jueves, 31 de enero de 2013

Cómo buscar empleo en Internet...


Cómo buscar empleo en Internet

En estos momentos, una de las alternativas para buscar trabajo es Internet. La Red ofrece nuevas posibilidades de comunicación, de conocimiento y de ocio, pero también de negocio y de promoción profesional.

A través de las redes sociales (generales o profesionales), de las páginas personales, de los blogs, foros de opinión o de los mismos buscadores, las empresas buscan a los futuros candidatos. Nadie está exento de ser encontrado en Internet.

En este sentido, la Red está siendo muy útil para las empresas, no solo para reclutar futuros trabajadores, sino también para descubrir las intimidades y los posibles puntos flacos que los usuarios dejan al descubierto en Internet. Así pues, los métodos tradicionales han dado paso a las webs 2.0, una fórmula perfecta para establecer contactos y una fuente de información impagable.

Para las empresas es tan fácil como escribir el nombre del candidato en la barra del buscador para que este muestre en menos de un segundo toda la información existente en el mundo virtual. ¿Cómo es posible? Un buscador como Google indexa los datos que están recogidos en páginas de terceros, de manera que si, por ejemplo, se ha cometido un delito y un boletín oficial publica información referida a personas que se hayan visto implicadas en el mismo, el nombre de la persona aparecerá en el buscador y, por ende, toda la información relacionada. Esta tarea la realizan unos robots del propio buscador, que indexan todas las páginas web.

Los profesionales también llevan a cabo búsquedas de perfiles a través de las redes sociales, las plataformas de comunicación personales más utilizadas en todo el mundo. Redes sociales generalistas como Facebook ya cuentan con más de 500 millones de usuarios, y LinkedIn, una de las más extendidas a nivel profesional, ya tiene 70 millones de registrados. Con estos datos, las empresas tienen a su disposición un universo de datos y de información muy útil de cara al reclutamiento de profesionales.

En la búsqueda de empleo o de candidato, las webs 2.0 tienen ventajas respecto de los medios tradicionales de búsqueda de trabajo. Por ejemplo: el alcance de las redes sociales profesionales permite conocer candidatos con perfiles específicos de todo el mundo, establecer un vínculo estable con profesionales del sector o disponer de información actualizada de los usuarios. Aun así, los peligros de la Red continúan existiendo, y muchas veces se cometen errores que ponen en riesgo la propia identidad.

Las redes sociales profesionales o generales no dejan de ser formas de interacción social, espacios en los que los usuarios vierten opiniones, información personal, gustos o preferencias. Por eso no se tiene que publicar en el perfil toda la información personal abiertamente. Se debe actuar con sentido común y tener cuidado con lo que se escribe. En el caso de las redes verticales, donde el principal objetivo es la selección de personal y los contactos profesionales, se debe ser especialmente cauto, ya que el futuro profesional está en juego.

Aunque los múltiples servicios permiten configurar los perfiles personales según grados de privacidad, las empresas 2.0 son depositarias de grandes cantidades de datos personales; por tanto, es conveniente conocer sus políticas de privacidad. Muchos usuarios de Internet desconocen aún cómo actuar en la Red y, por tanto, cómo gestionar los datos personales.

La falta de hábitos y el desconocimiento hacen que no se sea consciente de lo que se cuelga en la Red y de hasta qué punto puede perjudicar. No solo las fotografías, sino también los comentarios, vídeos o declaraciones. Se recomienda tener un perfil sobrio y no incluir fotos demasiado comprometidas y, sobre todo, que no se etiqueten imágenes sin consentimiento. Tener cuidado del aspecto físico a la hora de ir a una entrevista personal tiene el mismo valor que el perfil virtual. Además, muchas empresas buscan los candidatos por Internet, prácticando lo que se llama googling. Por este motivo, la mejor manera de actuar es la precaución, ya que una vez los datos se han publicado, ya no podemos hacer nada al respecto: el alcance y la difusión son infinitos.

En el caso de las redes sociales, no todas son iguales. Principalmente en las redes profesionales, los usuarios, por ejemplo, interactúan o gestionan la información siguiendo distintos parámetros. Otro rasgo diferenciador es la selección de contactos: agregar deliberadamente todos los contactos que lo soliciten no es lo más adecuado. La pauta es aceptar y añadir las amistades con coherencia y no mezclar los contactos personales y los profesionales en una misma lista. Uno mismo se tiene que preguntar qué haría en una situación parecida en el mundo real: ¿daría el número de teléfono a todos sus contactos? ¿Mostraría las fotos de la familia de vacaciones a su jefe? La intimidad es un valor irrenunciable, y los datos personales, una cualidad inherente al individuo que le acompaña durante toda su existencia. Internet es un escaparate que puede dejar al descubierto, si el usuario no toma precauciones, toda su vida. -

Esther Mitjans i Perelló es directora de la Agència Catalana de Protecció de Dades.

martes, 29 de enero de 2013

Un minuto de perfección...

Un minuto de perfección valía el esfuerzo. Un solo momento es lo máximo que podías esperar de la perfección.

lunes, 28 de enero de 2013

Héroes de la reconversión musical...


Héroes de la reconversión musical

Miles de tiendas de discos independientes del mundo celebran hoy con conciertos su supervivencia. El Record Store Day llega por primera vez a España

En los lejanos noventa, cuando ni el más salvaje de los autores de ciencia ficción se asomaba al vértigo virtual de esta sociedad, la tienda Power Records era para un pobre chico de Bilbao la invitación a una fiesta con discos que te cambian la vida, un billete hacia la gran contracultura. Que todo lo que podía ofrecer aquel lugar resida en el móvil inteligente (Spotify, blogs o descargas gratuitas, piratas o no) de otros chicos esencialmente igual de pobres no es ni mucho menos intrínsecamente malo. Pero hoy, 16 de abril, día de las tiendas de discos (Record Store Day en su acepción internacional), no se celebra la clase de democratización de la cultura que representa una aplicación para iPhone, sino la mera, revoltosa y desafiante existencia de miles de distribuidores independientes de todo el mundo, que sobreviven en medio de una tormenta perfecta, suma de caída de las ventas, desaparición de discográficas y distribuidoras, fusiones mediáticas y alquileres que se desbocan al ritmo del progreso de las ciudades.

La iniciativa nació en 2007 en EE UU para "celebrar el espíritu local e independiente de las algo más de 700 tiendas del país", explica uno de sus primeros organizadores. La idea es sencilla: el tercer día de abril (querido T.S. Eliot, acaso no sea el mes más cruel) héroes del menudeo de discos (ni grandes superficies ni distribuidores de Internet) aparcan sus problemas, programan conciertos como aquel de Metallica en 2008 en Rasputin -tienda de San Francisco célebre por la mala leche de sus ascensoristas- y venden rarezas como el maxi de Sonic Youth que ilustró Kurt Cobain o recopilatorios ad hoc del sello Sub Pop. "Ya es una tradición pillar estos artefactos por la mañana y venderlos esa misma noche en eBay por un precio ridículamente superior", bromea Chris Jacobs, de la discográfica que se inventó el grunge. Todo sirve para convencer a los consumidores de "levantar sus gordos culos del ordenador y hacerse el gran favor de dar una vuelta por el mundo real de los elepés", en palabras de Nick Cave, tan solo uno de las decenas de músicos (de Jack White a Paul McCartney; de Ben Harper a The Bad Plus) que recomiendan la experiencia en recordstoreday.com.

Es la primera vez que la fiesta se celebra en España, 19º país en sumarse, gracias a la iniciativa de Rosa Fernández, dueña desde hace 26 años de Disck7, en Granollers. "Nos permitieron participar en el evento en enero", recuerda. "Rastreamos tiendas por toda España para ofrecerles participar". Se animaron 35, entre veteranas (Power o las barcelonesas Revolver y Wah-Wah) y recién llegadas (Cuervo Music o el Espacio Ufi de las distribuidoras independientes, ambas en Madrid). Lucirán el logotipo de Ozzy Osbourne que las acredita como participantes, ofrecerán actuaciones gratuitas, venderán un sencillo de Cooper y brindarán por no contar entre las bajas de una sangría que no cesa (pese a espejismos como la vuelta del vinilo) y entre cuyas próximas víctimas se cuentan la sucursal madrileña de CD Drome y la valenciana Mardi Gras.

En un sector tan escasamente organizado como el musical nadie cuenta con cifras exactas de desaparición de tiendas en la última década España (en EE UU se cifra en 3.000). Los cálculos más fiables hablan de la baja de 200 en 10 años. Actualmente solo sobreviven un centenar. ¿Y a quién le importa? Pues a Tom Waits, por ejemplo: "En las tiendas de discos trabajan profesores. No reemplacen a los que saben por los que suponen; ellos son el sonido de la ciudad".

sábado, 26 de enero de 2013

Por él nadie lloró y hoy es llorado...

Por él nadie lloró y hoy es llorado. En la tumba de Francisco de Quevedo y Villegas.
En la tumba de Francisco de Quevedo y Villegas.

viernes, 25 de enero de 2013

Cuando éramos intelectuales...


Cuando éramos intelectuales

Una ambiciosa obra recorre el siglo XX a través de los pensadores (de Zola a Gide, de Sartre a Camus) involucrados en política - Su autor da por extinta a aquella raza

El intelectual, los intelectuales. Ese oráculo que interpretaba la realidad para el común de los mortales ya no existe. Al menos, tal y como se conoció durante el siglo pasado y, más concretamente, en Francia, verdadera patria del término. Jean-Paul Sartre los definía como alguien que se ocupaba de lo que no le importaba. La aparente boutade la suscribe el historiador Michel Winock (París, 1937), autor de la monumental El siglo de los intelectuales (Edhasa). Para él, el intelectual "es alguien que ha adquirido una cierta reputación por sus obras -casi siempre un escritor o filó-sofo- y la utiliza para intervenir en el campo político, que originalmente no es el suyo".


En sentido estricto, la figura del intelectual nace a finales del XIX en Francia en torno al caso Dreyfus, aquel militar judío falsamente acusado de traición. Su caso lo denunció en la prensa el escritor Émile Zola con su famoso Yo acuso, detonante de una división en la sociedad francesa que marcaría el pensamiento político del siglo XX. Para Winock ya está en Voltaire y los filósofos de la Ilustración, pero es con el caso Dreyfus cuando nace el término que hasta entonces solo era un adjetivo. "Es Clemenceau, en enero de 1898, el primero que se refiere a 'esos intelectuales'. El concepto entra así en el lenguaje común".

Desde el primer momento los intelectuales toman partido. A Zola se le enfrenta el brillante Maurice Barrès, que parte del término para burlarse de él, aunque él mismo sea un intelectual... de derechas. "El caso Drey-fus es un caso de antisemitismo", explica Winock. "Pero el antisemitismo es accesorio. En realidad es la oposición entre quienes reivindican la verdad y la justicia -los valores universales- y los que dicen que lo que cuenta es la defensa de nuestra patria, del particularismo, los nacionalistas".

Winock divide su trabajo en tres grandes épocas. Al protagonizado por Zola y Barrès, sigue el inquietante periodo de entreguerras, con la gran figura carismática de André Gide. Es un momento en el que el intelectual se ve obligado a comprometerse más allá del papel. "Gide es un hombre de gran coraje, que se enfrenta al tabú de la homosexualidad -él mismo es homosexual-, que se atreve a criticar a la URSS pese a sus simpatías por el comunismo y que denuncia el colonialismo, hasta el punto que su libro Viaje al Chad y al Congo, acaba forzando al ministro de las Colonias a retirar las concesiones". A Gide "le piden que no publique estas denuncias con todo tipo de argumentos, el poeta Ilia Ehrenburg llega a decirle que, incluso si es verdad su denuncia del estalinismo, no puede hacerlo público para no desmoralizar a quienes luchan contra los fascistas en la Guerra Civil española. Pero es valiente y lo hace".


Aunque quien realmente resuelve el dilema sobre si el intelectual debe pasar a la acción es André Malraux, que en 1936 se une al bando republicano en España como piloto de avión en la defensa de Madrid. "La mayoría de los intelectuales no son gente de acción, Malraux es todo lo contrario. Su papel en la Guerra Civil tal vez se haya exagerado, pero lo cierto es que hizo llegar aviones a la República pese a la política de no intervención que ataba las manos del Frente Popular en Francia y, aunque no sabía ni pilotar ni navegar, se comprometió en la operación que cerró el paso a la columna del general Asensio, asegurando la defensa de Madrid. Fue un gran propagandista que recogió fondos para la República, especialmente en una gira por Estados Unidos. Hay otros intelectuales que pasan a la acción, como el poeta René Char, muerto en la resistencia contra los nazis. Son figuras heroicas, pero no abundan, porque tampoco hay tantas oportunidades como la Guerra Civil española".

La tercera parte de El siglo de los intelectuales tiene a Sartre como protagonista. "Sartre, tal vez esté sobrevalorado, pero sigue siendo una referencia", explica. "Su desgracia, en lo que a la posteridad se refiere, es que acabó en el campo de los vencidos, porque fue filocomunista en los cincuenta e izquierdista en el 68; desarrolló la idea revolucionaria y la caída del comunismo lo puso en evidencia. Albert Camus hizo el camino contrario; desacreditado en vida, marginado por la izquierda y sus compañeros de viaje, reaparece ahora brillante porque él no se equivocó". Pero Winock defiende a Sartre. "No era solo un intelectual comprometido, también era un escritor y su prosa sigue siendo muy potente, magnífica, inteligente".

Sartre murió en 1980. Camus había muerto 20 años antes. Raymond Aron, en 1983. Michel Fou-cault, en 1984. Bourdieu, en 2002. ¿Qué es lo que queda entonces de los intelectuales? "Mi tesis es que el intelectual clásico se ha acabado", responde Winock, "era una especie de guía, de profeta, como esos que hemos citado, maîtres à penser, y esto se ha acabado, de entrada porque hay una elevación del nivel de cultural de la sociedad. La historia de los intelectuales empieza en un periodo en el que muy pocos van a la universidad y la gente tiene necesidad de referencias superiores. Además hemos pasado por la revolución de la comunicación y ahora Internet permite a todo el mundo expresarse. La conclusión es que ya no son necesarios los intelectuales. Y en cuanto a defender grandes causas, ahora hay asociaciones de todo tipo que defienden causas precisas, parciales". "Si compara un periodico de la década de 1950", sugiere, "con uno actual, verá que ahora hay muchísimos debates y tribunas sobre temas muy diversos, con nombres que rápidamente se nos olvidan; son intelectuales anónimos. Antes la palabra estaba monopolizada por unos pocos, ahora hay un intelectual colectivo que puede expresarse cada día y lo hace por muchos medios".

"Queda el intelectual mediatico, como sería en caso de Bernard-Henri Lévy", admite, "y el intelectual específico, que en palabras de Foucault, es alguien que no habla de todo, sino que tiene una competencia sobre algo, e interviene sobre su competencia".

FE DE ERRORES

- El poeta francés René Char murió en 1988 y no en la resistencia contra los nazis durante la II Guerra Mundial como se publicó ayer, jueves, en la sección de Cultura, por un error de transcripción en la entrevista con Michel Winock.

miércoles, 23 de enero de 2013

martes, 22 de enero de 2013

La esquizofrenia se redefine...


La esquizofrenia se redefine, un siglo después

Las alucinaciones y la paranoia son la fase final de una enfermedad que se podría diagnosticar en la adolescencia

Cuando se manifiesta en forma de brote psicótico, con delirios, alucinaciones de voces y comportamientos paranoides, normalmente en el inicio de la edad adulta, la esquizofrenia está ya en su fase final y podría haber sido detectada antes. Esta es la opinión generalizada de los expertos, según el amplio informe que publica hoy la revista Nature sobre esta compleja enfermedad mental, que afecta al 1% de la población mundial y que se definió hace un siglo.

Los expertos, sin embargo, no se ponen de acuerdo sobre la conveniencia de realizar campañas de detección precoz, dado el peligro de falsos positivos y que todavía no existe un tratamiento preventivo eficaz. En lo que sí coinciden es en que es una enfermedad asociada al desarrollo del cerebro de la que la psicosis es sólo una parte. Algo muy alejado del enfoque psicoanalítico que prevaleció durante buen parte del siglo pasado. "Pensar en la esquizofrenia como un desorden del desarrollo neurológico en el que la psicosis es una fase final que potencialmente se puede prevenir, (....) nos da nuevas esperanzas de prevención y cura para las próximas dos décadas", escribe Thomas R. Insel, del Instituto Nacional de Salud de Mental de EE UU.

En los últimos 20 años se ha acumulado una gran información sobre los aspectos genéticos (se han asociado 43 genes al desorden), metabólicos, de estructura cerebral y de síntomas asociados a la esquizofrenia, pero las causas de la enfermedad siguen siendo un misterio. "Ni siquiera entendemos la esquizofrenia en el aspecto biológico", reconoce Thomas Laughren, director de medicamentos psiquiátricos en la agencia estadounidense del medicamento FDA. De hecho, los científicos se están planteando considerarla como un conjunto de síndromes en vez de una enfermedad única.

Aunque no es la enfermedad mental más común (el primer puesto lo ocupa la depresión), los pocos casos que cursan con actos violentos hacen que el paciente esquizofrénico sufra un estigma adicional y el coste social es desproporcionadamente alto, señala la revista en un artículo editorial. Por cierto que tampoco es correcto el uso metafórico del adjetivo esquizofrénico, ya que los pacientes de esta enfermedad (quizás el caso más conocido ahora sea el del premio Nobel de Economía John Nash) no sufren de desdoblamiento de personalidad.

Lo que sí presentan desde antes de los brotes son déficits cognitivos (asociados a un bajo cociente intelectual), desórdenes emocionales, y pérdida de motivación y de habilidades sociales. Un grave problema para la identificación de los síntomas es que coinciden con la adolescencia, una época turbulenta en el desarrollo de cualquier persona y asociada a cambios en el cerebro. "El problema de los primeros síntomas es que no son muy específicos. En una época en que el pensamiento, la emoción y el comportamiento cambian mucho de todas formas, estos indicadores precoces son muy difíciles de distinguir de lo que es la normalidad", indica Robert Freedman, psiquiatra y autor del libro La locura que llevamos dentro.

Ocho centros de América del Norte lo están intentando, sin embargo, en el estudio NAPS. En 2008, el grupo identificó 291 adolescentes y jóvenes adultos con un alto riesgo de psicosis. A los dos años y medio de la identificación un 35% de los identificados había sufrido brotes psicóticos. Con el desarrollo posterior de algoritmos predictores, estos especialistas aseguran que se puede pronosticar con un 80% de probabilidad.

Otros estudios se remontan mucho más. Uno que realizó un seguimiento durante 45 años de personas nacidas en Copenhague demostró que los adultos con esquizofrenia habían madurado después de lo normal, incluso durante su primer año de vida. Otro estudio indica que los niños que luego desarrollan esquizofrenia tienen un cociente intelectual bajo persistente.

Medicamentos antiguos

Sin embargo, el arsenal terapéutico para tratar la esquizofrenia, que incluye medicamentos en su mayor parte antiguos y terapias psicológicas, es limitado, y en los últimos años algunos de los gigantes farmacéuticos se han salido de este mercado. Los medicamentos tratan las alucinaciones de forma eficaz, pero no los otros aspectos de la enfermedad, lo que impide la buena adaptación social del enfermo, señalan los especialistas.

Y por último está el misterio de la influencia del ambiente en la predisposición genética a sufrir la enfermedad. "La manifestación se asocia a factores medioambientales tales como problemas al inicio de la vida, crecer en un ambiente urbano, pertenecer a una minoría y el consumo de marihuana, lo que sugiere que la exposición puede tener un efecto sobre el cerebro social en desarrollo durante periodos sensibles", afirma Bart Rutten, de la Universidad de Maastricht.

domingo, 20 de enero de 2013

sábado, 19 de enero de 2013

Si lo dice un científico, va a misa...


Si lo dice un científico, va a misa

Los investigadores están divididos: unos son creyentes y otros piensan que Dios es incompatible con la ciencia - ¿Es cometido de los laboratorios demostrar la existencia divina?

Antes de decidirse a hacer el primer trasplante de órganos entre humanos, en 1954, el cirujano Joseph E. Murray, Nobel de Medicina en 1990, consultó a varios líderes religiosos: "Parecía lo natural", ha dicho Murray. Es solo uno de los múltiples ejemplos del vínculo entre religión y ciencia. Un nexo tan vigente aún hoy como encendidos han sido los debates sobre la investigación con células madre o la enseñanza de la teoría de la evolución -no en España pero sí en Estados Unidos-. Para muchos, estos asuntos trazan una frontera clara entre los científicos, que buscan respuestas con un método en teoría blindado a las propias creencias, y otra parte de la sociedad. La comunidad científica -vienen a decir- crece y se desarrolla al margen (a salvo) de la fe; la ciencia va a lo que va y no se ocupa de eventuales conflictos entre hechos demostrados experimentalmente y la religión. Pero entonces llega el físico Stephen W. Hawking, escribe que no hace falta Dios para explicar el Universo ... y se produce una tormenta mediática. ¿Por qué? ¿No se consideraba este tema una prueba superada?

Parece que no. La muralla entre Dios y la ciencia es permeable, la comunidad científica no es un reducto social libre de religión. Tampoco hay algo así como una postura científica oficial respecto a la cuestión religiosa. En 1997, un artículo en la revista Nature recogía los resultados de una encuesta sobre creencias religiosas de científicos: el 40% de los biólogos, físicos y matemáticos consultados dijo creer en un dios al que uno reza "a la espera de recibir respuesta". El trabajo, de Edward J. Larson (Universidad de Georgia), reproducía otra encuesta similar de 1914, que daba cifras muy parecidas. No todo el mundo acepta estos resultados, pero tampoco hay, o no se citan, estudios más recientes a este respecto en publicaciones de renombre.

Lo que sí hay ahora son científicos, de prestigio, que no solo se declaran creyentes, sino que consideran que hacerlo es casi un acto de rebeldía ante lo políticamente correcto en ciencia (ser ateo). Para otros, en cambio, ser un investigador de primera fila es simplemente incompatible con creer en Dios. También es animada la siguiente cuestión: ¿tiene la ciencia algo que decir sobre la necesidad de Dios para explicar el mundo? O esta otra: ¿hasta qué punto el subconsciente religioso de una sociedad influye en las conclusiones a las que llegan sus científicos?

"Dado que hay una ley como la gravedad, el Universo puede crearse de la nada y lo hace", escribe Hawking. "La creación espontánea es la razón de que haya algo en lugar de nada (...) No es necesario invocar a Dios para que encienda la luz y eche a andar el Universo". En realidad, la postura de Hawking no es nueva. En el prólogo de la primera edición de su obra superventas Breve historia del Universo, publicada en 1988, el astrónomo Carl Sagan escribe: "Hawking está intentando, como él mismo afirma, entender la mente de Dios. Y esto hace que sea aún más inesperada la conclusión de este esfuerzo: un Universo sin frontera en el espacio, sin principio ni final en el tiempo, y en el que un creador no tiene nada que hacer".

La postura de Hawking tampoco es nueva en la ciencia. Lo recuerda el cosmólogo británico John Peacock, participante en un reciente congreso sobre cosmología organizado en Benasque por Juan García Bellido y financiado por la Fundación BBVA: "Hace 200 años, el físico francés Laplace fue criticado por Napoleón por excluir a Dios de su explicación sobre cómo se formó el Sistema Solar; la famosa respuesta de Laplace fue: 'No necesito esa hipótesis'. Hawking está aplicando la lógica de Laplace a todo el Universo, en lugar de solo al Sistema Solar, pero la cuestión de fondo es la misma".

Ahora bien, Hawking no dice que Dios no exista. "Es fácil imaginar una prueba de la existencia de Dios", dice Peacock. "Si mañana viéramos que las estrellas se han movido para escribir en el firmamento el mensaje de que Dios existe, para mí sería bastante convincente. Pero una prueba de la no existencia de Dios es mucho más difícil de imaginar".

Sea o no difícil demostrar que Dios no existe, ¿compete eso a los científicos? "La existencia de Dios queda fuera del ámbito de la ciencia", dice Josh Frieman, investigador implicado en las misiones espaciales que exploran la radiación de fondo del Universo -una energía que llena todo el cielo y cuya existencia prueba que el Universo que conocemos empezó a expandirse tras un Big Bang hace 13.700 millones de años-. Por eso mismo, "las creencias de los cosmólogos no son relevantes para su trabajo como investigadores; muchos cosmólogos tienen intensas creencias religiosas, y muchos otros no".

Esa visión es compartida por Evencio Mediavilla, que investiga sobre galaxias en el Instituto de Astrofísica de Canarias: "A lo largo de la historia ha habido grandes pensadores y científicos creyentes y no creyentes. Parece que ahora en la comunidad científica hay una mayoría que se declararía indiferente o no creyente, pero no pienso que sea incompatible ser un buen científico y creer en Dios. Son asuntos separados".

Ahora bien, que la ciencia no pueda o deba buscar a Dios no significa que no pueda o deba investigar qué ocurrió antes del Big Bang, por ejemplo. El único límite para la ciencia es el propio método científico; toda pregunta que pueda ser sometida a este método es territorio científico: "Lo importante es que la ciencia descansa sobre fundamentos que se pueden poner a prueba experimentalmente", dice Frieman. "Es legítimo que los cosmólogos analicen qué pasó en torno al tiempo del Big Bang. Hawking y otros han explorado teorías en las que el Universo se crea a partir de la nada; es una posibilidad difícil de poner a prueba, pero viable. Por desgracia, nuestro conocimiento hoy en día sigue siendo insuficiente para dar esta cuestión por cerrada".

Pero el debate no acaba aquí. Para algunos la necesidad de Dios emerge de la propia ciencia, y es perfectamente lícito que esta intente responder a cuestiones religiosas. "Hoy parece que hablar de Dios [entre los científicos] es una especie de herejía, pero lo cierto es que la cosmología siempre ha sido, y sigue siendo, una ciencia muy cercana a los límites, a las preguntas fundamentales que todos nos hacemos", comenta Eduardo Battaner, astrofísico de la Universidad de Granada y autor de obras de divulgación como Un físico en la calle: fluidos, entropía y antropía. "La postura que afirma que la ciencia no puede responder a si Dios existe no me parece sincera. De hecho, hoy se sigue discutiendo si la cosmología apoya una creación en el principio, o no. El Big Bang no demuestra ni refuta la existencia de Dios, pero es un debate interesante y pertinente; no estoy de acuerdo con eso de que la ciencia y la religión van por caminos distintos, lo considero una pose: la cabeza es una sola, y todo, Dios y la ciencia, pasan en la cabeza".

Battaner ve a Dios "como una especie de razonamiento que puede salir de la ciencia". "Tengo, desde luego, muchas dudas, pero me parece vislumbrar una necesidad racional de Dios. No un dios que castiga a los malos y recompensa a los buenos, sino un dios como una necesidad científica. Me convence el argumento de lo contingente: el Universo podría no existir, yo podría no existir... es decir, todos somos contingentes; debe de haber algo que no lo sea".

Francis Collins, director del Instituto Nacional de Investigación en el Genoma Humano estadounidense, cristiano declarado, tiene una opinión similar. "Este no debería ser un tema tabú, pero a menudo lo es en círculos científicos", ha declarado a The New York Times. Collins no cree adecuado mantener completamente separados el trabajo como científico y las creencias religiosas. Pero esto no implica que dude de hechos ya establecidos por la ciencia, como la evolución: "Pedir a alguien que rechace [las evidencias a favor de la evolución] para demostrar que realmente ama a Dios... ¡Qué elección más horrible!". En su opinión, Dios hace falta para comprender al ser humano; sin él "no entenderíamos por qué estamos aquí". "La ciencia no tiene poder para abordar estas preguntas. Y ¿no son, al fin y al cabo, las más importantes que nos hacemos?".

Es cierto, dicen los historiadores de la ciencia, que el trabajo del científico debió de nacer de la misma curiosidad que hizo germinar la religión. Pero en cierto momento la ciencia labró su propio camino. "En época de Newton no se podía pensar en cuestiones científicas sin, tarde o temprano, llegar a la cuestión de Dios", explica José Ferreirós, catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Sevilla. "La cosa dejó de ser así en el siglo XIX, antes de Einstein. ¿Por qué cambió? Porque 'Dios ha muerto' en la sociedad, como dijo Nietzsche. El desarrollo de la ciencia y de la filosofía moderna tuvo mucho que ver con esa muerte, pero también la Revolución Francesa, el fin del Antiguo Régimen". Para Ferreirós, "el tema religioso es hoy más que nada un asunto privado".

No deja de ser curioso que la teoría del Big Bang la propusiera precisamente un sacerdote. En 1927, el belga Georges Lamaitre postuló que el Universo está en expansión y que, por tanto, debió de haber un comienzo -describió su teoría como "un huevo cósmico explotando en el momento de la creación"-. Pocos años después, el astrónomo Edwin Hubble observó que, efectivamente, las galaxias se alejan entre sí. Pero durante la mayor parte del siglo XX, y hasta que hace unas décadas las pruebas a favor del Big Bang empezaron a considerarse irrefutables, la idea de que hubo un tiempo cero fue muy discutida -entre otros por el prestigioso físico Fred Hoyle, precisamente el autor del término Big Bang, que defendía un Universo sin principio ni fin y que vinculaba el éxito del Big Bang precisamente a su buen encaje con la idea religiosa de creación-.

En cualquier caso, no es la cosmología la única rama de la ciencia que roza la frontera con la religión. La vida y su origen son otro frente abierto. En una obra reciente el Nobel de Química Christian de Duve, La vida en evolución: moléculas, mente y significado, explica cómo ha llegado a la conclusión personal de que "el diálogo entre ciencia y religión es imposible", dado que la segunda rechaza los descubrimientos de la primera.

Quizás, sorprendentemente, la matemática es otra de las áreas donde el debate ciencia-religión es más activo. "Los matemáticos discrepan sobre si las matemáticas son un constructo humano o si se descubren porque ya estaban en la naturaleza (¿dadas por Dios?)", señala Manuel de León, director del Instituto de Ciencias Matemáticas. "Creo que las descubrimos aunque les demos una determinada forma que puede diferir de unos a otros, y las descubrimos porque son al final las leyes que rigen el Universo; esa física que Hawkings aduce como causa de la creación del Universo se expresa en términos matemáticos". Y está la simple admiración ante lo que los matemáticos llaman belleza, "esa sensación estética que a algunos les lleva a considerar las matemáticas como la verdad última", dice De León.

Y, cómo no, a la cuestión ciencia-religión no le falta un toque irónico: ¿Qué pasa cuando los científicos ocupan en la sociedad el papel de... sacerdotes? O sea: ¿Por qué lo que dice Hawking va a misa? "La opinión de un científico acerca de este tema no tiene por qué ser a priori más interesante que la de cualquier otra persona", dice Evencio Mediavilla. "Sería infantil crear una iglesia de científicos no creyentes".

Una polémica recurrente

La relación entre ciencia y religión es un tema recurrente, como lo prueban las siguientes citas.

- Albert Einstein, físico:
"No hay duda de que la ciencia no refutará nunca la doctrina de un Dios personal que interviene en los acontecimientos naturales, donde esta doctrina siempre puede afianzarse en aquellos campos en los que aún no ha sido capaz de afianzarse el conocimiento científico".

- Steven Weinberg, físico: "Con o sin religión, la gente buena hará el bien y la gente mala hará el mal, pero para que la gente buena haga el mal, hace falta la religión".

- Johan Allen Paulos, matemático: "Parece que las mentiras subyacentes tras la fe pueden hacer más soportable la vida diaria" (Elogio de la irreligión)

- Paul Davies, físico: "No podemos llegar al conocimiento completo debido a las mismas normas de razonamiento que nos llevan en principio a buscar tal explicación. Si queremos progresar más, tenemos que aceptar una comprensión distinta de la explicación racional". (La mente de Dios).

jueves, 17 de enero de 2013

miércoles, 16 de enero de 2013

Google estrena servicio...


Google estrena servicio de música y alquiler de películas para móviles y tabletas

Unificará las diferentes versiones de Android, su sistema operativo

Después de rumores y especulaciones durante todo este martes, Google ha confirmado el lanzamiento de Google Music que funciona tanto con Windows como con Mac. El programa permite exportar al teléfono o tableta toda la colección de canciones al dispositivo Android, a partir de la versión 2.2, que se desee. A partir de ahí las canciones pasan a la nube y están accesible en cualquier momento. A través Instant Mix, de forma muy parecida a Genius de Apple, sugerirá otras canciones que puedan interesar al usuario. Google Music está de momento en versión de prueba y solo disponible en Estados Unidos con más de 20.000 canciones gratis.

Hugo Barra, máximo responsable de Android dentro de Google, ha sido el maestro de ceremonias de una presentación centrada en hacer de este sistema operativo el núcleo de los contenidos multimedia no solo para llevar, sino también en el hogar.

La siguiente apuesta multimedia es Movies, integrado dentro de Android Market, la tienda de aplicaciones. Las películas se podrán alquilar por poco más de un euro directamente desde la tableta y verse tantas veces como se desee hasta 30 días después. En ambos servicios, en caso de quedarse sin conexión, los contenidos se guardan en la memoria caché del terminal.

La ambición por llevar Android a todo tipo de dispositivos se materializa en la creación de un protocolo compatible con electrodomésticos y máquinas de los gimnasios. En el primer caso para poder regular la luz del hogar, por ejemplo, en el segundo para hacer un seguimiento de la actividad cardiovascular en los entrenamientos.

Algunas de las críticas más frecuentes que ha recibido este software es la ausencia de uniformidad y el abandono de actualizaciones de sistema operativo en muchos aparatos. Hugo Barra confirmó que el Android para tabletas y el de teléfonos serán similares antes de que termine el año. También anunció una serie de fabricantes y operadores que tendrán preferencia para acceder a las últimas versiones de su sistema operativo. A cambio, se comprometen a actualizar sus aparatos siempre que el hardware lo permita. Estos son Verizon, HTC, Samsung, Sprint, Sony Ericsson, LG, T-Mobile, Vodafone, Motorola y AT&T.

Por último, Hugo Barra anunció el lanzamiento de una nueva versión de Android. Siguiendo la costumbre de nombrarlo igual que un dulce, en esta ocasión será un sandwich helado (icecream).

Desde su nacimiento en 2008 Android se ha activado en más de 100 millones de dispositivos, en más de 310 modelos diferentes por 36 fabricantes. Google tiene a 450 desarrolladores dedicados a crearlo. Android Market, su escaparate y tienda de aplicaciones cuenta con más de 200.000 aplicaciones. Cada dos meses registran 1.000 millones de descargas.

domingo, 13 de enero de 2013

No es la tele que prometían (pero nos engancha)


No es la tele que prometían (pero nos engancha)

La 'caja tonta' se consume en niveles récord pese al despegue de Internet - La TDT no ha traído diversidad ni servicios interactivos

La televisión ha muerto, viva la televisión. Para los gurús que pronosticaban el fin de la caja tonta a manos de Internet, sus predicciones no han podido ser más erróneas. Culminado en España el tránsito a la televisión digital terrestre (TDT), se han ahogado los apocalípticos presagios sobre el medio de comunicación de masas por excelencia. El nuevo sistema no ha traído la pluralidad y diversidad de contenidos ni el alud de servicios interactivos que prometía. Y no por ello ha descendido el consumo.

Al contrario, en plena expansión de Internet, de los teléfonos móviles con acceso a televisión, de las tabletas electrónicas y otros dispositivos inteligentes, los españoles siguen enganchados a la pantalla del televisor alrededor de cuatro horas diarias. En los ocho primeros meses del año, la media es de 230 minutos (ocho más que en el mismo periodo de 2009). El récord se lo apunta enero, cuando se alcanzó un consumo de 261 minutos de media por habitante y día (cuatro horas y 21 minutos).

Expertos en el comportamiento de los espectadores y espectadores a secas se encuentran ante una endiablada paradoja: los contenidos, pese a la avalancha de nuevos canales, se han empobrecido, pero la televisión se ve más que nunca. Carlos M. Arnanz, director del área de investigación de Corporación Multimedia, abre el abanico de explicaciones. En primer lugar, se ha producido un aumento del consumo infantil como consecuencia del nacimiento de canales destinados a niños y jóvenes. Y, paralelamente, ha subido el consumo entre los hombres por el alud de eventos deportivos y el reparto de partidos de fútbol entre los canales.

Existen otros motivos añadidos. "Hay una explicación que puede parecer estúpida, pero que tiene influencia en el consumo: el clima. El invierno pasado ha sido largo y frío y eso se ha notado en las audiencias", comenta Arnanz. Y hay "una hipotesis indemostrable": el desempleo. "Se puede pensar que afecta, pero no hay manera de verificarlo científicamente".

"Más allá de los cantos de sirena, la televisión no ha muerto. La realidad social y los datos son tozudos. El visionado sigue aumentando de forma directa y también a través de otros dispositivos", asegura el catedrático de Comunicación Audiovisual Enrique Bustamante, que ha coordinado un estudio sobre los contenidos digitales en la nueva televisión para la revista Telos, editada por la Fundación Telefónica. Que la tele se ve mucho pueden preguntárselo a los aragoneses, que el mismo mes de enero estuvieron pegados a la pantalla 291 minutos al día, y a los andaluces, que llegaron a 276 minutos.

Muchos espectadores han asistido a una eclosión de canales en los últimos meses. Este aumento de la competencia se ha visto acompañada de transformaciones sociales. El presidente de la consultora Corporación Multimedia, Eduardo García Matilla, observa que se han generado también cambios en los hábitos de consumo. "No es lo mismo ver la televisión solo que en familia, en Internet o en el móvil".

Otra de las causas que explican en parte las altas cotas de consumo es el envejecimiento de la población. Los espectadores de más edad son los más pegados a la televisión y también los más fieles. Son menos propensos a zapear. Esta circunstancia "rompe el mito de target comercial y esa teoría de que hay que hacer programas para jóvenes", dice García Matilla.

Si Aragón y Andalucía son las comunidades donde más televisión se ve (241 y 240 minutos, respectivamente, de media el año pasado), los ciudadanos de Galicia y Madrid son los que menos tiempo pasan ante el televisor (198 y 207 minutos). Las amas de casa son un grupo social especialmente adepto a la pantalla: le dedicó nada menos que 270 minutos cada día (cuatro horas y media), según los datos de Kantar Media, la empresa que mide las audiencias en España.

Una de las claves de este crecimiento es la gigantesca cascada de contenidos que ha traído consigo la televisión digital terrestre (TDT). Los espectadores tienen a su alcance una oferta como nunca se había visto hasta ahora. Pero la cantidad no se traduce obligatoriamente en diversidad. De hecho, el nuevo sistema tecnológico ha aportado programas clónicos -especialmente tertulias de bajo coste y alto contenido ideológico- o triviales. En muchos casos, los canales satélites de los grandes operadores nacionales sirven para dar una salida al stock que se acumula en sus despensas y a redifundir series eternamente.

Bustamante observa cómo los nuevos canales repiten los macrogéneros de la televisión. "Hay matices por países, pero la TDT reitera los modelos de la televisión convencional con muy poca innovación. Hay falta de innovación y riesgo", remarca. De hecho, Reino Unido es uno de los pocos países europeos que ha apostado por segmentar a la audiencia y ofrecer contenidos a targets distintos: preescolares, niños, jóvenes, adultos, hombres, mujeres.

La TDT, que prometía en España una televisión "de la abundancia" ha terminado siendo una televisión "de la redundancia". La diversidad y la pluralidad "es una promesa fallida", apuntó en el foro de Telos la profesora de Ética y Deontología de la Información, Carmen Fuente Cobo. "La segmentación no se ha concretado de la manera prevista y la segmentación ha funcionado solo para el público infantil y juvenil", añadió.

Con el apagón analógico han nacido muchos canales de amplio espectro -los llamados generalistas- y un puñado de ofertas temáticas para los más pequeños: Disney Channel, Clan TVE, Antena 3. Neox, Boing. Estos canales son precisamente los que más seguimiento registran. Son los líderes de la TDT, muy por delante de otros con vocación generalista como Veo TV o Intereconomía, pero todavía lejos de las cadenas de primera generación, cono Telecinco, Antena 3 o la pública TVE.

La televisión ocupa la mayor parte del tiempo de ocio de los españoles, aunque poco a poco va ganando terreno Internet. Este fenómeno se da sobre todo en adolescentes y jóvenes pero globalmente, el impacto de la Red "no se ha notado en el consumo de televisión", recalca Arnanz. De hecho, recuerda que la mayor parte del consumo en Internet son productos de televisión o inducidos por ella: series que se conocen por la tele o derivaciones de programas, como los realitys que se cuelgan en la Red. Internet sirve también para descargar (de manera legal o no) las series estadounidenses de gran tirón. Con todo, Bustamante apunta que "no hay contradicción entre ambos polos -Internet y televisión- sino convergencia y sinergia". Un ejemplo: el 85% de los contenidos de YouTube procede de las teles.

"Deberíamos haber aprendido de la burbuja de Internet", precisa en la misma línea Eduardo García Matilla. "Es el momento de la convergencia, la integración, las sinergias y las alianzas. Tenemos que explorar nuevos territorios y ver qué contenidos, para qué tipo de público y con qué soporte publicitario. Está todo por hacer y no hay modelos de referencia".

Para ello hay que saber cómo consume y qué quiere la gente. El público cada vez se apunta más a los nuevos dispositivos, como los discos duros que permiten grabar los programas y verlos de un tirón sin los incómodos anuncios. En España son todavía un accesorio minoritario, pero en Estados Unidos el 32% de los hogares disfrutan de ellos. Hasta el punto de que el 30% de las series se ven en diferido saltándose la publicidad.

Con el iPlus, el terminal de Digital +, "ya no se ven programas en directo, salvo los deportes", dice García Matilla. El disco duro permite ver lo que se quiera cuando se quiera y eso implica "un cambio estructural". Los expertos han bautizado este fenómeno como "la desmasificación de los medios masivos".

Para zambullirse en tan abrumadora oferta sin salir aturdido son más necesarias que nunca las guías electrónicas de programación, un instrumento que todos los operadores tienen (por ley) que desarrollar. Son fundamentales para seleccionar qué programas ver entre los 9.000 que se pueden elegir en una semana. Estas guías permiten desbrozar los contenidos y de paso planificar con ciertas pautas el ocio de los ciudadanos.

Y es especialmente útil en un contexto tan confuso como el actual. "El escenario audiovisual ha cambiado radicalmente. Solo estamos en el principio de la evolución", asegura García Matilla. "No sabemos cual va a ser el techo ni el papel de la televisión pública". Tampoco sabemos la oferta de la TDT en los próximos meses: la mitad del espectro podría ser de pago. Las televisiones se pueden arrendar, pueden emitirse canales de alta definición (HD en sus siglas en inglés) prescindiendo de ancho de banda. Para reducir costes, los operadores de TDT que gestionan un múltiple (con capacidad para cuatro canales) han optado por arrendar sus frecuencias a multinacionales (Sony, Viacom) y así han saltado a la TDT canales como AXN o MTV. Aún más rentable es enfocar estas frecuencias a la teletienda, a los call TV (concursos telefónicos automatizados), al tarot o la quiromancia.

Si se quiere ir a una televisión de calidad no hay otro camino que apostar por la alta definición. Es lo que han hecho países como Francia, Italia o Reino Unido. España es, una vez más, la excepción. Ningún operador privado de TDT ha entrado de lleno en la alta definición. Solo TVE y las autonómicas están explorando esta tecnología, pese a que hoy en día si no se producen en alta definición, los contenidos tienen difícil salida en los mercados internacionales.

El salto del mundo analógico al digital anunciaba también el acceso a la sociedad de la información a través de la TDT. Otra promesa fallida. Los descodificadores que se comercializaron masivamente durante la campaña hacia el apagón (los famosos zapper) no permitían la interactividad. Los sintonizadores de 29 euros traducen la señal (y gracias), pero no permiten entrar en el mundo de la interactividad.

"La televisión no ha servido para eliminar la brecha digital", se lamenta Eladio Gutiérrez, ex presidente de Impulsa TDT, la entidad constituida para dar el salto tecnológico: "La apuesta por servicios interactivos, como validar la declaración de la renta a través de Internet, no ha funcionado. La tecnología está superada por la realidad".

Tal proliferación de canales ha provocado una pérdida de la eficacia de la publicidad tradicional. "Los anunciantes están cada vez más inquietos", dice Eduardo García Matilla mientras recuerda que en 2005, una cadena alcanzaba el liderato en España con el 22,4% de la cuota de pantalla y hoy consigue esa primacía con el 15%. Algunos operadores han experimentado caídas del 30%. Han perdido uno de cada tres seguidores. "Y no hay suelo para esas caídas", remacha el presidente de Corporación Multimedia. Es entonces cuando más necesaria se presenta la investigación de audiencia. "Ya no se habla de audiencia sino de consumo directo". En este contexto, la clave serán los contenidos.

La televisión tiene importantes desafíos que afrontar: Los agregadores y distribuidores de Internet, con Google a la cabeza, quieren entrar en el negocio. "La lucha sobre quién controla al usuario final va a ser encarnizada", augura García Matilla. Todo dependerá de quién posea los contenidos. Incluso la TDT de pago. La experiencia demuestra que lo que funciona es el fútbol -y otros deportes- y el porno. Veremos.

viernes, 11 de enero de 2013

jueves, 10 de enero de 2013

Lo privado y lo público...


Lo privado y lo público

Wikileaks no trata de combatir una "mentira", sino de satisfacer una curiosidad morbosa de la civilización del espectáculo. Assange más que un luchador libertario es un exitoso animador

Desde que comencé a leer sus libros y artículos, debe hacer de eso unos 30 años, me pasa con Fernando Savater algo que no me ocurre con ningún otro de los escritores que prefiero: que casi nunca discrepo con sus juicios y críticas. Sus razones, generalmente, me convencen de inmediato, aunque para ello deba rectificar radicalmente lo que hasta entonces creía.

Opine de política, de literatura, de ética y hasta de caballos (sobre los que no sé nada, salvo que nunca acerté una sola apuesta las raras veces que he pisado un hipódromo), Savater me ha parecido siempre un modelo de intelectual comprometido, a la vez principista y pragmático, uno de esos raros pensadores contemporáneos capaces de ver siempre claro en el intrincado bosque que es este siglo XXI y de orientarnos a encontrar el camino perdido a los que andamos algo extraviados.

Todo esto viene a cuento de un artículo suyo sobre Wikileaks y Julian Assange que acabo de leer en la revista Tiempo (número del 23 de diciembre de 2010 al 6 de enero de 2011). Ruego encarecidamente a quienes han celebrado la difusión de los miles de documentos confidenciales del Departamento de Estado de los Estados Unidos como una proeza de la libertad, que lean este artículo que rezuma inteligencia, valentía y sensatez. Si no los hace cambiar de opinión, es seguro que por lo menos los llevará a reflexionar y preguntarse si su entusiasmo no era algo precipitado.

Savater comprueba que en esa vasta colección de materiales filtrados no hay prácticamente revelaciones importantes, que las informaciones y opiniones confidenciales que han salido a la luz eran ya sabidas o presumibles por cualquier observador de la actualidad política más o menos informado, y que lo que prevalece en ellas es sobre todo una chismografía destinada a saciar esa frivolidad que, bajo el respetable membrete de transparencia, es en verdad el entronizado "derecho de todos a saberlo todo: que no haya secretos y reservas que puedan contrariar la curiosidad de alguien... caiga quien caiga y perdamos en el camino lo que perdamos". Ese supuesto "derecho" es, añade, "parte de la actual imbecilización social". Suscribo esta afirmación con puntos y comas.

La revolución audiovisual de nuestro tiempo ha violentado las barreras que la censura oponía a la libre información y a la disidencia crítica y gracias a ello los regímenes autoritarios tienen muchas menos posibilidades que en el pasado de mantener a sus pueblos en la ignorancia y de manipular a la opinión pública. Eso, desde luego, constituye un gran progreso para la cultura de la libertad y hay que aprovecharlo. Pero de allí a concluir que la prodigiosa transformación de las comunicaciones que ha significado Internet autoriza a los internautas a saberlo todo y divulgar todo lo que ocurre bajo el sol (o bajo la luna), haciendo desaparecer de una vez por todas la demarcación entre lo público y lo privado hay un abismo, que, si lo abolimos, podría significar, no una hazaña libertaria sino pura y simplemente un liberticidio que, además de socavar los cimientos de la democracia, infligiría un rudo golpe a la civilización.

Ninguna democracia podría funcionar si desapareciera la confidencialidad de las comunicaciones entre funcionarios y autoridades ni tendría consistencia ninguna forma de política en los campos de la diplomacia, la defensa, la seguridad, el orden público y hasta la economía si los procesos que determinan esas políticas fueron expuestos totalmente a la luz pública en todas sus instancias. El resultado de semejante exhibicionismo informativo sería la parálisis de las instituciones y facilitaría a las organizaciones anti democráticas el trabar y anular todas las iniciativas reñidas con sus designios autoritarios. El libertinaje informativo no tiene nada que ver con la libertad de expresión y está más bien en sus antípodas.

Este libertinaje es posible sólo en las sociedades abiertas, no en las que están sometidas a un control policíaco vertical que sanciona con ferocidad todo intento de violentar la censura. No es casual que los 250.000 documentos confidenciales que Wikileaks ha obtenido procedan de infidentes de los Estados Unidos y no de Rusia ni de China. Aunque las intenciones del señor Julian Assange respondan, como se ha dicho, al sueño utópico y anarquista de la transparencia total, a donde pueden conducir más bien sus operaciones para poner fin al "secreto" es a que, en las sociedades abiertas, surjan corrientes de opinión que, con el argumento de defender la indispensable confidencialidad en el seno de los Estados, propongan frenos y limitaciones a uno de los derechos más importantes de la vida democrática: el de la libre expresión y la crítica.

En una sociedad libre la acción de los gobiernos está fiscalizada por el Congreso, el Poder Judicial, la prensa independiente y de oposición, los partidos políticos, instituciones que, desde luego, tienen todo el derecho del mundo de denunciar los engaños y mentiras a los que a veces recurren ciertas autoridades para encubrir acciones y tráficos ilegales. Pero lo que ha hecho Wikileaks no es nada de esto, sino destruir brutalmente la privacidad de las comunicaciones en las que los diplomáticos y agregados informan a sus superiores sobre las intimidades políticas, económicas, culturales y sociales de los países donde sirven. Gran parte de ese material está conformado por datos y comentarios cuya difusión, aunque no tenga mayor trascendencia, sí crea situaciones enormemente delicadas a aquellos funcionarios y provoca susceptibilidades, rencores y resentimientos que sólo sirven para dañar las relaciones entre países aliados y desprestigiar a sus gobiernos. No se trata, pues, de combatir una "mentira", sino, en efecto, de satisfacer esa curiosidad morbosa y malsana de la civilización del espectáculo, que es la de nuestro tiempo, donde el periodismo (como la cultura en general) parece desarrollarse guiado por el designio único de entretener. El señor Julian Assange más que un gran luchador libertario es un exitoso entertainer o animador, el Oprah Winfrey de la información.

Si no existiera, nuestro tiempo lo hubiera creado tarde o temprano, porque este personaje es el símbolo emblemático de una cultura donde el valor supremo de la información ha pasado a ser la de divertir a un público frívolo y superficial, ávido de escándalos que escarban en la intimidad de los famosos, muestran sus debilidades y enredos y los convierten en los bufones de la gran farsa que es la vida pública. Aunque, tal vez, hablar de "vida pública" sea ya inexacto, pues, para que ella exista debería existir también su contrapartida, la "vida privada", algo que prácticamente ha ido desapareciendo hasta quedar convertido en un concepto vacío y fuera de uso.

¿Qué es lo privado en nuestros días? Una de las involuntarias consecuencias de la revolución informática es haber volatilizado las fronteras que lo separaban de lo público y haber confundido a ambos en una representación en la que todos somos a la vez espectadores y actores, en la que recíprocamente nos lucimos exhibiendo nuestra vida privada y nos divertimos observando la ajena en un strip tease generalizado en el que nada ha quedado ya a salvo de la morbosa curiosidad de un público depravado por la frivolidad.

La desaparición de lo privado, el que nadie respete la intimidad ajena, el que ella se haya convertido en un espectáculo que excita el interés general y haya una industria informativa que alimente sin tregua y sin límites ese voyerismo universal es una manifestación de barbarie. Pues con la desaparición del dominio de lo privado muchas de las mejores creaciones y funciones de lo humano se deterioran y envilecen, empezando por todo aquello que está subordinado al cuidado de ciertas formas, como el erotismo, el amor, la amistad, el pudor, las maneras, la creación artística, lo sagrado y la moral.

Que los gobiernos elegidos en comicios legítimos puedan ser derribados por revoluciones que quieren traer el paraíso a la tierra (aunque a menudo traigan más bien el infierno), qué remedio. O que lleguen a surgir conflictos y hasta guerras sanguinarias entre países que defienden religiones, ideologías o ambiciones incompatibles, qué desgracia. Pero que semejantes tragedias puedan llegar a ocurrir porque nuestros privilegiados contemporáneos se aburren y necesitan diversiones fuertes y un internauta zahorí como Julian Assange les da lo que piden, no, no es posible ni aceptable.

© Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2011. © Mario Vargas Llosa, 2011.

martes, 8 de enero de 2013

lunes, 7 de enero de 2013

Atacado con éxito a Anonymous...


Atacado con éxito un canal donde Anonymous coordina sus acciones

Se sospecha de un administrador del mismo que publica las direcciones IP de centenares de internautas

Sorpresa. El grupo Anonymous, que ha protagonizado algunos de los ataques de denegación de servicio más llamativos de las últimos meses, es víctima de un pirata de su propia comunidad. Las sospechas recaen en un operador del canal IRC en el que los simpatizantes del grupo coordinan sus acciones. Ha atacado los servidores y publicado las direcciones IP de Internet de centenares de internautas conectados al mismo. En un comunicado, los miembros de Anonymous agrupados en AnonOps han indicado que este canal ha sido asaltado y sus datos comprometidos. Parece que se trata de una guerra civil dentro del colectivo. El autor sería un antiguo simpatizante el grupo y operador del canal que ha lanzado el ataque gracias al botnet Zalgo y protagonizado lo que el citado grupo considera un "golpe de estado organizado". El atacante, autodenominado Ryan, habría tomado el control de AnonOps.ru y AnonOps.net. En la actualidad, en ambos sitios aparece un lema, LOL AnonOps Dead y en los mismos aparece una lista de alias de usuarios y direcciones IP.

Anonymous ha advertido a sus miembros que no usen los citados canales ya que coloca al ordenador y a su propietario en riesgo.

El grupo Anonymous, en un comunicado que cita Numerama, explica que la probable razón del atacante es que estaba en desacuerdo con la estructura de mando sin líder que emplean los administradores de la red AnonOps. "Estamos profundamente desolados por este drama", concluyen.

Forbes sitúa el número de internautas que han visto comprometida su dirección IP en 653.

Anonymous ha estado nuevamente de actualidad estos días porque Sony ha explicado que los atacantes de su plataforma dejaron un código en el que aparecía el nombre de Anonymous y su lema "Somos legión". Sony no responsabilizaba directamente al grupo de la intrusión. El grupo, por dos veces, ha negado que fuera el autor del ataque que mantiene bloqueadas las citadas plataformas "Somos legión, pero no somos nosotros" han afirmado. Lo que resulta más difícil al grupo es poder asegurar que ninguno de sus miembros, por su cuenta y riesgo, haya tomado la iniciativa del ataque.

viernes, 4 de enero de 2013

No son sus privilegios, es el desencanto...

No son sus privilegios, es el desencanto

La decepción con la clase política por su lejanía, por la crisis y por la corrupción se traduce en protestas contra sus presuntas prebendas - Lo que se exige es, sobre todo, más transparencia

La percepción de que la clase política goza de privilegios injustificables ha sido uno de los motores del Movimiento 15-M. Los partidos han oído el mensaje. Crece la presión por la regeneración de las instituciones

Que los políticos no tienen buena fama entre la ciudadanía es una certeza avalada por las encuestas. El Centro de Investigación Sociológicas (CIS) certifica que la clase dirigente es el tercer problema de los españoles, tras el paro y la crisis económica. Los indignados del 15-M han hecho suyo este creciente desapego hacia los gobernantes para poner en la diana de sus reivindicaciones el fin de los privilegios de los goza la casta política.

Con su omnipresente Democracia real ya, el Movimiento 15-M pide a gritos, en manifestaciones multitudinarias o en pacíficas asambleas, la regeneración del sistema político y económico. Y eso pasa, según las propuestas de los indignados, por el reparto del trabajo, la seguridad en el empleo, la supresión de los gastos inútiles en las Administraciones, la subida de los impuestos a la banca o la eliminación de los privilegios de la clase política. Detrás de estas proclamas hay quien ve un sesgo populista.

Desencanto + mentalidad antipolítica + crisis + corrupción originan el cada vez más intenso desapego hacia las clases gobernantes que evidencia el CIS, como justifica Xavier Coller, sociólogo y experto en élites políticas de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. "Los políticos corruptos son muy pocos. Pero los medios de comunicación hacen de ecualizador. Tienen un efecto multiplicador, sobre todo cuando se observan grandes tramas, como el caso Gürtel". Collar percibe que este no es un fenómeno coyuntural sino un problema estructural. "Las dictaduras son corruptas por definición, pero en democracia siempre hay corrupción", dice. El creciente hastío hacia la política hunde también sus raíces en el empeño del Gobierno central en no reconocer la crisis y en demorar la adopción de medidas para combatirla, remarca Collar, que dirige la Escuela de Alta Gestión Pública de Andalucía.

Al margen del comportamiento del Ejecutivo de Zapatero, los expertos coinciden en que los políticos tienen que repensar su estatus. Pero siendo conscientes del papel que desempeñan. El politólogo Joan Subirats sostiene que a menudo no se tiene en cuenta que lo que ahora se ve como "privilegios" fueron en su día "conquistas de los sectores progresistas que formaban parte de Parlamentos pensados para las élites liberales". Se trataba, apunta, de que la gente que se dedicaba a la política tuviera un salario y una cierta inmunidad para poder eludir las presiones de los poderosos. "Ahora, muchos de esos elementos, justificables en su momento, acaban pareciendo privilegios porque tienen menos sentido".

La plataforma de los indignados del 15-M ha puesto el foco en la clase política. Reclama desde el control estricto del absentismo de los cargos electos hasta la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción, pasando por la publicación obligatoria de su patrimonio y la reducción de puestos de libre designación.

¿Hasta qué punto es una novedad que los ciudadanos protesten por las prebendas de sus dirigentes? "No es algo nuevo ni raro. Esa misma dimensión antipolítica existe en otros países y ha existido en otros periodos históricos en España, como, por ejemplo, en la República o durante la Restauración", puntualiza Xavier Coller. La percepción de esa desafección es extremadamente compleja: "Hay un sustrato sociológico tardofranquista que rechaza la política. Aún pervive esa idea que se resume en la famosa frase de Franco: 'Haga como yo, no se meta en política".

Hay quienes piensan que la ciudadanía tiene una idea sobrevalorada del estatus de los políticos. Ángel Valencia, catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Málaga, plantea que la clase política debería nutrirse de personas con una trayectoria profesional previa que les permitiera retornar a la sociedad civil. Apela a ese tipo de diputados y senadores que surgieron durante la Transición. "Ahora existe una mayor profesionalización de la política. Hay una cooptación desde más jóvenes y muchos no tienen una profesión fuera del mundo político. Por eso luchan por estar todo el tiempo posible en la política", dice Valencia. De ahí que dé la impresión de que se trata de una casta endogámica. Para combatir esta tendencia y para no sucumbir a los efectos perversos del poder, considera necesaria "una gran dosis de ética pública".

Los indignados reclaman cuestiones más materiales: la supresión de los privilegios en el pago de los impuestos, los años de cotización y el monto de las pensiones; la equiparación del sueldo de los representantes del pueblo al salario medio español, más las dietas necesarias para el ejercicio de sus funciones.

"La ciudadanía pide más transparencia en sus ingresos, pero a veces ignoramos que los salarios están publicados y son accesibles para cualquiera", apunta Xavier Coller. Subirats, catedrático de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Barcelona, cree que sería oportuno poner al día, y "ajustar a la sociedad" los salarios de los políticos. ¿Es mucho o es poco lo que cobran? Depende. Si se compara el sueldo de un diputado español con el de un europarlamentario (con su lluvia de dietas, viajes en preferente y tropa de ayudantes) o con sus colegas del entorno comunitario parecería casi un pobre. La comparación con directivos del sector privado sería más desfavorable.

Los diputados rasos tenían el año pasado un sueldo de 3.100 euros mensuales, a los que suman 870 o 1.800 si viven fuera de Madrid. El Francia, el salario base ronda los 7.000, a los que se añaden otros 6.000 para gastos. En Italia supera los 10.000, en Alemania roza los 8.000 y en Reino Unido los miembros de la Cámara de los Comunes perciben una nómina fija de unos 6.000 y cuentan con asignaciones que pueden ser 20 veces superiores para contratar asistentes de la circunscripción. A la hora de hacer comparaciones conviene tener en cuenta que en Alemania, por ejemplo, el salario medio es de 42.400 euros anuales y en España es de 23.200.

El Movimiento 15-M se ha rebelado contra los salarios y también contra el modelo de pensiones de los parlamentarios. Se han hecho eco de la idea machaconamente repetida de que con siete años en el escaño sus señorías pueden cobrar la pensión máxima. Pero los parlamentarios se han apresurado a matizar. Solo cuando un diputado, cumplidos los 65, no alcanza la pensión máxima, el Congreso la complementa siempre que haya ocupado el escaño durante ocho años. En tres décadas de democracia apenas 81 de los 3.700 legisladores han utilizado este recurso.

Joan Subirats tiene claro que los políticos deberían contar con un regimen de pensiones idéntico al del resto de los trabajadores -"y derecho a paro" -, no deberían viajar en bussines ni estar exentos de la justicia ordinaria por su condición de aforados.

Más allá de estos privilegios, el problema no es el sueldo de Zapatero o que tenga coche oficial. Los expertos perciben que lo inquietante es que alcaldes de pequeños Ayuntamientos tengan una nómina superior a la del presidente del Gobierno y estén rodeados de una corte de asesores. "La actividad pública debe estar bien pagada. Los dirigentes tienen que tener un estatus social y una remuneración económica a la altura de lo que representan. Hace falta ética pública para que esto funcione de otra manera y cultivar una mentalidad diferente. Demostrar que los representantes del pueblo no tienen nada que ocultar y que no están en la vida publica para enriquecerse", sostiene el politólogo Ángel Valencia, al tiempo que reclama transparencia y rendición de cuentas.

En al menos algunas de estas reivindicaciones, los políticos parecen haber recogido el guante.Los diputados quieren arrojar luz sobre sus cuentas, su patrimonio y sus actividades extra. Llueven las iniciativas para regular las remuneraciones, el regimen de incompatibilidades y los derechos de los parlamentarios. El PSOE propone publicar con todo detalle sus bienes y los de sus familias, el PP solicita que el régimen de pensiones sea el mismo que el del resto de los ciudadanos, e IU se decanta por endurecer el sistema de incompatibilidades.

La negativa percepción de los ciudadanos sobre la clase política no es del todo compartida por los expertos. El catedrático Xavier Coller distingue entre dos tipos de políticos: los de designación y los de representación. Estos últimos (diputados, senadores, alcaldes, concejales) tienen menos prerrogativas que los primeros (ministros, consejeros, asesores, altos funcionarios). "Los privilegios van adheridos al cargo. Otra cosa es que tengan cierta información de la que carece el ciudadano común", advierte. Si esta información es relativa a una recalificación de terrenos, el privilegio puede dejar de serlo para convertirse en un delito. Manejar información privilegiada le costó por ejemplo, el cargo, al exgobernador del Banco de España Mariano Rubio.

Los parlamentarios no pueden acceder al paro porque no cotizan, de manera que reciben una indemnización de un mes por año en el escaño, con un máximo de 24 meses. El resto de trabajadores reciben 20 días por año, según la última reforma laboral. Algunos grupos se han apresurado a proponer que esta indemnización la perciban solo los parlamentarios que se queden en el paro.

Otro de los aspectos a debate es el régimen de incompatibilidades. Algunos grupos son partidarios de endurecerlas y no faltan quienes reclaman plena dedicación a los parlamentarios.

"Aquí hay una zona de grises que puede ser percibida por la ciudadanía como la utilización de ciertos privilegios", previene Collar, consciente de que los parlamentarios pueden utilizar información para beneficiar a las personas que acuden a los bufetes de abogados en los que colaboran. "A no ser que se endurezca el regimen de incompatibilidades, es algo muy difícil de controlar", añade.

En el fondo del debate sobre los salarios de las clases dirigentes late el meollo de la cuestión: ¿El trabajo que hacen justifica su sueldo? Los sistemas anglosajones, como apunta Subirats, generan mayor control sobre el absentismo. El parlamentario es el representante de un territorio concreto "y tiene que currárselo". "Sociedades civiles más fuertes que la nuestra, como es el caso del Reino Unido, controlan de manera más eficiente a los políticos. La representación es más personalizada". Allí, los diputados trabajan de lunes a jueves en el Parlamento y el viernes y el sábado se dedican a su circunscripción. En Estados Unidos los lobbys están permanentemente elaborando estadísticas de lo que votan congresistas y senadores. Son un mecanismo de control de la ciudadanía.

Controles a los que no son ajenos los expresidentes del Gobierno. José María Aznar y Felipe González perciben sus correspondientes pensiones (80.000 euros) y han sido fichados, respectivamente, como asesores por Endesa (un puesto remunerado con unos 200.000 euros) y Gas Natural (alrededor de 126.000). En este punto, el catedrático Ángel Valencia se muestra indulgente. "Son figuras muy importantes y es evidente que deben tener coche oficial, escolta y pensión. Han sido personajes públicos y seguirán siéndolo toda la vida. Hay que exigirles una conducta y ética pública, pero es lógico que dicten conferencias y que las cobren más caras que las que imparte un profesor de universidad".

En este camino hacia la regeneración de las instituciones democráticas, el mejor ejercicio de control y transparencia de los políticos es, según Subirats, las iniciativas legislativas populares. Un instrumento del que no se ha hecho uso durante la democracia.
Listas abiertas... o limpias

¿Cómo castigar a un político corrupto? Lo obvio es no votarle. Pero los partidos no dan opción a tachar su nombre. ¿Acabarían con el problema las listas abiertas? "Los partidos y las cúpulas dirigentes difícilmente aceptarían un sistema así. Los comités de listas tienen el poder de seleccionar a los candidatos y no parece probable que renuncien a ese poder", dice el sociólogo Xavier Coller.

Cambiar el sistema electoral presenta infranqueables resistencias por razones estructurales y estratégicas. Además, un cambio sustancial, como la puesta en marcha de listas abiertas, probablemente no sería la receta más adecuada ni introduciría factores de libertad para elegir a los candidatos más eficientes. "No es una solución mágica", explica el catedrático Ángel Valencia, para quien las listas abiertas "no introducen una mejora sustantiva en la democracia que tenemos". El sistema de listas abiertas se emplea ya en el Senado. Otra cosa son las listas desbloqueadas, que permiten cambiar el orden de los candidatos.

En las elecciones municipales y autonómicas del 22-M, los imputados han plagado las candidaturas. Llamativo es el caso del PP valenciano, que incluyó en sus listas varios imputados e implicados en casos de corrupción. El electorado volvió la vista hacia otro lado. El PP revalidó su victoria. Desde una perspectiva legal, un imputado no es un condenado. Por eso el debate, como expone el catedrático Joan Subirats, es más político que jurídico. "Por limpieza democrática, sería deseable que los políticos trabajaran en esa línea. Aunque cada caso es diferente". Que se lo pregunten al socialista Demetrio Madrid, que dimitió como presidente de Castilla y León en 1986 tras ser procesado por un supuesto fraude comercial y del que fue absuelto en 1990.

Las otras actividades

- Los parlamentarios españoles no tienen plena dedicación, por lo que pueden desempeñar, con limitaciones, otro tipo de actividades.
- Dedicación total. Según el informe de principios de año, 55 no declararon ninguna actividad paralela.
- Trabajos remunerados. 71 diputados ejercían otros trabajos, la mayoría relacionados con despachos de abogados. Tienen prohibido contratar con las Administraciones públicas.
- Escritores y contertulios. Hasta 122 escribían libros, participaban en tertulias de radio o de televisión o colaboran con otros medios de comunicación.
- Concejales y alcaldes. 71 parlamentarios desempeñan paralelamente puestos en Ayuntamientos como concejales o alcaldes.
- Docentes. 21 legisladores son profesores a tiempo parcial.
- Cargos de partido. 21 son dirigentes de formaciones políticas.