sábado, 31 de diciembre de 2011

Si Nietzsche tiene razón...


Si Nietzsche tiene razón en que avergonzar a un hombre es matarlo, entonces toda tentativa honrada de autobiografía será un acto de autodestrucción.

Camus

viernes, 30 de diciembre de 2011

Next generation...


Cinco de los escritores más destacados de la 'Next generation' De izquierda a derecha, David Sedaris, Chuck Palahniuk, Michael Chabon y Jonathan Lethem. Agachado, David Foster Wallace. Cinco de los más destacados integrantes de la Next generation

jueves, 29 de diciembre de 2011

Gran ganga en Teherán...


Gran ganga en Teherán

En Irán, ser músico puede costarte la vida. La película Nadie sabe nada de gatos persas, de Bahman Gohbadi, nos adentra en el submundo de sus bandas indies.

Mete una cinta en el radiocasete de su utilitario de color rojo: "¡Eva María se fue buscando el sol en la playa! ¡Con su maleta de piel y su biquini de rayas!". La música se escapa por las ventanillas del coche, pero se corta repentinamente tras un gesto violento, rápido, un acto reflejo que saca la cinta rápidamente. Junto al semáforo hay un grupo de policías, y esto es Teherán, la urbe de hormigón capital de Irán, un país en el que la música occidental con letra está prohibida y el lugar donde casi es una ofensa escuchar cantar a una mujer.

El protagonista de esta anécdota real es un gato persa, un estudiante de español en la Universidad de Teherán que se gana un sueldo como guía en su ciudad. Casi suplica cintas y discos a los turistas que visitan su ciudad y —no es broma— no ha escuchado nunca a The Rolling Stones. A gente como él ha dedicado Bahman Gohbadi su última película, Nadie sabe nada de gatos persas, una cinta a caballo entre el documental y la ficción en la que el director de origen kurdo y amante de la música baja a las catacumbas y los sótanos de su país para enseñarle al mundo que en los subsuelos de Irán se esconden más de mil grupos de jóvenes empeñados en hacer música indie pese a estar perseguidos por el régimen islamista que gobierna en el país.



"Bajé a esos sótanos y encontré un mundo raro, pero arrebatador por lo que tiene de diferente", explica el director, galardonado en el Festival de San Sebastián de 2004 con la Concha de Oro por Las tortugas también vuelan. "Accedemos a ese mundo a través de sus auténticos protagonistas, músicos reales que han tenido que largarse de su país para poder expresarse. La música es una expresión artística que en su génesis supone ser compartida. A estos héroes, sin embargo, casi nadie les escucha. Cuando me metí en ese mundo supe que tenía que contar esta historia", afirma Gohbadi, que sabe perfectamente lo que se juegan estos artistas por el simple hecho de llevar dentro el veneno de la música.

El actor y compositor musical Ashkan Koshanejad, que protagoniza esta película, insiste en que todo lo que se ve en la cinta "es real y ha ocurrido": las palizas, los decomisos de instrumentos, la ocultación y la persecución. "Las localizaciones también son reales, y la gente ha vivido lo que allí se ve", continúa. "Hasta la forma en la que ha sido hecha la película es underground. La hicimos en 17 días, con furia y rapidez. La vivimos según la filmábamos. El director hasta mintió al solicitar los permisos para grabar, las autoridades creían que se estaba rodando otra película", concluye. Hasta Roxana Saberi, coguionista de la historia y mujer del director, pasó cinco meses en la cárcel por sospechosa de escándalo público.



En Irán se hace buena música indie, y no hay más que ver esta película divertida y rebelde para darse cuenta de que muchos jóvenes que se pasan de mano en mano el New Musical Express como si fuera un objeto de lujo no pueden ni siquiera cantar "gran ganga, yo soy de Teherán". Pero lo hacen a escondidas, en el subsuelo.

Nadie sabe nada de gatos persas se estrena hoy en España.

EL PAIS

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Enfadarse con la persona adecuada...

“Enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, ciertamente, no resulta tan sencillo”
Aristóteles

lunes, 26 de diciembre de 2011

Himmler, pureza de sangre total


Himmler, pureza de sangre total

La Fundación José María Castañé dispone del informe genealógico que demuestra la raza sin mácula del jefe de las SS a través de 350 antepasados

A Heinrich Himmler le gustaba predicar con el ejemplo. Si para pertenecer a las SS su responsable exigía que ni una sola gota de sangre no aria se hubiera mezclado en el pasado de sus miembros al menos durante cinco generaciones, él, que fue cerebro del genocidio, no iba a ser menos. Por eso se fabricó un impecable informe genealógico en el que demostraba a través de 350 antepasados su pureza a lo largo de cuatro siglos.

El documento está a disposición de los historiadores en la sede de la Fundación José María Castañé, en Madrid, dedicada al estudio de los conflictos que han asolado el siglo XX. En él se pueden apreciar cosas escalofriantes. La obsesión maniaca por la pureza parece muchas veces atributo de los débiles y los acomplejados. Himmler lo era. Además, debía hacer alarde de esa teórica pulcritud cuando decidió crear, con el aplauso de Hitler, la Sociedad de Herencia Ancestral (Ahnenerbe). Ésta debía demostrar por medio de la genealogía la supremacía absoluta de los arios.

Para esbozar y poner en marcha un programa como el exterminio de millones de judíos, gitanos, homosexuales, discapacitados psíquicos y comunistas hay que padecer desarreglos mentales serios. De niño enfermizo y joven no apto para la carrera militar, Himmler acabó un tiempo como ingeniero agrónomo y experimentador de razas superiores de gallinas en granjas como la que poseía en Gmund (Tegernasee).

De ahí pasó a la aristocracia del nazismo y a hombre de confianza -aunque no de la entera simpatía- de Adolf Hitler. Al Führer alemán llegaron a resultarle cargantes sus obsesiones por el glorioso pasado ario, algo que Himmler heredó de las prédicas paternas. La huella del viejo Gebhard en ese campo fue determinante a lo largo de su vida. Su padre, un maestro protestante y trepador social, según sostiene Peter Longerich en su monumental biografía sobre el dirigente nazi, publicada en España por RBA, era un obseso de las leyendas germánicas. A Hitler, aquel personaje con un entusiasmo racial desbordante le pareció el hombre indicado para limpiar Europa de impurezas sanguíneas.

Pero para esa tarea debía demostrar un linaje ejemplar. Por ello, Himmler mandó elaborar un informe exhaustivo de sus antepasados. Tres años tardaron los expertos en tenerlo listo. El documento llega a 1936 y se remonta hasta 1530. En aquel año se encuentra el primer rastro de un Himmler: Valentín, en Burgbernheim. La lista sigue su rastro a través de 174 localidades alemanas donde hay pistas del apellido.

"Podríamos considerar Franconia como el solar del origen de los Himmler", se lee en el informe, firmado por un tal Bergmann, alférez y ayudante de las SS. Pero en las conclusiones también llama la atención sobre posibles sombras. Se remontan al siglo XVIII, concretamente a 1727, donde aparece un Johann Leonhard Kuhn, dedicado a la construcción de molinos. Pero... falsa alarma. "Podemos eliminar todas las dudas en torno a la familia Kuhn, un nombre que presenta similitudes con una raíz judía: Cohen, que significa sacerdote, vocablo que dio origen a varios nombres típicos judíos en Centroeuropa", se recoge en el informe.

Aunque inmediatamente resuelve el dilema. La solución es fácil. Lo entronca con una rama aria muy conveniente a las aspiraciones de Himmler: "El nombre de Kuhn puede ser adscrito también a la etimología germánica que significa valiente. Los Kuhn, Cun, Cohn, son oriundos de las cercanías de Ansbach y bastante numerosos allí".

La obsesión de Himmler en estos asuntos fue enfermiza. Las reglas de pureza para sus subordinados eran propias de un sistema delirante. Además de legislar sobre ellas, figuraban en las reglas internas de las SS. Obligaba a sus miembros a tener al menos cuatro hijos. Y no con cualquiera. Las normas para el matrimonio eran tan estrictas que en 1937 llegó a acumular 20.000 solicitudes no resueltas. Su determinación se enmarca dentro de una estricta filosofía: "La SS es una Orden militar nacionalsocialista de hombres de determinación nórdica y una comunidad de clanes conjurados. Conforme a nuestras leyes, la novia, la mujer, pertenece a esta comunidad, a esta Orden de las SS del mismo modo que el hombre. Tengámoslo claro: sería insensato reunir primero la buena sangre de toda Alemania y dejarla luego casarse y dispersarse en familias como se le antoja".

Lo que vale para los padres vale para los hijos. Así que los nuevos vástagos de las SS debían ser bautizados con ritos teutónicos. En la Fundación José María Castañé también se halla un documento que da fe del nacimiento de Thorisman, el tercer hijo de Himmler, el 14 de enero de 1936. El encargado de la ceremonia cubrió al niño con el vínculo azul de la vida y, tras pronunciar unas palabras tradicionales, tomó un vaso que representaba al Santo Grial -otra de las obsesiones de Himmler, que lo buscaría en el monasterio de Montserrat-y dio de beber al padre. Después le puso un anillo. "Niño, debes llevar este anillo de la parentela de las SS, del linaje de Wolff, cuando te muestres digno como joven de las SS y de tu parentela".

domingo, 25 de diciembre de 2011

Vidas 2.0

¡Necesito más vidas! Una para Twitter, otra para Tumblr, otra para los blogs, otra para los libros y unas horas para dormir.
Mer

viernes, 23 de diciembre de 2011

¿Quién manda en Internet?


¿Quién manda en Internet?

Europa y EE UU debaten si los proveedores de conexión pueden priorizar un tráfico sobre otros. Tras esta demanda puede haber ambición de monopolio

¿Quién manda en la Red? Las empresas de telefonía y cable ofrecen conexiones a Internet de pago. Los proveedores de contenidos, como Google o Yahoo, aportan la información, financiándose con la venta de publicidad. Los usuarios pagan por su acceso a la Red y, con sus visitas, generan tráfico e incrementan los ingresos publicitarios. En esta cadena de servicios, ¿quién gestiona el tráfico online? ¿Quién tiene el derecho de aligerar o ralentizar las conexiones? ¿De quién es Internet?

De momento, quienes pueden gestionar físicamente la Red son los proveedores de Internet. En España, lo hacen empresas como Telefónica, que ofrecen conexiones y cobran por ellas. Con la generalización de la Red, esos proveedores denuncian que se les niega una oportunidad de negocio: los usuarios usan Internet como desean, los proveedores de contenidos se enriquecen a sus expensas, y pese a ello, sus ingresos se mantienen planos.

Ese enfado lo expresó el presidente de Telefónica, César Alierta, en febrero. "Es evidente que los buscadores de Internet utilizan nuestra red sin pagar nada, lo cual es una suerte para ellos y una desgracia para nosotros. Pero también es evidente que esto no puede seguir. Las redes las ponemos nosotros; los sistemas los hacemos nosotros; el servicio posventa lo hacemos nosotros. Esto va a cambiar, estoy convencido", dijo.

El Gobierno de Francia ha lanzado una consulta popular para recabar la opinión de la ciudadanía al respecto, y Bruselas espera debatir un modelo para Europa antes de verano.

Alierta representa los intereses de los proveedores de conexión, quienes no sólo piden que se cobre a las empresas de contenidos. También reclaman la capacidad de gestionar sus redes, aunque suponga cierta discriminación contra ciertos usuarios. Hay ya un pronunciamiento judicial sobre el asunto en Estados Unidos. El 6 de abril, un tribunal sentenció que el Gobierno no tiene derecho a obligar a las empresas de telefonía y cable a que sean neutrales a la hora de tratar a sus clientes. Es decir, un proveedor (como Telefónica o, en EE UU, Comcast) tiene el derecho a discriminar a un usuario que use programas que ocupen mucho ancho de banda.

Comcast, la mayor operadora de cable de EE UU, comenzó en 2007 a ralentizar el tráfico de usuarios que ejecutaran frecuentemente programas de intercambio de archivos P2P. Uno de ellos, Raam Dev, de 28 años, hizo una prueba con su conexión. Era cliente de Comcast desde hacía cuatro años. Comenzó a utilizar el programa de intercambio de archivos BitTorrent y notó una gran ralentización. Decidió usar un programa para medir la velocidad de las descargas. Pasaron de 18.878 a 4.500 Kbps [kilobits por segundo], después de que se bajara un archivo legal a través de un torrent

"Repetí el experimento una media docena de veces", explica. "En cada ocasión, mi conexión se ralentizó de forma considerable, después de que pasara unos cuatro o cinco minutos descargando de un torrent, y luego regresaba a la normalidad después de 20 o 25 minutos". Hace años que dejó de ser cliente de Comcast, pero sigue indignado por esa política. "Es como si la compañía telefónica distorsiona las llamadas cuando sus clientes hablan de asuntos que a la firma no le gustan. Es absurdo".

Lo mismo opina la agencia del Gobierno que regula las comunicaciones de EE UU, la Federal Communications Commission (FCC), que en 2008 amonestó verbalmente a Comcast por ralentizar según qué tráfico. El entonces presidente de la Comisión, Kevin Martin, dijo: "¿A alguien le agradaría que el servicio de correos abriera su correspondencia y decidiera que no quiere molestarse en entregarla, devolviéndosela al remitente con la excusa de no haber encontrado al destinatario?".

Comcast se justificó diciendo que esas medidas correspondían a una mera "gestión de la red". "La gran mayoría de los 9.000 millones de protocolos de control de transmisión de redes P2P que se dan en la red de Comcast no se ven afectados por esa medida", explicó Sena Fitzmaurice, portavoz de la firma. "Sólo entre un 6% y un 7% de nuestros clientes utilizan P2P semanalmente".

A lo largo de los años, se han creado dos bandos en la batalla por la neutralidad en Internet. Por un lado, las empresas proveedoras de contenido online, como Google, Amazon o Skype, apoyadas por la Administración Obama. Por otro, Comcast y los otros grandes proveedores, como Verizon o AT&T, que consideran que la infraestructura es suya y pueden hacer lo que quieran.

Hasta los padres fundadores de Internet se significaron, mandando, en octubre, una carta abierta a la FCC. "Creemos que las propuestas de neutralidad en la Red de no discriminación y transparencia son componentes imprescindibles de una agenda de políticas públicas centrada en la innovación que necesita esta nación", dijeron, entre otros, Vint Cerf, el vicepresidente de Google.

Durante meses, la batalla parecía favorable a un bando. La neutralidad en la Red se imponía. Hasta tal punto que el pasado 22 de octubre la FCC presentó sus principios para lograr la neutralidad total de Internet. Entre sus más novedosas propuestas, tres: que los proveedores de Internet no puedan impedir que los usuarios compartan información legal en la Red; que respeten la libre competencia entre proveedores de contenidos, sin favorecer a unos u otros, y que informen al Gobierno y a sus clientes de cómo gestionan sus redes.

Obama dijo, días después, que no podía estar más de acuerdo. "Ese es el papel del Gobierno: invertir para incentivar la innovación e imponer normas de sentido común que aseguren que existe un campo de juego nivelado".

El ascenso de la neutralidad parecía inevitable, hasta que el pasado día 6 un juzgado de Washington sentenció que el Gobierno no tiene derecho a dictar a los proveedores de banda ancha cómo deben gestionar sus redes, y que FCC se había excedido en sus competencias. Hay un motivo principal para ello: según la ley de telecomunicaciones de 1996, Internet es un servicio de información, no de telecomunicaciones. La FCC sólo puede regular servicios de telecomunicaciones (telefonía, emisión de radio, satélite, cable coaxial).

Las firmas telefónicas y de cable se han felicitado por esta victoria legal. Ni el Gobierno ni la FCC han reaccionado todavía. Los líderes demócratas en el Congreso, sí. Y han anunciado que intentarán reclasificar Internet y ponerlo en la categoría de la telefonía. Entre ellos, el senador por Massachusetts, John F. Kerry: "La FCC debe tener autoridad legal al respecto y un cambio semejante sería coherente con la historia de las telecomunicaciones en EE UU".

"Más bien al contrario", opina el investigador asociado a la Facultad de Derecho de la Universidad de Stanford Larry Downes. "Si el Gobierno gana la capacidad de regular Internet, puede imponer tarifas y precios, lastrando el mercado. Ese tipo de regulación se aplicaba el siglo pasado, cuando había un monopolio legal en la telefonía, algo que sucedió hasta 1984. Además, implica que los Gobiernos estatales y locales pueden imponer también impuestos y tarifas, haciendo que los servicios se encarezcan".

"¿Si algo funciona, por qué tocarlo?", explica Downes. "A pesar de esos casos aislados, Internet funciona de forma imparcial. Desde nuestras conexiones, podemos acceder a cualquier web del mundo, siempre que no haya censura. Es anacrónico que el Gobierno federal quiera erigirse como un policía de la Red, intentando solucionar un problema antes de que exista".

Por motivos comerciales, lo mismo opinan los proveedores. En febrero, dos de las grandes operadoras, AT&T y Verizon, redactaron una carta abierta en la que decían que reclasificar los servicios de Internet sería una medida "extremista". "Este drástico giro en la normativa sería insostenible legalmente, y, como mínimo, hundiría a la industria en años de litigios y caos regulatorio". Era un aviso.

El caso de Comcast es, sin embargo, aislado. Ese tipo de ralentización o bloqueo de las conexiones sólo ha ocurrido con otra empresa, Madison River Communications, en 2005. "El riesgo de que una compañía ralentice el tráfico de sus usuarios está siendo exagerado", opina Robert Litan, economista y abogado del centro Brookings de Washington. "El mercado de Internet en EE UU es muy competitivo. Las empresas ofrecen servicios cada vez mejores por precios cada vez más módicos. Sólo por la mala publicidad que conlleva, es poco probable que Comcast vuelva a acometer una medida semejante".

Entonces, ¿es éste un debate meramente teórico? ¿Es algo que sólo vaya a definir cómo los ciudadanos navegan por la Red? Los proveedores de conexión y muchos analistas opinan que no, y apuntan hacia un sector específico que ha abierto el debate y que se beneficiará de una normativa como la propuesta por Obama: las firmas que ofrecen contenidos, como Google, Microsoft, Yahoo o Amazon. Puede, dicen, que ese angélico apoyo a la neutralidad, la libertad, la transparencia en Internet esconda intereses comerciales.

"Las empresas que crean aplicaciones, como Google, Amazon o Ebay, son las grandes beneficiarias de la neutralidad", explica Downes, de Stanford. "Con estas iniciativas, se aseguran, de forma preventiva, que ganarán la mano a los proveedores de conexión. En realidad funcionan como un lobby: fuerzan un tipo de legislación para beneficiarse de ella. Pero lo cierto es que el control gubernamental de la Red sólo perjudicaría a la competitividad en el mercado. ¿Qué interés tienen las empresas de cable y telefonía en mejorar las infraestructuras si no pueden obtener un beneficio adicional por ello?". Es decir, si Google y otros pagan por usar la Red, Comcast y Telefónica tendrán más incentivos para mejorar sus infraestructuras, beneficiando finalmente al usuario.

Las organizaciones ciudadanas que abogan por la imposición de una neutralidad lo hacen citando otras posibles consecuencias. "Entendemos que las empresas quieran hacer dinero", explica Liz Rose, portavoz de Free Press, que demandó a Comcast en 2007, por el caso que ahora se ha fallado en Washington. "Lo que queremos es que los consumidores tengan derechos. Ninguna empresa telefónica o de cable debería censurar lo que los internautas comunican a sus amigos. Según están las cosas hoy, puede hacerlo. Comcast no debería ser capaz de censurar creencias políticas en la Red y lo es. No debería ser capaz espiar las comunicaciones de sus usuarios y vender la información a empresas publicitarias".

La mención de la publicidad no es casual. Y puede que, eventualmente, el debate de la neutralidad en la Red se centre en los ingresos por publicidad. Comcast está en una posición comprometida. En diciembre, General Electric anunció su intención de venderle parte del conglomerado multimedia NBC. Eso significa que la mayor operadora de cable del país dispondrá también de una gran plataforma de contenidos que incluye cadenas televisivas como NBC, Bravo o SyFy.

Con esto, si Comcast decide priorizar un tráfico en sus redes sobre otro, y si tiene el derecho de hacerlo, ¿quién le impide hacer que el contenido de sus canales y sus web se cargue más rápido que las de la competencia y obtener más ingresos por publicidad?

En este delicado equilibrio que es la arquitectura comercial de la Red, el concepto de neutralidad es tan complejo como cambiante. Dice servir a los ciudadanos, pero no es un asunto, exclusivamente, de libertades civiles. Se apoya en unos intereses económicos subyacentes. En medio de la polémica, EE UU puede erigirse como un paradigma de intervención gubernamental, algo que no sucede muy a menudo.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Demostraciones


Querer demostrar que Dios existe con la Biblia es como querer demostrar que Supermán existe con un cómic.
Proof

miércoles, 21 de diciembre de 2011

La otra Piedad de Kordian Lewandowski...


Basada en la famosa obra escultòrica “La Piedad” de Miguel Angel,el artista Kordian Lewandowski ha recreado en espuma de poliestireno èsta maravillosa escutlura dramàtica y arte renacentista cuyos protagonistas son Mario Bros y la princesa.Os aconsejo que echèis un vistazo a la web del autor para poderla ver en todo su esplendor.

Kordian Lewandowski



martes, 20 de diciembre de 2011

Editar, casi un acto de amor...


Editar, casi un acto de amor

Una nueva estirpe barcelonesa de fanáticos de los libros demuestra que no se necesita ni una mesa para administrar exitosamente una editorial independiente.

Si, tal como rezaba un célebre grupo de Facebook, en Madrid escupes por la ventana y le das a un estilista, muchos aseguran que en Barcelona ese lardo le caería a un editor. La ciudad que vio triunfar a santidades de la profesión como Herralde o Tusquets vuelve a ser el punto cero de un fenómeno editorial, el de los nuevos sellos independientes españoles, que traspasa las fronteras autonómicas (con casos modélicos como el de las madrileñas Impedimenta y Nórdica Libros o la cacereña Periférica).

Abanderados por Minúscula, una editorial fundada por Valeria Bergalli en 2000, un puñado de editores barceloneses que apenas supera la treintena se ha ido abriendo hueco mientras las casas consagradas dormían la siesta del héroe. En 2006, la diminuta Libros del Asteroide reventó todas las expectativas vendiendo más de 20.000 ejemplares de El quinto en discordia, de Robertson Davies. Y todas las demás lo pudieron tomar como un premio. "La clave de que ahora haya tantas editoriales pequeñas está en que la estructura que se necesita es mínima. Con un ordenador y cuatro cosas más puedes editar un libro. Nosotros cuando empezamos éramos uno y medio", explica Diana Zaforteza, de 30 años, fundadora de Ediciones Alfabia, una de las últimas editoriales catalanas en romper el huevo.

Para su presentación en sociedad el año pasado no quería un título cualquiera, se empeñó en conseguir una joya que sus antecesores llevaban cuarenta años persiguiendo: unos diarios inéditos que Andy Warhol escribió entre 1960 y 1968 y cuyos derechos guardaba celosamente Rosalyn Cole, una travesti de la Factory que nadie había logrado cazar. Aconsejada por el fundador de Anagrama, Jorge Herralde, se plantó en Nueva York y la rastreó hasta dar con ella en el hotel Waldorf Astoria, su hogar desde el día que nació. Qué le dijo a Rosalyn para convencerla es parte del misterio, pero Zaforteza volvió a España con los diarios en el bolso. Popism: The Warhol sixties pasó de ser un capricho imposible a convertirse en el primer título de su catálogo, que fue reseñado en todo medio que se preciara de enterado. ¿Necesitó un esforzado departamento de prensa para un lanzamiento así? "Qué va, la prensa también la llevo yo misma", aclara.

Tal austeridad de recursos explica por sí sola el paradigma del joven profesional de la edición, lo que ellos llaman el editor portátil. Se trata de aquel individuo que, Mac bajo el brazo, se recorre cafeterías y parques del mundo, viajando y editando al mismo tiempo. "Yo muchas veces trabajo en la furgo", cuenta Jan Martí, de 28 años, fundador de la también catalana Blackie Books y voz de la banda de rock Mendetz. "Aunque vayamos a tocar a otra ciudad no dejo de currar en la editorial, puedo hacer casi todo desde donde esté". Creó su propio sello (que ha alcanzado los 15.000 ejemplares vendidos con Los Simpson y la filosofía, de William Irwin) después de dedicarse a traducir mapas y libros de autoayuda para grandes editoriales. "Lo primero que pensé es que había que hacer libros más bonitos, que molara tener y que le quisieras recomendar a un amigo para descubrirle algo que desconocía. Editar es casi un acto de amor". Y ese mismo romanticismo le impide digerir bien el sabor rancio que le inspira la palabra editor. "Me gusta más el nombre de selector, que es como llaman en México al dj", apunta.

"Son grandes exploradores, consiguen encontrar cosas que habían pasado inadvertidas para sus antecesores. Están descubriendo títulos de hace 25 años que hoy se leen sin resultar añejos", dice Javier Cambronero, de UDL Libros, distribuidor de Alfabia o la madrileña Errata Naturae, entre otras. No hay miedo a la profanación, en sus catálogos conviven autores vivos y muertos. Vivos quiere decir escritores incluso más jóvenes que ellos, a los que pueden conocer cualquier noche tomando copas. Y muertos quiere decir Faulkner.

Tener al autor de El ruido y la furia y a Lou Reed en el mismo catálogo es un triunfo para una editorial como Alfabia, la elegida por el líder de The Velvet Underground para publicar la versión en español de unos textos inéditos. El músico neoyorquino quería una editorial indie, por los mismos principios por los que muchos compradores de discos se fían de su sello predilecto, por afinidad.

Se acabó el perfil del editor que recibe ortodoxamente manuscritos en su oficina. El nuevo perfil de editor rastrea títulos por Internet y los cazan enseguida, si los euros lo permiten. "Si tienen derechos hay que regatear sin vergüenza para que sea rentable", cuenta Miguel Lázaro, coeditor de Cabaret Voltaire, fundada en 2006. En la Red está su mercado de abastos. Pueden estar comprando en Amazon un DVD y rastreando en la misma página el próximo ensayo de su catálogo. Pero también hay que tener los ojos puestos en los escaparates. "El último libro que vamos a publicar [Dear Diary, de Lesley Arcin] lo pillé en la tienda de ropa American Apparel", confiesa Ana S. Pareja, de 30 años, una verdadera estrella de la edición independiente. En 2008 se ganó la corona de editora punk con la publicación de la guía Porno para mujeres, de Erika Lust, en Melusina (hermana mayor de las jóvenes editoriales de Barcelona), y ahora refina esa misma línea con títulos como Matar en Barcelona en su nueva casa, Alpha Decay, proyecto editorial que comparte con Enric Cucurella. Su código deontológico es casi militar: "Nunca publicaríamos a alguien que nos cayera como el culo o que nos pareciera un sobrao, aunque supiéramos que podría ser un superventas", asegura Pareja; "el catálogo es una especie de estatuto moral que nos define".

Alpha Decay
Blackie Books
Alfabia

lunes, 19 de diciembre de 2011

Yo pienso sobre...

Yo pienso sobre el sistema capitalista lo que el anterior primer ministro británico, Winston Churchill, decía sobre la democracia: “La democracia es el peor sistema político que existe, con excepción de todos los otros sistemas.” Parafraseando: “El capitalismo es el peor sistema que existe, con excepción de todos los otros sistemas."

sábado, 17 de diciembre de 2011

Las mil caras del aburrimient...


Las mil caras del aburrimiento

¿Buscamos estar permanentemente activos para no aburrirnos o para no enfrentarnos a nuestros vacíos? Cambiar la mirada y seguir siendo curiosos es el mejor antídoto.

María Rosario Endrinal era una mujer coqueta y apasionada que trabajaba como secretaria de alta dirección. Casada y con una hija. El amor por otro hombre entró de repente en su vida y la cambió trágicamente. Tanto que acabó siendo una indigente que maldormía por las noches en un cajero automático. Una fría noche de diciembre en 2005, a sus 50 años, la vida le pegó un último golpe atroz. Mientras se encontraba en “su cajero”, tres jóvenes, etiquetados hasta entonces de “normales”, la rociaron con 25 litros de disolvente para prenderle fuego. Y toda esta brutalidad, gratuitamente, sin ningún motivo. ¿Habría pasado lo mismo si esos chicos no hubieran estado aburridos?

Los peligros que acechan: "El aburrimiento es la explicación principal de por qué la historia está tan llena de atrocidad” (Fernando Savater)

Ésta es sólo una historia en la que el aburrimiento puede haber desempeñado un papel crucial, pero existen otras muchas. En buena parte de los tiroteos que se producen en Estados Unidos parece que el tedio también ha colaborado.

El aburrimiento es además uno de los trampolines hacia la droga. Por eso, muchas de las campañas de prevención se basan en conseguir que los jóvenes cosechen diversiones que los aparten de la adicción. Recordemos la campaña de la Federación de Ayuda contra la Droga (FAD) de 1995: “Hay un montón de razones para decir no a las drogas”, y en el anuncio se enumeraban un sinfín: la música, los amigos, el cine, el campo…

Dentro de la psicología existen emociones muy estudiadas, como la ansiedad, la tristeza y la ira. En comparación, del aburrimiento existen pocas investigaciones. Parece que, como muy acertadamente apunta José Antonio Marina, sea una emoción menor, casi confortable, de lenta tarde de domingo, pero no nos dejemos engañar por esa cara amable. Poca broma con el aburrimiento.

Atrocidades aparte, en la vida cotidiana también somos capaces de apuntarnos a un bombardeo con tal de no aburrirnos. Así que somos capaces de sumarnos a un plan que no nos atrae en absoluto con tal de alejar cualquier posibilidad de que la inactividad asome la nariz.

Fijémonos en otro fenómeno. Existen personas que parecen empalmar una pareja con otra. Difícil pensar que se debe a que se enamoran de verdad constantemente. Seguro que la encadenación de parejas puede explicarse de varias formas y no se debe a lo mismo en cada caso. Pero ya que hablamos del aburrimiento, ¿no puede ser un ingrediente de este plato? Parece que estas personas huyeran constantemente de algo, ¿de la soledad? ¿Si no se sintieran aburridas cuando están solas consigo mismas, huirían tanto?

¿Por qué le tememos ?: “El hombre moderno teme aburrirse y se encuentra amenazado por el tedio” (José Antonio Marina)

El aburrimiento a veces nos brinda la ocasión de ver con más nitidez nuestros pozos. Por eso, cuanto más hondos son, más miedo nos da aburrirnos. Recuerdo una conversación con una amiga mía que hace algunos meses se divorció. Me contaba que al principio necesitaba estar con mucha gente, salir constantemente y no parar porque de lo contrario se le caía la casa encima. Sin embargo, ahora afirma: “Soy capaz de estar en casa arreglando cajones de un armario ¡y estar tan a gusto!”. Este ejemplo nos puede llevar a dos conclusiones: que la actividad la podemos utilizar como un refugio cuando estamos mal y que no son sinónimos el aburrimiento y el “no hacer nada”. Una persona puede estar sin hacer nada y disfrutar de la paz y la tranquilidad del sosiego.

Si realizamos un pequeño sondeo y preguntamos a un grupo de conocidos sobre su aburrimiento, casi seguro que nos encontraremos a más de uno que nos asegurará no aburrirse nunca e incluso nos confesará su asombro de que haya individuos que puedan aburrirse en este mundo. Entonces, ¿de qué depende?

El vacío existencial: “La gente vive en un vacío existencial que se manifiesta sobre todo en el aburrimiento” (Viktor Frankl)

Según Viktor Frankl, el aburrimiento puede ser consecuencia de un vacío existencial. Si no encontramos sentido a nuestras vidas, fácilmente podemos caer en el hastío. El hombre existencialmente frustrado no sabe cómo llenar el tiempo, ni encuentra sentido en el disfrute de lo que nos ofrece la vida. De hecho, el aburrimiento es uno de los síntomas de la depresión. Ese tedio, esa falta de interés, provoca que las personas deprimidas en general cada vez se muestren más inactivas. Y la inactividad, cuando no estamos bien con nosotros mismos, puede ser una trampa, porque empiezan a aparecer pensamientos no muy gratos sobre el futuro y sobre nosotros mismos. Por eso en muchas terapias, uno de los elementos consiste en animar, casi forzar, al paciente a que realice actividades, aunque en un principio no tenga ni ganas, ni le produzcan mucha satisfacción.

Las expectativas: “No hay reposo más grande que el de no esperar nada” (Amado Nervo)

El aburrimiento es característico de las sociedades más ricas. La oferta de ocio es inabarcable. Y divertirnos es casi una obligación. Así que si nos quedamos en casa, aunque podríamos disfrutar de la calma, en el fondo la presión social nos puede hacer sentir un poco fracasados porque no nos lo montamos tan bien como podríamos. Más que aburridos, aquí el sentimiento se puede confundir con el de fracaso.

A ello le tenemos que sumar las jugadas sucias de nuestra imaginación. Solemos imaginarnos a los demás de fiesta constante mientras nosotros estamos simplemente en el sofá leyendo una revista. Este sentimiento de que podríamos estar mucho más divertidos de lo que estamos es debido también a que hemos visto demasiadas películas. En los filmes, todo es excitante y estimulante al máximo, y a su lado, nuestro domingo apaciguado nos puede parecer de lo más insulso.

La actitud: “El aburrimiento es la suprema expresión de la indiferencia” (René Trossero)

Así, el sentido que le damos a la vida y lo que esperamos de ella pueden ser dos factores que diferencien a las personas que se encuentran en general aburridas de las que desconocen lo que es el aburrimiento. Otra diferencia clave entre estos dos extremos es la actitud.

Para interesarnos sobre las cosas, hemos de aprender a cambiar nuestra mirada. En una ocasión, una amiga mía historiadora me invitó a ir con ella a visitar unos restos arqueológicos. Sinceramente, cuando llegué allí no vi más que unas cuantas piedras acompañadas de algunos huesos fosilizados desperdigados que no me decían nada. Entonces llegó la arqueóloga y mientras miraba aquellos restos empezó a explicar cómo, por la colocación, la medida, el tipo de huesos, sabían que se trataba de una madre con su hijo recién nacido y a partir de aquí me hizo entrar en una historia que me transportó a tiempos remotos. Cambió mi mirada y disfruté.

Shimai y sus colaboradores especialistas en psicología positiva realizaron un estudio con una muestra de 1.407 personas, querían analizar qué virtudes humanas se encontraban más relacionadas con la felicidad. Sus resultados apuntaron que la curiosidad y el interés son unas de las más ligadas al gozo de la vida. Así que para no aburrirnos debemos intentar cultivar estas cualidades.

La actividad: “Si de pronto se descompusieran todos los televisores del mundo, no habría escalas para medir los maremotos de aburrimiento” (Manuel Campo Vidal)

Está claro que la actitud es un elemento esencial, pero también lo es la actividad en la que nos enfrasquemos. A veces, por simple pereza o por rutina, nos sentamos ante el televisor a matar el tiempo. Lo chocante es que quizá algunas de las personas que están en el sofá tengan una lista de actividades que afirman querer realizar cuando se jubilen. ¿A qué esperan? Los humanos somos así de incomprensibles, podemos asegurar que nos interesa mucho la astronomía, por ejemplo, pero no acercarnos a un telescopio ni por casualidad. Es como si nuestros intereses los hubiéramos colocado en el mundo de las ideas de Platón, fuera de nuestra vida cotidiana.

En nuestro cerebro también parece como si existiera una caja etiquetada “para una ocasión especial” y allí vamos guardando actividades que nunca nos decidimos a realizar. Y siguiendo con las peculiaridades de nuestra especie, esta caja puede convivir perfectamente con un comentario que soltamos con contundencia cuando se nos muere algún ser cercano: “hoy estamos aquí y mañana no, tenemos que vivir al día”. Realmente, los sapiens somos intrigantes y sorprendentes.

Esto es la vida

Deberíamos hacer caso de la advertencia de Oscar Wilde: “Esto no es un ensayo general, señores; esto es la vida”.

1. PELíCULAS
‘Lost in translation’, de Sofia Coppola.
‘Náufrago’, de Robert Zemeckis.
‘Atrapado en el tiempo’, de Harold Ramis.

2. LIBROS
‘La conciencia trágica en Fernando Savater y José Antonio Marina’, de Fernando Susaeta. Ediciones Idea, 2006.
‘La inteligencia fracasada’, de José Antonio Marina. Anagrama, 2004.

EL PAIS

viernes, 16 de diciembre de 2011

jueves, 15 de diciembre de 2011

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Aviso a las 'universidades pirata'...


Aviso a las 'universidades pirata'

Cedro, la entidad que vela por los derechos de autor en libros y revistas, amenaza con acciones legales si en los campus españoles se sigue violando el 'copyright'

No es la SGAE pero también cuenta con inspectores y éstos tienen en el punto de mira a las universidades españolas como gran foco de distribución de contenidos protegidos por derechos de autor. El Centro Español de Derechos Reprográficos (Cedro, entidad que representa a unos 17.000 autores y a más de 1.500 editores) sugiere acciones legales inminentes contra los responsables universitarios si no regularizan la difusión masiva de todo tipo de obras: literarias, científicas, técnicas...

"Algo habrá que hacer, nos lo están poniendo muy difícil y estamos quemando los últimos cartuchos", advierte Magdalena Vinent, directora general de Cedro, a la pregunta de si barajan llegar a los tribunales. "No se dan cuenta de que están perjudicando a la ciencia, al progreso y a ellos mismos, porque ellos también generan derechos de autor", añade.

Al tradicional trasiego de apuntes y fotocopias se han sumado los archivos adjuntos en correos electrónicos, los lápices de memoria o los enlaces de descargas. Los profesores envían bibliografía (en la mayoría de los casos obras de literatura y manuales universitarios) a sus alumnos y estos se intercambian archivos entre sí. "Nos parece muy bien que se empleen estas tecnologías, pero que se haga con permiso", señala Vinent.

En el ámbito universitario se han solicitado sólo 15 licencias, la mayoría puntuales, para determinadas facultades y másteres, indican desde la entidad de gestión. En España hay 75 universidades, 50 públicas y 25 privadas.

Cedro esgrime que desde 2005 intenta alcanzar con la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE) el mismo acuerdo que en 1998 permitió regularizar el uso de fotocopias. Ahora la posibilidad de un convenio sobre reproducción digital con las universidades está en el aire. "En la CRUE no se quieren sentar con nosotros, no nos cogen el teléfono ni responden a nuestros correos electrónicos", afirma Vinent.

Una fuente de la CRUE afirma por vía telefónica que se considera muy importante esta cuestión y que "no es verdad" que no haya habido contactos entre los rectores y Cedro. "Llevan mucho tiempo llamándonos para que firmemos un convenio. Se han reunido con nuestras comisiones sectoriales y estas no ven claro lo que se nos propone. No sabemos cómo proceder a sus peticiones y por eso hemos solicitado un informe jurídico que todavía no tenemos. En paralelo, el presidente de la CRUE sí que ha hablado con Cedro. Hasta hace relativamente poco ha habido encuentros. Antes de Semana Santa hubo un amago de reunión, pero tuvimos que posponerla. Lo que no podemos es dar una respuesta porque todavía no la tenemos. Nos sorprende que digan que la CRUE no atiende a sus llamadas".

Cedro, por su parte, dice haber hecho un esfuerzo para facilitar las cosas. Han creado el portal www.conlicencia.com , para gestionar la petición de estos permisos, "que se pueden obtener en cinco minutos". En esta web es posible solicitar licencias para el ámbito universitario en modalidad anual o pagando por cada uso, tanto para fotocopias como para reproducción digital. El pago se puede efectuar con tarjeta de crédito. "Algunos profesores universitarios concienciados han adquirido licencias a título individual: poniendo dinero de su bolsillo", señalan.

En la CRUE recuerdan que las universidades gozan de autonomía. "La CRUE podrá llegar a un convenio marco (o no), y comunicárselo en su caso a cada universidad, pero estas luego harán lo que crean conveniente". Desde Cedro replican que ya han acudido a cada universidad por separado y que la mayoría de estas les remite de nuevo a la CRUE.

EL PAIS

martes, 13 de diciembre de 2011

Otras formas de leer las mentes...

Odio que no tengas un blog. Odio no saber lo que estás pensando.

– Frankie, la bloguera adicta, a su novio, en Vidas privadas -

lunes, 12 de diciembre de 2011

Nuevos iconos en viejos mundos


Nuevos iconos en viejos mundos

Lelhel Kovacs usa rincones anónimos para ilustrar un alfabeto de ciudades

Desde que los futuristas declararon que había más belleza en un bólido que en la Victoria de Samotracia, artistas de todos los pelajes se han embarcado en la tarea de convertir en arte lo feo, lo insignificante, lo cotidiano, lo siderúrgico. Lelhel Kovacs, un ilustrador húngaro que trabaja regularmente para The New York Times o The Guardian, recibió un día el encargo de ilustrar una serie de ciudades a través de su iconografía más universal. Se compró guías, navegó por la Red e incluso buceó en su archivo personal, pero no encontró ninguna imagen que le inspirara. Hasta que un día entró en el Google street view, ese servicio del buscador que muestra imágenes de cada esquina de prácticamente cada ciudad.

Finalizó el encargo y arrancó uno de sus más ambiciosos proyectos personales. Descubrió que encontraba más belleza en una esquina de un barrio de Ostrava que en cualquier catedral. De cualquier modo, ahí empiezan y terminan sus similitudes con Marinetti y los suyos. "Quería que este proyecto tuviera un marco, por eso decidí seguir el alfabeto. La idea es dibujar una ciudad por cada letra visitando el máximo de países. Cuando hago turismo trato de evitar los lugares más obvios, así que los rincones escogidos están compuestos por edificios anónimos. Eso sí, no he podido evitar incluir un par de iglesias en la selección", confiesa este húngaro de 28 años que fue escaparatista y diseñador gráfico. Con el fin de enfatizar que el proyecto es manual, Kovacs presenta cada ilustración en el marco de una libreta Moleskine, otorgándole así al cuerpo del trabajo un entrañable halo vintage que contrasta con el hecho de que las ilustraciones surgen de Internet y se pueden sólo ver a través de la pantalla de un ordenador.

"Mi trabajo sigue siendo mi hobby. Tal vez por eso, las diferencias entre los trabajos que surgen de un encargo y mis proyectos más personales sean menores de las que puedan hallarse en otros dibujantes". Y es que una de sus mayores virtudes tal vez sea la de haber publicado en grandes medios sin comprometer su visión y su estilo. Si puedes convencer al editor gráfico de The New York Times, qué sentido tiene luego cuestionarte cuando estás solo. Al final, la única diferencia entre un encargo y un proyecto personal es que lo primero siempre lo entregas tarde.

EL PAIS

domingo, 11 de diciembre de 2011

Excelencia, esto ocurre en Auschwitz

Excelencia, esto ocurre en Auschwitz

El Gobierno de Franco supo de los horrores de los nazis contra los judíos. El joven diplomático Sanz Briz, destinado en 1944 en Budapest, envió a Madrid un informe que avisaba del exterminio en Auschwitz. Hasta ahora tenía el sello de "No mostrar"

Una mañana, de los vagones bajan 45.000 judíos llegados de Salónica, demacrados y hambrientos. Unos 10.000 son seleccionados para los campos de trabajo y al resto los envían directamente al crematorio. Los que se salvan, hacinados en barracones, no soportan las duras condiciones del lugar y al poco tiempo enferman de paludismo. Los guardias alemanes, con sus botas militares y los perros, les recomiendan que vayan al hospital del campo de concentración, algo que desaconsejan los prisioneros veteranos. Saben cómo se las gastan allí. A pesar de las advertencias, los griegos se presentan en el centro médico, donde a medida que van pasando reciben en el corazón una inyección de fenol que acaba con sus vidas. Sus cadáveres se apilan más tarde en la puerta del bloque de enfermería, donde nunca entra el sol. Eso no tiene ninguna importancia aquí, en Auschwitz-Birkenau, 1943.

Estos detalles del día a día en el mayor campo de exterminio de la Alemania nazi, donde fueron aniquiladas entre 1,5 y 2,5 millones de personas, quedaron reflejados en un informe que dos jóvenes eslovacos escribieron tras escapar del lugar. El texto, escrito a máquina y en un dificultoso francés, llegó a manos de Ángel Sanz Briz, un joven diplomático español destinado en el Budapest ocupado por los nazis. Tras leerlo, remitió el documento en agosto de 1944 al ministro de Asuntos Exteriores, José Félix de Lequerica. No consta que Sanz Briz recibiese una respuesta.

El puñado de papeles que el diplomático envió a Madrid iba precedido de una carta a "Vuestra Excelencia" en la que informa "sobre el trato a que se condena a los judíos en los campos de concentración alemanes". Desvelaba que se los habían hecho llegar "elementos de la junta directiva de la organización sionista de la capital". "Su origen, pues", se dice en la misiva, "le hace sospechoso de apasionamiento. Sin embargo, por los informes que he podido obtener de personas no directamente interesadas en la cuestión y de mis colegas del cuerpo diplomático aquí acreditado, resulta que una gran parte de los hechos que en él se describen son, desgraciadamente, auténticos". Los papeles permanecían hasta ahora en los archivos del ministerio, en una carpeta donde se lee "no mostrar". Ahora sirven para confirmar hasta qué punto el Gobierno de Franco, simpatizante de Hitler en la Segunda Guerra Mundial y ambiguo en sus posiciones hacia el final de la contienda, conocía con todo detalle el plan que los nazis estaban llevando a cabo para exterminar a los judíos.

En el Budapest ocupado por los nazis, Sanz Briz era un tipo elegante, joven, de misa diaria. Un hombre de fe, en resumen. Era el encargado de negocios en la legación española. Había llegado a la capital de Hungría para sustituir a Miguel Ángel Mugiro, un hombre muy crítico con los dirigentes húngaros que se mostraban serviles con los nazis. Mugiro denunció varias veces a Madrid los abusos que se estaban cometiendo con los judíos en el país, injusticias que había visto con sus propios ojos, como el saqueo que estaban sufriendo los comerciantes. El Gobierno de Madrid le sustituyó por el joven Sanz Briz para mejorar las relaciones con Hungría. No fue así.

Sanz Briz participó casi desde su llegada a Budapest en unas reuniones secretas con diplomáticos de otros países neutrales, incluido el nuncio apostólico, en las que se buscaba la forma de ayudar a los miles de judíos húngaros que en ese momento estaban siendo transportados a los campos de exterminio. Mientras se producían esos encuentros secretos, por las calles de esa ciudad también andaba Adolf Eichmann, uno de los cerebros de la llamada Solución Final, el plan de la Alemania nazi con el que se pretendía culminar el genocidio de la población judía. Eichmann, meses antes, había negociado con los aliados el canje de un millón de prisioneros por una cantidad de dinero que le permitiese seguir costeando la guerra.

"En los vagones de camino a los campos de concentración no sólo van hombres, sino también mujeres, niños y ancianos. Es difícil de creer que vayan a trabajar...", dice Sanz Briz en una de sus comunicaciones con Madrid. Después de mucho insistir, le autorizaron a repatriar a "algunos" judíos de origen español. Hungría, último país ocupado por los nazis, le permitió expender 200 pasaportes. Pero el diplomático buscó un salvoconducto para tramitar cientos de pasaportes y cartas de protección en las que garantizaba el origen sefardí de miles de judíos que en realidad no lo eran. Siempre sellaba las cartas y los visados con números inferiores a 200, lo que despistó a la burocracia húngara.

El documento enviado a Madrid el 26 de agosto de 1944 era similar en muchos aspectos al que elaboraron Rudolf Vrba y Alfred Wetzler, los prisioneros números 44.070 y 29.162, tras fugarse en abril de 1944. En éste en concreto no se especifican los nombres de los protagonistas, tan sólo que se trata de dos jóvenes israelíes eslovacos, deportados en 1942, que pasaron dos años en el campo de concentración y que "milagrosamente" consiguieron escapar sanos y salvos. "Hoy día se encuentran en países neutros", aclara el texto, en el que se incluyen esquemas del campo de campo de concentración y de las cámaras de gas. También se añaden cifras aproximadas de los asesinatos que se habían producido, guardados en la memoria de los testigos, que aseguran que sólo han relatado hechos que ellos han visto. Por prudencia, ni siquiera se anotaron las macabras historias que otros prisioneros les contaban.

No es casualidad que los presos recalquen que todo lo que escriben, toda la putrefacción de los cadáveres, los tiros en la nuca, el gas de las cámaras que relatan, lo hayan visto, escuchado y olido. Quedan en sus memorias el humo de las pistolas, las pisadas de las botas de los militares de las SS. No es casualidad. En la Primera Guerra Mundial, uno y otro bando contaron crímenes que en muchos casos no eran ciertos, y eso había quedado en la memoria de la generación de Sanz Briz, obsesionada por verificar ("su origen, pues, le hace sospechoso de apasionamiento") la certeza de los relatos. Un año y medio antes de que llegase este documento a Madrid, los Gobiernos aliados publicaron una declaración conjunta que denunciaba la matanza sistemática de los judíos. Desde ese momento, se puede decir que existía conocimiento general del Holocausto. En los países ocupados por Alemania se lanzaron folletos donde se decía que quien colaborase con esta barbarie sería juzgado. Pero otra cosa era conocer los detalles concretos, la historia desde dentro. Y esa parte hasta entonces desconocida en España es la que hizo llegar Sanz Briz al Gobierno del general Franco: "Ahí se demuestra que Franco conocía con exactitud el tamaño de la matanza. No admite dudas", cuenta desde el otro lado del teléfono Bernd Rother, historiador alemán y autor del prestigioso libro Franco y el Holocausto.

Rother, que estuvo indagando durante años en los archivos desclasificados españoles, asegura que el informe de Sanz Briz empezó a circular por las esferas de Budapest en mayo de 1944. Los rumores de que la Solución Final caminaba con paso firme eran insistentes y lo confirma que en esas fechas, concretamente entre abril y julio, habían sido deportados 450.000 judíos húngaros a los campos de exterminio. Incluso para miembros de la resistencia antinazi era difícil de imaginar que estuviese ocurriendo algo así, por lo que unos documentos que contasen con exactitud qué demonios ocurría en esa especie de fábrica gris rodeada de alambrada tenían relevancia. "Sanz Briz demostró una vez más su coraje", apuntilla Rother. Al historiador le sorprende incluso que después de haber expedido los falsos pasaportes y de haber enviado la historia de los dos jóvenes polacos no fuese destituido fulminantemente. Después llegó incluso a continuar una exitosa carrera diplomática que le llevó por varios países del mundo.

En Auschwitz, mientras, no paraban de llegar vagones repletos de judíos. A la entrada se encontraban con un imponente cartel: "El trabajo os hará libres". Los recién llegados recibían cada día una libra de margarina y una cucharada de mermelada, a lo que se acompañaba con un café o un té frío, según se lee el documento de Sanz Briz. La sopa que se servía a mediodía estaba hecha con agua sucia y una remolacha, mientras que cuando caía la noche se repartían, en teoría, 300 gramos de pan, aunque al final la cosa se solía quedar en la mitad. En el campo se abrió el Instituto de Higiene, en un bloque aislado de los otros. Se dividía en internos, infectados y cirugía. En su interior se provocaban heridas de guerra para ver de que forma curaban después, se hacían estudios raciales con los esqueletos de los prisioneros y se trataban las enfermedades contagiosas. Además, se hacían investigaciones sobre los efectos de la altitud, las bajas temperaturas o la ingesta de agua del mar. Siempre con los presos como cobayas y en contra de su voluntad.

El primer crematorio se inauguró en marzo de 1943 con 8.000 judíos de Cracovia que fueron gaseados e incinerados. Los jóvenes eslovacos narran que para la ocasión llegaron desde Berlín oficiales y dignatarios civiles que se tomaron la ocasión como una fiesta. "Comprobaban con gusto lo que ocurría en la cámara de gas y al final daban libre curso a su asentimiento". En la puerta del crematorio se colocó un paredón de fusilamiento, antes situada en otra parte del campo.

La nueva ubicación facilitaba la labor de limpieza de los sonderkommandos, unidades de trabajo compuestas por judíos, encargados de colaborar con sus propios verdugos a cambio de algunos meses más de vida. Eran los encargados de retirar los cadáveres de las cámaras de gas y de rapiñar entre las pertenencias de los muertos. Los demás prisioneros evitaban acercarse a ellos por el olor que desprendían y por su fama de violentos. "Yo asistí en una escena en la que un joven judío polaco explicaba a un hombre de las SS el verdadero modo de matar a un hombre sin ningún arma". Eran capaces de hacerlo con las manos. Y eso en Auschwitz no era un crimen. Sencillamente se recogía al muerto con una carretilla y se apuntaba su número de prisionero en un documento donde se registraban las bajas. Sin especificar cómo se había producido el óbito. Eso no tenía importancia en este lugar, al fin y al cabo se trataba de judíos.


Resulta desgarrador el testimonio que dan los dos jóvenes eslovacos sobre la manera en la que se accionaban las cámaras de gas. Cuentan que su interior tenía el aspecto de un baño normal. Sin ventanas, salvo por un ventilador situado en el techo. Las ejecuciones se organizaban de una manera industrial, casi mecánica. Los condenados llegaban en camión, acompañados por un médico, y cuando accedían a la cámara, rodeada de alambre de espino, se desnudaban, todos juntos. Los guardias confiscaban relojes, medallas, pendientes, fotografías en sepia... con la promesa de devolverlo todo al rato. Los prisioneros recibían a continuación una toalla y una pastilla de jabón. A golpe de fusta, les obligaban a esparcirse por toda la cámara. Se cerraban las puertas de repente con un chirrido metálico, las aberturas del ventilador arrojaban el gas y diez minutos después todo se había acabado. Una cuadrilla compuesta por judíos limpiaba el sitio de cadáveres para hacer hueco a los siguientes. Los primeros en ser ejecutados pensaban que iban a darse un baño, pero a medida que se fue corriendo el rumor de lo que de verdad ocurría allí, cada vez fueron más frecuentes los intentos de no entrar en las cámaras. Los guardias solventaban la escaramuza disparando con sus revólveres o a base de culatazos.

El Gobierno de Franco tuvo una posición ambigua respecto a la Solución Final ideada por los alemanes. Antonio Marquina, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid y uno de los primeros estudiosos de la figura de Sanz Briz, destaca que el hecho de que España se adhiriese al Pacto de Acero, donde se dice que los enemigos de Alemania son los de España, marcará la estrategia del país. Sólo hay que recordar el encuentro entre Franco y Hitler en Hendaya en 1940. Cuatro años después, en la época en la que Sanz Briz envía el relato de lo ocurrido en el campo de exterminio, Marquina dice que hay que resaltar que ya se había producido entonces el Desembarco de Normandía, Mussolini hacía tiempo que había sido derrocado y los aliados consolidaban su avance. Alemania estaba arrinconada. El diplomático actúa entonces por su cuenta, sin instrucciones de ningún tipo, intuyendo que la posición española respecto a la guerra tenía que haber variado a la fuerza.

El historiador Julián Casanova cree que Sanz Briz fue valiente enviado los documentos, aunque en ese momento ya tenía el viento a favor, sobre todo ahora que el sentimiento antijudío es menor. "Aunque conlleva riesgo porque el tema del Holocausto quemaba a Franco, le traía muchos dolores de cabeza. Casi tantos como a la propia Iglesia", dice. Y Haim Avni, reconocido profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, añade: "Es importante el acto que lleva a cabo el español sencillamente porque el Holocausto en Hungría se inicia poco antes, en marzo, cuando el Ejército alemán ocupa el país, y él hace el envío en verano (26 de agosto). Estaba ante sus ojos el horror, y lo denuncia. No todos se atrevieron a hacerlo".

Con Serrano Suñer por ejemplo, un ministro pronazi, lo que hizo Sanz Briz hubiese sido un suicidio. De todos modos, Marquina considera que hay pocos documentos que reflejen con certeza el flujo de información que recibió el Gobierno de Franco en ese tiempo a través de los servicios de inteligencia o de los militares. La historia, pues, quizá está por escribirse.

El caso es que además de enviar el informe, Sanz Briz continuó con sus labores diplomáticas. Los judíos a los que protegía fueron recluidos en un gueto, a la espera de cualquier movimiento por parte de los nazis. El diplomático alquiló entonces 11 edificios en los que colgó un cartel donde se leía: "Anejo a la legación española. Edificio extraterritorial". Los trabajadores de la Embajada española se encargaron de proveer de alimentos e higiene a los refugiados. Con el Ejército Rojo a las puertas de Budapest y las quejas constantes de los nazis a Franco, Sanz Briz se vio obligado a dejar el país. Su labor la prosiguió un colaborador suyo, Giorgio Perlasca, un italiano que se hizo pasar por español (cambió su nombre por el de Jorge) y asumió el papel del diplomático español diciendo que éste se había ido sólo por un tiempo. Entre los dos salvaron a unas 6.000 personas. Otros diplomáticos franquistas de ese tiempo también ayudaron a salvar cientos de vidas, como es el caso de Julio Palencia, destinado en Sofía (Bulgaria), o José Ruiz Santaella en Berlín.

Sanz Briz incluía en el paquete que enviaba a Franco el relato de una señora y su hijo. Asqueada de las condiciones de higiene que soportaba en el campo de concentración en el que estaba recluida, pidió su traslado a Birkenau, donde según había oído no era tan malo el trato. Al llegar al sitio, quedó impresionada por el cartel en el que decía que el trabajo la haría libre. "Tenía la impresión de haber hecho un buen cambio", contará más tarde. El patio limpio, los edificios de ladrillo, el césped verde, le dieron buena impresión. Enseguida se dio cuenta de su error. Le afeitaron la cabeza, le tatuaron un número en el brazo izquierdo y de esa forma tan inesperada pasó a convertirse en una prisionera política. Cierto día la condujeron a la cámara de gas y a ella le entró el pánico, aunque le decían que sólo era para hace un recuento al grupo. Ella tuvo suerte: consiguió escapar y con la ayuda de unos campesinos logró llegar a Hungría.

Ese fragmento del horror también estuvo en manos de Francisco Franco, el dictador español. Nunca le envió una contestación al joven Sanz Briz.

EL PAIS

sábado, 10 de diciembre de 2011

Aprovechados..

El problema de tener una mente abierta es que la gente insiste en entrar dentro y poner allí sus cosas.

– Terry Pratchett -

jueves, 8 de diciembre de 2011

El mejor sistema operativo para la pyme...


El mejor sistema operativo para la pyme

El mejor sistema operativo para la pyme es aquel que le permite hacer aquello que necesita hacer como empresa. Esta definición que no hace sino recalcar lo obvio es muy importante a la hora de determinar que sistema operativo es mejor en nuestra empresa. Tenemos que tener claro que esto es una herramienta que nos permitirá desarrollar nuestro trabajo.

De nada sirve instalar en una empresa equipos Mac si a la hora de la verdad poco más que el explorador vamos a utilizar porque nuestras aplicaciones están en la nube bajo el modelo SaaS. Cada sistema operativo nos aportará una serie de ventajas, debemos saber cuales de ellas son interesantes para nuestras empresas y cuales no. Algunas de la cuestiones que debemos tener en cuenta a la hora de elegir nuestros sistemas operativos son los siguientes:

* Facilidad de administración, buscamos un sistema que pueda administrar alguien de nuestra empresa o un servicio técnico que tengamos contratado. En este sentido, hay que tener en cuenta la cantidad de horas que dedicaremos a esta tarea, dado que ello implicará una cantidad de dinero que de forma indirecta dedicamos a estos sistemas.

* Continuidad del sistema, en este punto es muy importante. Se trata de saber en qué medida mi sistema fallará, cuándo fallará y cuánto tiempo tardaremos en recuperarlo. Aquí no todos los sistemas se comportan igual, Windows sufre más con el paso del tiempo que Mac o Linux, y al final muchos administradores acaban por reinstalar el sistema antes de que falle. Tendremos que cuantificar todos estos problemas que nos pueden dar los distintos sistemas.

* Retorno de la inversión puesto que en la medida que el sistema operativo nos permita llevar a cabo nuestros negocios podremos dar por bueno lo invertido en el mismo, coste inicial, energético, mantenimiento, etc.

* Interoperabilidad no vivimos en un mundo aislado, y nuestra empresa tiene que comunicarse con otras a la hora de trabajar. De nada nos servirá tener instalado un sistema operativo que nos dificulte este trabajo. Debemos buscar formatos estándar, ya sean los estándares oficiales o los creados de facto por ser mayoritarios en el mercado.

* Seguridad de los datos y no me refiero únicamente a los problemas del malware, sino también a la facilidad para encriptar los datos y trabajar con ellos desde distintos equipos. Esta opción es muy importante para muchas empresas y determina en gran medida su cambio de sistema operativo, no sólo a Mac o Linux sino dentro del propio ecosistema Windows.

Todas estas opciones se pueden aplicar tanto a los equipos de sobremesa como a los servidores, con el agravante de que el servidor es un servicio centralizado y su fallo repercute en todos los equipos dependientes de éste. También debemos tenerlas en cuenta a la hora de cambiar de versión de nuestros sistema operativo. No es lo mismo Windows Xp que Windows Vista o 7. ¿Os habéis planteado alguna de estas cuestiones a la hora de elegir sistema operativo para vuestra empresa o aceptamos el estandar de facto con Windows?

www.tecnologiapyme.com

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Ironía de banda ancha

En el 2000 esperabas que tu Internet «bajara» las cosas más rápido. Ahora esperas que «suban» las cosas más rápido.

– WebMAAC -

lunes, 5 de diciembre de 2011

Las costuras de la sanidad revientan...


Las costuras de la sanidad revientan

La crisis pone a prueba el sistema nacional de salud - Sin cambios, el modelo, aquejado de déficit crónico, puede zozobrar

El sistema sanitario español se ha ganado el prestigio internacional por su gratuidad y universalidad, pero la tendencia al envejecimiento de la población española, la exigencia de mayores prestaciones, el abuso de la visita médica y un gasto farmacéutico elevado auguran un déficit imposible para unas arcas públicas ya muy mermadas. La racionalidad del gasto puede ayudar a ahorrar 2.500 millones a corto plazo, pero, sin reformas estructurales, la eficiencia del actual sistema puede ser insostenible.

La cobertura universal de un sistema sanitario muy eficiente es el sueño mejor cumplido del Estado de bienestar español. La crisis no ha frustrado (aún) esa realidad, pero hace vislumbrar el abismo de una situación estructural que, a largo plazo, pone en cuestión el sistema si no hay reformas: el envejecimiento de la población, la cronificación de enfermedades, la exigencia de más prestaciones y nuevos tratamientos más caros o un gasto farmacéutico que crece a niveles de récord hacen inviable mantener la eficiencia sin más medios o una gestión diferente.

La visita al médico ha dejado de ser una excepción en el día a día de los españoles. De concebirse como un sistema de último recurso y limitado a algunos colectivos al principio de la democracia, la sanidad se ha convertido en el elemento más universal del Estado de bienestar. Antes de que el doctor House irrumpiera en las pantallas de televisión, los españoles ya tenían una atención hospitalaria similar a la que se dispensa en la serie. Y, con matices -sobre todo de tiempo-, el sistema público ensaya ese modelo garantista. La diferencia está en la factura. Mientras que en la ficción estadounidense la abona el usuario, en España el sistema público se hace cargo de todo: una grandeza del modelo europeo que la crisis fiscal pone a prueba. La sanidad absorbe 60.000 millones de euros al año, lo que representa un 6% del PIB y un tercio de los ingresos que recibieron las arcas del Estado el año pasado. Y los gastos no dejan de crecer. ¿Hasta dónde estamos dispuestos a financiar? ¿Cuánto tiempo más puede sostenerse este modelo aquejado de un déficit crónico?

Los años de exuberancia económica han excluido del debate político la financiación de los servicios públicos, entre ellos la sanidad. Pero mientras la rentabilidad del ladrillo nutría las arcas públicas, el gasto médico crecía a ritmos muy superiores al de la economía (de dos dígitos en algunas comunidades entre 2003 y 2007, según datos del Ministerio de Sanidad). El envejecimiento de la población -en diez años uno de cada cinco españoles tendrá más de 65 años, según la OCDE- y la proliferación de enfermos crónicos, la mejora de la atención y el imparable avance tecnológico han encarecido un sistema que comenzó siendo básico y se ha extendido hasta constituir incluso un atractivo para extranjeros. En un momento en que la hucha del Estado arroja desequilibrios del 11,2% del PIB, uno de los mayores de Europa, se impone una reflexión sobre el gasto y el ingreso.

La financiación sanitaria "va a ser el principal quebradero de cabeza en la vida política y social de nuestro país", dispara Luis Ángel Oteo, experto de la Escuela Nacional de Sanidad, adscrita al Ministerio de Ciencia. La primera pista la otorga el reciente acuerdo sanitario alcanzado entre el Gobierno y las comunidades autónomas, que han exhibido aquí una agilidad para el pacto que parece imposible en cualquier otra materia. El coste de sufragar un sistema de calidad (alrededor del 6% del PIB, sin contar con las cantidades destinadas al sistema privado) y el crecimiento exponencial de esas partidas ha concienciado a los responsables políticos para intentar contener la hemorragia.

Nadie quiere hablar de lujos ni de despilfarro. Porque la asistencia española es más barata que la media. Con 1.816 euros anuales per cápita proporciona una atención integral a toda la población. ¿Qué seguro privado ofrecería prestaciones similares a ese coste? Representa la mitad que en EE UU, cuyo sistema, privado, resulta más oneroso que el público.

El secreto del relativo bajo coste español reside en los salarios de los médicos, que suponen alrededor de la mitad de los gastos del sistema. "No pagamos bien a nuestros profesionales. La retribución no es para tirar cohetes", expone Manel Peiró, experto en gestión de sistemas sanitarios de Esade. Aunque tradicionalmente la figura del funcionario despierte suspicacias, el personal sanitario no está especialmente bien remunerado, como lo demuestra el hecho de que en ocasiones los médicos en formación deciden emigrar a Portugal, con menor nivel de vida que España pero con mayores señuelos salariales. Hay países en los que los profesionales sanitarios no son funcionarios (en Reino Unido o Dinamarca), y las remuneraciones son mejores.

A pesar del ahorro en esa partida, el sistema arrastra un permanente desfase entre ingresos y gastos. Aun cuando las competencias sanitarias las gestionaba el Estado se tendía a presupuestar por debajo de lo necesario con la idea de que eso mantendría a raya las cuentas. No fue así. En la actualidad, los expertos apuntan a que hay unos 12.000 millones de euros de déficit sanitario acumulado -y que puede superar los 50.000 millones en 2020, según un estudio de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea)-, un término del que recela el Ministerio de Economía, pues al no haber unos ingresos específicos asignados, no cabe hablar de agujero. "Siempre ha habido una diferencia entre el gasto real y el presupuesto en torno al 10%", aclara José Martínez Olmos, secretario general de Sanidad.

Resulta difícil mantener esa brecha en el tiempo, máxime cuando las cuentas públicas se asoman al abismo. En noviembre la Comisión Europea pidió al Gobierno reformas en sanidad y pensiones -"dado el peligro que suponen para la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas"- frente al déficit. "El sistema así es totalmente insostenible: o se da un tijeretazo en el gasto o se suben los impuestos", resume Ángel Laborda, director de coyuntura de Funcas, la fundación de las cajas de ahorros. Es el sentir de la mayoría de los expertos consultados, que ofrecen alternativas en los dos capítulos.

Todos los analistas valoran la calidad de la asistencia y abogan por mantenerla, conscientes de que el reto demográfico no hará sino ponerla a prueba. Salvo alguna excepción, el rechazo a recortar prestaciones es rotundo. "No es posible ni deseable. Tendría incidencia en derechos individuales. Es muy complicado, sobre todo porque el nivel no es excesivamente alto", argumenta Alfonso Utrilla, experto en financiación autonómica de la Universidad Complutense de Madrid. En efecto, pese a los atributos del sistema, aún hay prestaciones básicas como la dental que no se ofrecen en todas las regiones. "Recortar prestaciones debe ser lo último", añade José Sánchez Maldonado, catedrático de Hacienda Pública por la Universidad de Málaga. Una opinión que compare la responsable de políticas sanitarias del PP y ex ministra del ramo Ana Pastor: "Deberíamos incluso aspirar a incorporar más".

La única voz discrepante en este aspecto proviene de Manel Peiró. Sin apuntar a un recorte en los servicios ya disponibles, el experto de Esade anima a "revisar las prestaciones nuevas que se van introduciendo" con la idea de que "algunas no entren". Peiró pone como ejemplo un sistema similar al de las aseguradoras, en el que "hay que ver qué entra". Con matices, ése es el sistema estadounidense, que el presidente Barack Obama ha intentado desterrar y que sólo en parte ha conseguido corregir para hacerlo más universal. Paradójicamente, uno de sus defectos es el alto coste público que genera sin garantizar una asistencia completa.

Lo que sí se hará a partir de ahora, según el plan del Gobierno, es analizar al milímetro con criterios de coste y eficacia cada nueva tecnología, medicamento o prestación que se incorpore al sistema. Algo que muchos echaron en falta cuando se introdujo en el calendario vacunal la inmunización contra el virus del papiloma humano. Un preparado que cuesta unos 400 euros y que no siempre libra a las mujeres de padecer en un futuro cáncer de cuello de útero. El debate sobre costes cuando lo que hay en juego son vidas siempre será polémico.

Más consenso genera la idea de recortar -o racionalizar, como gustan de decir los expertos- el gasto. Uno de los principales puntos de fuga es el capítulo farmacéutico. Ahí España no puede presumir de estar por debajo de sus socios europeos. El pago de recetas se lleva el 32% de los recursos sanitarios (el 25% en la Unión Europea). Las soluciones aportadas varían. La primera es fomentar el uso de genéricos -hay expertos que llegan a proponer una cobertura pública del 100% en esos medicamentos para disuadir el uso de los de marca-. También controlar las dosis, muchas veces desproporcionadas para la dolencia que se pretende atajar. "Uno de los retos pendientes es adaptarlas a lo que necesitan los pacientes. La unidosis es una medida eficaz que no supone recortes", reflexiona Ana Pastor. Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda, director general de Aeseg, que agrupa a los fabricantes de genéricos, se queja de que en España estos medicamentos sólo representan el 9% del total, frente al 40% de otros países europeos. "El precio de los genéricos no crece pero sí aumenta el número de recetas por persona. Eso es lo que habría que controlar", reclama.

También hay quien sugiere que los pensionistas, exentos de cualquier aportación, sufraguen el medicamento como los demás en caso de gozar de rentas altas. "Hay pensionistas que cobran más de 3.000 euros [la pensión máxima apenas supera los 2.000 euros y la media se fija en 775, pero hay beneficiarios que disfrutan de otras rentas] y que no pagan nada por fármacos, y rentas de 600 euros al mes que pagan el 40% de la factura farmacéutica. No es equitativo. Hay que repensarlo. Todo lo que sea copago debe vincularse a la renta", esgrime Antonio Cabrera, de la Federación estatal de Sanidad de CC OO.

Más allá de esas medidas, hay margen para agruparse en una central de compras (que puede ahorrar un 20% de la factura, según el Gobierno), contener los salarios de los profesionales o frenar las contrataciones, como se ha acordado recientemente con las comunidades, pero no dejan de ser recortes modestos. En total, el Gobierno baraja un ahorro de unos 2.500 millones.

Pero una vez quede atrás lo peor de la crisis, la mayoría de los expertos abogan por aumentar los ingresos. Con el desplome de la presión fiscal (6,5 puntos del PIB) en los dos años de crisis, es imposible pensar en mantener el mismo nivel de prestaciones sin tocar los ingresos. Aunque subir impuestos podría resultar precipitado en medio de esta incertidumbre económica, muchos expertos creen que tarde o temprano habrá que hacerlo. "Hay que preguntarles a los ciudadanos qué quieren con el nivel de impuestos que tenemos", reta Máximo González, presidente del Consejo General de Colegios de Enfermeros.

De momento, la alternativa más mencionada es el copago. No tanto como vía recaudatoria, sino más bien como un elemento disuasorio del uso excesivo del sistema. Un par de euros o tres, señalan sus partidarios, invitan a pensar dos veces si la visita al médico es necesaria. Muchos países europeos explotan este sistema, que suscita la siguiente objeción: "¿Y si quien realmente lo necesita no tiene ni para ir?", se pregunta Sánchez Maldonado. "El riesgo de expulsar a gente que lo necesite es grande", responde el secretario general de Sanidad.

Mientras los economistas se avienen al menos a hablar de ello, en los médicos suscita un rechazo frontal. "No podemos introducir copagos. Estamos de acuerdo en delimitar una demanda que se desboca, pero tiene que haber alternativas", enfatiza Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la Organización Médica Colegial.

Hay muchos tipos de copago: una cantidad fija sobre la consulta, un porcentaje del coste del servicio, un dinero que se adelanta y luego se reembolsa... Buena parte de los consultados considera que debería gravarse al ciudadano en función de su renta, lo que implica un importante coste organizativo (justificar rentas, crear un perfil específico para el usuario...) que disuade a la hora de aplicarlo. No obstante, dada la experiencia de otros países, quizá sea la vía por la que más fácilmente se encaminen los proyectos futuros.

Una deficiencia casi más pedagógica que real del sistema es la falta de recursos exclusivos, los llamados impuestos finalistas. La sanidad, ahora competencia de las comunidades autónomas, se financia con una cesta común que el Estado dispone para servicios básicos (educación, sanidad, dependencia...), financiada exclusivamente con impuestos. Cada comunidad asigna el porcentaje que quiere, al que puede añadir otros tributos de su propia cosecha. Un sistema que encaja bien con el estado descentralizado, pero que la mayoría de expertos se muestra partidario de modificar. Sostienen que debería haber una partida de presupuesto exclusiva para Sanidad. Carmen López, secretaria de Política Social de UGT, va más allá: "Todo el paquete de financiación sanitaria debe ir con carácter finalista al conjunto de las comunidades, así se haría un análisis real del gasto sanitario".

Caso aparte son los llamados impuestos finalistas, cuya recaudación se dedica sólo al fin para el que fueron creados. Y sólo el llamado céntimo sanitario sobre los hidrocarburos, aplicado en varias autonomías, tiene como fin la sanidad. Un sistema que algunos abogan por ampliar. "Los impuestos tendrían que ser finalistas. Debería acordarse entre las comunidades, para que todos supiéramos que ese porcentaje va al sistema", reflexiona Fernando Lamata, consejero de sanidad de Castilla-La Mancha, con gran trayectoria de gestión en ese campo.Seguramente los ciudadanos apoyarían asignar a la sanidad la recaudación de todo aquello que perjudica a la salud (el tabaco, el alcohol, los hidrocarburos). Y aceptarían de mejor grado impuestos exclusivos para financiar la salud que para otros fines más difusos.

Ese será el gran debate de los próximos años. Cómo financiar un sistema sanitario digno de los pacientes del doctor House -y codiciado por vecinos como los portugueses de Valença, que acaban de perder su centro y acuden al gallego de Tui- con unos recursos públicos víctimas del pinchazo inmobiliario. "No se puede hacer el milagro de los panes y los peces", concluye Ángel Laborda

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