viernes, 18 de diciembre de 2009

La fórmula del regalo ideal...


La fórmula del regalo ideal

Un psicólogo británico asegura haber conseguido una ecuación para elegir el mejor presente navideño

Las luces de Navidad se encienden, los niños entran en ebullición y los padres, angustiados, ya sienten en el cogote el aliento urgente de Papá Noel y de los Reyes Magos. A cada paso y en todas las cadenas televisivas surgen pocoyós sonrientes, ferraris teledirigidos, agresivas muñecas, sofisticados juegos electrónicos... Máquinas imponentes, en fin, que suelen aparecer con un aviso escondido, casi invisible, pero aterrador: 'Más de 50 euros'.

Para orientarse en esta selva de estímulos, un psicólogo británico, Cliff Arnall, ex profesor de la Universidad de Cardiff (Gales), ha querido ofrecer a los atribulados Magos de Oriente una guía «científica» para elegir el mejor regalo. Arnall dice haber conseguido lo imposible: condensar esa maraña de sentimientos, deseos, dinero y alegría navideña en una fórmula matemática. Se trata de asignar un valor numérico del 1 (el mínimo) al 5 (el máximo) a las siguientes características del presente: si permite jugar solo (Pi); si admite otros jugadores (Po); si estimula la creatividad (Cr); si desarrolla la interactividad social (S); si es fácil de transportar (U), y si puede ser heredado por los hermanos menores (H). Estas seis variables deberán sumarse a otra ecuación más vistosa: la que resulta de dividir por la raíz cuadrada del precio (C) la multiplicación de las horas semanales que suponemos que el crío dedicará al juguete (T) por el número de meses que creemos que le interesará (L). El total es, según Arnall, el valor real del regalo.

El esfuerzo del psicólogo británico, que asegura haber entrevistado a 5.000 padres, ha merecido los honores de la prensa popular inglesa (el 'Mail' o el 'Telegraph') y el escepticismo irónico -cuando no la ira- de los periódicos serios, como 'The Guardian'. Mientras unos saludan esta ayuda en tiempos de crisis, otros se ríen de la subjetividad de una fórmula que suma peras con manzanas. Y los más puntillosos airean los fallos del ejercicio de Arnall: si un juguete es gratis, da igual el valor que asignemos a las demás variables, ya que el resultado final siempre será infinito. Muchos padres, sin embargo, coincidirán en que infinito es el valor justo de un juguete que no cuesta dinero.

La mejor fecha, el 19 de junio

La pasión de Arnall por las fórmulas imposibles viene de lejos. Hace años saltó a la fama por proponer sendas ecuaciones para determinar «científicamente» el día más triste y el día más alegre del año. Para ello redujo a números conceptos como el tiempo atmosférico o la excitación por las vacaciones y, tras algunas sumas y restas, acabó por fijar dos fechas: el tercer lunes del mes de enero es el colmo de la melancolía; y el 19 de junio es un continuo éxtasis. Lo más sospechoso es que todas estas heroicidades matemáticas suelen estar patrocinadas: una firma de helados pagó la investigación para buscar el día más feliz, y una empresa de juguetes ha hecho lo propio con su última fórmula. Y, por si las moscas, la Universidad de Cardiff aclara que ya no tiene nada que ver con Arnall. Pero si se acerca el 6 de enero, su hijo va por el cuarto folio de la Carta a los Reyes y usted sigue sin decidirse entre un pocoyó sonriente o un ferrari teledirigido... cualquier ayuda sirve. Coja la calculadora y a ver qué sale.

Pi+Po+Cr+S+U+H+ (TxL/raíz cuadrada de C)= Valor del juguete



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