jueves, 31 de diciembre de 2020
15 minutos de fama subacuática...
15 minutos de fama subacuática
El fotógrafo Kirk Weddle relata cómo sacó la imagen de la portada de 'Nevermind' de Nirvana sin conocer siquiera al grupo
Para Kirk Weddle era sobre todo la oportunidad de dejar de "fotografiar putos coches". Esa era, en el verano de 1991, la ocupación principal de este free lance tejano. Hasta que la discográfica DGC Records le contrató para otro tipo de trabajo. Se trataba de inmortalizar un niño bajo el agua de una piscina, para la portada de un disco de una banda de Seattle. Aunque esa segunda parte Weddle la ignoraba. "No me explicaron nada de que había un grupo de por medio; supongo que fue para que no pidiera más dinero", recuerda. De todos modos, el fotógrafo admite que por aquel entonces no tenía ni idea de quiénes eran. Tardaría poco en descubrirlo: aquel grupo, Nirvana, y aquel álbum, Nevermind, cambiarían la historia de la música.
En realidad, además de los coches, hacía poco que Weddle había empezado a jugar también con la fotografía bajo el agua. La culpable había sido Renta Elden, madre de Spencer, precisamente el niño que sale en la portada de Nevermind. Así que cuando hubo que escoger a un bebé, la conclusión fue obvia. Las complicaciones llegarían después. "Kurt [Cobain] quería un niño que naciera debajo del agua pero era demasiado difícil de retratar", cuenta Weddle.
Finalmente se apostó por un bebé desnudo tratando de alcanzar un dólar atado a un hilo. Pero no bastaba. O más bien, bastaba hasta cierto punto. "Metimos a Spencer bajo el agua y... ¡bang, bang, bang! En cinco segundos tenía las imágenes. Aunque, claro, no podía ir a mi cliente y decirle: 'Mira, tengo la foto de un pene, dame el cheque", sostiene Weddle.
Lo que hizo entonces el tejano fue acudir a una cercana escuela de natación y ofrecer entre 50 y 200 dólares a los padres que aceptaran que sus hijos fueran fotografiados al estilo de Spencer. Weddle recuerda en especial a una niña: "Era una máquina. Debajo del agua era un motor". Sin embargo sus fotos no fueron escogidas, por una simple razón biológica. "Los discográficos las vieron y dijeron: 'Queremos el pene, queremos el pene", relata Weddle.
Una vez terminado el trabajo, además del pago el fotógrafo recibió unas entradas para un concierto de Nirvana para dentro de un par de meses. Fue a verlos y al día siguiente, por la mañana, hasta pudo conocerles. Aunque Weddle considera que fue el contexto menos adecuado: "Es un error quedar con un grupo de madrugada. Habían tocado la noche anterior y estaban muertos. Kurt había dormido dos horas y se quedó sobado. Recuerdo que Dave [Grohl] era un buen tipo". Con el grupo Weddle repitió el experimento que había tenido éxito con Spencer. De esa madrugada salieron cuatro fotos que retratan a los Nirvana tocando bajo el agua.
Luego, los caminos del grupo y del fotógrafo se separaron. Nirvana se fue a escalar la historia de la música y alcanzó la cresta de la ola. Weddle volvió a su anonimato pero con una sonrisa: "Fueron mis 15 minutos de fama".
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