miércoles, 12 de octubre de 2011
Ingrid, un lugar para los amigos
Ingrid, un lugar para los amigos
Una película y una muestra exploran las posibilidades artísticas y el narcisismo de las redes sociales
Es fotógrafa, odia las puertas y le gusta la música de Krakovia y los dibujos de MagicoMora, artistas más o menos ajenos a los circuitos establecidos que, como ella, pueblan MySpace y otras comunidades virtuales. Se llama Ingrid y también es guapa y suficientemente narcisista para convertirse, a sus 24 años, en la principal protagonista de su obra. Imágenes que van desde la inocencia naïve hasta las más consolidadas estrategias eróticas de seducción visual. De todo esto y mucho más nos enteramos en su MySpace, contenedor de fotografías, música, trabajos y pensamientos, donde se difuminan los límites entre obra y vida, público y privado, material e inmaterial.
Ingrid es un típico espécimen de la denominada generación Y, comunidades de jóvenes artistas que viven y trabajan en Internet, indiferentes a las leyes del mercado y del mundo del arte. Que sea un personaje de carne y hueso o ficticio es secundario, lo que importa es su identidad en la Red, una identidad que puede desaparecer sin dejar rastro en cuanto su propietario se canse de ella.
Eso fue lo que pasó en la vida real al cineasta catalán Eduard Cortés, quien chateó durante meses con alguien que de pronto desapareció de la Red y de su vida, sin que él consiguiera volver a encontrarle a pesar de todos sus esfuerzos. De esta experiencia ha surgido un proyecto artístico, formado por una película, una exposición y dos espacios virtuales en Internet. Ingrid, la película, se estrenará en septiembre en festivales y salas comerciales y simultáneamente se ofrecerá en Internet para su descarga gratuita. "Es un error pensar que así la gente no irá al cine, al contrario creo que es un incentivo para que deje la pantalla del ordenador por la del cine", asegura Cortés.
Mientras tanto, el Palau de la Virreina de Barcelona acoge hasta el 21 de junio la exposición Ingrid Last Login, que plasma el proceso de creación del personaje ficticio de la protagonista: una chica con flequillo y mirada enigmática, símbolo de un colectivo de jóvenes creadores, que alimenta centenares de blogs. Fotógrafos como Cordelia, Lenoir o MuteBox, performers como LadyPain o Lyona, y músicos como Russian Red, Manos de Topos o Love of Lesbian, demuestran que Internet ha otorgado una inesperada visibilidad a nuevos artistas. Para Cortés, elegirles y convencerles para salir del espacio virtual no fue cosa fácil. "Al principio no les interesaba. Buscan otras formas de reconocimiento, miden su éxito en acceso a sus web, verdaderos referentes globales, que superan ampliamente el millón de visitas mensuales", afirman Xavier Atance y Sole Fernández, comisarios de la exposición, que reúne y analiza el entorno creativo de la generación Y, "formado por jóvenes individualistas, infieles, creativos, espontáneos e inquietos, en permanente evolución, así como sus obras son permanentes work in progress".
En el filme tan sólo hay tres actores profesionales, todos los demás son bloggers que se interpretan a sí mismos, aunque según el guión y los diálogos de la ficción imaginada por Cortés, que empieza en el loft de Ingrid. Este espacio, recreado en la sala de exposiciones, acoge ensayos de grupos musicales, performances y otros eventos, que no se anuncian en los canales tradicionales, sólo a través del boca a boca virtual: blogs, redes sociales y alrededores. Mientras llega la película, para entrar en el mundo de Ingrid, además de la muestra, que naturalmente tiene su versión virtual (www.ingridlastlogin.es), está el MySpace de la fotógrafa (www.myspace.com/x_ingrid_x), donde exhibe permanentemente sus gestas cotidianas. "Ingrid es una voz que habla de la necesidad de explorar nuestros límites como artistas", concluye Cortés.
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