su propio trabajo, definido como su única vía "para escapar de los horrores de una vida convencional". Según Ross, Salinger amaba a los niños y una vez le dijo a Ross: "Si tu hijo te quiere, ese mismo amor te romperá el corazón una vez al día". Comenzó a escribir y a inventarse personajes porque "casi nada al margen de la máquina de escribir llegaba a tocar mi corazón".

Frente a quienes dijeron que Salinger odiaba el cine porque eso afirma en El guardián entre el centeno, Holden Caulfield, el adolescente que le hizo literariamente inmortal, Ross desvela lo contrario: "Salinger amaba las películas y era divertidísimo comentarlas con él. Le encantaba observar a los actores trabajar y conocerlos. Adoraba a Anne Bancroft y odiaba a Audrey Hepburn y decía haber visto La gran ilusión [de Jean Renoir] diez veces". Llegó incluso a plantearse el venderle a Brigitte Bardot los derechos de su relato Un día perfecto para el pez plátano. "Es una 'niña perdida' guapa y con talento, y me siento tentado a facilitarle las cosas, 'pour le sport".

Su amor por el cine también queda patente a través de las memorias de otro escritor, John Seabrock, quien en la revista The New Yorker recuerda la primera vez que visitó la casa de Cornish, donde también vivía Matt Salinger -que siempre ha preservado la privacidad de su padre, al contrario que su hermana Margaret, autora de unas durísimas memorias tituladas Dream Catcher-. Fue a través de Matt como Seabrock conoció al escritor, quien atesoraba una pequeña colección de películas en 16 milímetros y con el que se sentó a ver El sargento York, de Howard Hawks. "La película tenía subtítulos, quizás porque se estaba quedando sordo. Al terminar, parecía estar a punto de llorar". Seabrock afirma que tras conocerlo un poco descubrió que era "un hombre dulce y muy amable" que tenía "un conocimiento enciclopédico sobre setas y a menudo viajaba bajo el seudónimo de míster Boletus, que era su variedad preferida". Con él jugó muchas veces al golf en Vermont, "aunque nunca nos permitía contabilizar la puntuación, jugaba con palos de bambú y blasfemaba como un marinero cada vez que fallaba".

Nunca permitió que nadie llevara su única novela o sus relatos al cine. Sin embargo, desde 2008 existe una película en Internet titulada El guardián entre el centeno de la que es muy posible que Salinger conociera su existencia, puesto que su tenacidad por preservar su obra era minuciosa. Claro que, teniendo en cuenta su sentido del humor, quizás hasta le pareciera divertido que un cineasta experimental lituano llamado Nigel Tomm colgara en la Red una película con el título de su novela en la que lo único que se muestra, durante 75 minutos, es una imagen de color azul.

En Cornish, donde vivió durante décadas, Peter Burling, senador de New Hampshire y vecino, aseguraba esta semana a la agencia AP: "Nos hemos pasado la vida escuchando basura sobre lo raro que era. Pero en realidad estaba completamente integrado en la vida de la ciudad". Iba a la biblioteca, cenaba en los restaurantes locales, contemplaba el paisaje y hablaba con los niños. En realidad los realmente raros eran los que acudían a Cornish y acampaban frente a su casa para intentar verle... Ahora, como ellos, el mundo entero está a la espera, pero esta vez parece que tiene sentido esperar: si escribir era realmente lo que le permitía escapar "de los horrores de una vida convencional", su casa podría ser una biblioteca desconocida llena de nuevos libros de J. D. Salinger. Pronto sus agentes desvelarán el misterio.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Citas...

Las citas son útiles en los períodos de ignorancia o creencias oscurantistas.
Guy Debord, filósofo y escritor