martes, 31 de enero de 2012

Hagas lo que hagas...

“Hagas lo que hagas, Google lo acabará haciendo mejor que tú y además gratis. ¿Estarás preparado?”

Jeff Jarvis - Y GOOGLE, ¿CÓMO LO HARÍA?

lunes, 30 de enero de 2012

El Bebedor de Lágrimas...


El Bebedor de Lágrimas de Ray Loriga

DICEN QUE HACE UNOS CIEN AÑOS, una chica prometida en matrimonio fue engañada por un falso enamorado para ser luego burdamente despreciada.

DICEN TAMBIÉN QUE SUS LÁGRIMAS trajeron hasta ella a su pretendiente, que vengó la afrenta matando al traidor antes de despedirse de su amada.

Y DICEN QUE, DESDE ENTONCES, el Bebedor de Lágrimas vaga aún como alma en pena arrastrando su espada por entre los olmos con el propósito de vengar a toda chica engañada.

ESO DICEN… aunque a sus dieciocho años, Adela no cree en fantasmas, ni en leyendas de nobles húngaros, ni en maldiciones eternas. Recién llegada a la universidad de Carnwell, está felilz y desea coger las riendas de su vida. Pero la muerte se cierne como una pesadilla sobre el campus y trae consigo el eco de una maldición extraña.

http://www.librosalfaguarajuvenil.com/es/libro/el-bebedor-de-lagrimas/

sábado, 28 de enero de 2012

No tengamos miedo a la libertad...


No tengamos miedo a la libertad

Hay gente que para no arriesgarse al fracaso, al rechazo, a la soledad, intenta acoplarse al grupo, agradar y quedar siempre bien. No es así como nos sentiremos fuertes y tranquilos.

“La máxima victoria es la que se gana sobre uno mismo” (Buda)

En todos los ámbitos de la vida tenemos la libertad de utilizar nuestro inmenso poder creativo. La capacidad de escoger qué pensamos y qué sentimos en cada momento y cómo respondemos en cada situación es nuestra fuerza y nuestra libertad. Sin embargo, las creencias nos limitan, el pasado nos condiciona y los miedos nos impiden vivir nuestros sueños más profundos.

A lo largo de la historia, la libertad ha sido uno de los valores que el ser humano más se ha afanado en reivindicar. Hemos provocado revoluciones y rebeliones contra la opresión. A pesar de las conquistas, la experiencia de miedo, dolor y soledad ha aumentado. No hemos sabido utilizar la libertad para fortalecernos emocional, mental y espiritualmente. Tenemos hábitos que nos privan de libertad y eludimos afrontar nuestras sombras. Para algunos, la soledad es la huida; para otros, la distracción es estar siempre con alguien.

A veces nos sentimos atrapados en unas relaciones que nos asfixian. Queremos huir y quedarnos al mismo tiempo. Nos sentimos incomprendidos y nos invaden las preocupaciones. Otras veces nos parece que debemos someternos a los deseos de los demás para complacerles. Todo ello nos oprime.

Al sentirnos amenazados por la presencia del otro, llegamos a renunciar a nuestra integridad individual bajo la influencia de los demás y de la sociedad. Buscamos seguridad y dejamos de ser nosotros mismos, adoptando una personalidad que sigue las pautas culturales y sociales. De esta manera desaparece la discrepancia entre el yo y el mundo, y con ella el miedo a la soledad y la impotencia.

EL RIESGO DE LA SOLEDAD: “Si te vuelves inmune a las opiniones ajenas, no serás víctima de un sufrimiento inútil en las relaciones” (Miguel Ruiz)

Ser nosotros mismos y diferentes de los demás conlleva el riesgo de sentirnos solos. El miedo nos domina. Seguir las pautas sociales, culturales, religiosas o políticas parece ofrecernos más seguridad y alimenta nuestro sentido de pertenencia, al sentir que formamos parte de un grupo, ya sea la familia, un equipo, un partido político o una comunidad. Así nos disponemos a someternos a nuevas autoridades capaces de ofrecernos seguridad y aliviar nuestra duda. Esa actitud alimenta la dependencia y la pérdida de libertad.

El caso de Juana es típico. Juana teme la soledad. Siempre intenta agradar y quedar bien. Para no arriesgarse al rechazo, siempre está de acuerdo con los demás. Así se siente aceptada y que forma parte del grupo. Renuncia a ser ella misma por temor a la soledad. Cede su poder a los demás y se convierte en una marioneta que permite que la moldeen según lo que quieren de ella. Vive de fuera adentro, es decir, lo de fuera determina cómo está por dentro. A veces, el precio por no permitirse el riesgo a ser diferente y a ser tú mismo resulta muy alto. Así estás alejando la felicidad de tu vida.

En Europa, cada vez son más las personas que viven solas por elección personal. Quizá la elección de vivir solo viene después de experimentar angustia y decepción en la convivencia. Quizá es la búsqueda de libertad y tranquilidad la que lleva a tomar esta elección.

Prima el deseo sobre el compromiso, y al más mínimo indicio de insatisfacción cambiamos de pareja, cambiamos de situación o de lugar. Nos es más cómoda la soledad, porque encontramos demasiadas complicaciones en la convivencia.

JUNTOS Y SEPARADOS: “La responsabilidad es una cara de la moneda, la otra es la libertad. Si no quieres responsabilidad, no tendrás libertad, y sin libertad no existe el crecimiento” (Osho)

Vivimos en la contradicción de querer estar juntos y separados, de querer una pareja estable y a la vez utilizarla y desecharla después. Mantenemos relaciones dependientes y a la vez buscamos espacios de libertad. Por ese motivo, muchas relaciones son uniones y separaciones transitorias. El amor llega a considerarse una conexión más que una comunicación o un vínculo. Las parejas se convierten en otro objeto de consumo. Aunque estemos juntos, nos sentimos desunidos. Las actitudes de comparación, celos, rabia, analfabetismo emocional, “yo, yo, yo”, nos separan. El ego nos distancia del otro. En la convivencia nos damos cuenta de que nuestros egos colisionan y culpan. Los egos controlan, dominan e irritan. Constantemente desean y están insatisfechos.

Nos cuesta asumir la responsabilidad de nuestra propia vida. Nos es más fácil culpar al otro de cómo estamos. Cuando estamos irritados, pensamos que es porque alguien actúa de cierta forma; estamos de mal humor por el tiempo que hace, porque la casa tiene una grieta en el techo, porque el coche no arranca, porque nos hemos torcido el pie. Así estamos siempre quejándonos y frustrados. Pero ¿quiénes son responsables de esa frustración? ¿El coche, el pintor, la casa, el suelo? ¿O somos nosotros los responsables? Asumir plenamente nuestra responsabilidad: ese es el camino hacia la libertad.

DEJAR DE SUFRIR: “En no aferrarse radica la decisión de fluir libremente” (Anthony de Mello)

El miedo, la ira y la tristeza se originan en los hábitos de aferrarse, apegarse y depender. Con ellos, nuestro corazón pierde libertad. La presión que generan estos estados emocionales y la ausencia de libertad nos provocan sufrimiento. Estamos tan acostumbrados a estas formas de sufrir que llegamos a creer que son naturales. Es posible dejar de sufrir estas perturbaciones emocionales si recuperamos nuestro poder interior.

Con el fortalecimiento mental, emocional y espiritual podemos avanzar hacia la libertad asumiendo nuestra soberanía personal y estableciendo espontáneamente nuestra conexión con el mundo en el amor y el trabajo, en la expresión genuina de nuestras facultades emocionales, sensitivas e intelectuales. De este modo nos unimos con los demás, con la naturaleza y con nosotros mismos, sin despojarnos de la integridad e independencia de nuestro yo individual y único.

El verdadero poder interior lo desarrollan quienes conviven y trabajan juntos, no quienes se alejan de los demás. Por los demás hacemos cosas que no haríamos por nosotros mismos. Al relacionarnos ampliamos nuestros límites mentales y agrandamos nuestro corazón. Al convivir practicamos nuestras cualidades y poderes internos: tolerancia, capacidad para adaptarnos, escuchar, comprender, amoldarnos, perdonar, comunicar, fluir, discernir… Y así aprendemos a ser.

Ser actor y ser observador

La realidad tiene diferentes dimensiones. Si elegimos vivir la realidad de los demás, sus historias y sus complicaciones, perdemos nuestra tranquilidad interior. Nos involucramos mental y emocionalmente en sus historias. Cuando nuestra conciencia se pierde en esas historias dejamos de ser los creadores de nuestra propia vida.

Podemos observar la danza de ideas, imágenes y actos de los demás sin involucrarnos en sus historias. Solo así estaremos en paz con nosotros mismos y con el mundo. La buena noticia es que tú eliges lo que vas a hacer y cómo vas a responder. Tú eliges lo que piensas y lo que sientes. Tienes la posibilidad y la libertad de utilizar tu capacidad creativa para responder ante la realidad que te rodea y a los estímulos que te lanza a cada momento. Ello implica cambiar la creencia predominante de que el otro –los demás, la sociedad o el mundo– determina cómo estás y por qué reaccionas como lo haces.

La cultura te hará libre

1. Películas

– ‘Mi nombre es Khan’, de Karan Johar.
– ‘Invictus’, de Clint Eastwood.

2. Libros

– ‘El deseo esencial’, de Javier Melloni.
– ‘El miedo a la libertad’, de Erich Fromm.
– ‘Los cuatro acuerdos: una guía práctica para la libertad personal’, de Miguel Ruiz.
– ‘Pasión por lo imposible’, de Osho.

3. Música

– ‘The Köln Concert’, de Keith Jarrett.

EL PAIS

viernes, 27 de enero de 2012

Anti-todo...

Hoy en día parece que mola ser anti-todo, aunque sea a costa de lucir la ignorancia en una pancarta o, lo que es peor, presumir de no investigar y no pararnos un rato a leer toda la información que nos llega.

Ciencia en el XXI

miércoles, 25 de enero de 2012

El héroe del hielo se deshace...


El héroe del hielo se deshace

La reputación del explorador polar Robert Falcon Scott cae hasta su punto más bajo con la publicación de sus diarios íntegros

Murieron, reza la leyenda, de forma "noble y espléndida" en la torturante pureza de la Antártida, entre el silencio, la soledad y la grandeza de un paisaje sobrecogedor, aceptando, al límite de sus fuerzas, lo desconocido e incognoscible: mártires de los confines y la exploración. El trágico destino del capitán Robert Falcon Scott y su pequeña partida de fracasados conquistadores del Polo Sur (llegó antes Amundsen), muertos en 1912 de congelación, agotamiento y escorbuto en el helado y triste camino de regreso a su base, ha inspirado valor a generaciones y se cuenta entre esos relatos ejemplares que tradicionalmente han servido para convertir a los chicos en hombres -contemos, ea, a los niños cómo muere un inglés- y han animado a estos, a los mayores, a dar lo mejor de sí mismos cuando las circunstancias, la patria o el rey lo requerían. La aventura de Scott es el paradigma de cómo se comporta un gentleman cuando las cosas se ponen difíciles y hay que echar el resto. O lo era.

Cuando el grupo de rescate encontró la tienda cubierta de nieve con los cadáveres de Scott y dos de sus cuatro compañeros -Evans había muerto en el camino y Oates, solidario hasta el sacrificio, se marchó del refugio hacia la eternidad con su célebre frase: "Salgo, tardaré en volver"-, la leyenda estaba servida. Scott, que, se sostenía, habría muerto el último, con hombría y escribiendo conmovedores textos de despedida, se convirtió en un icono de heroísmo, en medio de una ola de emoción, orgullo y patriotismo imperial casi histérica. Pero el tiempo -como lo fue el clima- ha sido cruel con Scott. Y su reputación se ha ido fundiendo inexorablemente como un muñeco de nieve llegado el verano.

Tras medio siglo de hagiografía casi unánime y ciertamente cargante (incluida la película Scott of the Antartic, de 1948, con John Mills), en la estatua ideal del explorador, sublimado por su final, comenzaron a vislumbrarse en los años sesenta fisuras anchas como las grietas del glaciar de Beardmore. Los tiempos cambiaban, llegaba una edad sin héroes y las virtudes de coraje, estoicismo, resistencia y resolución, supuestamente tan inglesas como el críquet o el té, dejaban paso, obsoletas, a nuevos valores. Se abrió la veda para criticar a Scott, y sus defectos y errores comenzaron a salir a la luz. No es que fuera algo nuevo. Ya uno de sus acompañantes en la expedición del Terra Nova, Asley Cherry-Garrard, retrató a Scott como un personaje con sombras. Tímido y reservado, de desmedida susceptibilidad, de temperamento débil, con depresiones que podían durarle semanas, Scott, apuntó Cherry, "lloraba con más facilidad que ningún hombre que he conocido", no sabía juzgar a los hombres y tenía poco sentido del humor. Cherry añade que era vago. Caray, se dirán, vaya tipo para que te lleve al Polo Sur.

El golpe más demoledor contra el prestigio de Scott -si exceptuamos un gag inolvidable del Monty Python's Flying Circus- fue la publicación en 1979 de la biografía dual de él y Amundsen pergeñada por Roland Huntford (El último lugar de la Tierra, Península-Altaïr, 2002). Huntford, especialista en la exploración polar y sus figuras, se manifestó entonces como la verdadera némesis de Scott. Su obra es indispensable y su investigación extraordinaria, pero es difícil entender la ojeriza, rayana en lo personal, que le tiene a Scott, al que considera culpable de la muerte de sus compañeros. Para Huntford, que reivindica en cambio al "largamente ignorado Amundsen" y al hoy tan popular Shackleton (el nuevo beau idéal polar), Scott es el ejemplo del declive británico y, sobre todo, un chapucero.

Es indudable que Scott se equivocó en lo de no usar exclusivamente perros y confiar el esfuerzo motor principal de los trineos a ponis y al patético arrastre humano, que le parecía moralmente superior. Y sin duda la pifió al incluir un quinto hombre en la partida del ataque final, lo que significó más peso a desplazar y menos recursos a repartir. Pero a Huntford se le fue la mano al sugerir que Scott logró ser jefe de expedición porque el organizador era gay y lo encontraba atractivo, que forzó a Oates al suicidio y que mientras el explorador moría en la tienda, su mujer se lo montaba con Nansen en un hotel en Berlín (esta última aseveración le costó una demanda del hijo de Scott, Peter, gran ornitólogo, por cierto). Para Huntford, Scott creó conscientemente su propio mito y prefirió la inmolación a regresar derrotado.

Después del libro, los intentos de recomponer plenamente la figura de Scott han sido vanos, pero en los últimos años se había empezado a producir una cierta rehabilitación del personaje. Ahora, sin embargo, Huntford ha vuelto inmisericorde a la carga con un nuevo libro, Race for the South Pole, the expeditions diaries of Scott and Amundsen, que aparecerá en diciembre y que, en su opinión, constituye el clavo final en la tapa del ataúd del mito de Scott. Esos diarios, afirma, dejan meridianamente claro que Amundsen era un profesional y Scott un amateur cantamañanas y un inepto. Huntford dice haber restaurado las partes de los diarios de Scott censuradas por la familia y los albaceas literarios y que muestran al explorador como un tipo aún peor: obsesionado con su reputación y capaz de describir a uno de sus colegas agonizantes como estúpido. El estudioso compara el mito de Scott con el fenómeno Lady Di y opina que si el explorador no hubiera muerto, a su regreso habría sido pronto olvidado.

EL PAIS

martes, 24 de enero de 2012

La Tierra es...

La Tierra es la cuna de la humanidad, pero no se puede estar para siempre en la cuna.

Konstantín Tsiolkovski, pionero de la astronáutica

domingo, 22 de enero de 2012

La exagerada vida de Steve Jobs...


La exagerada vida de Steve Jobs

La biografía del genio informático retrata a un personaje obsesivo, déspota, romántico, vulnerable y perfeccionista - El budismo y los negocios fueron dos de sus pilares

"Aquellos electrodomésticos me han hecho más ilusión que cualquier otro utensilio de alta tecnología". Steve Jobs, alma de Apple, se refería así a la lavadora de su casa, que tardó ocho años en amueblar porque "solo se rodeaba de cosas que pudiera admirar", según su viuda, Laurene Powell. La elección de una lavadora europea (que tarda más, pero conserva mejor la ropa) sobre una estadounidense fue un debate familiar de semanas.

Walter Isaacson, expresidente de la cadena CNN y de la revista Time y autor de otras biografías de personajes como Einstein, Franklin y Kissinger, entrevistó a más de un centenar de familiares, competidores, adversarios y colegas del fundador y exjefe de Apple, fallecido el 6 de octubre. El resultado: Steve Jobs, una exhaustiva incursión por las luces y las sombras del personaje, que publica la editorial Debate.

Isaacson describe al padre del Mac, del iPod, del iPhone y del iPad como un tipo contradictorio, complejo, fuerte y arrogante, pero también sensible, vulnerable y de lágrima fácil. Un romántico que podía ser déspota y cruel; alguien que dividía el mundo en clasificaciones binarias, entre "iluminados y capullos".

En pleno proceso de creación del ordenador Macintosh, Jobs se quejó a un ingeniero de que el sistema operativo tardaba en arrancar. Pizarra en mano, calculó: si cinco millones de personas usaban Mac y tardaban 10 segundos de más en arrancar el ordenador cada día, aquello sumaba 300 millones de horas anuales, lo que equivalía a salvar 100 vidas cada año. "Si con ello pudieras salvar la vida a una persona, ¿encontrarías la forma de acortar el arranque en 10 segundos?", le inquirió al programador Larry Kenyon. El sistema acabó arrancando 28 segundos más rápido.

Quien no tuviera respuestas para Jobs tenía un problema. A los 13 años dejó de ir a la iglesia luterana. El pastor no supo qué contestar a por qué Dios permitía que en Biafra los niños murieran de hambre. No quiso tener "nada que ver con una adoración de un Dios así".

De sus padres adoptivos, Paul y Clara Jobs, el fundador de Pixar aprendió la importancia de terminar bien las cosas, "aunque no se vieran". Residían en una casa del arquitecto Joseph Eichler que, inspirado por Frank Lloyd Wright, construía espacios de diseño limpio y estilo sencillo. Aquella fue su visión para Apple. Lo importante era un buen diseño. Lo aplicó a los aparatos y a sí mismo. Sus apariciones con jersey negro de cuello de cisne son diseño de Issey Miyake. Le hizo un centenar. "Tengo suficientes para que me duren el resto de mi vida".

Sus obsesiones no solo eran estéticas y éticas, también dietéticas. Siempre experimentó dietas compulsivas. En una primera época solo se alimentaba de fruta y verdura. Después, tras leer Sistema curativo por dieta amucosa, de Arnold Ehret, abandonó los alimentos con almidón (arroz, cereales, pan, leche, grano...) y practicó prolongados ayunos. Jobs aseguraba que su dieta vegana evitaba la producción de mucosa y de olores corporales, por lo que no usaba desodorante y se duchaba una vez por semana. Ya con cáncer siguió dietas veganas, acupuntura y tratamientos que encontró por Internet. Medio sedado, rechazaba las máscaras de oxígeno porque su "diseño era horroroso".

La espiritualidad oriental y filosofía zen le acompañaron a lo largo de su vida. Vegetarianismo y budismo, meditación y espiritualidad, ácido y rock formaron sus años universitarios. De su paso por India se trajo la disentería. Meditaba por las mañanas, asistía como oyente a clases de física en Stanford, trabajaba en Atari y soñaba con crear su propia empresa. Cuando Apple salió a Bolsa, Jobs prefirió no recompensar a Daniel Lotkke, uno de sus mejores amigos de universidad, que estaba en Apple desde el inicio. El cofundador Steve Wozniak trató de remediarlo. Le propuso que le daría exactamente lo mismo que le diera él. "De acuerdo, yo voy a darle cero". A sus 25 años ya tenía 256 millones de dólares en el bolsillo. La actitud de Jobs hacia la riqueza resultaba algo compleja, escribe Isaacson. "Fue jipi antimaterialista, pero supo capitalizar los inventos de un amigo que quería regalarlos; un devoto del budismo que decidió que su vocación eran los negocios. Semejantes actitudes parecían entrelazarse en lugar de entrar en conflicto".

Los dibujos animados no escaparon a su perfeccionismo. "No sabría decirte el número de versiones que vi de Toy story antes de su estreno", recuerda Larry Ellison, fundador de Oracle y gran amigo de Jobs, ambos hijos adoptados. "Aquello se convirtió en una especie de tortura. Iba a su casa y veía la mejora del 10% de secuencias. Estaba obsesionado porque todo saliera bien, tanto la historia como la tecnología, y no quedaba satisfecho si no era la perfección absoluta". Hoy, Toy story se considera una de las grandes películas de la historia, y sus estudios Pixar tan revolucionarios en la industria cinematográfica como Apple en la tecnológica.

Pero también era un romántico. En el vigésimo aniversario de la boda con Laurene Powell la llevó donde se casaron, a Yosemite. "No sabíamos mucho el uno de otro", le escribió, "pero nos dejamos llevar por nuestra intuición: me hiciste flotar [...]. Mis pies nunca han vuelto a tocar el suelo". Aparte de los tres hijos con Powell, Steve Jobs tuvo una hija anterior, Lisa, de la que no se ocupó hasta los ocho años. Pilló a su entonces novia con otro y no se fiaba de su paternidad. También flirteó con Joan Baez, "porque había sido amante de Dylan", dice una amiga viperina. En su iPod, el genio llevaba toda la música de Bob Dylan y los Beatles.

Con la muerte en los talones, aumentó su creencia en Dios: "Quiero creer que hay algo que sobrevive [...]. Pero a lo mejor es como un botón de encendido y apagado [...]. Quizás por eso nunca me gustó poner botones en los aparatos de Apple".

www.elpais.com

jueves, 19 de enero de 2012

Este 'hacker' le protege a usted...


Este 'hacker' le protege a usted

Vida y andanzas de an0de. El que fue el pirata informático más activo del mundo, trabaja ahora de asesor de seguridad

An0de se coló en su primera web a los nueve años. Formó parte del quinto grupo más activo del mundo en encontrar fisuras en la Red. Ahora hace auditorías de seguridad informática.

La primera vez que Edgar Carrillo se coló en las entrañas de un sitio web tenía nueve años. Era una página andorrana. Fue su primer reto. Y le resultó muy fácil. Después llegaron otras: la NASA -a la que dedicó ocho meses-,el Massachusetts Institute of Technology (MIT)... todo por la pura pasión de demostrarse a sí mismo que podía hacerlo, que era posible saltarse la seguridad de todas esas empresas. Entraba en su sistema, dejaba un mensaje de que lo había logrado y revelaba a los administradores de la web la grieta que le había permitido entrar. Y a por otra.

Edgar es un chico tímido. Viste un polo azul, pantalones vaqueros y zapatillas Converse grises. Una imagen muy fresca bajo el sol madrileño. No parece uno de los típicos hackers de las películas. Completamente vestidos de negro, con barba de varios días y con agujetas de estar sentados horas y horas frente al ordenador. "Eso son mitos, pura fantastía del cine y las novelas", explica con una media sonrisa.

Este chaval de 20 años, al que le brillan los ojos con todo lo que tiene que ver con ordenadores, fue definido en 2008 como uno de los hackers más activos del mundo por la policía. Todo gracias a su participación en el D.O.M Team, el que fue el quinto grupo de ciberpiratas más peligroso del mundo -"en realidad éramos los terceros, la lista de la policía no estaba actualizada", aclara Edgar-. En su haber, 21.000 incursiones a web de todo el mundo, desde la del Consejo de Estado a dominios del Gobierno Chino. Pero fue el ataque a la web de Izquierda Unida lo que provocó que el grupo no sólo fuese famoso -lo era, y mucho- en los círculos hackers de Internet.

Este joven nacido en una localidad cercana a Barcelona y los otros tres miembros del D.O.M Team -dos chicos de 16 años otro de 23 y, de rebote, el hermano mellizo de Edgar, que nada tenía que ver con las incursiones informáticas- fueron detenidos por la policía en mayo de 2008. Les acusaban de sabotear el sitio web de ese partido político. Unas semanas antes habían encontrado vulnerabilidades en su servidor y, para avisarles, alguno de ellos colocó en la portada de su web una caricatura de Zapatero y Rajoy dándose la mano sobre un fondo con la bandera preconstitucional. Además, según la policía, inutilizaron durante varios días 15 portales web que tenía alojados el sitio de Internet del partido.

El susto, al final, se quedó en nada. Más allá de alguna colleja familiar y varios días de castigo para los jóvenes piratas. Carrillo fue absuelto -"no fui yo el que tocó la página", explica-. Pero el suceso provocó la disolución del grupo. Ya no hubo más D.O.M Team, y la vida de Edgar, o mejor dicho de an0de, su identidad en Internet, tiró por otros derroteros. Desde entonces se dedica a hacer auditorías de seguridad informática para empresas y se ha establecido por su cuenta. "Me ayuda mi padre con toda la parte de la gestión. Yo de eso no entiendo, a mí lo que se me da bien son los ordenadores", dice. Carrillo padre perdió su trabajo como promotor inmobiliario y ahora ambos trabajan juntos.

Un futuro que el chaval jamás se hubiera imaginado. "Yo de pequeño era el de los botones. Me gustaba tocarlo todo, trastear con aparatos, y mi madre me apuntó a clases de informática", cuenta an0de. Le gustó tanto que empezó a sacar de la biblioteca libros que relacionados con el tema. "Al principio leía mucho, pero no practicaba. En casa no teníamos ordenador y tenía que esperar a llegar a clase o a casa de mi tío, que me prestaba el suyo", comenta. Pero poco a poco empezó a poner en práctica todo lo que había descubierto en los libros. "Ahora me queda algo de freak, pero en aquella época lo era y mucho", bromea. Y así se fue interesando por todo lo que tenía que ver con la seguridad en la Red. O mejor dicho, la falta de ella.

Cuando llegó el ordenador a su casa, Carrillo se fue introduciendo en el mundillo hacker y en 2005 empezó a formar parte del D.O.M Team o Dark Owned Mafia (la mafia del lado oscuro)."Los hackers entramos en las web por afición, por demostrar los fallos de seguridad. Tenemos mala fama, pero no hacemos nada malo. Los que sí lo hacen son los crackers, que entran en los sistemas para su beneficio, para hacer daño", explica.

Él y el resto de miembros de la Darked Owned Mafia compartían conocimiento, retos y juegos. Era un grupo de defacers, los hackers que modifican la apariencia de las web para demostrar que han entrado. Pero sus miembros fueron creciendo, empezaron la universidad o se cansaron de pasar horas frente a la pantalla. Poco a poco fueron abandonando el grupo. Sólo quedó an0de, a quien dejaron encargado de perpetrar el grupo. El joven catalán reclutó a ka0x, que en esa época tenía 16 años, a picker y a xarnuz. Se complementaban. Unos sabían de redes y otros de programación y sistemas.

"En España la seguridad informática es cosa de chiste. No se toma en serio. Muchos de los avisos que nosotros, como grupo, dimos en su época fueron ignorados. Pero ahora, cuando se supone que hay más consciencia de lo importante que es estar protegido en la Red tampoco se tiene en cuenta", dice Carrillo.

Ha desenfundado su portatil y comienza a enseñar un ejemplo tras otro de fallos de seguridad informática. Hace unos meses, documentándose para dar una conferencia en una de las empresas en las que trabaja, localizó una fisura de seguridad en el sitio web del Pentágono. Encontró el fallo y, de regalo, a un grupo de hackers turcos que estaban intentando piratear la página. Carrillo dio rápidamente el aviso a las autoridades estadounidenses. No tuvo respuesta, pero un par de días más tarde habían corregido el fallo.

Comenta que quizá en España se empiece, dentro de poco, a tener conciencia de lo importante que es la seguridad en la Red. "En EE UU parece que ya han despertado. Obama ha contratado a Jeff Moss, un conocido hacker, como asesor de seguridad nacional", dice.

EL PAIS

lunes, 16 de enero de 2012

El Olimpo, según Karl Lagerfeld...

El Olimpo, según Karl Lagerfeld

Pirelli presenta su calendario con las fotos del alemán - Por primera vez han posado modelos masculinos

A Karl Lagerfeld no le gusta hablar del pasado. Los que le conocen cuentan que al último gran emperador de la moda le obsesionan los cambios y la violenta naturaleza que esconden. Un modus operandi basado en destrozar para reconstruir desde cero sin un rastro de nostalgia por lo que dejó de ser. Sin compasión. Pero esta vez algo ha hecho retroceder varios milenios al librero-fotógrafo-editor-diseñador para citarse con el imaginario religioso greco-romano, nada menos que en las páginas de un almanaque. Mythology, su última creación con la cámara, constituye la modernización y reinterpretación de las grandes disputas, pasiones, guerras e infidelidades que se suceden en el reino de los dioses. Todo ello importado en blanco y negro a las páginas del Calendario Pirelli 2011. "La modernidad de la mitología reside en el amor por la juventud, en el culto al cuerpo, en la aceptación del deseo sin castigo divino. Hay una ética de la belleza que hoy se ha perdido". Esa parece la cuestión.

En las aceras de la avenida Tverskaya, 17 grados bajo cero congelaban la sonrisa a los moscovitas-culés (más de los que uno podría imaginar) que vieron en los bares la noche anterior, como si se tratara de un derbi ruso, la carnicería que organizó el Barça en el Camp Nou. Y ahí mismo, en el interior del hotel Ritz, comenzaba por la mañana la gran cita que Pirelli organiza en Moscú. Un evento social que se repite cada año y que configura un exótico mapa de invitados -unos 800- entre los que hay modelos, periodistas de mediana edad acostumbradas a viajar por el mundo en primera clase, diseñadores, oligarcas y muchos propietarios de talleres. "Neumatiqueros", se dicen ellos. Aunque a estos últimos (que tienen una conversación muy interesante) les llamen "clientes VIP".

Este almanaque, a salvo de la libidinosa mirada de mecánicos pese a la lubricada combinación que forman la marca que lo edita y su recurrente paisaje de cuerpos desnudos, es ya una pieza de coleccionismo confeccionada por fotógrafos como Richard Avedon, Bruce Weber, Annie Leibovitz, Mario Testino o Terry Richardson. Y este año -su 38ª edición-, por expreso deseo de su último creador, es el primero en el que también cuerpos de hombres adornan el paso de los meses. Entre todos ellos sobresale la figura de Baptiste Giabiconi (Apolo), muso inspirador que lanzó al estrellato el modisto teutón y que le acompaña allá donde le llame el deber. Además de otros tres maniquíes profesionales, el quinto varón es Sébastien Jondeau, un asistente personal-guardaespaldas del diseñador en cuya biografía reza que "es ex boxeador profesional, trabaja como modelo en su tiempo libre y le gusta el motocross". Él se encarga de dar vida a Marte, el dios de la guerra, claro.

Entre las modelos que pueblan el reino divino de Lagerfeld están Bianca Balti, Freja Beha Erichsen, Elisa Sednaoui o la brasileña Isabeli Fontana. Como madre de todos ellos se erige en reina del Olimpo Hera, la mujer de Zeus: interpretada por la actriz Julianne Moore sin lucir, ella no, ni un solo atributo al descubierto. La pelirroja no acudió a la presentación matinal, pero el politeísta Lagerfeld, mirando a la primera fila donde reposaban el resto de frágiles modelos, lanzó su improvisado eslogan para la refundación del Olimpo: "Aunque nadie crea ya en estos dioses, ellas son las diosas de hoy en día". Las recién ascendidas, encantadas.

Y a todo esto, al creador, ¿qué papel le hubiera gustado encarnar?, le preguntó el escritor francés Fréderic Beigbeder acaso ignorando la obviedad de la respuesta. "Excepto Zeus, la verdad es que no me veo en ningún otro". La sentencia la acompañó de tres veloces carcajadas y la aprobación unánime de un público que le adora y que le recibe con aplausos, incluso si a lo que se dedican es a vender neumáticos.

EL PAIS

domingo, 15 de enero de 2012

viernes, 13 de enero de 2012

El Olimpo, según Karl Lagerfeld...


El Olimpo, según Karl Lagerfeld

Pirelli presenta su calendario con las fotos del alemán - Por primera vez han posado modelos masculinos

A Karl Lagerfeld no le gusta hablar del pasado. Los que le conocen cuentan que al último gran emperador de la moda le obsesionan los cambios y la violenta naturaleza que esconden. Un modus operandi basado en destrozar para reconstruir desde cero sin un rastro de nostalgia por lo que dejó de ser. Sin compasión. Pero esta vez algo ha hecho retroceder varios milenios al librero-fotógrafo-editor-diseñador para citarse con el imaginario religioso greco-romano, nada menos que en las páginas de un almanaque. Mythology, su última creación con la cámara, constituye la modernización y reinterpretación de las grandes disputas, pasiones, guerras e infidelidades que se suceden en el reino de los dioses. Todo ello importado en blanco y negro a las páginas del Calendario Pirelli 2011. "La modernidad de la mitología reside en el amor por la juventud, en el culto al cuerpo, en la aceptación del deseo sin castigo divino. Hay una ética de la belleza que hoy se ha perdido". Esa parece la cuestión.

En las aceras de la avenida Tverskaya, 17 grados bajo cero congelaban la sonrisa a los moscovitas-culés (más de los que uno podría imaginar) que vieron en los bares la noche anterior, como si se tratara de un derbi ruso, la carnicería que organizó el Barça en el Camp Nou. Y ahí mismo, en el interior del hotel Ritz, comenzaba por la mañana la gran cita que Pirelli organiza en Moscú. Un evento social que se repite cada año y que configura un exótico mapa de invitados -unos 800- entre los que hay modelos, periodistas de mediana edad acostumbradas a viajar por el mundo en primera clase, diseñadores, oligarcas y muchos propietarios de talleres. "Neumatiqueros", se dicen ellos. Aunque a estos últimos (que tienen una conversación muy interesante) les llamen "clientes VIP".

Este almanaque, a salvo de la libidinosa mirada de mecánicos pese a la lubricada combinación que forman la marca que lo edita y su recurrente paisaje de cuerpos desnudos, es ya una pieza de coleccionismo confeccionada por fotógrafos como Richard Avedon, Bruce Weber, Annie Leibovitz, Mario Testino o Terry Richardson. Y este año -su 38ª edición-, por expreso deseo de su último creador, es el primero en el que también cuerpos de hombres adornan el paso de los meses. Entre todos ellos sobresale la figura de Baptiste Giabiconi (Apolo), muso inspirador que lanzó al estrellato el modisto teutón y que le acompaña allá donde le llame el deber. Además de otros tres maniquíes profesionales, el quinto varón es Sébastien Jondeau, un asistente personal-guardaespaldas del diseñador en cuya biografía reza que "es ex boxeador profesional, trabaja como modelo en su tiempo libre y le gusta el motocross". Él se encarga de dar vida a Marte, el dios de la guerra, claro.


Entre las modelos que pueblan el reino divino de Lagerfeld están Bianca Balti, Freja Beha Erichsen, Elisa Sednaoui o la brasileña Isabeli Fontana. Como madre de todos ellos se erige en reina del Olimpo Hera, la mujer de Zeus: interpretada por la actriz Julianne Moore sin lucir, ella no, ni un solo atributo al descubierto. La pelirroja no acudió a la presentación matinal, pero el politeísta Lagerfeld, mirando a la primera fila donde reposaban el resto de frágiles modelos, lanzó su improvisado eslogan para la refundación del Olimpo: "Aunque nadie crea ya en estos dioses, ellas son las diosas de hoy en día". Las recién ascendidas, encantadas.

Y a todo esto, al creador, ¿qué papel le hubiera gustado encarnar?, le preguntó el escritor francés Fréderic Beigbeder acaso ignorando la obviedad de la respuesta. "Excepto Zeus, la verdad es que no me veo en ningún otro". La sentencia la acompañó de tres veloces carcajadas y la aprobación unánime de un público que le adora y que le recibe con aplausos, incluso si a lo que se dedican es a vender neumáticos.

jueves, 12 de enero de 2012

Sabemos que...

Sabemos que una de las dos situaciones hace más feliz a la gente y, sin embargo, siempre escogemos la que no nos hace feliz.
Daniel Gilbert

martes, 10 de enero de 2012

También escribía ensayos...


El padre de Jeckyll y Mr.Hyde también escribía ensayos

¿Quién no ha escuchado hablar de La isla del tesoro o de El extraño caso del doctor Jekyll y mister Hyde? Su autor, Robert Louis Stevenson, (Edimburgo, 1850 - Samoa, 1894) es uno de los grandes narradores del siglo XIX y sus historias, desde las de aventuras hasta las novelas fantásticas, han entretenido a jóvenes y no tan jóvenes de generación en generación. Pero al margen de su faceta más conocida, la de novelista, Stevenson también dejó un importante legado de ensayos que recomienda el escritor y guionista Gonzalo Suárez (Oviedo, 1934; otrora conocido como Martín Girard).

Esta recopilación de ensayos literarios de Stevenson incluye reflexiones sobre el arte de la escritura y la crítica literaria. Documentos que contienen las ideas fundamentales en las que se basó el autor para construir toda su obra: sus influencias. Stevenson habla de la moral del escritor, de la técnica y el estilo. Para completar los ensayos se apoya en textos de grandes escritores como Edgar Allan Poe, Julio Verne y Alejandro Dumas, entre otros. La obra ensayística del autor escocés es decisiva por su influencia en el género de la novela de aventuras.



Stevenson tuvo una vida intensa. Su salud fue muy débil desde muy temprana edad y algunos estudiosos de la vida del escritor han barajado la posibilidad de que sufriera tuberculosis. Fue su niñera la que le inculcó la afición por la lectura, contándole historias mientras permanecía en cama a causa de su continua enfermedad. Cuando alcanzó la edad para entrar en la universidad se matriculó en Ingeniería, como era la tradición familiar. Pero el joven escritor ya llevaba tiempo redactando historias, por lo que abandonó la carrera. Poco después se dedicó al estudio de las leyes.

Durante un viaje por Europa conoció a la que sería su mujer, Fanny. Juntos vivieron en multitud de lugares, desde el lejano oeste hasta Suiza. Finalmente se instalaron en la isla de Samoa, en el Pacífico sur, donde el escritor murió con 44 años.

Esta recopilación de ensayos es, en definitiva, de gran interés para todos los seguidores del autor, así como para los estudiosos de los fundamentos teóricos de la literatura. Eruditos y fans, todos son bienvenidos a disfrutar de este ejemplar en los días de descanso que aún quedan.

Ensayos, Stevenson (Ediciones Hiperión).



Otros libros de R.L. Stevenson:
- El extraño caso del doctor Jeckyll y Mr. Hyde (Libros del zorro rojo)
- La isla del tesoro (Espasa-Calpe)
- La flecha negra (Alianza)
- El club de los suicidas (Alianza)

lunes, 9 de enero de 2012

La sociedad quiere...

La sociedad quiere que consumamos, no que seamos felices. Las personas en cambio quieren ser felices.
Daniel Gilbert

sábado, 7 de enero de 2012

Son 15 minutos. Dejas de respirar. Y fuera...


"Son 15 minutos. Dejas de respirar. Y fuera"

Carlos Santos era un hombre de mundo. Amaba tanto la vida que quiso gobernar la suya hasta el final. Tenía un tumor incurable. Estaba condenado a morir sufriendo. Pero se rebeló. Acudió a la asociación Derecho a Morir Dignamente. Ellos le acompañaron en su última voluntad. El pasado 10 de noviembre decidió tomarle la delantera a su enfermedad. Desayunó y dio un paseo antes de tomar un cóctel letal. Murió dormido en la habitación de un hotel. Antes quiso contarnos su historia. Pretendía que su caso sirviera para reabrir el debate de la eutanasia.

Lo normal es que las personas mayores no se vean reflejadas en la gente de su edad, pero les contaré una excepción que viví el pasado 9 de noviembre, al conocer a Carlos Santos Velicia, un hombre de 66 años (dos más que yo) que había viajado hasta Madrid para quitarse la vida. Fue después de comer, al atravesar en su compañía la Puerta del Sol, en dirección al céntrico hotel en el que expiraría al día siguiente, cuando descubrí la existencia de una curiosa sincronía entre sus movimientos y los míos. No éramos sólo un hombre y otro hombre, éramos dos individuos mayores, con tics característicos de individuos mayores, dos casi ancianos a los que cualquier espectador objetivo habría situado, en el mejor de los casos, en el último tercio de su vida.

La habitación del hotel, sin alcanzar la categoría de una suite, era grande y luminosa y estaba compuesta por dos espacios claramente diferenciados, uno para dormir y otro para estar. El primero disponía de una cama doble, con sus respectivas mesillas de noche, y el segundo, de un tresillo y una mesa baja, todo dispuesto, como es habitual, en torno al aparato de televisión. Entre ambos espacios había un pequeño escalón destinado a subrayar, con la diferencia de nivel, la desigualdad de sus funciones. El ventanal, amplio, daba a una terraza desde la que se apreciaban los tejados del viejo Madrid.

Una vez acomodados, Carlos en un extremo del sofá, yo en el sillón más próximo a ese extremo, las sacudidas especulares se acentuaron. Así, mientras él hablaba en un tono en el que me pareció detectar cierta euforia (¿la que precede al acto final?), reconocí en sus cejas el recorte torpe que yo aplico a las mías y descubrí en los orificios de su nariz y orejas los pelos sobrevivientes a las cacerías de que suelen ser víctimas, a partir de cierta edad, estas pilosidades. No fue todo: también vi en su mirada esa curiosa mezcla de desafío y desamparo que descubro en la mía cuando tropiezo con mi rostro en los espejos de los ascensores.

-Recibí el primer hachazo -empezaba a contarme Carlos hace quince años, cuando sin más me dan dos infartos de miocardio graves. En el segundo, con arreglo a todos los aparatos que había en la pared, estaba muerto. Ya sabes que se monitoriza todo en las pantallas y las pantallas estaban muertas. Y yo también. Estos cabrones, pensaba, me entierran ahora vivo. Los médicos me pedían que si les escuchaba moviera un dedo o parpadeara, pero yo no tenía energía para nada. Nada. Muerto, muerto. Por aquellas cosas de la vida, es obvio que resucité, y resucité como un bebé, llorando. Para mí fue muy duro, porque yo era corredor, esprintaba, y tuve que dejar de hacer deporte. Tengo dos trozos de corazón necrosados. De eso no te recuperas nunca. Tengo insuficiencia cardiaca, taquicardia y arritmia.

-Pero parece que has podido llevar una vida más o menos normal desde entonces -me oí decir.

¡De normal nada! Tuve que bajar, aterrizar. Pasé tres o cuatro años muy mal porque me sentía un inútil. Dejé de trabajar porque las agencias de viaje no querían darme trabajo (era guía turístico). Quise volver a trabajar y con la primera que lo hice tuve que ir a Sevilla y no llegué. El chófer tuvo que parar el autocar y llamar a una ambulancia que me llevó a urgencias, con lo cual el grupo quedó abandonado.

¿Y?

Tuve que plantearme mi vida y me la planteé muy bien: me voy a suicidar, pensé, pero a mi manera, a mi aire, me voy a los Mares del Sur. Me iré a Australia, de allí a Nueva Zelanda. Desde ahí iré bajando y cuando llegue a las islas de los Mares del Sur me buscaré al brujo de turno, me haré amigo de él y la noche que quiera irme le diré: "Brujo, colócame, que quiero dormirme y no quiero despertarme". Eso era lo que tenía in mente, pero, como decía John Lennon, la vida es lo que te va pasando mientras tú te empeñas en hacer otras cosas. Pues no sé lo que pasó. Pero estaba hecho una mierda. Me he pasado diez o doce años sin estar con una tía porque tenía pánico. Los médicos me decían: "Usted ya no es el león que era antes...". He sido un león en todos los sentidos: laborales, con mujeres, con todo. Ahora soy un gatito pequeño y deslustroso. Las tías, fuera. No había vida.

Mientras escucho a Carlos, cuento el número de lámparas de la habitación, primero de izquierda a derecha y después de derecha a izquierda. Y debo obtener el mismo resultado; si no, sucederá una catástrofe. Se trata de un mecanismo antiguo, infantil, para combatir la angustia. Contar me libera. Por eso cuento también ahora los dedos de las manos de mi interlocutor, siempre en las dos direcciones. Y si se levanta para ir al baño, porque tiene incontinencia urinaria, cuento los pasos que da al ir y los que da al volver, y siento un gran alivio si su número coincide. Todo ello sin dejar de escucharle. Me está relatando ahora lo de la hernia discal, que apareció luego, y por la que tuvo que meterse en el quirófano.


Fue tremendo dice, porque ya no podía ni saltar. Privaciones, privaciones y privaciones. La columna me daba dolores continuos. Hasta que me hicieron resonancias y apareció el bicho.

¿Qué bicho?

Un quiste radicular, no sabían desde cuándo estaba ahí, y es lo peor que hay, no se puede operar ni tocar porque te quedas paralítico, va al cerebro.

¿Es ahí donde llegan las terminaciones nerviosas?

Todo. Es el interior de la columna vertebral. Justamente está entre la S2 y la S3, cerca de los esfínteres de la orina y de los excrementos.

¿Cuándo te lo descubren?

Hace un año. Y me dicen que no hay solución, que no hay nada que hacer. Me lo han dicho tantas veces, tantos traumatólogos, hasta los tribunales que me dieron la minusvalía del 65% me lo dijeron: "Señor Santos, haga usted testamento vital porque le quedan meses, esto no tiene cura, no hay solución, no hay nada". ¿Qué haces? Pues me voy a EE UU, me compro una pistola y me pego un tiro, o me tiro por un puente... También he ido a edificios de Málaga que conozco, a mirar desde un octavo piso y a decirme: bueno, si me tiro desde aquí me mataré... Pero soy una persona pacífica, gustoso de la música suave, clásica, armoniosa, no me gustan los ruidos, siempre he sido pacifista, nunca me he peleado con nadie, no me gusta la violencia ni las cosas desagradables, muchas veces me ha cabreado atraer tanto a los homosexuales, cuando lo que me van son las mujeres. Y se lo preguntaba: "¿Pero por qué, qué coño tengo yo?". Y me contestaban: "Es que eres tan dulce, tan suave, tan tierno, tan fino, tan delgadito, tan poca cosa, que invitas a protegerte". Así que pensar en esas opciones me resultaba muy desagradable. Primero contacté con Exit, los australianos, y luego con Dignitas, que está en Suiza. Los de Suiza fueron los que me dieron la dirección de Derecho a Morir Dignamente de Barcelona, y éstos, la de Madrid. Y aquí estoy.

Aparte del problema del control de esfínteres, ¿de qué otra forma se muestra el deterioro?

Cada vez tengo menos energía. Por la mañana, cuando salgo de casa, después de desayunar y haber tomado Zaldiar, no tengo energía, no puedo caminar más de diez minutos sin sentarme a descansar. Lo mismo me ocurre cuando estoy de pie, tengo que buscar alguna silla donde sentarme, pues no me encuentro bien. Necesito sentarme o, mejor, tumbarme.

¿Estás muy medicado?

Sí, claro, con todos los efectos secundarios de la medicación. Mi casa parece una farmacia de las pastillas que hay.

¿Qué clase de pastillas?

De todo lo que puedas imaginar, de todo, cuarenta o cincuenta cajas, fíjate si hay. Por la mañana, cinco o seis pastillas; al mediodía, otras cinco o seis; por la noche, lo mismo. Y en los intervalos, en función de lo que me duela, pues otras tantas. El caso es que siempre tengo que llevar el pastillero conmigo. Mira, ahora voy a tomar una para tranquilizarme.

¿Quieres agua del minibar?

No, del grifo.

Carlos Santos se retira al cuarto de baño a tomarse la pastilla. Observo que la luz ha cambiado. El sol ya no da directamente en la ventana, como cuando llegamos al hotel (sobre las 4.30 de la tarde), pero la habitación me sigue pareciendo alegre. Soy yo el que está sombrío, sobrecogido. Mientras espero su regreso, releo la carta que ha escrito para la Policía Local de Madrid, donde pide que notifiquen su defunción a la dueña de la pensión donde vive, en Málaga, a fin de que "como no tengo familia ni herederos, disponga de mis pertenencias, ropa, etc., como quiera". Tras la firma, añade una suerte de posdata rogando que retiren de la vía pública su coche "antes de que lo rompan o lo destrocen". Como se retrasa, repaso también la carta al juez, donde tras resumir sus padecimientos y detallar el futuro terrible que le espera a medida que avance la enfermedad (descontrol absoluto de esfínteres, dolores intensísimos, parálisis y muerte), afirma que su voluntad de morir es fruto de sus valores y que nadie le ha inducido a adoptar esta decisión que toma de manera "libre, voluntariamente, sin que ninguna persona tenga que cooperar de forma necesaria, directa o indirectamente, para llevarla a cabo".

Como Carlos no acaba de salir del cuarto de baño, empiezo a contar, para entretener la espera, las vocales de la misiva al juez. Aparece cuando voy por la 65.

¿Era un ansiolítico? pregunto refiriéndome a la pastilla que acaba de tomarse.

Sí, pero bajo, Diazepam de 2,5.

¿Y para dormir tomas cosas?

¡Huy, sí! Ya no me hacen nada tampoco.

El círculo vicioso de la tolerancia y la adicción.

Llegará un momento en que... Bueno, ya no habrá momentos porque espero que mañana a estas horas ya esté terminado.

La luz de la habitación ha vuelto a cambiar y mi estado de ánimo se ha oscurecido. Deben de ser las cinco y media o seis menos cuarto de la tarde. Me levanto y enciendo una lámpara de pie mientras Carlos habla ahora de un libro inédito en el que ha trabajado durante los últimos quince años de su vida. Se titula El hombre dividido.

-¿Quién es el hombre dividido? pregunto.

Soy yo dice, yo y el mundo. Países que me han enamorado, como Italia, la India, Francia... ¿Sabes lo que es Nepal, Tailandia, Brasil, la República Dominicana, Gambia...? Y Europa como mi propia casa. Hay un lugar que es uno de mis favoritos, la tumba de Gala Placidia, en Rávena. Me gusta ir y estar solo ahí. Suelo cerrar los ojos para no ver nada y dejar que mi imaginación fluya y trate de imaginarse cómo fue la antesala del fin del Imperio Romano de Occidente. En realidad, he vivido. Otros no han vivido ni la mitad. Y la he vivido de lujo porque era todo pagado.

¿Tu ciudad favorita?

Londres es mi ciudad por muchos motivos. Uno, porque fue el primer sitio donde encontré la felicidad. En España no había sido nunca feliz, mi padre me pegaba con fiereza, igual que los hijos de puta de los jesuitas, que te hacían poner los dedos así, de punta, y te daban con la regla. Todo eso, una infancia muy desgraciada. Mi padre y yo vivíamos en un pequeño apartamento y desde niño, cada mañana, me levantaba de la cama, que estaba en el salón, iba a la cocina, que era donde estaba la radio, y movía el dial hasta que escuchaba una lengua extranjera. Ahí lo dejaba.

También me reconozco en ese sueño infantil de ser extranjero, aun al precio de no entender nada. ¿Acaso entendían algo los autóctonos? Ser extranjero, en aquellos años, era a lo más que se podía aspirar en la vida. ¡Qué imagen brutal, pienso, la del niño a la búsqueda de un idioma ininteligible, de una vida otra!

Mientras Carlos da detalles acerca de su libro, de su vida en Londres (donde vivió varios años) y de sus viajes a lo largo y ancho del planeta, comprendo que este hombre consiguió su sueño de ser extranjero, aunque pagando el duro precio del desarraigo, de la soledad, del aislamiento. Entonces se me escapa el primer bostezo, que es una señal de alarma. En las situaciones dramáticas, o que vivo como dramáticas, me da, además de por contar, por bostezar, como si me aburriera. Me defiendo así de los excesos de realidad, de la angustia, del pánico. Bostezo en los entierros y en las unidades de vigilancia intensiva de los hospitales como bostezaba de joven en los exámenes y en las entrevistas de trabajo. El bostezo significa que estoy jodido. Estás jodido, Juanjo, me digo, al tiempo de contar con los dedos las sílabas de "estás jodido, Juanjo" (siete, un heptasílabo) y tengo la tentación de preguntar a Santos por sus pequeños ritos contra la enfermedad, contra la mala suerte, contra la desgracia.


Por fortuna, él ha comenzado a hablar ya de la eutanasia, de su necesidad de dejar testimonio para ayudar a que se genere un debate público sobre la cuestión. En este tema, como en todos, se manifiesta de manera muy cerebral, incluyendo datos económicos y estadísticas sobre el suicidio que no me interesan demasiado. Me afectan más los aspectos emocionales, el hecho de que uno tenga que morir, cuando así lo ha decidido, de forma clandestina, en habitaciones de hoteles, en vez de hacerlo en la propia cama, o en la de un hospital, adecuadamente atendido por profesionales y rodeado de los suyos. A Carlos le da igual quitarse de en medio en un sitio u otro, no tiene a nadie y su patria es el mundo. Asegura que conoce Europa como yo conozco las habitaciones de mi casa.

-Cuando vine a Madrid para hablar por primera vez con los de DMD añade me preguntaron cuándo quería hacerlo. "Mañana", contesté, "ya que estoy aquí, mañana". Total, las cuatro cosas que tenía se las había regalado a cuatro o cinco amigos y amigas, y los ahorros se los dejo a DMD, que me dijeron que no les debía nada. Ya lo sé, contesté, pero qué hago, no fumo, no bebo y no como porque no encuentro gusto en nada. ¿En qué gasto el dinero? Antes, en Málaga, me encantaba comprar pasteles de Gloria, los mazapanes... Ahora me puedes ofrecer la Luna y no me hará ni sonreír, es que no me provoca, con el problema de los jugos gástricos... Ya no paso gusto comiendo, no paso gusto con nada. Lo que quiero es dejar de vivir, y si puede ser antes, mejor que después. En la pensión sólo he dejado ropa porque no sirve para nada. Me he traído esto.

"Esto" es una cartera de mano con la que ha hecho el viaje desde Málaga y que contiene el último equipaje de su vida: un pijama, una camisa, unos calcetines, unas zapatillas y unos calzoncillos.

Una muda resume él. Se supone que mañana a estas horas ya no me hará falta para nada.

En la cartera hay también un bote, envuelto en una bolsa de plástico, que contiene, me explica, el llamado "cóctel de autoliberación", compuesto por un hipnótico, para quedarse dormido, y un conjunto de medicamentos contra la malaria que a altas dosis resulta mortal. La fórmula está al alcance de los socios de DMD en la llamada Guía de autoliberación, y sus componentes son fáciles de obtener, la mayoría sin receta. Es, por otra parte, la misma combinación que recomiendan casi todas las asociaciones del resto del mundo.

Aunque se ha emocionado hasta las lágrimas al recordar algunos aspectos de su infancia, la actitud general de Carlos es de una frialdad que sobrecoge. Pienso que quizá es su modo de defenderse de este exceso de realidad, como la mía es bostezar o contar vocales, molduras, dedos, lámparas... Recuerdo entonces que en algún momento, cuando nos dirigíamos al hotel, mencionó la posibilidad de hablar con el director para que le hicieran un descuento.

-Me hacen descuento en todos los hoteles añadió cuando me identifico como guía turístico.

¿El diez por ciento? pregunté yo absurdamente.

¡Qué diez por ciento! responde enfadado ¡El cincuenta por ciento por lo menos!

La decisión de quitarse de en medio no había alterado en absoluto sus costumbres. Así, antes de viajar a Madrid fue a Renfe para consultar precios y descuentos teniendo en cuenta que poseía la Tarjeta Dorada para mayores de 60 años. Dado que lo pagó todo con la tarjeta de crédito, consultó también las tarifas del hotel para asegurarse de dejar en la cuenta corriente la cantidad precisa para que cada cual cobrara lo suyo. Y calculó que la mejor hora para tomarse la pócima sería en torno al mediodía, de forma que los voluntarios de DMD que habrían de acompañarle quedaran libres a media tarde: "Mejor que por la noche", decía en el correo electrónico donde enumeraba todos los detalles de orden práctico.

Como la tarde continúa cayendo, y con ella mi estado de ánimo, me levanto y enciendo otra luz que está algo alejada de mi posición. He de dar cinco pasos de ida, pero sólo me salen cuatro de vuelta. Mal asunto.

Lo de Suiza le digo volviéndome a sentar me parece muy frío. He leído algunas cosas que...

Como te he dicho insiste Carlos, yo he nacido en España, pero eso no me hace español. Cuando llegué a Inglaterra, me dijeron: "Mira, Carlos, aquí se hacen las cosas bien, no como en tu país, y se hacen bien desde el principio porque si no hay que volver a hacerlas y eso cuesta tiempo y dinero". Esa era la realidad, los españoles llegaban con las maletas aquellas de madera atadas con una cuerda. Yo era uno de esos. El día que me dijeron "tú eres uno de los nuestros, eres un verdadero profesional", ese día fue para mí... Así que todo eso de la frialdad me la suda, no me dice nada. ¿Qué frialdad? ¿A qué he venido yo aquí, a tomar pastelitos, a bailar unas sevillanas? Ni estoy de humor para bailar sevillanas ni puedo bailarlas, casi no puedo moverme. Defíneme frialdad. A mí lo que me importa es que me digan: "Señor Santos, el día tal, a tal hora, usted se presenta en esta dirección...". Mañana me levantaré, desayunaré por ahí cualquier cosa, y como a las doce o las dos, la hora más temprana, prepararé el potingue, me lo tomo, me tumbo... Los voluntarios de DMD se quedarán conmigo hasta que me haya dormido. En Suiza, con el pentobarbital, son quince minutos. Ya, dejas de respirar, y fuera. Quince minutos, para qué vamos a estar horas y horas y horas.

¿Te gusta leer? se me ocurre preguntar, parezco un idiota.

Sí, he sido un gran devorador de libros, pero ya no puedo. Mi cabeza sólo está ahora en una cosa y no hay nada más. Ya he regalado todos mis libros.

¿Tenías una buena biblioteca?

Sí, grande, muy amplia. Me he deshecho de todo. Soy un hombre de caprichos. Mira qué cinturón llevo.

Se levanta para que lo vea.

Muy bonito, sí digo observando la hebilla, formada por una moneda grande, de plata, donde se lee el lema de la República Francesa (Liberté, Égalité, Fraternité).

Es un cinturón que es una joya, de plata pura. Lo he diseñado yo, lo he hecho yo, es un cinturón único. Cuando he llevado algo encima ha sido diseñado por mí. He cogido un papel y un bolígrafo y me he puesto a dibujar lo que quería. Como siempre he tenido amigos de todo, en Mallorca tenía uno que era joyero y él me hizo mis gemelos, mi anillo...

Lleva cuidado con el escalón le digo, que ya te has caído un par de veces.

... he ido desprendiéndome de todo. Ahora, como ves, no llevo ni cadena al cuello, no llevo nada, el barco ha llegado al fin del viaje.

¿Tienes nostalgia?

No, he vivido una vida buena, rica, que la mayoría de los mortales no han vivido.

¿Y si bajamos a tomar un café?

Como quieras.


Abandonamos la habitación. Cuento mentalmente los pasos que damos hasta el ascensor, los segundos que tarda en llegar, el número de letras de la palabra ascensor (ocho, tres vocales y cinco consonantes, una rareza). Nos instalamos en una mesa de la cafetería del hotel. Yo pido un té verde y él un té con leche fría. Nos traen con la bebida unas pastas que a él no le apetecen. Me las ofrece, pero las rechazo, advirtiendo que le da pena que se queden ahí. En esto, noto en la atmósfera algo que añade desazón a la pesadumbre, como si fuera domingo por la tarde. Y no es domingo, es martes, pero caigo en la cuenta de que ese martes es fiesta en Madrid (la Almudena). He de irme, me digo, he llegado a mi límite, no soy capaz ya de reprimir los bostezos, ni de dejar de contar, he contado los botones de la chaqueta del camarero, el número de baldosas del suelo, el número de patas que suman las de todas las sillas de la cafetería... Carlos Santos sólo quería de mí que le ayudara a dar testimonio de su decisión para provocar un debate acerca de la eutanasia. Me sobra material para dar ese testimonio, para que se abra, una vez más, la discusión. No quiero verme en este hombre mayor (que va a morir mañana) cada vez que se lleva la taza a los labios, cada vez que recuerda su voluntad de convertirse en extranjero, cada vez que me mira con esa mezcla de desamparo y desafío característica de mi mirada. La solidaridad tiene límites, y creo haber alcanzado los míos. Debes protegerte, me digo.

-Si me pides que te cuente un día normal de mi vida... -está diciendo en esos instantes Carlos Santos.

Te lo pido digo.

Me levanto a las ocho, ocho y media de la mañana. A las nueve y media o a las diez salgo ya de casa. ¿Adónde voy? A la biblioteca. ¿Por qué? Porque, primero, necesito estar sentado, no puedo estar de pie. Segundo, no puedo estar en un café tres o cuatro horas leyendo los periódicos y tomándome un té. En la biblioteca no tengo que tomarme ni el té, tengo todos los periódicos a mi disposición y encima subo al primer piso y tengo Internet. Y tengo dos correos, uno solamente para la prensa en inglés, Financial Times, The Economist, The Herald Tribune, The New York Times, The Daily Telegraph..., en fin, la mejor prensa, la que te sigue diciendo qué cojones le pasa a España, que sigue teniendo revalorizados los pisos el 48% y que si así piensan vender. Eso, hace dos semanas. Están al doble de lo que valen y siguen sin bajar. Me paso toda la mañana en la biblioteca, hasta las dos, que cierran. A veces me llevo papel y escribo algo. Como en el hogar del jubilado y vuelvo a la biblioteca hasta las ocho. A esa hora me voy a casa porque es un mal barrio. Es de noche, me da miedo, y ya no salgo. Esto es un día de mi vida de lunes a viernes. Los sábados y los domingos, como no hay biblioteca, me los trato de organizar de otra manera, en un bar agradable que he encontrado, tienen varios periódicos, los leo...

-Bueno, Carlos, te voy a dejar digo en pleno ataque de fobia.

Y enseguida, para atenuar la brusquedad, añado:

¿Te acuestas pronto? ¿Quieres tomar algo o es temprano para cenar?

Hambre dice él no tengo nunca. Si luego tengo hambre, pido algo ligero; si no, me meto en la cama, que estoy cansado.

Me levanto, se levanta, nos miramos como dos personas mayores.

¿Adónde vas? pregunta.

A Gran Vía, para tomar un taxi.

Te acompaño.

Y me acompaña. Es noche cerrada ya y en las calles se respira la atmósfera festiva del domingo, aunque sea martes. En esto se detiene, nos detenemos, me mira a los ojos levantando un poco la cabeza (es algo más bajo que yo) y pregunta:

¿Tú también eres socio de DMD?

También.

Ah, vale dice, y continuamos caminando, ahora en silencio. Es la primera vez en toda la tarde que se establece entre nosotros un silencio que a él no le urge rellenar con palabras.

Ha refrescado digo entonces yo al tiempo de contar las sílabas de "ha refrescado" (cinco, un pentasílabo).

Sí asiente él.

Al llegar a Callao, y como me da la impresión de que tiene miedo a extraviarse, le pregunto si quiere que le acompañe de nuevo hasta el hotel. Dice que no, que aunque las medicinas le desorientan, se ha fijado bien por dónde hemos venido. Nos damos un abrazo largo.



¿Te veré mañana? pregunta cuando nos liberamos del largo abrazo (la expresión "largo abrazo", calculo, tiene once letras, cinco vocales y seis consonantes).

No lo sé miento, pues estoy seguro de que no tendré valor para acompañarle.

Mientras espero la llegada de un taxi, observo a Carlos Santos alejarse de espaldas con los movimientos característicos de un hombre de mi edad.

Al día siguiente, Carlos Santos se levantó, desayunó y salió a la calle para resolver en una sucursal madrileña de su banco un par de asuntos burocráticos todavía pendientes. Al mediodía (sobre las 12.45) subió en compañía de un voluntario y una voluntaria de DMD a su habitación grande y luminosa.

¿Qué os parece si me pongo el pijama? preguntó a los voluntarios.

Antes de que le contestaran, se metió en el cuarto de baño, de donde salió al poco en pijama y con unas zapatillas (no se había quitado los calcetines). Dobló cuidadosamente la ropa de la que se acababa de desprender y la guardó en el armario. A continuación tomó el DNI y lo colocó en la mesa, sobre un pequeño conjunto de billetes bien doblados. Muy cerca, dejó la carta al juez y a la policía.

Luego sacó de su cartera el bote con las pastillas, que ya había pulverizado, y las introdujo en un vaso, echando a continuación una porción de un yogur de fresa que había comprado antes de subir. Revolvió bien con la cuchara hasta lograr una masa homogénea (lo que llevó su tiempo, por la cantidad) y el yogur de fresa se puso azul debido a la reacción química. Se tomó el "cóctel" a cucharadas asegurando a los voluntarios que no estaba tan malo comparado con el aceite de ricino de su infancia. Se encontraba sentado en el sofá, quizá en el mismo extremo desde el que había hablado conmigo el día anterior. Abandonando las zapatillas en el suelo, colocó los pies (con calcetines) sobre el borde de la mesa baja y esperó los efectos del brebaje contándoles su vida a los voluntarios. Volvió a emocionarse, me dijeron, cuando recordó algunos pasajes de su desdichada infancia. A medida que pasaban los minutos, hablaba más despacio, pero sin perder en ningún momento la coherencia. Se quedó dormido sobre las 13.40, y media hora después, en medio del profundo sueño, dejó de respirar, sin estertores, sin sufrimiento, sin dolor, escapando así a un horizonte clínico espantoso. Los voluntarios de DMD abandonaron la habitación dejándolo todo tal y como estaba.

Al día siguiente, a primera hora de la mañana, otro voluntario de DMD telefoneó al hotel para advertirles sobre lo que se encontrarían en la habitación 511. La prensa, como es habitual en estos casos, no dio cuenta del suceso. La muerte de Carlos Santos Velicia, de no ser porque él quiso que quedara testimonio de ella, sólo habría servido para engordar el cajón de sastre de las estadísticas sobre el suicidio. Carlos Santos Velicia tiene siete sílabas, así que, de ser un verso, sería un heptasílabo.

viernes, 6 de enero de 2012

El gran poder en el mundo es...

El gran poder en el mundo es detectar lo que piensa el otro: cuando alguien tiene ese poder, puede ayudar... o puede manipular.
Eduard Punset - El alma está en el cerebro

miércoles, 4 de enero de 2012

WikiLeaks, todo lo que necesitas saber...


WikiLeaks, todo lo que necesitas saber

Si nadie puede anticipar el futuro, tampoco la glosa del presente y el pasado es fácil de hacer cuando se quiere penetrar en la intimidad de la organización WikiLeaks. Salvo que nos atengamos a los hechos, a la pura verdad. Esa que traza una secuencia de leaks (filtraciones) que han desembocado en la mayor filtración de la historia… y lo que vendrá.

En Nación Red hemos querido repasar lo que sabemos de WikiLeaks y lo que creemos saber, pero la esencia del retrato, intuiciones, interpretaciones, morbo y conspiranoias al margen, es la secuencia de esos leaks donde está todo lo que necesitas saber.

Las miles de páginas escritas sobre WikiLeaks y su fundador no servirían, a pesar de su interés, ni para envolver media ración de pescado, en comparación con el valioso material que a la causa del periodismo de verdad y los Derechos Humanos ha aportado la organización de Julian Assange.

Toda la verdad está en los leaks. De Irak a Guantánamo. De la corrupción de la Banca al negocio criminal del transporte de petróleo que hace de África un provechoso vertedero. Del Pentágono y el 11S a la fiesta de cumpleaños del perro del príncipe de Tailandia. Del embajador amigo que ayuda en los vuelos de la CIA al Presidente con un patrimonio exterior de más de un 1 billón de dólares mientras su pueblo se muere de hambre y él “apaña” el resultado electoral pactando con el nuevo presidente…

... De los millones de dólares invertidos en financiar a los que ayudan a matar a sus propios soldados, cuando la ocasión lo requiere, según un análisis que se hace en el Departamento de Estado. Esta es la verdad de WikiLeaks que contiene este post. Quédate con esta historia.

La “otra verdad” que también te contamos aquí, es subjetiva y sustantiva de cambios, de errores humanos y de inevitables apariencias veladas. Un juego mortal de pícaros ratones y extraños gatos con espíritu de perro policía. Cebados de razón de Estado.

WikiLeaks: La Wikipedia de los secretos

Abrir una ventana para airear la corrupción, la vulneración de los derechos humanos y los comportamientos anti-democráticos en el seno de los gobiernos. Para eso se creaba en 2007 la organización WikiLeaks, una plataforma web donde es posible publicar documentos confidenciales de manera anónima.

El término Wikileaks, un guiño semántico a la Wikipedia y a la publicación de información confidencial: Leaks (filtraciones o fugas). De ahí el nombre de WikiLeaks, un sitio de Internet en el que cualquiera puede sacar a la luz documentos que contienen evidencias de hechos ilegales.

La facilidad y simplicidad de la Wikipedia, que permite la aportación de usuarios sin conocimientos técnicos, inspira a la organización de Julian Assange, conocida también como la Wikipedia de los secretos. La única condición que impone WikiLeaks es que los documentos sean auténticos.

WikiLeaks es el gran ejemplo del poder del leaking ético para poner a gobiernos, corporaciones e instituciones en una situación embarazosa.

Kenia, el bautizo de WikiLeaks

WikiLeaks nace, para la opinión pública, en enero de 2007 en el Foro Social Mundial de Kenia. Julian Assange aprovechaba ese foro para presentar WikiLeaks.

Cautivado por la lucha de los activistas democráticos del país africano, Assange decide quedarse en Kenia “para ayudar en las reformas”. WikiLeaks, que ha llamado la atención de los partidarios de las reformas democráticas, está a punto de entrar en acción.

Instalado en un complejo residencial de Nairobi donde vive con otros extranjeros, en su mayoría miembros de organizaciones no gubernamentales como Médicos sin Fronteras, Julian Assange recibe a periodistas y defensores de los derechos humanos preocupados por la evolución política del país. Es la hora de ayudar.

La publicación de un informe, poco antes de las elecciones presidenciales sobre el patrimonio del ex presidente Moi, que había decidido apoyar al candidato y presidente Kibaki, cambia el curso de las encuestas y si bien en un polémico recuento – cuestionado por los observadores europeos – Kibaki, aliado del corrupto y autoritatio Moi, consiguió reducir la ventaja y al final imponerse en las elecciones, su credibilidad resultaba dañada y la cohesión de la oposición, fortalecida.

Después de meses al borde del abismo, Kenia alcanzaba, un año después, la soñada reconciliación con la formación de un gobierno de Unidad Nacional con Mwai Kibaki en la presidencia y el “perdedor”, Raila Odinga, como primer ministro. Kibaki se veía forzado a cambiar de aliado, abandonando al tenebroso y multimillonario Moi, y pactando con el candidato de la oposición democrática. Kenia respiraba. WikiLeaks y su primera filtración, portada en The Guardian e innumerables periódicos africanos, había contribuido a ello. No poco.

¿Quién es Julian Assange?

La filtración es un acto antiautoritario. Es inherentemente un acto anarquista

El hacker adolescente de Melbourne, el subversivo de Internet, el objetor indomable, el solitario de los mil recursos y ninguna dirección fija que viaja constantemente con una mochila repleta de ideales y un ordenador portátil que almacena grandes secretos, que son su seguro de vida.

Sin duda el idealismo vertebra el perfil afilado de un mito romántico. Julian Assange, la leyenda viva que desafía al poder, esconde su pasado con la misma habilidad que se escabulle de la CIA. Sumamente inteligente, frío pero caluroso, de modales exquisitos, calculador, enigmático, firme… y de mirada limpia. Cuando se trata de hablar de sí mismo es perceptible el sufrimiento. Quizás su pasado se esconda en un personaje de Stieg Larsson. Quizás. Ha establecido bases secretas en Kenia, Georgia, Islandia y su propio país. Quizás sea Mendax. Quizás no. Es australiano.

Australia es un desierto político. No me interesan las trivilalidades nacionales

Durante la década de los 90 trabajó en “seguridad informática” en Australia, diseñando programas de software – en 1997 fue uno de los creadores de Rubberhose una herramienta de Linux que combina la encriptación y la esteganografía. Un arma en poder de las organizaciones de derechos humanos que quieren proteger datos sensibles.

El patrimonio intelectual verdadero no puede ser ligado a la propiedad intelectual

Ha estudiado matemáticas en la Universidad de Melbourne y Canberra, pero nunca se graduó, desencantado, dice, con la forma en que muchos de sus compañeros estaban realizando investigaciones para el sistema de defensa de EE.UU.

Julian Assange había descubierto que la agencia del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, responsable del desarrollo de nuevas tecnologías, de la que habían surgido los fundamentos de ARPANET, red que dio origen a Internet, financiaba una investigación en la que participaban profesores y alumnos de su universidad para optimizar la eficiencia de una excavadora militar llamada Grizzly Plough, que se utilizó en el desierto iraquí durante la Operación Tormenta del Desierto, en la Guerra del Golfo de 1991.

La aplicación de esta excavadora era la de seguir avanzando a 60 kilómetros por hora, barriendo todo lo que se encontrará a su paso, desde el alambre de púas hasta las propias tropas iraquíes, que eran aplastadas y enterradas en vida.

Eso es lo que el departamento de matemáticas de la Universidad de Melbourne estaba haciendo, estudiar la forma de mejorar la eficiencia de la Grizzly Plough

Dejó sus estudios en 2006 cuando ya había empezado a trabajar con otras personas en lo que sería un año después: WikiLeaks. Siete años antes había registrado el dominio Leaks.org

Su visión y fortaleza lo convierte en líder sin proclamación, encerrado en su propia radiografía humana, años después sigue siendo el mismo.

WikiLeaks, 2007-2010

Tres años y nueve meses. Más de un millón de documentos desclasificados. El 95% no han sido verdaderamente investigados. Es la gran lección. La lección de su vida.

Los periodistas han dejado al Estado y a las grandes empresas salirse con la suya

El vídeo de la matanza de 15 civiles, entre los que se encontraba Namir Noor-Eldeen, fotógrafo de Reuters y su conductor Saeed Chamagh, acribillados desde un helicóptero Apache de las fuerzas armadas de EE.UU, llevó a WikiLeaks a los telediarios y horrorizaron al mundo.

Dos niños pequeños que participaban en el rescate de las víctimas fueron también heridos gravemente. Era el 5 de abril de 2010. Tres meses después, el 6 de julio, Bradley Manning, un analista de inteligencia del ejército de EE.UU., de 22 años, destinado en Iraq, fue arrestado, acusado de revelar este vídeo (después de chatear con un colaborador de la revista Wired que lo delató).

Daniel Ellsberg, el periodista que filtró los Papeles del Pentágono sobre la guerra de Vietnam y alertó sobre lo “poco” que valía la vida de Julian Assange, calificaba, en esas mismas declaraciones, a Bradley Manning de héroe.

La alerta era un clamor que traspasaba, otra vez, los muros del Pentágono y de la Casa Blanca, hasta alcanzar a todos y cada uno de sus aliados. Quedaba esperar.

Pero antes otras filtraciones de WikiLeaks habían generado ciertos terremotos informativos de mayor o menor grado. Casi siempre la noticia evitaba toda referencia a la organización que había filtrado la información. Un grupo de hackers, se decía.

El manual de Guantánamo

Camp Delta Standard Operating Procedures era el manual del Ejército de los Estados Unidos con las instrucciones sobre como tratar a los prisioneros de Guantánamo con detalladas explicaciones sobre manipulación psicológica o “gestión” de sus huelgas de hambre. También incluye recomendaciones para el uso de perros en la intimidación a los presos. Los grupos de derechos humanos expresaron su preocupación pues se descubrió, entre otras cosas, que de acuerdo con esta guía oficial, se le podía denegar a los prisioneros de Guantánamo el acceso a la Cruz Roja por un máximo de cuatro semanas. Además, se demostró que los reclusos podían ganar “premios especiales” por buena conducta y cooperación y que una de esas recompensas era un rollo de papel higiénico.

Mensajes del 11-S

“Sé que estás en otra relación y ya no te importo. Pero sólo por si pasara algo, quería decirte que te quiero. Hon” (SMS enviado el 11 de septiembre de 2001 a las 11.30.42).

WikiLeaks publicó un archivo con más de medio millón de mensajes que intercambiaron los empleados estatales estadounidenses en medio del caos del 11-S. “Es un recurso para comprender mejor un momento decisivo de nuestra era, que condujo a la muerte, el oportunismo y la guerra”, explicaron los editores. El listado –que puede descargarse en 911.wikileaks.org–- incluía mensajes de agentes del Pentágono, policías, bomberos y ciudadanos corrientes; comunicaciones que se hicieron entre las 3 AM del 11 de septiembre y a la misma hora del día siguiente. Lo más inquietante, sin embargo, es que el ataque se hizo pasadas las 8 de la mañana. Quedaba demostrado que alguien almacenaba datos desde por al menos cinco horas antes de la tragedia.

Climagate

WikiLeaks publicó más de mil correos electrónicos enviados durante diez años por el personal de la Universidad de East Anglia de la Unidad de Investigación Climática (Climatic Research Unit) del Reino Unido, reconocida como una de las instituciones líderes en el estudio del cambio climático. Los mails parecían evidenciar que los científicos habían recurrido a “amaños para ayudar a reforzar los argumentos de que el calentamiento global es real”. El jefe de la Climatic Research Unit, el profesor Phil Jones, renunció a su cargo tras la filtración, pero después de una investigación de la Cámara de los Comunes, se reincorporó a su puesto y ha sido rehabilitado. Esa filtración desconcertó a aquellos conservadores que adjudican a WikiLeaks un alineamiento descarado con la izquierda. Hay más documentos sobre el “Climagate” que todavía no se han publicado.

La lista negra de Internet en Australia

El año pasado, cuando el gobierno de Australia anunció un plan para intentar evitar que los usuarios de Internet visiten sitios que consideraba inadecuados, WikiLeaks publicó la lista de los sites prohibidos. Cerca de la mitad de los contenidos no tenían nada que ver con la pornografía infantil, sino que incluían entradas de la Wikipedia, vídeos de YouTube, sitios religiosos y webs de sexo para adultos. El gobierno australiano frenó en seco la puesta en marcha del polémico filtro ante las críticas que generó la “filtración” que delataba sus auténticas intenciones.

Los residuos de Trafigura

En 2009 la empresa fundada en Suiza y con sede cetral en Londres, Trafigura, una de las mayores multinacionales de transporte de petróleo y metales, intentó bloquear la publicación en el diario The Guardian de un estudio interno sobre los efectos en la salud de los residuos que arrojaba en África. El borrador, elaborado por el consultor John Minton decía que los procesos químicos que usaba Trafigura no eran profesionales y que tendrían probablemente compuestos sulfurosos que podrían causar quemaduras en la piel y daño permanente en los pulmones y córneas, vómitos, diarrea, pérdida de la conciencia y hasta la muerte si había contacto directo. WikiLeaks también había recibido el informe y difundió la información a través de Twitter.

Hace escasas semanas un tribunal holandés sentenció contra la empresa multinacional Trafigura por transportar residuos peligrosos a Ámsterdam ocultando su verdadera naturaleza – tal y como evidenciaban los documentos filtrados por WikiLeaks – y por exportarlos a Costa de Marfil. Era la primera vez que la empresa es declarada responsable penal por su implicación en la exportación de residuos peligrosos a Costa de Marfil. En julio de 2006, Trafigura desembarcó en Ámsterdam los residuos que transportaba en un buque con la intención de verterlos, pero debido a los costes, volvió a embarcarlos y los transportó a Costa de Marfil. Los residuos se vertieron en agosto de 2006 en varios lugares situados alrededor de la ciudad de Abiyán. Tras el vertido, más de 100.000 personas requirieron atención médica por diversos problemas de salud y, según los informes, hubo 15 fallecimientos.

Trafigura volverá a ser noticia.

Caso BNP

Los nombres, direcciones y trabajos de los 13.500 miembros del partido británico de extrema-derecha British National Party (Partido Nacional Británico) fueron dados a conocer por WikiLeaks en 2008. La lista incluía nombres de oficiales de policía, y militares.

Varios generales del Ejército británico aprovecharon las pruebas aportadas por WikiLeaks para hacer pública una carta abierta denunciando que “los valores de esos extremistas, muchos de los cuales son esencialmente racistas, están en total contradicción con los de las modernas Fuerzas Armadas británicas, como la tolerancia y la justicia”. El rumor de la penetración de la extrema-derecha racista en el Ejército británico y la policía era cierto.

La cuenta de e-mail de Sarah Palin

Antes de la elección presidencial de EE.UU. 2008, la cuenta de correo electrónico privada (gov.palin@yahoo.com) de la candidata republicana a la vicepresidencia, Sarah Palin, fue hackeada por un grupo conocido por luchar contra la Cienciología. Dos mensajes de correo electrónico, su lista de contactos y fotos familiares fueron enviadas a WikiLeaks. Cabe señalar que en estos mails se encontró que Palin había estado usando la cuenta privada para asuntos oficiales.

Palin fue acusada de usar sus cuenta de Yahoo para evitar que la información de sus correos sea de dominio público. La correspondencia privada está protegida por la Constitución, pero los registros públicos están sometidos al Acta de Libertad de Información.

Cienciología

En 2008, WikiLeaks publicó O.T. (Thetan Operante), el camino del adepto. Los niveles que deben recorrer los miembros de la Iglesia de la Cienciología y que está considerada como la base secreta e ideológica de la “secta”. Escritos considerados “sagrados” y que “La Cienciología” intentó que WikilLeaks retirase de su web mediante la interposición de una demanda.

La Iglesia de la Cienciología es para algunos de sus críticos una “organización empresarial sectaria” que aprovecha la legislación sobre derechos de autor y patentes comerciales, para edificar un emporio sin precedentes. ¿En WikiLeaks “intuyen” algo más?. Se da la circunstancia que en España cuando estalló el caso de las escuchas del CESID se pudo saber que una parte considerable y sorprendente de los esfuerzos de los espías españoles se dedicaban a espiar a Dianética, origen de la Iglesia de la Cienciología. Según la prensa de la época, el CESID, al final, no suministró a la Justicia las actividades delictivas de la “secta” que había descubierto.

El embajador amigo

Un clasificado dirigido al Departamento de Estado con un perfil elogioso del embajador islandés en los Estados Unidos por ayudar a frenar la “publicidad” sobre los denominados vuelos de la CIA, desenmascaró que también en Islandia y al máximo nivel diplomático hay cómplices de la mentira de Estado.

Cryptome y Microsoft

Cryptome.org es una web venerada, rebelde y ejemplar que hace un seguimiento de la complicidad de las grandes corporaciones estadounidenses con la política liberticida de las autoridades en su afán por violar la intmidad de los ciudadanos.

El 24 de febrero 2010, la policía cerraba el sitio por la publicación de un manual confidencial de Microsoft (Global Criminal Compliance Handbook) que detallaba en 22 páginas como acumular y aprovechar la información de sus usuarios. El manual estaba destinado a la policía y los servicios de inteligencia. Un escándalo mayúsculo, que se intentó silenciar o “al menos sacar de portada”.

Naturalmente WikiLeaks publicó el manual. Con una excepcional coletilla editorial escrita por Julian Assange “Aunque en teoría la Primera Enmienda protege la libertad de la prensa en EE.UU, en la práctica la censura se ha privatizado a través de los abusos del sistema judicial y las redes de patronazgo empresarial”.

El cumpleaños del perro del Príncipe

La fortuna del Rey de Tailandia se calcula en más de 30 mil millones de dólares. Una monarquía fastuosa en la que el heredero del Rey ha nombrado oficial del éjercito a su perro ya no merecería muchos más comentarios. Pero conviene recordar que su poder se suntenta en un en un golpe de Estado que derrocó al Primer Ministro Thaksin Shinawatra. La Junta Militar que formaron los golpistas abolió la Constitución, disolvió los poderes ejecutivo, judicial y legislativo, impuso la ley marcial y prohibió las actividades políticas.

WikiLeaks publicó un vídeo donde aparece su hijo, el príncipe Vajiralongkorn con su esposa, la princesa Srirasmi, celebrando el cumpleaños de su perro como si se tratase del cumpleaños de su hijo. En el vídeo se puede ver a la princesa semi-desnuda cantado el feliz cumpleaños al oficial del éjercito, el perro del príncipe, ante el deleite de su dueño y la mirada del resto de invitados. Un retrato infantiloide y medieval de un principe heredero que está a punto, con el apoyo de EE.UU y las democracias (y monarquías) europeas de ser el nuevo Rey de Tailandia. La monarquía tailandesa ha bloqueado el acceso a WikiLeaks. No teme otro vídeo.

El caso del Banco suizo Julius Baer

WikiLeaks publicó documentos que detallaban operaciones de lavado de dinero y evasión de impuestos. En concreto los ejecutivos del Julius Baer escondían los fondos de sus clientes ricos en fideicomisos offshore (Islas Caimán). El banco suizo demandó al portal por la publicación de esta información confidencial. Un juzgado de San Francisco atendió las peticiones del banco y ordenó el cierre de la dirección wikileaks.org. Posteriormente el banco retiró la demanda.

Antes un portavoz de la organización de Julian Assange afirmó que la orden judicial era “claramente inconstitucional” y aseguró que WikiLeaks dará prioridad a la publicación de documentos que prueben “prácticas bancarias ilegales o poco éticas”.

El banco Kaupthing y sus clientes VIP

También el año pasado, WikiLeaks publicó un documento confidencial que demuestra que el banco más importante de Islandia, Kaupthing, había prestado miles de millones de euros a sus accionistas principales, poco antes de estallar la gran crisis financiera.

Cuatro ex directores del Banco Kaupthing, residentes en Luxemburgo, han sido arrestados y la Interpol ha dictado una orden de arresto internacional contra su ex presidente, Sigurdur Einarsson, que desde Londres ha comentado “ no tener intención de viajar a Islandia para que lo arresten”. La noticia de este verano ha pasado totalmente desapercibida para los medios tradicionales y las tertulias al uso.

La destrucción de WikiLeaks

El colmo del ratón que “torea” al gato, en frase afortunada de un miembro de la inteligencia española, ya retirado. WikiLeaks publicaba un documento catalogado como altamente secreto con las orientaciones básicas para destruir… a WikiLeaks. 32 páginas elaboradas por la contrainteligencia de EE.UU. con instrucciones para acabar con ¡WikiLeaks! mediante la “identificación de sus posibles fuentes, la exposición pública de las mismas y rescisión de sus contratos, el enjuiciamiento penal… goteos de noticias para dañar o destruir su credibilidad”.

El plan se justifica, además, en los problemas que WikiLeaks está causando, también, a otros países, que no son precisamente modélicos en el respeto de los Derechos Humanos (China, Israel, Corea del Norte, Rusia, Vietnam y Zimbabwe) dejando bien a las claras las razones para destruir WikiLeaks… o a su portavoz.

Afganistán. La mayor filtración de la historia… por ahora

Tres días después de la publicación del vídeo de la matanza provocada desde el helicóptero Apache, un activista de WikiLeaks fue espiado, detenido e interrogado en Islandia, la cacería había comenzado. WikiLeaks se había convertido en un peligro para la “seguridad nacional” de EE.UU pero en Islandia era acogido y colaboraba con los políticos en promover una ley pionera que convertía a aquel país en un refugio para la libertad de expresión, un paraíso.

Para sorpresa de todos, Julian Assange, ya para entonces viviendo en la semi-clandestinidad, reaparecía en vivo y en directo en el Parlamento Europeo, donde había sido invitado por la eurodiputada holandesa, Marietje Schaake. Allí Julian Assange encontraba posada y un altavoz para recordar primero al “soldado” Manning, que estaba a punto de cumplir tres semanas de arresto y permanecía incomunicado en una base del desierto de Kuwait. Julian Assange declaraba que Bradley Manning es una prioridad moral.

La vida de Julian Assange estaba en peligro, sus intenciones son públicas, la Casa Blanca conoce al detalle lo que el australiano tiene entre sus manos. En las altas esferas de EE.UU no hay dudas. Hasta el último cable que ha pasado por el ordenador de Bradley Manning está en poder de WikiLeaks y será publicado. Corrupción y cintas de vídeo.

Los ha visto. Frente a frente. Tiene tiempo de enviar un mensaje. El juego del ratón (Assange) y el gato (El Pentágono) se desarrolla en twitter. Julian Assange escribe, retador:

Cualquier señal de un comportamiento inaceptable por parte del Pentágono o sus agentes tendrá consecuencias

El 25 de julio, WikiLeaks publica en colaboración con tres de los medios más prestigiosos del mundo, la filtración más grande de la historia. Las verdades de la guerra de Afganistán quedan al descubierto. Las mentiras se cuecen mal.

La clave oculta de los Secretos de Estado ha sido descifrada.

Más Información | WikiLeaks