Will Rogers, humorista
domingo, 31 de julio de 2011
sábado, 30 de julio de 2011
viernes, 29 de julio de 2011
Los dioses pisan césped...
Los dioses pisan césped
Las ceremonias de masas confirman al fútbol como una nueva religión - El mesianismo afecta a las estrellas del deporte y el espectáculo
Hacia el final de la temporada de fútbol 2001-02 un grupo de jóvenes integrantes de la Brigada de Mártires de Al Aqsa estaba reunido con un periodista del Sunday Times de Londres en las profundidades de un sótano en el territorio palestino de Gaza. Los aspirantes al martirio estaban hablando al periodista del dolor de su pueblo, de su deseo de morir antes de vivir como esclavos o de cómo soñaban con oír llorar a las madres israelíes cuando irrumpió en el cuarto, muy animado, otro miembro del grupo. "Manchester United 5", anunció, "West Ham United 3. ¡Beckham marcó dos goles!". Los terroristas estallaron en júbilo, gritando, "¡Alá Akbar! [¡Dios es grande!]".
Un año después el Real Madrid de Florentino Pérez fichó a David Beckham. Si quedaba vivo algún integrante de aquel grupo seguro que vio en televisión la presentación oficial de Beckham ante 8.000 aficionados en el estadio de baloncesto del club madrileño. Pérez fichó al entonces capitán de la selección inglesa porque era un buen jugador pero, también, porque su figura generaba devoción hasta en los rincones más recónditos de la tierra. La genialidad de Pérez, lo que le distinguía de los demás directivos de los clubes de fútbol europeos, era que entendía mejor que nadie cómo transformar la fama planetaria de Beckham, y el fervor religioso que despierta el fútbol en general, en cantidades de dinero nunca vistas. Esto no lo entendió el Manchester: el club tasó su venta exclusivamente en función de su valía en el campo.
De vuelta a la presidencia del Real Madrid, tras tres años al frente de la empresa constructora más grande de España, Pérez insiste en el mismo planteamiento, en la misma fórmula. La diferencia es que hoy el Manchester ha aprendido la lección. El nuevo Beckham, la gallina que pone los huevos de oro, es Cristiano Ronaldo, por el que el club inglés pidió tres veces más de lo que costó Beckham. Quizá hubieran sido sólo dos veces más si no fuera por el hecho de que Cristiano, además, es mucho mejor jugador. Pérez ha respondido a este nuevo desafío, como es habitual en él, a lo grande. No basta con esperar que Cristiano deslumbre en el campo, hay que empezar a recuperar el dinero invertido en él ya, dos meses antes de que arranque la nueva temporada, montando una campaña mediática de marketing descomunal. Así, la presentación del astro portugués se llevó a cabo el lunes no en el estadio de baloncesto, sino en el estadio Santiago Bernabéu, y ante diez veces más espectadores que cuando Beckham se estrenó en público con el uniforme blanco.
Tiempos de crisis exigen un esfuerzo superior y por eso no bastó con invitar a los periodistas y dejar que ellos se encargasen de generar la emoción. Esta vez se les puso el espectáculo en bandeja. La puesta en escena en el campo del Bernabéu recordó a la de un concierto de rock de Bruce Springsteen, o de Michael Jackson. No fue ninguna casualidad. Pérez y su equipo entienden que el fútbol es una rama más del show business, del entretenimiento global; que la capacidad de un equipo de fútbol de generar dinero es similar a la de una película de Hollywood: cuanto más famosos los actores, más grandes las posibilidades de triunfar en taquilla. Cristiano Ronaldo es el Brad Pitt del fútbol.
Pero el fútbol también es cosa seria. Decir que es la gran religión global no es una metáfora. El 30% de la población global se declara cristiano; el 20%, musulmán: La pasión por el fútbol abarca a todas las religiones, razas, lenguas. Como ha escrito Stephen Tomkins, autor de Una breve historia de la Cristiandad: "Estamos abandonando las iglesias por el campo de fútbol. Los jugadores son dioses; las gradas, los bancos de la iglesia. El fútbol es la nueva religión".
Pérez intuye esto mejor que nadie. Para darle a la presentación del bien nombrado Cristiano el toque necesario de legitimidad ante los feligreses, el evento unificó el descabellado ambiente rockero con la solemnidad de una misa papal. Por si hubiese alguna duda, el acto comenzó con unas palabras sobre el césped del nuncio en España, cuya entrevista con Real Madrid Televisión fue difundida por los altavoces del estadio. El embajador del Vaticano confesó (con evidente orgullo) su amistad con Pérez y empezó a decir algo sobre Dios. Pero no tuvo la oportunidad de profundizar sobre el tema como quizá hubiera querido. El tiempo apremiaba y la entrevista se cortó de manera algo abrupta ya que había llegado la hora de que el presidente del Real Madrid, de pie sobre una especie de altar, tomara la palabra. Ante un atril, con Alfredo di Stéfano y Eusebio (dos grandes del viejo fútbol) sentados como cardenales detrás de él, Pérez habló en términos bíblicos -"pocos son los elegidos", pronunció- sobre el joven redentor, como Juan Bautista anticipándose a la llegada de Cristo. La afición coreaba "¡Florentino! ¡Florentino!", reconociendo la realidad, que el redentor de verdad, el gran padre del madridismo, era su presidente. Pero eso no quitó que el estadio se viniera abajo cuando por fin apareció Ronaldo en el campo, alto y guapo, bronceado, vestido de blanco: la imagen cinematográfica de Adonis, o Aquiles, o el dios Apolo.
Y entonces, en una pantalla grande, los goles de Cristiano, los milagros, con música celestial de Puccini, Nessum Dorma, de fondo. Y al final la liturgia, la nueva liturgia (repetida por Karim Benzema, más humilde nuevo discípulo madridista, en su más modesta presentación el jueves): "¡Uno, dos, tres...! ¡Hala Madrid!".
Y después a casa, corriendo, flanqueado por sus guardaespaldas, por si algún devoto exaltado saltara al campo y le arrancase las vestiduras, o le matara de amor.
¿Estará Florentino Pérez reinventado el fútbol una vez más? No el deporte en sí que, como él mismo ha constatado, es caprichoso, enigmático, imposible de reducir a fórmulas triunfadoras; sino el aspecto comercial, el negocio, el cómo se vende el deporte. Su lema ya es bien conocido: lo más caro es lo más barato. Es decir, uno ficha a los grandes nombres del deporte y eso se traduce no sólo en ventas de camisetas, sino en ingresos más inflados de los que alquilan la marca del club (patrocinadores como Adidas y Audi), de los palcos VIP en el estadio, y de los derechos de televisión globales. Lo que está por ver es si ahora se replicará la nueva coreografía, si de aquí a cinco años todos los clubes montarán grandes eventos escénicos a la hora de presentar a sus nuevos jugadores. Y si mientras, surgirán nuevas variantes sobre el tema, si habrá grupos musicales antes de los partidos y en los intermedios, si animadoras se pondrán a bailar cada vez que se interrumpe el juego, por lesión -o expulsión- de un jugador, si habrá fuegos artificiales no sólo cuando se gana una copa sino tras vencer al Spórting de Gijón en la jornada 17 de la liga. El modelo, claramente, sería el más circense, tradicionalmente menos austero, del fútbol americano o el baloncesto de la NBA. Se podría incluso, como hacen en la NBA, crear mini concursos fuera de las jornadas oficiales en los que cracks como Cristiano Ronaldo o Leo Messi compiten entre sí para ver quien mete más penaltis a casillas; o se miden, sin balón a la vista, en un partido de PlayStation.
Si todo esto suena a exageración, no hay que olvidar que Pérez ha mostrado interés en crear una liga europea limitada a los grandes equipos del continente, algo muy similar a lo que se ve en la NBA. El Real Madrid siempre se ha querido identificar con el fútbol espectáculo. La cuestión ahora es si la tendencia expresada en la presentación de Cristiano Ronaldo se consolidará; si el espectáculo va a seguir todos los días, a todas horas, más allá de los 90 minutos reglamentarios de un partido. La respuesta del mundo futbolero no es, ni será, unánime. Ex jugadores de la talla de Pelé y el actual presidente de la UEFA, Michel Platini, se han declarado horrorizados ante lo que perciben como el despilfarro del Real Madrid en la compra de jugadores como Cristiano Ronaldo y el mucho más cristiano (miembro de Atletas de Cristo) Kaká, y el circo que les rodea.
En cuanto a la prensa deportiva, las reacciones se dividen entre los que favorecen al Real Madrid y al Barcelona; y los jóvenes y los veteranos. La prensa madridista se suma a la fiesta, encantada; la del Barça se mofa del exceso capitalino. Francesc Aguilar del Mundo Deportivo se preguntaba en una columna esta semana, a propósito de la participación del nuncio en el acto del Bernabéu: "¿Ha empezado la beatificación de Florentino Pérez y no lo han comunicado? ¿Van a santificar al presidente del Real Madrid?". El consenso en Barcelona lo expresó un periodista muy ligado al Barça cuyo comentario respecto a la presentación de Cristiano fue, "se han pasado cuatro pueblos".
Los periodistas jóvenes parecen sentirse menos incómodos ante la exuberancia escenográfica que propone el curiosamente asceta (en lo personal) Florentino Pérez, pero muchos de los mayores claman al cielo, entre ellos James Lawton del Independent, varias veces laureado con el premio Periodista deportivo del año en Inglaterra. Para Lawton el evento del lunes fue la expresión en estado puro de la "grotesca" herejía que representa el proyecto Pérez. Lawton, que se pregunta que habría estado pensando realmente Alfredo di Stéfano durante la presentación de Ronaldo, dice estar convencido de que ir por ese camino es avanzar hacia la "autodestrucción".
Más medida fue la reacción de Andoni Zubizarreta, ex portero leyenda español. Zubizarreta comprende que "el gran montaje de marketing es lo que sostiene el precio del jugador más allá del juego en sí; vales más por lo que pareces que por lo que haces". Aunque el ex jugador aclara que, por supuesto, el valor radica en el talento del jugador con el balón en los pies. La parte fría de la cabeza de Zubizarreta comprende lo que está haciendo el Real Madrid, incluso agrega que generar ilusión en tiempos de crisis tiene su punto benévolo. Pero confiesa que al mismo tiempo el espectáculo sin precedentes que presenta el Real Madrid, "la mercantilización de la ilusión", le genera "sombras, contradicciones graves".
Se podría comparar con la mercantilización de la fe cristiana que se ve en ciertas sectas evangélicas de EE UU, aquellas en las que los ministros de la iglesia se enriquecen a base de la credulidad de sus parroquianos. Pero, más allá de las discusiones morales que genera el fútbol, la verdad que ha detectado Florentino Pérez antes que nadie es que, como dice un célebre escritor inglés, David Winner, no existe ningún fenómeno que ejerza más fascinación global que este deporte. "Se detecta cada día más una clara tendencia", dice Winner, autor (entre otros) de un premiado libro sobre el fútbol holandés titulado Brilliant Orange. "El fútbol está llenando el vacío cultural que ha dejado la religión".
La diferencia está en que nadie sabe con seguridad científica si hay recompensa después de la muerte, mientras que en el fútbol los resultados se ven en tiempo real, en el planeta Tierra. La gran ilusión (palabra clave del vocabulario florentiniano) que vive hoy el madridismo responde en buena parte a la enorme decepción sufrida la temporada pasada, en la que el eterno rival, el Barcelona, no sólo lo ganó todo jugando maravillosamente, sino que venció al Madrid, profanando el campo del Bernabéu, 2 a 6. La presentación de Ronaldo esta semana fue una especie de limpia, un exorcismo. Pero sólo fue el primer acto de una narrativa que no acabará hasta mayo del año que viene.
Volviendo a la metáfora del cine, el guión del Barcelona fluye con elegante inteligencia y sus actores son grandes talentos que no han podido o no han querido convertirse en celebridades mundiales. Son los Ralph Fiennes o los Anthony Hopkins del fútbol. El Real Madrid ofrece, en cambio, una película llena de extraordinarios efectos especiales, con una banda sonora apoteósica y actores superestrellas, con tendencias -especialmente en el caso de Cristiano Ronaldo- narcisistas. Obedecen al patrón Brad Pitt o Tom Cruise. A veces la película que cuesta menos triunfa más; y la superproducción se desploma. La apuesta de Pérez es grande y de alto riesgo. La ilusión de la afición y de la prensa madridista puede pasar rápidamente a la decepción y a la rabia. Pero si resulta que la temporada entrante, en el escenario del Bernabéu, el guión funciona, si el ritmo es devastador y el Real Madrid arrasa, toda la gloria será para Florentino Pérez, el profeta que habrá cambiado el mundo del fútbol para siempre.
jueves, 28 de julio de 2011
miércoles, 27 de julio de 2011
martes, 26 de julio de 2011
Canciones que incitan a comprar...
Canciones que incitan a comprar
Las tiendas de ropa emplean técnicas psicológicas musicales para vender - Madonna, Sinatra o El Último de la Fila hacen pasar más por caja
Lo dice Josele Santiago, seguramente el rockero más castizo que nunca paseó por Malasaña: "Para comprar ropa voy a El Corte Inglés, pero porque básicamente no hay de fondo la música horrible que ahora suena en todas las tiendas de Madrid".
Tiene razón el carismático jefe de Los Enemigos. Al menos en un aspecto: suena música en estas tiendas, y a veces a un volumen discotequero. Ahora, que sea horrible, ya va en gustos. Veamos, por ejemplo, el caso de Stradivarius, que se levanta en Gran Vía, esa discoteca camuflada de tienda de ropa, o al revés. Habla Judith Lorenzo, del departamento de comunicación: "Ponemos música que incite a la compra, no de cuando vas al dentista. Nuestro público son chicas de 18 a 25 años. Y suenan canciones marchosas a volumen alto. Así la clienta se siente a gusto". ¿Canciones infalibles, de esas para hacer caja? La responsable de Stradivarius tiene la fórmula mágica: "Es sábado por la tarde, hace un buen día y suena a bastante volumen Madonna, Britney Spears o Amy Winehouse. Compra asegurada". Es lo que se llama selección musical emocional.
Existen excepciones, claro. Como ver a una señora de 82 años, de nombre María Teresa, moviéndose entre jovenzuelas en Stradivarius. "Es la primera vez que entro, y será la última. Es que yo escucho música clásica", afirma sin acritud. Después de reflexionar, esta señora parece dar con una de las claves: "Creo que esta música a lo que empuja es a que te dé igual comprar un vestido que otro. El caso es comprar".
En esa línea se mueve el psicólogo y musicólogo Néstor Parrondo, de 28 años: "Estas chicas se pueden comprar prendas chillonas o sexy, sin valorar aspectos como la respuesta de los padres o la de su propia conciencia ante la ropa. Así se evita el clásico cómo te atreves a comprar esto. La idea fundamental es que la música, junto con otros aspectos de la tienda, como la decoración o el estilo de los vendedores, generen un bienestar emocional en el consumidor. El mecanismo es el mismo que cuando una canción nos pone de buen humor: es algo puramente emocional. Cuanto más contento esté el comprador, más fácilmente podrá desembolsar el dinero".
Comparado con Stradivarius, El Corte Inglés, donde, recuerden, se viste Josele, es un oasis. Hay música (siempre sosegada: Frank Sinatra, Ella Fitzgerald, incluso ópera), pero tan baja que apenas se hace notar. Pero cumple su función. "Comprar ropa sigue siendo un terreno inseguro, sobre todo para los hombres", explica el psicólogo. "Y esta música suave tiene como función relajar y favorecer la comunicación con el dependiente, que en estos establecimientos aconseja y guía la compra".
Mirando ropa hoy en El Corte Inglés está la actriz Laura Pamplona (Policías, Aquí no hay quien viva, Hospital Central...), que se muestra contundente: "Me horrorizan los éxitos de la temporada que ponen en las tiendas modernas. Aquí, en El Corte, ni me doy cuenta de que suena música".
En Zara se trabaja en un término medio. Lo habitual es música negra (llámese R&B) sensual y ligeramente bamboleante. Sergio, un dependiente de 22 años, habla mientras dobla camisetas a la velocidad de Usain Bolt: "A mí estas canciones a lo que me incitan es a salir corriendo. Yo soy más punky. Me gustan Fall Out Boy y Green Day. Pero tengo que trabajar y la aguanto". Ahora, lo que sí reconoce el dependiente punk es la efectividad de las canciones de Beyoncé, Rihanna y compañía: "Vienen muchos gays. Y los tenías que ver bailando mientras se prueban la ropa".
Otra de las franquicias más visitadas es H&M, donde se apuesta por el pop ambiental y elegante a lo Zara, pero con incursiones en agrupaciones blancas, como ese Viva la vida, de Coldplay. La filosofía, de la ropa y la música, coincide: moderna, de buen gusto, pero a precios populares.
En Foot Locker abundan el hip-hop y los sonidos negros más agitados. Y los acompañan con vídeos. Como apunta el psicólogo Néstor Larrondo, "se pueden asociar inconscientemente al sonido del bote de una pelota de baloncesto. Crea una llamada en el cerebro a moverse".
Pero nada como ese señor que un buen día formó El Último de la Fila. "Lo tengo comprobado", dice Nuria, que regenta una tienda pequeña en el centro de Madrid. "Alguien asoma la cabeza, escucha a Manolo García y le apetece entrar. Es un tío que transmite calorcito".
lunes, 25 de julio de 2011
domingo, 24 de julio de 2011
sábado, 23 de julio de 2011
¿Debemos fiarnos de la Wikipedia?
¿Debemos fiarnos de la Wikipedia?
Domina Internet y ha sumido a las enciclopedias tradicionales en una profunda crisis. La 'Británica' y Larousse se abren a la interacción en la Red para intentar adaptarse
Con ustedes, Txema Ferrando, 35 años, curioso, fotógrafo, parado, aficionado al diseño y al ordenador ("es mi vida"), originario de Algeciras (sí, es de Cádiz aunque escriba su nombre con Tx) y residente en Madrid. Un día, Txema se aburría en la cola del banco. Se fijó en un tipo con un uniforme "extraño". "Tenía impresas las siglas U. M. E., así que saqué el móvil, me conecté a la red, entré en la Wikipedia y me enteré de que es la Unidad Militar de Emergencias, que se dedica a grandes catástrofes, incendios y cosas así". Otro día, mientras rastreaba Wikipedia, Txema acabó en la página que esta dedica a los mecheros. "Así me enteré de que el encendedor de la cocina se llama Magiclick. La foto del artículo era penosa, la habían hecho con el móvil en un Todo a 100, así que fui a la cocina, le hice una foto y la subí".
Txema, lo han adivinado, es un fan declarado de Wikipedia. "Me encanta. Es la enciclopedia que yo soñaba tener de pequeño: se actualiza al instante, crece cada día, tiene vínculos a otras webs...". Asiduamente, Txema hace su modesta aportación a esta recopilación del conocimiento popular: "Hago ediciones menores: amplío artículos, corrijo estilo...".
Con ocho años y medio recién cumplidos, Wikipedia es una poderosísima herramienta con una comunidad global de más de 150.000 voluntarios -más 20 empleados fijos- que han escrito 11 millones de artículos en 265 idiomas (482.000 de ellos en español, a un ritmo de 400 nuevos al día). El perfil medio del wikipedista es el de un estudiante de entre 20 y 35 años, soltero. También participan en ella catedráticos y rectores de universidad (aunque a algunos no les guste gritarlo a los cuatro vientos). Unos son más activos que otros: el 30% de sus habituales realiza el 70% del trabajo. En España, más de seis millones de personas la leen mensualmente. Le gana, por goleada, a las versiones online de las enciclopedias tradicionales. Pero, ¿qué hay de su fiabilidad? ¿Es correcto elevarla a la categoría de enciclopedia?
Wikipedia nació con el objetivo de "distribuir gratuitamente la totalidad del saber mundial a cada persona del planeta en el idioma que ésta elija, bajo una licencia libre que permite modificarlo, adaptarlo, reutilizarlo y redistribuirlo libremente". Es decir, la democratización del conocimiento, un fin muy romántico que encabeza una lista de pros que continúa así: es gratis, rápida, se puede corregir en el acto, tiene capacidad infinita y es una útil herramienta educativa (¡el conocimiento también eres tú!).
Muchos motivos, y rabiosamente populares. ¿Y qué hay de los contras? También son unos cuantos. Los resumió en julio de 2006 el escritor Sam Vaknin -enemigo confeso de la Wikipedia- en un artículo que publicó en American Chronicle bajo el título 'Los seis pecados de la Wikipedia': 1. Es opaca: no se conoce a los autores de los artículos; 2. Es anárquica; 3. La fuerza es el principal derecho editorial, pues la autoridad va en función de la cuantía de participación (sin importar la calidad de ellos); 4. Está contra el verdadero conocimiento, pues los expertos reconocidos son rechazados y atacados en ella. ¿Quiénes son los eruditos?; 5. No es una enciclopedia aunque se presente como tal; 6. Es una fuente de difamación y violaciones del copyright.
Conocedores del vandalismo imperante, un ejército de wikipedistas vela, como puede y cuando quiere, por mantener íntegra su veracidad (incluso bloqueando las páginas más sensibles para evitar su sabotaje). Se calcula que tardan una media de cinco minutos en corregir cada error. Si alguien escribe un insulto ("negrata", puso alguien en la reseña de Obama; otro le pintó cuernos a Bill Gates) o un error evidente, se detecta con facilidad. Pero otros fallos, los menos obvios, permanecen. Y eso lo saben, sobre todo, sus víctimas. Como Fernando Savater. El escritor y filósofo, que confiesa no prestar la menor atención a la Wikipedia, comprobó que en las conferencias a menudo se le presentaba como un escritor exiliado en Francia. "A la de cuatro pregunté: '¿Pero de dónde ha sacado eso?' 'Está en la Wikipedia', me contestó muy serio".
Savater ha comprobado en persona que la facilidad de disponer de una información con un clic está generalizando entre trabajadores, curiosos, periodistas y estudiantes con poco tiempo (o vagos) la costumbre de dar por bueno lo que dice la Wikipedia.
En 2005, cuando el éxito de la enciclopedia online era ya un hecho, la reconocida revista Nature hizo un estudio para comparar su fiabilidad con la de una enciclopedia tan reconocida como la Británica. Nature comparó 42 artículos científicos (más sencillos de comparar) de ambas y detectó 123 errores u omisiones en los artículos de la Británica, y 162 en la versión inglesa de Wikipedia. ¿Qué titular dio la vuelta al mundo? 'La Wikipedia es tan fiable como la Enciclopedia Británica'.
El estudio cayó como un mazazo sobre las enciclopedias tradicionales, ya de por sí tocadas por el efecto Internet. Desde Espasa no facilitan datos, aunque reconocen que se ha producido "una caída significativa" de la venta de enciclopedias. Encarta, de Microsoft, se ha visto obligada a cerrar todas sus ediciones online. Pedro Cifuentes, que fue su responsable editorial en el mundo de habla hispana, resume cómo vivió el auge de Wikipedia: "De pronto, una enciclopedia con artículos de cientos de catedráticos pasa a ser irrelevante porque miles de internautas, presuntamente irrelevantes, se unen y cambian el mundo de la comunicación".
Cuatro años después de su publicación, el estudio de Nature sigue siendo citado por todos los forofos de Wikipedia. Pero hay voces discordantes. En 2007, el conocido periodista francés Pierre Assouline dirigió un estudio de un grupo de alumnos del master de Periodismo del Instituto de Estudios Políticos de París para analizar la fiabilidad de la enciclopedia online. El resultado es el libro La revolución Wikipedia (Alianza) y sus conclusiones son bastante críticas. Para empezar, desmontan el estudio de Nature, al que acusan de poco estricto y sesgado y recuerdan que, según sus propios resultados, la Británica sigue siendo un 24% más fiable que la Wikipedia. Después analizan uno de sus grandes puntos flacos: la manipulación, y apuntan que el propio fundador de la Wikipedia, Jimmy Wales, ha modificado su reseña personal 18 veces, y recuerdan que desde el Congreso norteamericano se han modificado interesadamente las biografías de varios políticos.
El estudio también señala el caso del wikipedista Essjay. Durante años fue uno de sus editores más reputados, activos y poderosos (con la categoría necesaria para bloquear o borrar entradas). Essjay se presentaba como un profesor de Teología de una universidad de EE UU licenciado en derecho canónigo, pero finalmente se descubrió que Essjay no era otro que Ryan Jordan, un estudiante de 24 años.
Éstos son algunos extractos de La revolución Wikipedia: "En cuanto abordamos temas sensibles tales como la historia, las ciencias humanas, la evolución del ser humano o la política, la duda está sembrada: las reseñas biográficas no son más que una sucesión de fechas y de acontecimientos expuestos escueta y cronológicamente siguiendo el dogma ilusorio del 'punto de vista neutral'; las fuentes no están jerarquizadas; no hay ni análisis ni síntesis; y, se diga lo que se diga, invariablemente de este magma de informaciones surgen juicios absolutamente discutibles. ¿Es preciso recordarlo? En Wikipedia cualquiera puede escribir cualquier cosa, y obviamente la gente no se priva. Es el campo de prácticas idóneo para los profesionales de la manipulación de la opinión, que son totalmente ajenos al desinterés que mueve a los wikipedistas comunes. Existen algunos procedimientos de control, pero no son ni omnipresentes ni omniscientes".
Un ejemplo de artículo sensible a la manipulación e intenso en el debate es el dedicado a Franco. "Hola, quería decir que este artículo no es neutral ya que sólo se habla mal de Franco y hasta en un apartado pone 'Franco tenía ideologías negativas", escribe un usuario en la página de debate que acompaña a cada artículo. "La cita que señala indica que dichas ideologías eran siempre no a favor de algo (positivas) sino en contra o negando algo (negativas, de negar)", le responde otro.
Estos foros de discusión son el núcleo de la fiabilidad de la Wikipedia. Y algunos se lo toman muy en serio. Mike Scott, de los Waterboys, contaba hace un par de años que no había podido corregir un error en la reseña de su banda "por no documentar correctamente la fuente", según le contestó un usuario (que desconocía estar dirigiéndose al mismísimo Scott). Pero estos foros a veces no bastan para mantener el control. Hace poco, Wikipedia recurrió a un Comité de Arbitraje para decidir qué hacer con las páginas dedicadas a la Iglesia de la Cienciología. Tras debatirlo, decidieron bloquear las ediciones procedentes de todos los ordenadores (identificados por su dirección IP) de esta Iglesia.
Sin embargo, todos estos peros se quedan pequeños ante el tirón de la Wikipedia, cuyos fans aceptan sus defectos con cariño y los ojos puestos en sus aciertos. Desde Argentina, Patricio Lorente, de la Universidad Nacional de La Plata y organizador del próximo encuentro de wikipedistas (que se celebra en agosto en Buenos Aires), rompe una lanza en su favor: "La Wikipedia es tan fiable como cualquier material de medios más tradicionales y con concepciones más dogmáticas respecto de la autoridad del conocimiento: desarrollar la capacidad de lectura crítica es imprescindible para mantenerse a flote en un mundo saturado de información. El Diccionario de la Real Academia Española define el sur, desde hace muchos años, como el lugar "que coincide con la posición del Sol a mediodía". Sin embargo, desde mi ubicación geográfica, esa definición corresponde al norte. Aún las obras más cuidadas, por personas con la mayor calificación académica, contienen errores. No intento justificar los yerros, que deben corregirse de manera constante, sino señalar que las obras del tamaño de una enciclopedia o un gran diccionario, siempre pueden contener equivocaciones. Es el lector finalmente el que debe evaluar lo que lee en función del contexto, de su experiencia, de otros textos, etcétera".
Más lanzas, ésta de parte de Félix Bahón, profesor de Periodismo en la Red en la Universidad Carlos III: "Las ideas que mueven la Wikipedia ponen patas arriba la concepción del conocimiento que hemos heredado de la Ilustración, con la que asumimos que unos pocos sabios lo gestionaban para que la mayoría se aprovechara y la sociedad avanzara con ello. Ahora todos pueden contribuir al conocimiento. Un cambio tan profundo en la transmisión del saber conlleva reacciones y necesita ajustes. En cuanto a su fiabilidad, hay varios niveles. Como estudiante nunca debes fiarte. Como periodista, menos. Pero para un usuario normal es el gran invento del siglo XX".
Un gran invento que hay que aprender a usar y muchos profesores han tomado nota de ello. Lo explica Juan Carlos Rico, coordinador de tecnologías de la información (TIC) del colegio de primaria Fernando Feliú, de Gerena (Sevilla), un centro con dos ordenadores por alumno. "Utilizamos la Wikipedia como un recurso metodológico más, no como un fin en sí. Procuramos estimular el juicio crítico de los niños, enseñarles a usarla como una herramienta de búsqueda de información, una de las competencias digitales que necesitarán en el futuro. Si estamos leyendo El Quijote y hablan de la zamarra, por ejemplo, la buscamos en la Wikipedia". Ya, pero "zamarra" no viene en esta enciclopedia online. "Bueno", dice Rico, "entonces enseñaríamos a los alumnos a documentarse para entender su significado y a añadirla ellos mismos".
Felipe Ortega, de la universidad Rey Juan Carlos, autor de una tesis sobre la Wikipedia, explica hacia dónde van los tiros de cara al futuro: "La Wikipedia ha creado un sistema de ranking de calidad de artículos, para darnos una idea del nivel de fiabilidad que ofrecen. El objetivo es poder hacer una versión en CD/DVD (Wikipedia 1.0) con los mejores artículos según su calidad (revisados por la comunidad). Esto da una mejor garantía de la fiabilidad del contenido, aunque con menos artículos que la versión en línea, pues solo se incluirían los mejores".
En enero, la Británica anunció que permitirá a los internautas generar contenidos en su versión online con un sistema de edición tutelado -Jorge Cauz, su presidente, aprovechó una entrevista para criticar la Wikipedia: "Está llena de grietas en términos de calidad. Es desigual, los hechos no son siempre correctos, el modelo contiene cantidad de fallos"-. Larousse, por su parte, también se ha abierto a las contribuciones del público.
Así las cosas, Wikipedia se encamina hacia un destino más "pedia" (educación, en griego) y las enciclopedias tradicionales que han sobrevivido, hacia uno más "wiki" (rápido, en hawaiano). Lo que nos lleva a la misma pregunta que se plantea Pedro Cifuentes, hasta hace un año editor de la ya desaparecida versión online de Encarta: "¿Acabará Wikipedia convertida en una enciclopedia tradicional después de haber enviado a sus rivales a una crisis histórica?".
Algunos de sus errores conocidos
- Poco después de la toma de posesión de Obama, los senadores Ted Kennedy y Robert Byrd figuraron como fallecidos en Wikipedia.
- En la página dedicada a la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega se recogió el bulo de que había contraído matrimonio con la periodista María Escario.
- Manu Chao nació en Chiapas (México), decía durante días la reseña del cantante parisino y simpatizante zapatista.
- El mismo día en que se le concedió el Nobel, al escritor Jean Marie Le-Clézio se le daba como muerto. El error permaneció un minuto.
- Pedro J. Ramírez, director de El Mundo, vive con el diseñador Ralph Lauren, según decía (falsamente) su reseña.
- En la página del periodista estadounidense John Seigenthaler, se le citaba como patrocinador directo de los asesinatos de John Kennedy y su hermano Bobby (), aunque nunca se demostró nada. Seigenthaler, amigo de Kennedy, montó en cólera.
- En la edición francesa, a Tony Blair se le definía como católico cuando todavía era anglicano. El error permaneció dos semanas.
viernes, 22 de julio de 2011
Los famosos...
jueves, 21 de julio de 2011
miércoles, 20 de julio de 2011
Música y cómic...
Música y cómic, resumen de 15 años de Los Planetas
Otros grupos se conformarían con un recopilatorio convencional para repasar tres lustros de trayectoria. Menos Los Planetas. La banda por antonomasia del indie español quería aportar un valor añadido a sus grandes éxitos, y pensó en el cómic como aliado. Con las viñetas del dibujante Juanjo Sáez, fan reconocido, lo que era un mero encargo de su discográfica se convierte así en una propuesta personal. Principios básicos de astronomía, una edición de lujo con CD y DVD, plasma las sensaciones y recuerdos que le evocan las letras de la banda.
"Cada canción parece que nos hable sólo a nosotros; es más, parece que hable sobre nosotros", señala Sáez (Barcelona, 1972) en el prólogo. Jota, compositor y cantante del quinteto granadino, anima a que cada uno entienda como quiera sus versos: "Las canciones dejan de pertenecerte cuando las publicas", cuenta por teléfono en un descanso de los ensayos para su concierto de esta noche en Madrid. En el proyecto convergen un grupo que siempre ha manifestado su afición a los cómics (desde las alusiones a héroes y villanos en las letras hasta las portadas de Javier Aramburu y el videoclip de Max) y un artista muy vinculado a la música. Colaborador de revistas especializadas, Sáez también ha diseñado carteles de festivales, y tenía "la fantasía de hacerles una portada", confiesa.
En plena crisis del mercado musical, Los Planetas necesitaban algo novedoso para promocionar en España un grandes éxitos ideado para Latinoamérica. "Barajamos varias ideas, como un cómic de varios autores, o un disco-libro", explica Jota. Eligieron a un autor que, como ellos, surgió a principios de los 90 de una escena artística alternativa. Sus defectos (la afinación de Jota, las faltas de ortografía de Sáez) los compensan su personalidad, su lenguaje directo y sus confesiones nada amables sobre el amor, la droga o la muerte.
El dibujante y la banda se admiran. Al autor de la novela gráfica Viviendo del cuento los cuatro meses de trabajo no le han supuesto "un esfuerzo", porque ya tenía ideas "a raíz de oír las canciones". Sus viñetas siguen un orden lógico, pero no un argumento. Lo que no faltan son las críticas cariñosas, como cuando un personaje dice: "No entiendo la letra, pero me gusta cómo suena la batería". Sáez reconoce que, al oírlos por primera vez, pensó: "¡Qué ruido meten!".
Últimamente la banda experimenta con el flamenco. Así se deduce de Soy un pobre granaíno, adelanto de su próximo álbum, que saldrá en invierno. De momento, este recopilatorio con ese único tema inédito incluye clásicos como Segundo premio o Santos que yo te pinté, un DVD con 22 videoclips y un cómic de 48 páginas que brindará a los seguidores la oportunidad de comparar sus impresiones con las de Juanjo Sáez, al fin y al cabo un fan que, como ellos, entiende esta música como parte de la banda sonora de su vida. Jota lo agradece: "Sería un orgullo significar para nuestro público lo que David Bowie o Brian Wilson significaron para mí".
martes, 19 de julio de 2011
Las oficinas...
lunes, 18 de julio de 2011
sábado, 16 de julio de 2011
El miedo es...
viernes, 15 de julio de 2011
jueves, 14 de julio de 2011
Coto al poder de Google...
Coto al poder de Google
La empresa que nació en un garaje de California como alternativa al imperio de Microsoft ha dejado de ser amistosa. Como su rival, hoy está amenazada por la sospecha de prácticas monopolísticas
Hay una empresa que canaliza aproximadamente el 70% de las búsquedas que se hacen en Internet y tiene el poder de redirigirlas a los sitios web que desee. Además, ofrece correo electrónico a más de 100 millones de personas en todo el mundo. Sus máquinas analizan el contenido de los mensajes enviados para ofrecer publicidad relevante. Esta compañía ha creado programas que ofrecen mapas del mundo, los océanos y el cielo. Entre sus últimos productos está una aplicación telefónica que le permite a la empresa saber y revelar dónde se encuentra exactamente el usuario.
No es ciencia ficción. Se trata de Google, una empresa que en una década ha cambiado mucho. Nació en un garaje del Estado estadounidense de California en 1998, como el proyecto de dos estudiantes de la Universidad de Stanford, Larry Page y Sergey Brin. Ambos crearon un buscador que operaba de forma distinta de los demás, ofreciendo resultados insólitamente relevantes, priorizados según el número de enlaces que apuntan a cada página.
Su valiosa innovación en el mundo de Internet ha colocado a Google en una situación inaudita. "Ha sido una empresa tremendamente avanzada", explica Jeff Jarvis, autor del libro ¿Qué haría Google? y creador del sitio web BuzzMachine. "En la crisis económica que vivimos han caído las grandes empresas de otra época: General Motors, las inversoras, los grandes bancos. Asistimos al nacimiento de un nuevo sistema empresarial. Y Google es el modelo a seguir, a pesar de que haya levantado sospechas en algunos sectores. Hay quien plantea dudas sobre su supuesta posición monopolística. Pero ese es el resultado de ser una empresa innovadora: una mayor porción del mercado. Hoy hay que ver a Google como una plataforma sobre la que navegar y hacer negocios".
La cara visible de Google ya no son los fundadores, dos jóvenes que crearon una empresa informal y relajada. Le han cedido el protagonismo y el control a un hombre de negocios, el consejero delegado Eric Schmidt, que había hecho carrera en empresas como Xerox, Sun Microsystems o Novell. Google creció, con infinidad de productos: Gmail, Blogger, Picasa, Google Maps, Earth y Latitude. Construyó una sede corporativa de 47.000 metros cuadrados, el Googleplex, un complejo donde se vive y se respira Google, donde los trabajadores pueden llevar a sus hijos y a sus perros al puesto de trabajo; donde tienen restaurantes, salas de juegos, masajistas, piscinas y patinetes.
Tal es el grado de omnisciencia de Google, que la empresa ha creado un algoritmo que le permite predecir cuáles de sus 20.000 empleados están más insatisfechos en su trabajo y pueden estar pensando en abandonar la empresa y pasarse a la competencia. En este momento, el Departamento de Justicia de EE UU está investigando si Google, Yahoo! y Apple, entre otras empresas, han incurrido en una violación de la legislación laboral al llegar a un pacto secreto para no robarse ejecutivos e ingenieros entre ellas.
Así es el presente de Google, amenazado por las sombras de posibles problemas legales. La compañía nació el mismo año en que el Gobierno de EE UU presentó una demanda contra Microsoft por abusar de su posición en el mercado informático, logrando un monopolio virtual en la venta de sistemas operativos y exploradores. En aquella época, Bill Gates y su empresa encarnaban una suerte de imperio del mal de la informática. Google era la resistencia, el anti Microsoft.
Once años después, el Gobierno de EE UU está investigando a Google por un acuerdo para crear la mayor biblioteca virtual del mundo y una abogada de la misma Administración ha acusado a la empresa de ser un monopolio. Google corre el riesgo de ser visto como un nuevo Microsoft.
"El problema viene con el dominio del mercado. Google ha crecido. Ofrece productos que gustan y que son muy populares", explica Randal C. Picker, profesor en la facultad de derecho de la Universidad de Chicago. "El Gobierno teme que tenga demasiado peso. El que ayer era el recién llegado, hoy en día es visto como el monopolista. De repente, Google ya no es esa empresa amistosa, amable, novedosa. Es una empresa con posibles problemas legales sobre la que se sospecha que pueda estar desplazando a sus competidores, aunque de momento no haya incurrido en ninguna ilegalidad".
El analista tecnológico Daniel Lyons explicó en Newsweek el 23 de mayo el porqué de tanto temor. "Si quieres vender productos en Internet, debes anunciarte en Google. Para aparecer en los primeros puestos de la lista de resultados, uno debe pujar más que otros anunciantes. Google te dice sólo el rango de precios que los demás están dispuestos a pagar. Y además Google le asigna a cada anunciante una evaluación de calidad, dependiente de si su anuncio es relevante o no". Google no ha difundido jamás qué fórmulas utiliza para asignar estas evaluaciones. "Pero, ¿quién sabe?", escribió Lyons. "Podrían estar timándote. Unos céntimos más que podrían ser millones para Google".
Es sólo una muestra de qué tono impera en la prensa especializada norteamericana y algunas organizaciones privadas respecto a Google en los últimos meses. "¿Es Google un monopolio?", se preguntaba el Wall Street Journal el 6 de mayo. "Puede que sí que estén haciendo el mal", titulaba Newsweek este mes. "El Google monopolístico puede esperar un flujo imparable de litigios", escribía el columnista Jeff Horwitz en el Washington Post el 7 de junio. Previamente, tanto The Economist como Wired y Business Week se habían planteado: "¿Quién le teme a Google?", como si fuera el lobo feroz. Parecen empeñados en que sea el nuevo Microsoft.
Estos medios han encontrado en Christine Varney, una abogada de 53 años, a la némesis de Google. Esta mujer ha sido asistente en legislación antimonopolística del fiscal general de EE UU. Antes de ocupar su cargo, Varney era lobista y asesora legal experta en Internet. En los noventa representó a Netscape Communications ante la Administración de Bill Clinton, consiguiendo que su Gobierno presentara una demanda contra Microsoft por monopolizar el mercado de los sistemas operativos y los navegadores.
En un debate organizado hace un año por la organización American Antitrust Institute, dijo: "Para mí, Microsoft es algo del siglo pasado. No son un problema. Creo que el posible problema lo supone Google, que creo que ha alcanzado la posición de monopolio en la venta de publicidad en Internet, de forma legal".
El pasado septiembre el Departamento de Justicia tuvo que plantarse ante un posible acuerdo publicitario entre Google y uno de sus competidores, Yahoo! En EE UU Google canaliza el 60% de las búsquedas online, Yahoo! el 20% y Microsoft un 8%. Microsoft había intentado comprar Yahoo!, Google se opuso, y decidió ofrecer a aquella firma un pacto para vender publicidad online durante 10 años.
El Gobierno de George Bush contrató al abogado Sanford Litvack para este caso. Con la investigación en marcha, Litvack les comunicó a las empresas en noviembre que iba a presentar una demanda formal. "Íbamos a presentar la demanda a una hora determinada de aquel día", dijo a la revista The AM Law Daily. "Tres horas antes de aquella hora, nos dijeron que desistían del acuerdo". Litvack añadió que "hubiera alegado que Google tenía un monopolio y que el acuerdo publicitario lo hubiera ampliado".
"Con un mayor tamaño, sobreviene una mayor responsabilidad", explica Picker. "Pero no hay nada que indique que Google está entrando en prácticas monopolísticas. Es un actor muy fuerte en el mercado de la publicidad en los motores de búsqueda, pero no es el único. Y además, ha adquirido esa prominencia de forma legítima. Así es el capitalismo: una empresa innova, invierte, hace las cosas bien y obtiene una mayor porción del mercado".
A principios de junio, Justicia comunicó a Google que había comenzado una investigación sobre su acuerdo con diversas editoriales para escanear millones de libros y ponerlos al alcance de los internautas a través de Google Book Search. Google se comprometió a pagar 90 millones de euros a las editoras y se atribuía el derecho de escanear los libros que se consideran huérfanos, cuyos autores y editoriales ya no existen.
"En este acuerdo no se representa bien a todos los autores. Hay escritores que se han quedado desplazados en un acuerdo de gigantes", explica Peter Brantley, director del departamento bibliográfico de la organización Internet Archive. "Y la empresa se atribuye el derecho de comercializar todos esos volúmenes descatalogados". "El acuerdo es no exclusivo", responde el portavoz de Google Adam Kovacevich. "El pacto de las editoriales con Google deja la puerta abierta para que otras empresas emprendan proyectos, similares o distintos, con el uso de esos libros. No es nuestra intención controlar esos volúmenes, sólo los pondremos al alcance del lector". Hasta la fecha ya se han escaneado 7 millones de libros.
Casi todos los expertos consultados afirman lo mismo. Más que un problema legal, Google tiene uno de relaciones públicas. La propia empresa lo ha admitido. "Creemos que Google promueve la competitividad y la transparencia online, pero que no siempre hemos hecho un buen trabajo contando nuestra versión", dijo Kovacevich en un reciente comunicado. En él detallaba, en seis principios, cuál es la filosofía de Google respecto a la competitividad. El cuarto era: "La competencia está sólo a un click de distancia".
"Nos ha costado llegar a consolidar nuestra empresa", explica desde Washington. "Estamos más que dispuestos a colaborar con el Gobierno en cualquier investigación que quiera acometer. Y es cierto que en algunos asuntos, como el acuerdo con Yahoo!, podríamos haber hecho un mejor trabajo. Pero lo importante ahora es explicar que nosotros, de hecho, promovemos la competitividad. Somos una plataforma para que otras empresas hagan negocios en la Red".
Kovacevich admite que la empresa hizo un trabajo deficiente y torpe el año pasado, cuando la competencia, encarnada por Microsoft, el Gobierno y la opinión pública, se opusieron a la alianza con Yahoo! "Deberíamos habernos explicado mejor. El acuerdo no daba situación predominante a ninguna empresa", añade.
Google, asegura, no es monopolio. Es cierto, domina buena parte del mercado de las búsquedas en EE UU. "Pero las búsquedas son algo gratuito, un servicio al internauta", dice el portavoz. "Si consideramos el mercado de la publicidad online, tenemos sólo el 30%. Y si se considera a Google una firma publicitaria, sin más, que compite con diarios, revistas y otros medios por la inversión de los anunciantes, la porción del mercado es de sólo un 2,66%".
En cierto modo, la empresa quiere mantener su aura de servicio público, reforzando aquel lema de no hagas el mal con el que nació. "Desde un primer momento, la voluntad de ser una empresa que no hace el mal era en sí misma algo insólito. Aquello debería considerarse algo del pasado", opina el profesor de comunicación de la Universidad Estatal de Virginia Siva Vaidhyanathan. "Google, como toda empresa, se centra en hacer dinero. Y así debe ser. Para innovar, como en todo sistema capitalista, las empresas deben buscar beneficios. Es el Gobierno el que debe velar por el bien de la ciudadanía. Google debe vender publicidad y desarrollar estrategias para ello".
Cuando en una reciente conversación con inversores le preguntaron al consejero delegado de Google si su empresa era el nuevo Microsoft, dijo: "Ustedes no recuerdan al viejo Microsoft. Para mí, no hay punto de comparación". El profesor Vaidhyanathan lo confirma: "Google no es el Microsoft de nuestra era. Microsoft era muy coercitivo. Era muy agresivo en la defensa de su software y en la forma en la que se relacionaba con el consumidor".
"El problema de Google está más bien en su reputación", añade. "Ha llegado a su adolescencia y tiene problemas para mantener esa refulgente reputación de entidad benefactora. Es probable que en esta época de críticas y problemas legales acabe saliendo reforzada y ofreciendo incluso un mejor servicio". Es cierto que a Google le puede resultar complicado seguir haciendo negocios sin hacer el mal. Pero que naciera con ese lema y siga aferrándose a él cuando ingresa unos 2.800 millones en beneficios cada año es, en sí, algo insólito.
Movimientos contra el gigante
- Junio 2008. La abogada experta en prácticas empresariales en la Administración de Barack Obama expresa que Google puede haber alcanzado un monopolio en publicidad en Internet.
- Noviembre de 2008. Google y Yahoo! desisten de una alianza para vender publicidad online ante una investigación del Departamento de Justicia de EE UU.
- Mayo de 2009. Justicia revela que está investigando si es legal o no que el consejero delegado de Google, Eric Schmidt, pertenezca también al Consejo de Administración de Apple. Schmidt anuncia que no tiene intención de abandonar este último puesto.
- Junio de 2009. El Gobierno de EE UU comienza una investigación formal sobre el pacto de Google con las editoriales para escanear millones de libros y colgarlos en la Red.
- Junio de 2009. El Departamento de Justicia revela que examinará las prácticas laborales de Google, Apple y Yahoo!, al sospechar que han llegado a acuerdos tácitos para no robarse empleados.
miércoles, 13 de julio de 2011
En cualquier caso...
martes, 12 de julio de 2011
lunes, 11 de julio de 2011
Tu vida digital...
Tu vida digital viaja del disco duro a la Red
Nuestro bagaje cultural estará disponible en cualquier terminal - Los expertos alertan sobre los riesgos de intimidad y propiedad
El usuario se conecta a la Red y comienza sus tareas cotidianas. Escribe la presentación de su nuevo proyecto laboral en Google Docs, edita las fotografías de su viaje a Nueva York en Picasa y sube un vídeo familiar a YouTube. Luego escucha sus temas favoritos de Franz Ferdinand en Spotify y disfruta de los nuevos episodios de Anatomía de Grey en Seriesyonkis. Además, sube su colección de películas y series a un almacén virtual como Rapidshare o Megaupload para aligerar el disco duro y poder compartirlas.
Todo lo ha hecho online, gratis y sin necesidad de descargarse nada en su terminal (Spotify sólo requiere bajar el buscador). Da igual dónde esté: en el trabajo, en casa o en un hotel. Sólo necesita una conexión: en la web se ejecuta y en la web se queda.
Quizá sin saberlo, el usuario está moviéndose en la nube (cloud, en inglés), que es como ya se conoce al territorio virtual formado por todo aquel software y aplicaciones que funcionan desde fuera del ordenador, ya sea fijo, portátil o un teléfono móvil. Están alojados en servidores ubicados en algún lugar indeterminado pero son accesibles desde todas partes. El terminal se convierte así en un simple medio para enchufarse a esa nube de computación.
Gracias en parte a la difusión de un mayor ancho de banda y mejores conexiones inalámbricas (wifi), la nube es el ámbito en el que se desarrollan la mayoría de las actividades cotidianas ante una pantalla. De hecho, un 69% de los usuarios de Internet ha almacenado información en la Red o ha empleado alguna aplicación de software online, según un estudio de 2008 del Pew Internet & American Life Project.
Algunos expertos vaticinan un futuro en el que prácticamente todos nuestros objetos personales (fotografías, vídeos) y culturales (películas, discos...) estarán en la nube, es decir, en un entramado de servidores cuya ubicación ignoramos. Así, en teoría, nuestras pertenencias digitales estarán disponibles en todo momento a través de cualquier dispositivo con acceso a la Red. La contrapartida, según alertan otros, es la dependencia de la conectividad, el riesgo de perder privacidad y la incógnita sobre cómo puede modificar el consumo cultural.
El éxito de la nube radica en la facilidad y comodidad para manejar sus servicios. "Los creadores de aplicaciones online compiten para hacer sus programas divertidos y fáciles de usar", dice el experto en tecnologías de la información Nicholas G. Carr, autor del ensayo The Big Switch, en el que pronostica que el impacto de la migración de la tecnología a la nube será similar a la llegada del suministro eléctrico. "Las aplicaciones empresariales tradicionales, en cambio, tienden a ser diseñadas para realizar con eficacia un tipo de tarea determinado, sin considerar la facilidad de uso. Además, está en abierto en Internet sin las restricciones de las redes y sistemas de las compañías".
La computación en nube (o cloud computing) es un término que originalmente aludía sólo al modo de coordinar varios ordenadores para mejorar la eficacia de su capacidad de computación, según recuerda David de Ugarte, economista y cofundador de la consultora de nuevas tecnologías la Sociedad de las Indias Electrónicas. Ahora su sentido se ha ampliado y se aplica también al modo de gestionar la información digital impulsada por los usuarios; un nuevo entorno que ha acentuado los cambios nacidos con la digitalización. "Los contenidos dejan de ser tangibles en un soporte físico y se consumen directamente online", señala Fernando Garrido, especialista en sociología del Observatorio para la Cibersociedad. "Las nuevas pantallas (móvil, portátil...) abren un universo de momentos de consumo. El cambio es radical".
Y ya está transformando los hábitos de visionado, escucha y lectura, advierte Carr. "La Red está diseñada para estimular el consumo rápido de pequeñas piezas de información, y nosotros amoldamos nuestros hábitos a la web. Libros, discos y vídeos se fragmentan en porciones".
Algunos ejemplos. El visionado de series y películas en streaming (sin necesidad de descargarlos en el disco duro) aumenta rápidamente frente a las descargas P2P (Par a par). Casi la mitad de los internautas españoles, el 47,8%, utilizaron esta fórmula (en webs como Seriesyonkis) para ver películas y series en el último año, por delante del 37,3% que las descarga mediante programas de intercambio de archivos, según el informe eEspaña 2009, de la Fundación Orange. En la música, sin embargo, siguen por delante las descargas, con un 42%, frente al 38,5% que escuchó música directamente en línea.
Respecto al libro hay división. Unos apuestan por el triunfo amplio del formato electrónico -como Carr- y otros por la coexistencia. "Lleva con nosotros 500 años. En torno a él hemos construido nuestra sociedad y nuestra forma de pensar", sostiene Garrido. "Es difícil que un eBook lo sustituya; puede reubicarlo". Y es probable que cada uno se especialice: el formato digital para los textos académicos, documentos, y el tradicional, para la literatura y el entretenimiento.
Surge en conjunto un nuevo tipo de consumo cultural abundante, fragmentario y, sobre todo, inmediato. Se acaba la escasez y se quiebra el vínculo con el soporte físico. Es un cambio de paradigma: "Los dispositivos pasan de ser elemento central a ser medio para el acceso", subraya el psicólogo Roberto Balaguer, especializado en el impacto social de las tecnologías de la información. "Pasan de funcionar como continentes a actuar como enganches en la nube, donde suceden las cosas y donde habitan los jóvenes".
Un nuevo entorno que el jefe de arquitectura de software de Microsoft, Ray Ozzie, ha definido así en The Economist: [el cloud hará posible] "un medio en el que todos tus dispositivos se unirán, gestionados a través de la web como un todo". En esa dirección va el nuevo proyecto de Google para septiembre: Google Wave, un ambicioso servicio que aunará email, chat, wiki, procesadores de textos, mapas, vídeos y fotografías, además de red social y permitirá trabajar en grupo.
"El problema es que así Google puede convertirse en un Internet alternativo, y el usuario, en casi un empleado", alerta De Ugarte, que considera el Wave como "la gran trampa de ratones de nuestra intimidad".
Que toda la información personal y las creaciones propias (textuales, fotográficas, etcétera) estén alojadas en un espacio virtual fuera del control del usuario plantea dudas importantes, según algunos expertos. Las primeras atañen a la conectividad (sin conexión no sirve) y a la privacidad. A diferencia del soporte material, "los productos en la nube identifican perfectamente a sus usuarios, frecuencia de consulta, etcétera", advierte José Antonio Millán, ensayista y autor de Manual de urbanidad y buenas maneras en la red. "Estos datos, sometidos a cláusulas de privacidad engorrosas o cambiantes, pueden tener una fácil explotación, en el mejor de los casos sólo publicitaria".
Una alerta con la que coincide De Ugarte. "La cuestión es determinar quién tiene la soberanía de los datos. Si uso la nube de Google, ésta controla también mis datos". Así, añade, puede rastrear todo lo que el usuario guarda en sus aplicaciones y cruzarlo con sus consultas e incluso su historial crediticio. "Puede usarlos, por ejemplo, para colocarte anuncios en tu cuenta de Gmail según tu capacidad adquisitiva".
Se trata de una desprotección a la que son principalmente vulnerables los jóvenes, los nativos digitales, que han crecido casi acunados en la Red. "Los jóvenes ya no se conectan a Internet y ya no lo viven como algo ajeno o separado del mundo físico", sostiene Garrido, del Observatorio para la Cibersociedad. "Ellos están en Internet, en su nube, de forma permanente". Por eso precisamente -continúa- su sentido de la privacidad se ha transformado radicalmente. "No identifican el valor de mantener determinada información en privado". De hecho, más de la mitad de los jóvenes de entre 15 y 25 años han compartido datos personales con desconocidos a través de la Red, según un estudio de la Universidad Rey Juan Carlos.
La otra gran duda se refiere a la propiedad de las creaciones del usuario, ya sean wikis, textos en Google Docs, fotografías en Picasa o vídeos grabados con el móvil y subidos a Qik. "El usuario puede encontrarse un buen día con que el fruto de su trabajo ha desaparecido, o que aparece bajo cláusulas de reutilización inaceptables", avisa Millán. "Proyectos enteros didácticos, de investigación, etcétera, pueden perderse. No debería ser admisible ningún sistema de creación de materiales en la nube que no cuente como mínimo con la posibilidad de crear una copia de respaldo en el ordenador".
De lo que no parece haber dudas es de las posibilidades de negocio de la nube. Google es la gran valedora de la computación online y ya se ha lanzado a la conquista de este entorno. Su gran apuesta es el sistema operativo Chrome Os, diseñado para trabajar en la nube. Está pensado para netbooks (ultraportátiles), será de código abierto basado en Linux y se descargará gratis desde la Red. "Queremos que sea rápido y ligero, que se ponga en marcha y te conecte a Internet en segundos. La interfaz será basica porque la mayor parte de la actividad se desarrolla en la web", según el blog de Google. Chrome OS llegará en 2010.
Microsoft, rey de los sistemas operativos preinstalados en los terminales (algo así como lo opuesto a la nube), ya ha respondido. A partir de 2010 ofrecerá gratis en Internet versiones sencillas del programa Office para netbooks. Incluirán el procesador de textos (Word), la hoja de cálculo (Excel), las presentaciones (PowerPoint) y el reconocimiento de texto (OneNote). Se financiará con anuncios, como hace Google.
El panorama más probable es que la nube coexista con copias del material más sensible en el disco duro, según observa Nicholas Carr. "Creo que almacenaremos la mayoría de nuestros bienes culturales e informativos en centros de datos distantes y gestionados por compañías como Google, aunque probablemente conservaremos copias de algunos de ellos en nuestros dispositivos". Otros consideran que la eficacia de los programas fijos para el escritorio es aún imbatible, como asegura Paul Boutin en Slate. Lo bueno de éstas, señala, es que uno puede desconectarse de Internet y trabajar tranquilamente solo durante unas horas.
El cloud también ofrece facilidades en la gestión de los centros de datos de las empresas. Google cuenta con el servicio Google Apps (que incluye chat, email, procesador de textos o gestor de webs) diseñado para entornos laborales. "Tras triunfar entre los usuarios, el cloud tendrá más impacto en las empresas", augura Carlos Gracia Armendáriz, director de Google Enterprise para España y Portugal. El cloud, añade, permite mejorar la eficacia de la gestión de datos; como el filtrado de spam, por ejemplo.
Otras compañías, como Amazon, venden parte de su nube (su red de servidores coordinados para trabajar como un gran ordenador), que se puede emplear como almacenaje o como capacidad de computación. "Es un servicio muy útil para start-ups [pequeñas empresas nuevas], que así no tienen que comprar servidores; sólo alquilan la computación", explica Diego Mariño, cofundador de la compañía Abiquo e impulsor del software libre para construir nubes. El cloud, entendido en su sentido original, permite "homogeneizar el tiempo y potencia de computación y convierte la informática en un servicio commodity", como la limpieza o la electricidad, añade De Ugarte.
Y el modo de trabajar en grupo con la nube abre posibilidades a las empresas, según Carr. "La colaboración está en el centro del negocio, pero está constreñida por las aplicaciones tradicionales de las compañías, que tienden a funcionar aisladas, restringidas a un usuario o una empresa".
Un ejemplo: "Si quieres compartir un documento en un procesador de textos, con Word tienes que adjuntar el archivo a un email y enviarlo a varias personas y luego encargarte de editar cada uno", explica. "Con un procesador de textos online, como Google Docs, todos pueden trabajar en el mismo documento en línea. La gran ventaja de las aplicaciones online para los negocios, además de reducir los costes de licencias y mantenimiento, es hacer la colaboración más sencilla".
En cualquier caso, la desmaterialización de los bienes culturales y personales parece irreversible. "Habrá nube y almacenamiento local de bienes digitales", prevé Carr, "pero no creo que lo sólido tenga mucho futuro".
domingo, 10 de julio de 2011
Nada de agujas...
sábado, 9 de julio de 2011
La sensualidad de Van Dongen...
El Museo Picasso descubre la sensualidad de Van Dongen
La pinacoteca reúne un centenar de obras del pintor holandés en una retrospectiva hasta el 27 de septiembre
Es todo un descubrimiento que permite conocer no sólo la obra de un artista fin de siecle hasta ahora minusvalorado en las historias del arte, sino también, una biografia casi de película. Kees Van Dongen (Rotterdam, 1877-Mónaco, 1968) fue uno de los artistas más reputados del París de entreguerras, pero su fama y prestigio decayeron rápido hasta el punto de que hasta ahora, con la que hasta el 27 de septiembre le dedica el Museo Picasso de Barcelona, no se había ofrecido ninguna exposición retrospectiva de su obra en España. La que ahora presenta el Museo Picasso de Barcelona hasta el 27 de septiembre reúne un centenar de obras e incorpora al montaje que ha podido verse antes en el Museo de Bellas Artes de Montreal y el Museo Nacional de Mónaco un apartado significativo dedicado a su relación con Barcelona —en 1915 expuso en las galerías Dalmau— y con Picasso.
"El Kropotkin del Bateu-Lavoir", le llamaba Picasso cuando entre 1906 y 1909 le tuvo como vecino de estudio. Entonces Van Dongen era un apasionado anarquista que empezaba a poder vivir de su pintura (en sus inicios se dedicó a la ilustración gráfica en diarios satíricos) en la que predominaban los temas de prostitutas, artistas de circo, paisajes y retratos, si bien su gran tema fueron las mujeres, muchas veces desnudas, que mostraba de manera provocativa. Entonces acababa de abandonar la técnica puntillista y se había lanzado de pleno al colorismo extremo del fauvismo y del expresionismo, dos movimientos en los que militó aunque no fue en ellos primera figura. Centran, de todas maneras, el grueso de la exposición, organizada cronológicamente con especial énfasis en sus periodos vanguardistas.
Sus viajes por España y Marruecos en 1910 y 1911 abrieron una nueva etapa, pero no influyeron tanto como su contacto con la marquesa Luisa Casati, que le introdujo en la alta sociedad, a la que retrató ampliamente. Es la "epoca cóctel" (por las fiestas que organizaba en su estudio), en la que los colores se calmaron y las figuras se estilizaron para adaptarse a los gustos de sus clientes. Aún tenía éxito y cierta fama, pero la calidad de su obra decayó y la posteridad le pasó factura.
viernes, 8 de julio de 2011
El abrazo de los monstruos...
El abrazo de los monstruos
Las criaturas del dibujante y escritor Maurice Sendak han fascinado a varias generaciones. Sus monstruos buenos, que obedecen a un niño en busca de sueños, nos sumergen en una noche infantil de vampiros enamorados y otros personajes de los cuentos.
En el otoño de 1963, apenas unas semanas antes de que el presidente Kennedy fuera asesinado en Dallas, llegó a las librerías de Estados Unidos Donde habitan los monstruos, de Maurice Sendak. Se trataba de un libro ilustrado infantil en formato horizontal, algo poco frecuente en aquellos años. Aún más chocante y polémica resultó ser la trama en la que un travieso niño, Max, amenaza enrabietado con comerse a su madre y ésta le castiga sin cenar. ¿Un mocoso amedrentando a su madre? ¿Una madre perdiendo los papeles y dejando al crío sin cenar? Aquello estaba llamado a encender todas las alarmas y a convertirse en un éxito editorial sin precedentes.
"Cambió el paradigma", explica el experto en la obra de Sendak John Cech, profesor de la Universidad de Florida. "Instauró un nuevo tono que rompía con el conformismo de la década de los cincuenta. Aunque en América siempre nos ha gustado pensar que los chavales malos tienen buen fondo, y ahí está Tom Sawyer, hasta que llegó Max, los niños protagonistas de libros ilustrados eran flojos". Con su rebelde protagonista, Sendak recuperó la tradición del héroe clásico que emprende un viaje a tierras lejanas, se enfrenta a la aventura y regresa triunfante. Formalmente esta obra supo incorporar la tradición de libros ilustrados del siglo XIX y desarrollar un nuevo ritmo gráfico. Los bellos dibujos ganan espacio hasta rebasar incluso los márgenes en las escenas de juerga de Max con los monstruos, exentas de palabras.
El revolucionario libro fue un fenómeno sociológico desde el principio, y su popularidad no ha hecho más que crecer con los años. Ha sido una seña de identidad de la corriente contracultural de los años sesenta, un guiño progresista en versión libro infantil para niños. Y cuatro décadas después de su publicación, Donde habitan los monstruos mantiene intacta su categoría de icono cultural. Obama lo leyó en los jardines de la Casa Blanca a un grupo de escolares en Pascua y confesó que es uno de los favoritos de sus hijas. Se calcula que hay cerca de 19 millones de ejemplares en circulación en todo el mundo. La película dirigida por Spike Jonze -cuyo guión firma junto al escritor Dave Eggers-, una novela escrita por éste, un documental sobre Sendak -preseleccionado para los Oscar- y la primera exposición comercial en EE UU de sus litografías y bocetos en la galería Animazing de Nueva York han reforzado este año el tirón de un mito firmemente asentado. Al fin y al cabo, ya son varias las generaciones que han crecido gozosamente asustadas por los monstruos que el pequeño salvaje Max se topa en el viaje imaginario que emprende desde su habitación.
Sendak ha confesado que a él lo que le aterrorizaba de niño eran sus parientes. En ellos se basó para crear a sus monstruos. "Venían de Europa y pasaban por casa para comer los fines de semana. Tres tíos y tres tías que apenas hablaban inglés", ha explicado en varias entrevistas. "Te estrujaban la cara y pensaban que eso era un gesto cariñoso". Las escasas dotes de su madre en la cocina y el largo tiempo de espera le hacían fantasear con la idea de que podrían acabar pegándoles un bocado a él o a alguno de sus hermanos.
Hijo de inmigrantes judíos de Polonia, Sendak nació en Brooklyn en 1928. Su mala salud le mantuvo en casa muchas horas pintando. El irreverente Mickey Mouse de la primera época era su máximo héroe antes de que se convirtiera en "una cosa gorda y vacía". Autor de culto elevado a la categoría de héroe por su legión de seguidores, el humor y la sinceridad de Sendak, que se autodefine como un cascarrabias, son legendarios. Nunca ha dudado en expresar su desprecio hacia los padres que temen contar a sus hijos historias que puedan dar miedo. "Puedes decirles lo que quieras", afirma en el nuevo documental Tell them anything you want, "pero díselo sólo si es verdad". Autor e ilustrador de más de un centenar de libros, Sendak ha trabajado en proyectos televisivos, en óperas -una de ellas, adaptada con Tony Kushner-, e incluso diseñando escenografías de ballet. Desde hace décadas, el autor vive en Connecticut. En 2008, un año después de la muerte de su pareja durante más de 40 años, el psicólogo Eugene Glyn, hizo pública su homosexualidad en un artículo de The New York Times.
La historia de Donde habitan los monstruos arranca en la primavera de 1950. La librera jefe de la juguetería FAO Schwarz de la Quinta Avenida organizó un encuentro informal entre su vieja amiga la influyente editora Ursula Nordstrom y un talentoso joven del equipo de escaparatistas. No se equivocó. Tras aquella cita, Sendak obtuvo su primer contrato editorial. Pasó la siguiente década ilustrando los libros de otros y formándose bajo la atenta tutela de su mentora, que le animó incluso a viajar a Europa. La gran mujer que se esconde tras el enorme Sendak dirigió con audacia el llamado Departamento de Libros para Niños y Niñas desde 1940 en Harper's Collins. Cuando le preguntaron, años después, cuáles eran sus méritos para ocupar ese puesto, dado que ella no era bibliotecaria, ni había ejercido la docencia, ni tenía hijos, Nordstrom contestó: "Fui niña y no se me ha olvidado una sola cosa de aquello". Su lema fue: "Libros buenos para niños malos".
En febrero de 1963, Ursula escribió a Sendak animándole a emprender un nuevo proyecto: "Me encantó escucharte el otro día cuando estuviste en la oficina que deseas escribir e ilustrar tu propio libro en vez de hacer los dibujos para otra gente. Eso sería maravilloso". Sus palabras surtieron efecto y unas semanas después el autor compró unos cuadernos de espiral y empezó a trabajar con ahínco. El título provisional fue Donde habitan los caballos salvajes. "Dice que lo cambió porque no sabía pintar caballos", cuenta entre carcajadas el abogado Sheldon Fogelman, agente del autor desde los sesenta.
Aquellos bocetos y trabajos preliminares se conservan hoy en la librería Rosenbach de Filadelfia, la misma donde se encuentra la biblioteca de Herman Melville, un autor fetiche para Sendak. Los plazos de entrega de Donde habitan los monstruos se estiraron al máximo. La impresión fue a cuatro tintas, pero se logró mantener un precio asequible. Nordstrom mandó contrarreloj por mensajero unas galeradas para que el libro tuviera opción de entrar en las listas de los mejores del año. En 1964 recibió la prestigiosa Medalla Caldecott, el máximo galardón otorgado por los bibliotecarios estadounidenses, que asegura que un libro nunca quedará descatalogado. En 1970 ganó el Hans Christian Andersen y acabó por consagrarse a nivel internacional.
El éxito no estuvo exento de polémica. "Eso siempre favorece las ventas", afirma el veterano Fogelman. "Era algo tan distinto y poco convencional que en el Reino Unido tardaron tres años en sacarlo". La fama de este clásico de Sendak ha corrido en paralelo a la explosión que desde los sesenta ha experimentado la literatura infantil. "El sector ha cambiado en todos los sentidos, desde cómo se hacen los libros hasta en qué lugares se venden", explica el abogado. "Sendak hizo las cosas muy bien. Al sacar su siguiente libro, La cocina de noche, que también fue muy polémico, dijo que se trataba de una trilogía. Ha trabajado incesantemente y ha experimentado en otros campos. Es un gran artista".
El estudio y la fascinación por su obra se han expandido a todos los campos imaginables. Desde joyeros hasta académicos, pasando por cineastas, Sendak ha sido fuente constante de inspiración y estudio. Una de las últimas iniciativas ha sido terribleyelloweyes.com, una web que ha reunido el homenaje de más de un centenar de ilustradores internacionales a Donde habitan los monstruos. "Quería expresar mi devoción por esta obra, y como no sabía hacerlo con palabras, opté por los dibujos", explica el creador de este proyecto, Corey Godbey.
Símbolo de una época en la que EE UU experimentaba las revueltas por los derechos civiles y las protestas contra Vietnam, este libro infantil fue el himno de una generación. "Un par de años después de haber salido, te cruzabas con gente por la calle que parecían los monstruos", dice el profesor Cech. Sendak recordó a todos la valentía, audacia, rebeldía y fuerza de los niños. Ni juventud, ni adolescencia, Max demuestra que la infancia es la edad más osada y salvaje.
Donde habitan los monstruos. Texto e ilustraciones de Maurice Sendak. Traducción de Agustín Gervás. Alfaguara Infantil y Juvenil. 40 páginas. 13,45 euros. Crea y colorea. 4,50 euros. El libro oficial de la película. 11,95 euros. Libro-puzle con fotogramas de la película. 13,95 euros. Alla on viuen els monstres. Kalandraka. 15.00 euros. Los Monstruos. Dave Eggers. Traducción de Cruz Rodríguez Juiz. Mondadori. 192 páginas. 18 euros. La película Donde viven los monstruos, de Spike Jonze, se estrenó ayer. El documental Tell them anything you want, de Lance Bangs y Spike Jonze, es candidato a un Oscar. La exposición Sendak in Soho se exhibe en la galería Animazing de Nueva York hasta el 31 de diciembre. animazing.com/. www. La web terribleyelloweyes.com acoge trabajos inspirados en la obra de Sendak.
jueves, 7 de julio de 2011
La memoria es...
miércoles, 6 de julio de 2011
martes, 5 de julio de 2011
Una red para atrapar lectores...
Una red para atrapar lectores
Los jóvenes charlan con los autores, comparten entre ellos sus experiencias de lectura en los foros, las webs, las redes sociales, se declaran fans de personajes y sagas. Internet es ya una herramienta esencial para la promoción de los libros
Qué hace falta para que un libro juvenil triunfe? ¿Personajes en constante conflicto?, ¿fantasía?, ¿tensión sexual ? Si la receta del éxito fuera tan sencilla como la del huevo frito, todas las editoriales tendrían su propio Harry Potter. La ecuación literaria perfecta no existe, pero sí hay un ingrediente que hoy es imprescindible para que cualquier título venda: Internet. El monstruo que iba a abducir a los niños y acabar con la lectura. Ese mismo. Porque es en las webs, blogs y redes sociales, como Facebook, Tuenti o Twitter, donde los jóvenes se recomiendan un libro, lo encumbran con sus comentarios, donde se forman los grupos de fans y se genera y se ceba el fenómeno. "Es fundamental, la base. Puedes tener todo el dinero del mundo, pagar la campaña más cara para televisión y librerías y, aun así, no llegar a los lectores. Para hacerlo tienes que ir adonde están, y ahora mismo están todos en Internet", sentencia la responsable de marketing de Alfaguara Infantil, Rita López. Los datos le dan la razón. Casi el 70% de los adolescentes españoles prefiere navegar a ver la televisión y un 88% son usuarios habituales de Internet, según el informe La Generación Interactiva en España, de la Fundación Telefónica.
La editorial SM fue pionera a la hora de utilizar la Red como medio de promoción. Hace dos años, 20 días antes de la publicación de Dos velas para el diablo, su autora, Laura Gallego, abrió un blog en el que la protagonista de la novela narraba los acontecimientos previos a la historia que se desarrolla en el libro. Según su editora, Elsa Aguiar, fue todo un éxito y consiguió generar una gran expectativa. Ahora, para Bel: amor más allá de la muerte, de Care Santos, se ha puesto en marcha una página de MySpace, otra de Twitter y una web donde los lectores pueden descargarse gratis en su móvil los dos primeros capítulos de la novela. "Además, organizamos un concurso de versiones de la canción I'll be ok de McFly, que tiene mucho protagonismo dentro del libro, y hemos recibido más de 100 propuestas", relata Aguiar.
Alfaguara ha comprobado el poder de la Red a través de Crepúsculo, la tetralogía de la estadounidense Stephenie Meyer que, sólo en España, ha vendido 2,5 millones de ejemplares. "Hubiese sido un best seller de cualquier forma, pero Internet es la causa de que estuviese en la mesa de novedades de las librerías mucho tiempo más de lo normal", apunta López. Menos de tres meses después de que saliera el primer título, que da nombre a la saga, ya había más de 100 páginas en castellano dedicadas al libro y creadas por lectores. Su perfil en Facebook, que tiene 400.000 amigos, "es uno de los más grandes de España", según López. Baste decir que el del PSOE suma 11.200 fans.
Además, 70.000 usuarios se han registrado en Crepúsculo-es. Esta web es la más importante de las dedicadas a la tetralogía en España. Pero detrás de ella no está Alfaguara, sino un chico de 21 años llamado Javier Ruescas. En su página, se recomiendan novelas y se centralizan las quedadas para acudir a las presentaciones de libros e, incluso, para rodar falsos tráileres de las películas basadas en la saga. El primero lo montaron entre cuatro amigos en 2007. Al segundo, rodado en 2008, se presentaron "cientos de jóvenes" para los papeles secundarios, según cuenta Ruescas.
Pero en Crepúsculo-es se intercambia, sobre todo, información sobre los libros de Meyer. "En las páginas oficiales, pocas veces conseguimos contar algo nuevo que los fans no hayan descubierto por otra parte", confiesa Marta Vilagut, editora de Destino. Como muchos de sus colegas, reconoce que los lectores les tienen ganada la batalla en la Red. Normal. Según el citado informe de la Fundación Telefónica, un 40% de los adolescentes españoles gestiona su propia página o ha creado alguna vez contenidos digitales. Sus webs son más completas, tienen más visitas y, sobre todo, son mucho más interactivas.
Es el caso, apunta Vilagut, de Juvenilromantica, especializada en el género romántico y con presencia también en Facebook y Twitter. Regentada por tres chicas de menos de 25 años, cuenta con foros, una sección donde descargarse los primeros capítulos de casi 130 novelas y un listado con sus títulos preferidos: a la cabeza, El círculo de fuego (Salamandra), de Marianne Curley. El templo de las mil puertas es otra de las webs más influyentes. Se trata de una revista literaria online elaborada por Javier Ruescas, Carlota Echevarría y otros siete jóvenes. Cada mes, 15.000 internautas de España y Latinoamérica se descargan su magazine. "Nos dimos cuenta de que los consumidores de literatura juvenil era muchos y muy interesados en el tema, pero también muy olvidados por todas las publicaciones del sector. Llevamos ya dos años y trece números, y la cantidad de visitas que recibimos nos da la razón", cuenta Ruescas.
Para Elsa Aguiar, de SM, una de las claves del éxito de estas páginas está en que ponen en contacto a chicos con los mismos gustos a través del mundo. "A esta edad la pertenencia a un grupo es muy importante e Internet les permite integrarse en pequeñas sociedades donde comprenden sus pasiones. Y eso engancha". Laura Gallego cuenta, por ejemplo, que de su web no sólo han salido amistades sino también parejas.
Además de en sus numerosos lectores, el poder de estas páginas está en su influencia. Como aseguran desde Alfaguara, los jóvenes no leen los libros que les recomiendan sus padres, sus profesores o sus presentadores preferidos. Leen lo que sus amigos les aconsejan. Ellos son sus propios prescriptores. Y, sí, claro que se aconsejan de forma tradicional, mediante el boca a oreja, pero también y, sobre todo, pantalla a pantalla, una fórmula que multiplica por mil la velocidad de propagación de cualquier información. "Es tan sencillo como que, si te ha gustado una novela, se lo puedes comentar a cuatro amigos tomando un café, pero si escribes un comentario en Internet, lo leen 200 personas", explica Javier Ruescas. Aguiar lo tiene claro: "Una entrevista a un autor llega tres veces mejor a nuestro público potencial a través de un blog de fans que si se publica en cualquier medio convencional".
Las páginas oficiales, como reconoce López, tampoco pueden competir con los entregados fans. Las editoriales han decidido unirse a ellos. Por ejemplo, Alfaguara ha creado una web, un perfil de Tuenti y otro de Twitter de la serie Ghost Girl, de Tonya Hurley. Pero, además, colabora con las páginas no oficiales mandándoles en primicia las portadas de las nuevas entregas o regalándoles ejemplares para que organicen concursos.
En Destino también están en contacto con los fans de Crónicas vampíricas. La novela de L. J. Lewis fue el primer libro que la editorial decidió promocionar sólo a través de Internet. Y es que, en palabras de Juan Milá, editor de Salamandra, a partir de los 11 años, cada vez es más difícil que los jóvenes busquen información en la librería. "Saben el título que quieren y van a tiro fijo, ya no se paran a ojear o a mirar más allá", asegura. Aun así, su sello reserva las acciones en la Red para aquellos libros que creen que pueden funcionar peor en los estantes como la serie Cherub, de Robert Muchamore Kilgore. "En la editorial todavía cuesta hacer entender la necesidad de tener a un equipo que alimente y controle los sites. Pero es imprescindible y estamos en la batalla", explica Vilagut.
Así, Internet se ha revelado como una herramienta casi fundamental para las editoriales, pero también para los escritores. David Lozano es el autor de la trilogía La Puerta Oscura (SM) y tiene una página personal y un perfil de Facebook abierto a sus lectores, que, además, pueden comunicarse a través una página oficial, otro perfil de Facebook puesto en marcha por la editorial y un fotolog (blog fotográfico). "Es muy útil porque te ayuda a conocer mejor a tu público. Trato de responder todos los mails que me mandan y entre el correo y los foros puedo saber, por ejemplo, qué personaje les gusta más, qué esperan de la próxima entrega... Compartir la experiencia de la lectura con ellos no tiene precio", explica Lozano.
Una de las autoras más ciberactivas es Laura Gallego. En su web está prohibido escribir en formato SMS. Es decir, con elipsis, obviando la ortografía y causando lesiones irreversibles en la córnea del lector maduro. La escritora adelanta detalles de sus próximas obras y les mantiene al día de los lanzamientos, firmas... En sus foros bulle y se multiplica la pasión por Memorias de Idhun, que ha vendido más de 400.000 ejemplares, y por el resto de sus obras.
También Stephenie Meyer atizó el fenómeno de Crepúsculo desde Internet. Antes de que su obra se adaptase al cine, la autora colgaba personalmente noticias en su página y charlaba con sus lectores a través de los foros. "Yo mismo llegue a hablar con ella de esta forma", cuenta Javier Ruescas, que aún recuerda cuando en 2006 la escritora se paseó por el centro de Madrid en compañía de sus fans españoles. Eso fue antes de que la revista Forbes la señalara como la cuarta mujer mejor pagada de Estados Unidos.
La primera del Reino Unido durante mucho tiempo, J. K. Rowling, alimentó una web en la que dedicaba gran parte de sus entradas a desmentir rumores que circulaban por Internet. Como que Harry Potter se fusiona con Voldemort (su antagonista) al final del séptimo y último libro. Éste se publicó en 2007 y ella dejó de postear en 2008. Aun así, en las páginas de los fans, como Harrylatino, continúan organizando quedadas, discuten sobre el libro y mantienen viva a través de Internet la saga. Otro fenómeno, el de la resurrección digital después de la muerte en papel, cada vez más común. Pero eso es otro reportaje.
Página a Página
El diario de Cat: www.eldiariodecat.grupo-sm.com
'Bel: Amor más allá de la muerte': www.belamormasalladelamuerte.com
'Crepúsculo': www.lasagacrepusculo.es - www.crepusculo-es.com
'Juvenilromantica': www.juvenilromantica.com
'El templo de las mil puertas': www.eltemplodelasmilpuertas.com
Laura Gallego: www.lauragallego.com
'Ghost Girl': www.ghostgirl.es
'Crónicas vampíricas': www.cronicasvampiricas.com
'Cherub': www.cherubcampus.es
'La puerta oscura': lapuertaoscura.grupo-sm.com
David Lozano: davidlozano.net
Stephenie Meyer: www.stepheniemeyer.com
J. K. Rowling: www.jkrowling.com/es
'Harrylatino': www.harrylatino.com
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