sábado, 31 de enero de 2009
El club de...
El club de los primeros suicidas
"Somos el pit-bull de América: nos pegan, nos maltratan, nos dejan pasar hambre y de vez en cuando nos sueltan para que mordamos a alguien". Así les gusta definirse a los marines que protagonizan la serie de HBO Generation kill, el primer batallón suicida, un grupo de soldados deseosos de apretar el gatillo y cuyos miembros forman la élite de combate del ejercito de Estados Unidos.
Evan Wright, un escritor en la mejor tradición de Hunter S. Thompson, con una ligera tendencia a la locura transitoria, se coló en la primera división que entró en combate en Irak. Cuatrocientos tipos dirigidos por un loco, mal equipados, sin repuestos y con una misión que nunca les fue revelada: concentrar en sus líneas todo el fuego enemigo, desvelando así la fuerza y ubicación de las fuerzas de Sadam.
El resultado: el relato de una orgía a sangre y fuego que llamó la atención de los responsables de la prestigiosa cadena de pago, quienes, a su vez, pasaron el proyecto a David Simon.
Durante dos años, Simon y Wrigth trabajaron en el proyecto. Lo primero que hicieron una vez listo y empaquetado fue someterlo a la prueba del algodón: "Llevamos la serie a Camp Pendleton, donde se entrenan los marines más duros, e hicimos un pase para 500 soldados para ver qué tal reaccionaban. Fue increíble: las risotadas, los gritos... Ahí supimos que lo teníamos. Si esos tipos se lo creen es que es creíble", confesaba desde Los Ángeles Wright, un free-lance que publicó la serie por entregas en la revista Rolling Stone, antes de escribir el libro.
Generation kill ha acabado convertida en una serie con abundancia de escenas de acción, eso sí, con ánimo veraz, nada de espectáculo, y donde el show lo ponen las parrafadas de los marines: "Te llevas a la guardia republicana a un fin de semana a Las Vegas, unas cuantas tías, unas cuantas copas y ya se habría acabado la guerra. Así de simple".
-El Pais -
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