lunes, 31 de enero de 2011
domingo, 30 de enero de 2011
La ciencia del rock...
La ciencia del rock
Seis explicaciones matemáticas a los misterios del pop a partir de las últimas revelaciones musicológicas
Ésta es la primera entradilla de la historia que no responde las cinco preguntas clásicas del periodismo, sino que plantea seis: ¿Están las melodías cerca de acabarse? ¿Por qué el iPod parece el mejor de los djs? ¿Hay música para chicas y para machotes? ¿Por qué tengo muchos más discos en las letras M y S que en el resto? ¿Cuántos años faltan para que toda la música acabe en Internet? ¿Por qué la segunda canción del disco parece siempre la mejor? Las preguntas son del jefe, así que hay que responderlas. Por fortuna no falta material en las librerías, con las recientes obras del neurólogo Oliver Sacks (Musicofilia, en Anagrama) o del músico y científico cognitivo Daniel Levitin (El cerebro y la música, en RBA), ambas originales y de un gran interés, y de algún otro libro. Además uno tiene sus contactos, así que vamos a ello.
- ¿Están las melodías cerca de acabarse o las canciones (no atonales, claro) son infinitas? El número de melodías dodecafónicas es fácil de calcular -son unos 500 millones-, pero difícil de interpretar. Casi toda la música es tonal, es decir, que se basa en generar y resolver tensiones sobre un punto de anclaje o reposo armónico (la tonalidad, como do mayor o la menor). Cualquier sistema tonal implica que unas notas (la tónica o ancla y sus socios naturales) se utilizan mucho más que otras en una melodía.
Lo que hizo Schönberg fue prohibir por estatuto usar una nota más que otra: la melodía dodecafónica debe llevar las 12 notas que hay en la escala, y ni una más. Schönberg no fue el primer músico atonal, pero sí el primero en proponer esa fórmula matemática simple para garantizar al compositor una atonalidad cristalina.Las posibles melodías dodecafónicas, por tanto, son las permutaciones de 12 notas tomadas de 12 en 12, que son 12! (12 factorial, o 12 x 11 x 10 x 9...), o cerca de 500 millones. La biblioteca de iTunes tiene seis millones de canciones, así que ahí parece haber margen para 80 bibliotecas iTunes más. Lo que ocurre es que poca gente llamaría melodías a la mayor parte de esos productos matemáticos.
Responde mi crítico musical favorito, Diego A. Manrique: "Uno de los primeros números de Rolling Stone se planteó la cuestión a principios de los setenta. ¿Se están acabando las melodías? No supieron responderla".
¿Cuántas melodías tonales hay? Una forma de estimarlo puede ser no partir de 12 notas, sino de 7: la escala diatónica descubierta por Pitágoras (do re mi fa sol la si), casi un producto de la física del sonido. Son las teclas blancas del piano, y casi cualquier forma en que uno toque esas teclas produce una melodía tonal.
Pero las permutaciones de siete notas tomadas de siete en siete apenas pasan de 5.000. Cada una debería estar repetida 1.200 veces en iTunes. Y aún puede que siete notas sean demasiadas. El mayor éxito de Weather Report, Birdland, se basa en una melodía de una simpleza insultante: sus cinco notas sólo dan 120 permutaciones. ¿Entonces qué pasa?
Que el diablo mora en los detalles. Cuando las primeras bossa nova fueron acusadas de monótonas, Antonio Carlos Jobim respondió con la Samba de uma nota so, donde la única nota de la melodía adquiere cinco significados radicalmente distintos según a qué acorde pertenezca. La innovación en música, como en todo lo demás, no es una cuestión de combinatoria, sino de profundidad, durará cuanto dure el talento.
- ¿Cómo funciona el shuffle del iPod, que a veces parece el mejor de los djs? "La reproducción de canciones obedece estrictamente a una selección aleatoria entre las que tiene almacenadas", dice el portavoz de Apple, Paco Lara. ¿Será entonces el azar el mejor de los djs? No. La clave está en el almacén, o en su guardián: un autómata llamado Genius. Es parte de la última versión de iTunes, el programa de Apple para reproducir, organizar, sincronizar y comprar música.
"iTunes 8 incluye la revolucionaria característica Genius", explica Lara, "que con un solo click en una canción crea una lista de reproducción con otras canciones de tu biblioteca que van bien juntas con ella". Pero entonces, ¿está programado en iTunes el concepto ir bien juntas? Aquí pinchamos: "Me temo que los algoritmos que están detrás de la tecnología Genius no están descritos públicamente".
Según Apple, Genius ayuda al usuario a "redescubrir las canciones favoritas que ya tiene", y le sugiere canciones afines "que todavía no tiene", por si quieren añadirlas a su colección. Genius combina tu información con los datos anónimos de millones de usuarios de iTunes y la procesa con esos misteriosos "algoritmos desarrollados por Apple". ¿De qué van?
Genius es un filtro colaborativo, un tipo de programa que recoge información sobre los gustos de todos y la usa para predecir el gusto de cada uno. Estos sistemas no funcionan sacando promedios, sino deduciendo pautas. Buscan a otros usuarios con tu mismo patrón de preferencias, y luego aplican un principio simple y eficaz: quienes han coincidido antes tienden a coincidir después. Los humanos somos así, y Genius lo sabe.
"Pruébalo", me dijo Lara, y así lo he hecho estos días. Es verdaderamente espectacular. Con muy poca información de partida -como una versión concreta de Summertime por el guitarrista de jazz Barney Kessel-, Genius ha clavado mi perfil de oyente, hasta el extremo de que ya me ha descubierto otros cuatro guitarristas a los que ignoraba por entero, y que me gustan mucho más que Barney Kessel, les confieso espontáneamente. ¿Cómo lo hizo?
Manrique explica: "Hay una empresa que se dedica a clasificar las canciones según características como el tiempo que tarda en entrar la melodía, el número de veces que se repite el estribillo o el tipo de armonías. Presumían de predecir los éxitos". Así funciona Genius -con criterios musicológicos- y por eso funciona tan bien.
Pero Genius también usa cualquier otro truco que le venga bien. Por ejemplo, le metí las gymnopédies de Erik Satie y me devolvió el tema de La lista de Schindler, de John Williams, que no se parece en nada. Genius lo había encontrado en Google. Y no reparó en que ése era otro John Williams: un guitarrista clásico conocido por sus transcripciones de Satie.
- ¿Hay una música para chicas y otra para machotes? "Sí, pero sólo en España", responde con humor (alemán) mi musicólogo y neurocientífico favorito, Stefan Koelsch, del Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas en Leipzig. "No, pero ya en serio, yo creo que las nanas las suelen cantar las madres más a menudo que los padres, pero puede ser una cosa cultural". En la que Koelsch, por cierto, no ve ninguna ventaja: "Yo personalmente creo que las nanas y otras canciones cantadas por los padres -y no sólo por las madres- tienen unos efectos muy beneficiosos para el niño".
El científico prosigue: "De modo similar, no pienso que haya una base biológica para las diferencias musicales entre sexos. Las distintas preferencias musicales de hombres y mujeres vienen determinadas sobre todo por la cultura, probablemente. Pero es cierto, por ejemplo, que la música de algunas cantantes es considerada 'para chicas' por los adolescentes, y despreciada por los chicos. Y también es verdad que se manejan perfiles sobre la distribución de género de los oyentes para una canción, una banda, una emisora de radio o lo que sea. Steven Brown recoge algo de esto en Music and manipulation". Ahí tenemos otro libro.
Manrique, creador del espacio Sólo para ellas en Radio 3, añade otro ángulo: "Los hombres tendemos a organizar nuestras preferencias con unos criterios más rígidos que las mujeres, como para convencernos de que controlamos la realidad; marcamos así nuestro territorio, y todo lo que queda fuera de la frontera tiene que ser necesariamente terrible". "Las mujeres están mucho más desprejuiciadas", prosigue el crítico, "y cuando escuchan música no tienen necesariamente que estar reforzando sus esquemas y estereotipos; tampoco necesitan comprarse todos los discos de B. B. King, por ejemplo".
- ¿Por qué en mi discoteca tengo muchos más discos en las letras M y S que en el resto? Ésta no es de música. También mi agenda del móvil está llena de emes -manolos, marías, manriques-, y algo similar pasa en los diccionarios. La preponderancia de la M se debe seguramente a que no hay mejor forma concebible de empezar una palabra: cerrando la boca.
- Al ritmo sostenido que llevamos de sumar canciones a la Red... ¿Cuántos años faltan para que toda la música acabe en Internet, si tal quimera es posible? Es posible que ya esté en la Red toda la música, aunque sólo en un sentido estrecho de la palabra "toda". También es verdad que, por ahora, muchas grabaciones descatalogadas sólo están disponibles en servidores de difusa legalidad. "Si encuentras algo que te interesa en una de esas páginas de descargas gratis", aconseja Manrique con ironía, "más vale que te lo bajes de inmediato, porque al día siguiente pueden haber cerrado 'por aviso legal'".
De todos modos, "hay miles de canciones que no han llegado a Internet, y que quizá nunca lleguen", dice Manrique. Las emisoras de radio, por ejemplo, tienen registradas innumerables interpretaciones en directo que emitieron desde sus estudios, y que rara vez se han editado en disco, y casi nunca han llegado a la Red. "¿O qué sabemos de la música de Indonesia, o de Manchuria en los años treinta?", se pregunta Manrique ahora que no le oye el jefe.
- Y acabamos con la sexta pregunta ¿Por qué el segundo corte del disco parece siempre la mejor? Responde mi periodista favorito, Walter Matthau: "Oh vamos Hildy, ¿quién llega al segundo corte?".
sábado, 29 de enero de 2011
¿Piratas?
Piratería es lo que hace la gente que va con armas en el mar: capturar barcos, robar cargueros y convertir en rehenes, y a veces asesinar, a tripulación y pasajeros. Piratear no es lo que hace la gente que comparte música en la red.
Dan Gillmor, en “11 cosas que haría si dirigiera un medio de comunicación"
viernes, 28 de enero de 2011
jueves, 27 de enero de 2011
Desinformación...
Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo
Que los medios informativos hace mucho que dejaron de ser (si alguna vez lo fueron) imparciales no creo que sorprenda a nadie. Que sus intereses económicos priman sobre la información que presentan, tampoco. No obstante, está muy bien refrescarse la memoria de cuando en cuando y saber algo más acerca de los entresijos de los medios y por qué los datos que recibimos son esos y no otros. Pascual Serrano investiga de forma bastante exhaustiva la actuación de diversos medios en su presentación de las noticias del día a día; y les anticipo que ninguno de los grandes medios de comunicación españoles sale bien parado.
Desinformación se divide en varios capítulos que se centran en las coberturas informativas de distintas regiones del mundo; pero si hay algo que pone en común los tratamientos informativos que reciben todos los distintos lugares es una cosa: la falta de rigor periodístico. Serrano apunta varias facetas de esa relajación: la (inevitable) selección de las noticias que se expondrán en el medio; la falta de interés en proporcionar al receptor un contexto adecuado para la cabal comprensión de la noticia; la preferencia por el detalle anecdótico o trivial sin entrar en el desarrollo inteligente e incisivo de la cuestión; el sesgo del mensaje que se lanza (ni hablar de la objetividad del periodismo, claro está; a estas altura del cuento eso ya es casi imposible), condicionado por los dueños del medio informativo o por los anunciantes; la supresión de datos que puedan alterar de alguna forma el orden económico mundial… Como verán, los defectos son tantos que sería casi imposible dar cuenta de todos.
Es especialmente sangrante la cobertura que la prensa (casi siempre occidental, por supuesto, sobre todo estadounidense) hace de los acontecimientos en América Latina. Afirma el autor que con la llegada al poder, en los últimos años, de varios líderes «populistas» (empleo el término sin ningún carácter peyorativo) como Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador o Daniel Ortega en Nicaragua, la definida línea ideológica de una gran cantidad de medios de información ha optado por lo que Pascual Serrano denomina «agresión informativa»: un ataque constante a todos aquellos gobiernos cuyas actuaciones socioeconómicas no se ajusten a lo que pregonan los organismos internacionales que se dividen el pastel; léase: FMI, Banco Mundial, etc. Así lo expresa el autor:
Resulta además evidente cómo los gobiernos de derecha o izquierda moderada, que respetan los criterios y planteamientos de las líneas dominantes del mercado internacional y no se enfrentan a multinacionales y grandes potencias, son los que gozan de más respeto en la cobertura informativa.
Serrano muestra, con una gran cantidad de ejemplos sacados de diferentes medios de comunicación, cómo los intereses económicos supranacionales se imponen en el tratamiento de la información que se presenta al público. Las iniciativas empresariales privadas de los grandes emporios mundiales marcan de manera decisiva aquello de lo que se puede hablar; y aunque esto ocurre con mayor impunidad cuando se trata de la información del llamado “Tercer Mundo”, otro tanto sucede con las noticias de los países más avanzados. Basta el ejemplo de la flagrante manipulación informativa que precedió a la invasión de Irak por la coalición de países liderados por Estados Unidos.
Desinformación termina proponiendo una serie de recursos más o menos alternativos que pueden servir de ayuda al ciudadano que pretende acceder a una información completa y lo más veraz posible: agencias de prensa, televisiones, radios, periódicos on-line o blogs. Pero la principal enseñanza que nos deja Pascual Serrano con esta documentada obra es la siguiente: la información no sólo es un derecho, sino todo un deber. Como ciudadanos integrados en sociedad, también tenemos que poner todo lo que esté en nuestra mano para acercarnos a la verdad de lo que ocurre en el mundo, sin esperar de manera pasiva a que alguien nos ofrezca una versión (que no información) sobre los hechos. Ahora nos toca a nosotros poner ese consejo en práctica.
miércoles, 26 de enero de 2011
martes, 25 de enero de 2011
lunes, 24 de enero de 2011
Ideas para mejorar la gestión del tiempo (II)
Ideas para mejorar la gestión del tiempo (II)
Ayer publicábamos la primera parte de esta entrada, en la que comentamos algunas ideas para gestionar mejor el tiempo, una de las eternas asignaturas pendientes de muchos de nosotros en nuestra vida laboral y personal. Hoy toca la segunda parte, así que sin más preámbulo, aquí van los siguientes 8 puntos o ideas para mejorar nuestra vida. A por ellos:
8) Delegar y/o subcontratar
No pasa nada si no somos capaces de hacer una tarea. No es nada difícil encontrar a alguien que haga cosas mejor que nosotros y, aún encima, con un coste menor. La falta de delegación de algunas tareas, es uno de los principales problemas que se dan en el trabajo. En mi opinión, nosotros debemos centrarnos en aquellas tareas en las que aportemos más valor a nuestros clientes y dejar que otros (subordinados, socios, compañeros de trabajo o terceras empresas), se encarguen del resto. Hace unos días tratábamos el tema del coste de los servicios de asesoría en el blog, así que valora tú mismo tu caso y decide qué es lo que más te conviene. En mi opinión, primero cubramos lo que aporta valor a nuestros clientes y luego, si nos sobra tiempo, vayamos a por lo demás.
9) Optimizar nuestros procesos
Cualquier proceso de nuestro trabajo es susceptible de mejora. Si prestamos atención a las tareas que ejecutamos a diario, seguramente podamos encontrar sinergias entre algunos de ellos para ser más eficientes. Por ejemplo, estar todo el día pendiente de emails que pueden ser respondidos al día siguiente, no es lo mismo que leer el correo a primera hora de la mañana, al mediodía y a última hora de la tarde. Seguramente, en la segunda opción, le hayamos dedicado menos tiempo en total a la tarea de leer y responder el correo. Las alertas de correo nuevo están bien, pero ¿Realmente necesitas saber que te acaba de llegar un email?
10) Aprende a decir “No”
Es muy fácil decir a todo que sí y luego darnos cuenta de que no podemos llegar a lo que nos hemos comprometido con un cliente. O también, que digamos que sí a una tarea que nos pide otra persona y que en realidad la debería hacer ella misma. Al final, lo que conseguimos es engordar nuestra jornada, cargar nuestra lista de tareas e impedir que el trabajo importante salga a tiempo o que éste vaya con errores por ir con prisas,… No es fácil, pero es más que recomendable explicarle a la otra parte que no se puede hacer el trabajo por el motivo que sea, y digo yo, que como regla general, mejor decir “no voy a poder hacer el trabajo en el plazo que me pides”, que “no he podido hacerlo a tiempo”.
11) Aprovechar las mejores horas para trabajar
Aprender en qué horas somos más productivos y dedicarlas al trabajo que requiera por nuestra parte una mayor concentración, será una excelente medida para sacar adelante cualquier tarea compleja. Es fácil comprender que no se rinde igual a primera hora de la mañana que a última, un lunes que un viernes, o durante el fin de semana, después de las horas de comer, de resaca… Aquí cada uno es un mundo, igual que cuando estudiábamos, había gente que chapaba por la noche y otros que sólo lo hacían de día. Elige tu mejor horario y evita dejar el trabajo importante para esos momentos de bajón.
12) Marcar horarios de trabajo constantes
Ser constantes es clave para trabajar bien. Marcarnos una rutina nos ayuda a que nuestro cuerpo y mente se acostumbren a trabajar, evitando un proceso de aclimatación o de cambio continuo. Fijar las horas de descanso fijas también ayuda, así como respetar los tiempos de inicio y de finalización.
13) No perder el tiempo
Deja de consultar el Facebook, el Twitter, de ver la tele, de leer la prensa deportiva para ver a cada minuto las últimas noticias de tu equipo favorito o la cotización de los valores de los que ni siquiera tienes pensado comprar acciones. No te levantes constantemente a por agua, tenla a mano, apaga el teléfono o desvía las llamadas si es necesario, desactiva las notificaciones del correo electrónico,… En definitiva, identifica todo aquello que te haga perder el tiempo y aquellas cosas que puedan esperar, déjalas para otro momento ¿Recuerdas que hablamos de priorizar tareas?
14) Evitar la multitarea
Aunque nos parezca que somos capaces de hacer un montón de cosas a la vez, más bien es lo contrario. Si estamos al teléfono con un cliente a la vez que enviamos un email a otro, estamos incrementando el riesgo de cometer algún error, que puede venir disfrazado de mil formas, pudiéndonos obligar a repetir la llamada porque no hemos recopilado la información correctamente en la primera ocasión, dejando una mala imagen a la persona que está al otro lado del aparato o incluso, tirando por tierra horas de trabajo por no haber comprendido al 100% las especificaciones que nos estaban transmitiendo durante la conversación. Mejor hagamos una cosa a la vez y dejemos la multitarea, sólo en casos especiales.
15) Hacer descansos
Si estamos quemados de currar, no seremos productivos y nuestra eficiencia caerá en picado. Programar los descansos a todos los niveles, es decir, los días festivos, vacaciones, horas libres, paradas para tomar café o comer, nos ayuda a organizarnos, a “cargar las pilas” y a tener la cabeza despejada en todo momento para trabajar.
16) Mantener todo el sistema
Es importante el mantenimiento de nuestro sistema para que todo funcione, incluido uno mismo. Así como no debemos descuidar las copias de seguridad de nuestros archivos, tampoco podemos olvidarnos de comer bien, de hacer deporte o vida social, limpiar la casa o la oficina ¿O esto lo subcontratábamos…?
domingo, 23 de enero de 2011
Significativo...
Lo primero que hizo el hombre en la Luna fue tirar basura. Armstrong tiró un petate que contenía basura.
¡Cuánta Ciencia!
sábado, 22 de enero de 2011
viernes, 21 de enero de 2011
Ideas para mejorar la gestión del tiempo (I)
Ideas para mejorar la gestión del tiempo (I)
Decir que gestionar eficazmente nuestro tiempo es una las claves para ser productivo, no es precisamente descubrir la pólvora. Dado que, en los tiempos que corren, cualquier ayuda en este sentido puede ser bienvenida, que estamos todavía con la vuelta de vacaciones reciente y que aún es posible que nos queden ganas de intentar cosas nuevas para mejorar nuestras habilidades, he preparado esta entrada con algunas ideas para gestionar mejor nuestro tiempo, basándome en la que propone Cameron Chapman en Smashing Magazine.
Existe gran cantidad de literatura y blogs (El Canasto) sobre sobre gestión del tiempo, incluso es un tema que ya hemos tratado en Pymes y Autónomos en alguna ocasión (Diez consejos para la gestión del tiempo, ¡Gestiona tu tiempo y aprovéchalo!), pero no quiero dejar escapar una de las entradas sobre el tema que más me han gustado estas últimas semanas ¿Te atreves con ellas? A continuación, tras el salto, comienza la lista de recomendaciones.
1) Organizarse
Es interesante disponer en nuestro lugar de trabajo de medios adecuados para clasificar la información. En el caso de la documentación, podemos pensar en carpetas, bandejas, estanterías,… Si nos vamos a nuestro ordenador, lo mismo, pero de manera virtual. Prueba diferentes sistemas hasta que hayas encontrado el que mejor se adapte a tus necesidades: Una carpeta por proyecto, por tema,… Mover los archivos de un proyecto completo a otra ubicación.
2) Separar el espacio de trabajo de todo lo demás
Salvo para unos pocos privilegiados que se concentran en cualquier sitio, seamos claros: Es fundamental disponer de un espacio para trabajar. Si trabajamos en una oficina es más fácil acotar este espacio que si lo hacemos en casa, donde nos costará algo más de esfuerzo encontrarlo. Una mesa de trabajo, aprovechar una habitación que no estamos usando o entrar en “modo trabajo” cuando estemos en este lugar, nos ayudarán a ser más eficaces a la hora de ponernos manos a la obra.
3) Aprovechar las herramientas de gestión del tiempo que tienes a tu alcance
Tenemos multitud de herramientas sencillas que nos ayudarán a organizarnos mejor. La combinación del calendario con una lista de tareas suele dar bastante buen resultado a la hora de organizarse, así no se nos pasará ningún evento o fecha importante, además de tener organizadas nuestras citas y tareas. Podemos soportar esta gestión en “modo papel” en una agenda, o usar alguna de las aplicaciones a nuestra disposición, tanto online (Remember the Milk, Google Calendar,…) como de escritorio (Outlook).
4) Fijarse metas realistas
Marcarse metas, al más puro estilo de una competición ciclista, es una práctica más que recomendable a la hora de gestionar nuestro tiempo. Si nos marcamos metas, es más fácil saber realmente lo que es importante, como diría Steve Jobs, los puntos que hay que ir uniendo para llegar al objetivo. Ah, eso sí, las metas deben ser realistas, ya sabemos que si nos dejamos llevar por la imaginación, somos capaces de llegar a la luna en un día.
5) Fijar plazos razonables
Además de las metas, es interesante marcar plazos para acometer el trabajo. Puede que nos los marquen nuestros clientes o nuestro jefe (al fin y al cabo, es otro cliente más), pero en cualquier caso, siempre ayuda tener un plazo marcado para finalizar cada tarea, ya que nos obliga a estar concentrados en ella y no perdernos por el camino o quedar a la deriva.
6) Planificar a largo plazo
Mantener un plan a largo plazo (mensual, bi-mensual, trimestral, anual,…) nos ayudará a tener una visión global del trabajo que estamos realizando a lo largo del tiempo. Marcar los hitos principales sobre este calendario o las citas importantes, nos proporcionará una valiosa información en todo momento con un simple vistazo. Usar colores o formas diferentes ayuda a verlos mejor.
7) Priorizar
Priorizar, priorizar, priorizar,… siempre. Si tenemos una lista de tareas para realizar, debemos acometerlas por orden de prioridad. De nada vale que hayamos dejado la bandeja de entrada del email completamente limpia a primera hora, si lo que teníamos que haber hecho era enviar un correo importante a un cliente o a un compañero de trabajo o hacer una llamada telefónica. Primero, antes de nada, lo más importante. Usar un sistema visual, de tal manera que nos ayude a resaltarlo por encima del resto, mejora nuestra capacidad de establecer prioridades. Sí, ya sé lo que estáis pensando muchos en este momento ¿Hago antes lo importante o lo urgente? Si alguien tiene una respuesta, ahí están los comentarios y la entrada de Remo, porque yo creo que depende de cada uno.
Otra buena idea en este sentido es organizar nuestra bandeja de entrada de correo. Yo lo que hago es desviar los emails menos importantes para que no lleguen a la bandeja de entrada, sino a una carpeta (etiqueta) diferente, que consulto con menor frecuencia. Gmail, el Outlook y muchos otros clientes de correo permiten gestionar esto con bastante solvencia.
Bien, hasta aquí llega la primera parte. Para no hacer demasiado extensa la entrada e ir por partes, mañana saldrá publicada la segunda. Quizá ahora sea un buen momento para reflexionar y revisar cómo estamos con respecto a los 8 puntos anteriores. Lo dicho, mañana, más.
jueves, 20 de enero de 2011
Ampliando fronteras...
En la historia de la humanidad, viajar a la Luna fue siempre la fantasía de los locos o los insensatos: sólo los seres divinos y los superhombres podían emprender aquel viaje. Pero un día los seres humanos se elevaron en el aire con alas mecánicas. Desafiaron a la gravedad y ampliaron la frontera de lo posible.
De la Tierra a la Luna (1898)
miércoles, 19 de enero de 2011
martes, 18 de enero de 2011
El 'kitsch' del 'souvenir' estival...
Recuerdos de Benidorm desde las salas de un museo
Dos exposiciones elevan el 'kitsch' del 'souvenir' estival a la categoría de arte
"Un senegalés en Florencia vende a turistas alemanes souvenirs etruscos fabricados en Hong Kong". El antropólogo Duccio Canestrini tiene esa visión de los recuerdos de viaje actuales. Para él han dejado de ser recuerdos. Como mercancía, sin embargo, son objetos extremadamente simbólicos capaces de reducir la complejidad de un lugar a un icono identificable.
Al margen de dónde hayan sido fabricados, los souvenirs prueban nuestros viajes, materializan nuestras experiencias y, finalmente, acaban por hacinarse en nuestros hogares. Además, Fernando Estévez, Mayte Henriquez y Mariano de Santa Ana sostienen que hoy ese objeto dice más sobre el turista que sobre la cultura del lugar al que representa. Comisarios de la muestra Souvenir, souvenir: la colección de (los) turistas, que puede verse en la Fundación César Manrique de Lanzarote, aseguran que con el recuerdo "el turista satisface su demanda, no de la cultura que visita sino de ésta como él la percibe". Así, aunque terminen por venderse en las tiendas de todo a cien del barrio y aunque fueran fabricados a miles de kilómetros de distancia de donde los compramos, siguen triunfando en el turismo de alta velocidad. ¿Qué se esconde detrás de esos objetos simbólicos y banales?
El souvenir tiene una condición dual y paradójica. Por un lado es un gasto inútil. Por otro, atesora algo irrepetible que queremos recordar. Habitualmente un objeto vulgar, sirve de puente entre la alta cultura -una pirámide, una estatua de Miguel Ángel- y la baja que ellos mismos representan. Fascinado por un objeto tan enigmático y escurridizo, el diseñador Oscar Guayabero ha ideado la exposición Efecto souvenir: fetiches de viaje más allá de los tópicos en el Design Hub de Barcelona.
Se pregunta Guayabero: ¿por qué, en Londres, por ejemplo, es más memorable el Big Ben que la catedral de San Pablo? ¿Por qué la pizza triunfa por el mundo y no lo hace la empanada gallega? ¿Y por qué los sombreros mexicanos -en franca decadencia- se han convertido en un souvenir de Barcelona sin ningún vínculo real con la ciudad?
Es difícil dar con una respuesta porque cada objeto contiene una historia. Así, sucede que cuando observamos una torre Eiffel de plástico dejamos de mirar una figurilla grotesca para ver, en realidad, París, Francia entera.
La costumbre de este objeto se remonta en el tiempo. Hasta los pueblos nómadas de la antigüedad trasladaban recuerdos tangibles de los lugares en los que acampaban temporalmente. El souvenir se remonta a los viajes religiosos que se hacían por motivos de fe, tras una promesa o como penitencia personal. Los peregrinos querían, y quieren, llevarse un recuerdo del lugar visitado. Las reliquias nacieron así. En el catolicismo, por ejemplo, se extendió la costumbre de coleccionar huesos y cabellos de santo o pedazos de túnica. Cuando se terminaron los originales comenzó la industria del souvenir religioso. Y hasta hoy: del agua de Lourdes en una botella con la imagen de la virgen a los platos que conmemoraban la muerte de Juan Pablo II.
Una prueba física, como realidad de un viaje, también se cuenta entre los primeros recuerdos: una planta nunca vista, un animal exótico o, incluso, un indígena constituían una prueba irrefutable del descubrimiento que se pretendía demostrar.
Hoy, quienes no se conforman con las postales y todavía buscan lo auténtico, convierten en souvenir objetos de uso de las tradiciones locales como kimonos, taburetes o cerámicas. Sea como fuere, los coleccionistas llevan siglos recorriendo el mundo y comprando objetos reales. Buena parte de los fondos arqueológicos de los museos del planeta provienen de esos expolios.
Si viajar es bueno y el turismo es un lujo, éste debe dejar un buen recuerdo. Ahí es donde entra en juego la capacidad de estos objetos para modificar los recuerdos y transformarlos en idílicos. "No compramos souvenirs para recordar lo mal que lo pasamos en el aeropuerto, la fiebre que nos tumbó o lo cara que era la comida", señala Guayabero. Así, a los souvenirs reales actuales (pedazos del muro de Berlín, curiosamente siempre con un pedazo colorista de graffiti) se contraponen los furtivos (las colecciones de ceniceros de bares), la conversión del dolor en objeto (los recuerdos del 11-S) e incluso la souvenirización de personajes como el Che Guevara o Lady Di.
Con todo, su industria nace con la aparición de la industria turística: la que está detrás de los viajes organizados con estancias cortas, paradas fijas y el cartel de todo incluido que invita a dejar de pensar. "Este turista sólo tiene tiempo de reafirmar la idea del lugar que tenía antes de visitarlo", opina Guayabero. La sorpresa no cabe en esos viajes que, sin embargo, sí sirven para confirmar el tópico.
Vivimos un momento en el que pueden llegar a existir souvenirs de lugares o tradiciones que no existen. Basta pensar en el caso del best seller Tengo ganas de ti, en el que el escritor Federico Moccia situaba a una pareja sujetando un candado al puente Milvio de Roma y lanzando la llave al Tíber como símbolo de su amor eterno. Muchos lectores del libro corrieron a repetir ese ejemplo y los vendedores de recuerdos se lo pusieron fácil. Finalmente, la barandilla del puente amenazó con ceder. Y las aguas del río sufrieron la contaminación del óxido.
¿Existen nuevos souvenirs? Guayabero cuenta cómo, para un turista exigente, las tiendas de los museos se esforzaron en preparar objetos más irónicos, pero con la misma mecánica simplificadora del souvenir, que quiere vulgaridad. "La complejidad no es apta para el turismo". Las muestras Efecto souvenir y Souvenir, souvenir indagan en ese mundo paradójico y apasionante de anhelos, industria, invención y recuerdos. Como souvenir dejan una lista de preguntas: ¿puede no ser kitsch? ¿Es una ciudad más digna si sus objetos de recuerdo lo son? Mientras las contestamos, éstos seguirán invadiendo los lugares turísticos. O inventándolos.
lunes, 17 de enero de 2011
Móviles...
Hijo, a nadie le importa una mierda todo lo que hace tu móvil. Tú no lo has inventado, lo has comprado. Cualquiera puede hacer eso.
Mr. Halpern de @shitmydadsays -
domingo, 16 de enero de 2011
sábado, 15 de enero de 2011
Los diez peores...
Los diez peores hábitos de trabajo
Como hemos hablado en estas páginas varias veces, especialmente en estos momentos de dificultad, es importante hacer las cosas bien en el trabajo, no ser visto como el problemático y leer las pistas de que pueden haber problemas.
Parte de hacer las cosas bien es tener buenos hábitos en la forma de trabajar.
Por eso me interesó la lista de los diez peores hábitos de trabajo. La lista de hábitos que si los reconoces en tu forma de trabajar, debes mejorarlos, son los siguientes:
1. Dilación con el trabajo.
2. Ser poco riguroso con el email.
3. Confundiendo lo informal con lo irrespetuoso.
4. Aprovechándose de la libertad de acción concedida
5. Negándose a mezclarse.
6. Siempre llegando tarde.
7. Ser rígido.
8. Actuando siempre como el contario
9. Hablando mal de la empresa.
10. Politiquería.
No hay que dar escusas en este entorno a que se fijen en nosotros negativamente.
viernes, 14 de enero de 2011
Determinación geek...
jueves, 13 de enero de 2011
miércoles, 12 de enero de 2011
Diez consejos para...
Diez consejos para estar más feliz en tu trabajo
En estos momentos de complicaciones en el mercado en general, y en el mercado laboral en concreto, quizás no es el momento de ser exigente en relación con nuestra situación personal en el trabajo.
No obstante, siempre es mejor estar felices en el trabajo, si uno puede, personalmente para el trabajador y en términos productivos por parte de las empresas.
Los diez consejos, con breve descripción en el artículo en referencia, son los siguientes:
1. Mantener problemas personales fuera del trabajo.
2. Personaliza tu puesto de trabajo.
3. Desarrolla una red de apoyo en la oficina.
4. Comer saludable y beber mucha agua.
5. Estar organizado.
6. Muévete dentro del trabajo.
7. No intentes cambiar a tus compañeros de trabajo.
8. Premiate por tus éxitos.
9. Descansa.
10. Enfócate en lo positivo.
Si siguiendo estos consejos estamos un poco más felices en nuestros trabajos, pues mucho mejor.
martes, 11 de enero de 2011
lunes, 10 de enero de 2011
domingo, 9 de enero de 2011
Universidades virtuales...
Universidades virtuales
Rectores de centros de todo el mundo se reúnen en Barcelona para intercambiar experiencias sobre la evolución de la enseñanza no presencial
Siempre han sido el patito feo de la enseñanza en Europa y Estados Unidos, pero hoy las universidades a distancia empiezan a vivir una revolución que las hará pasar al primer plano. Aparte del rejuvenecimiento del concepto (el viejo "a distancia" se sustituye por "virtual" o "no presencial"), las razones para un futuro espléndido se encuentran en la mayor demanda de educación en las empresas, que obliga a estudiar en casa o en el trabajo, y la popularización de Internet.
Hace unas semanas 84 rectores del centenar de universidades a distancia de todo el mundo se reunieron en Barcelona, para intercambiar éxitos y fracasos. La primera conclusión es aclaratoria: la universidad virtual pura no existe.
El e-learning o educación virtual pura significa que todo el curso se hace por Internet. La comunicación con los profesores es sólo por la Red. Esta modalidad es aún minoritaria en las universidades a distancia de todo el mundo, que van adaptándose a la nueva realidad tecnológica a la vez que sus alumnos. De momento, la mayoría ofrecen algunos cursos o asignaturas por Red, o bien la usan como refuerzo, pero no como medio único.
A pesar de que en Hong Kong hay una penetración de Internet del 90%, su universidad a distancia sólo ofrece dos cursos virtuales puros: la ley china de negocios y el putonghua, el antiguo idioma mandarín; pero el camino -segunda conclusión de los rectores- es que el aprendizaje será cada vez más virtual.
La enseñanza electrónica pura es aún excepcional. "La mayoría de universidades a distancia no son universidades de e-learning". Se usan más estas aplicaciones en las universidades normales que en aquellas", explica Sarah Guri-Rosenblit, de la Universidad Abierta de Israel. La presencia de la tecnología suele reducirse, explica, a que "los cursos tengan una web y los estudiantes puedan chatear con sus profesores; pero la mayoría de los estudios se hacen usando viejas tecnologías y con tutorías cara a cara".
La universidad isarelí no es una excepción. Fundada en 1974, siguiendo el modelo de la British Open University, imparte cursos a 45.000 alumnos, ninguno de e-learning puro. "Como en Israel no tenemos grandes distancias, muchos de nuestros estudiantes prefieren verse con sus tutores semanalmente", explica Guri-Rosenblit.
La situación empieza a cambiar debido al contexto socioeconómico: la mayoría de estudiantes a distancia, unos 14 millones en todo el mundo, son personas de más de 30 años, con estudios secundarios o una carrera ya hecha, que están trabajando y quieren ampliar conocimientos para mejorar en sus empleos. Al tener que estudiar a tiempo parcial, la educación a distancia es su elección por defecto.
Aprendizaje continuo
La noción de educación continua o educación para toda la vida será esencial para sobrevivir en el mundo laboral. Esto, sumado a las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías para estudiar desde casa, abre un cambio revolucionario en las universidades a distancia hacia el e-learning puro o mixto.
También las universidades e institutos presenciales se apuntan al fenómeno con el uso de plataformas virtuales de educación como la libre Moodle, que sirven de complemento a sus estudios, o incluso ofreciendo algunos cursos a distancia. Y nacen por doquier institutos privados que siguen las dos claves de la educación del futuro: cursos a distancia y uso del e-learning.
"Estamos viendo el inicio de una revolución en la forma como enseñamos y aprendemos", afirma Raymond Duchesne, director general de Télé-Université, de Canadá. Según Duchesne, "la tecnología transformará nuestras instituciones y hábitos de una forma que difícilmente podemos imaginar. El aprendizaje permanente de la educación a distancia cobrará mucha importancia".
Don Olcott, director del británico Observatorio de la Alta Educación Sin Fronteras, añade: "Los programas del futuro son los online y las universidades que prosperarán son las que ahora se aprovechan del potencial y la importancia de la educación a distancia". Según Olcott, el éxito de la educación abierta dependerá mucho de "la capacidad creativa e innovadora de los docentes para desarrollarla".
En Quebec (Canadá) sólo el 2% de estudiantes que cursan educación superior lo hacen actualmente a distancia. Pero este número crece rápidamente, según Duchesne: "Más y más universidades están poniendo en marcha programas a distancia". La experta en calidad de la educación, María José Lemaitre, explica la causa de este fenómeno: "La educación se está convirtiendo en un gran negocio".
En la reunión de Barcelona los rectores discutieron cómo una universidad a distancia tradicional puede pasarse al e-learning, algo en lo que sólo destacan algunas instituciones de Estados Unidos, Canadá, y la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) que, con 54.000 estudiantes, es la segunda universidad de Cataluña. La opinión de los expertos es que hay que sobrepasar las fronteras del conservadurismo de muchos profesores y evitar las políticas de educación uniformes para adoptar otras mucho más flexibles, orientadas a estudiantes muy heterogéneos.
Baja graduación
Además, deben cambiarse los planes de estudio y acercarlos a las necesidades del mundo de los negocios, principal aliado de la creciente necesidad de educación a distancia, en lo que Josep Lladó, vicerector de la Universitat Oberta de Catalunya, calificó de "capitalismo académico".
Tampoco hay que olvidar la globalización y competencia internacional en las que entra una universidad cuando se hace accesible desde cualquier lugar del mundo. Una cuestión nada baladí puede ser: ¿En qué lengua enseña?
La principal conclusión del congreso es que vivimos el momento de la educación a distancia. Imma Tubella, rectora de la UOC, ofreció nuevas ideas al explicar que este año han formado a 30.000 parados en cursos de reciclaje subvencionados por la consejería de Trabajo de la Generalitat. La experiencia ha sido tan positiva que el año próximo se ampliará el estudio a 60.000.
Tubella no obvió uno de los puntos oscuros de este tipo de universidades: el bajo porcentaje de estudiantes que acaban graduándose, ya que la educación a distancia demanda más autodisciplina y tiene que compaginarse con el trabajo. El tiempo medio para acabar una carrera a distancia es mayor que en las presenciales normales y no baja de los seis años.
¿Puede enseñarse cirugía por Internet?
A medida que el e-learning se impone como medio dominante para la educación del futuro, surge la discusión entre los académicos sobre si es factible enseñar totalmente a distancia y de forma virtual o es necesaria cierta interacción cara a cara con tutores y profesores.
John C.Y. Leong, rector de la Universidad Abierta de Hong Kong, prefiere el mixto: "Con Internet la educación es más interactiva, pero también más aislada. Siempre será necesario hacer al menos las tutorías cara a cara; a la larga es mejor porque hay alumnos y asignaturas que lo necesitan". Leong es cirujano y afirma que hay dos profesiones que jamás podrán enseñarse totalmente en Red: cirujano y dentista. "Hay que ir a los hospitales a aprender cómo se hace". En psicología y sociología tampoco aconseja el e-learning puro.
Tian Belawati, rectora de la Universidad Abierta de Indonesia, cree que quien lo marca son los alumnos y no el tipo de estudio: "En Indonesia el e-learning mixto es el ideal debido a los hábitos del estudiante, acostumbrado a la educación cara a cara. A medida que se acostumbren a vivir y trabajar en Red la educación podrá ser totalmente electrónica".
Sarah Guri-Rosenblit, de la Universidad Abierta de Israel, apuesta por el e-learning puro: "Hoy la mayoría prefiere el modo mixto, pero si tienes una clase pequeña con apoyo intensivo de enseñanza en línea, puede realizarse una educación electrónica pura con éxito". La condición, según Guri-Rosenblit, es que "no puedes tener un número muy grande de estudiantes en cada clase y por tanto necesitas movilizar a más profesorado, lo que incrementa costes".
sábado, 8 de enero de 2011
viernes, 7 de enero de 2011
García Rodero...
García Rodero, en el objetivo de Magnum
La autora de 'España oculta' puede convertirse mañana en la primera fotógrafa española de la agencia
El exigente proceso de ingreso arrancó hace cuatro años
De los escombros de la II Guerra Mundial nació la agencia Magnum Photos , un mito de la fotografía documental fundado por Henri Cartier-Bresson, Robert Capa, George Rodger y David Seymour. Ahora, 63 años después, una española puede acceder por primera vez al olimpo: todo apunta a que Cristina García Rodero (Puertollano, 1949) se convertirá mañana en miembro pleno de la cooperativa de fotógrafos más importante del mundo.
García Rodero lleva 35 años haciéndose invisible para capturar la realidad desde el mejor ángulo. "No tengo tiempo para angustias, ya han pasado los días en que estaba irritable e inaguantable. Ahora no hay cabida ni para eso", explicaba con unos nervios propios de la primera exposición, poco antes de viajar a Londres para participar en la reunión anual de la agencia. Ni la maleta sin hacer ni la falta de un hueco para ir a la peluquería la agobiaban tanto como condensar su obra en un audiovisual de 70 fotografías. Sus colegas de Magnum contemplarán mañana una exposición de 109 imágenes y luego, mediante votación secreta, decidirán sobre el ingreso de García Rodero, aunque el veredicto parece cantado.
La inquietud de principiante de la fotógrafa española -que inició el muy exigente proceso de ingreso en 2005- contrasta con la seguridad de sus colegas españoles. "Es cómico que tenga que pasar un examen. A los de Magnum debería darles vergüenza", opina José Manuel Navia. Juan Manuel Castro Prieto coincide: "El reconocimiento de la agencia pondrá las cosas en su sitio. Antes jamás habían mirado a nuestra fotografía". Isabel Muñoz confirma: "Si alguien merece entrar en la agencia, es ella".
Cristina García Rodero ha bautizado el leitmotiv de su obra Entre el cielo y la tierra, una definición personal que agrupa innumerables abordajes de las dualidades y contradicciones del ser humano: lo espiritual y lo carnal, lo religioso y lo pagano, lo natural y lo sobrenatural, la vida y la muerte, la ciudad y el campo, lo nuevo y lo viejo. Esas obsesiones infinitas asomaron por primera vez en España oculta, una colección de imágenes sobre la idiosincrasia religiosa española. Publicada en 1989 -tras 16 años de elaboración-, es un verdadero punto de inflexión en la trayectoria de García Rodero.
Premiada con el Ojo de Oro del World Press Photo en 1993, la calidad de aquel trabajo catapultó de golpe a su autora y la sacó del anonimato. "Aunque se llame España oculta, habla realmente de lo que somos los españoles", opina Isabel Muñoz. "Me veo retratada en esas fotos como puedo verme en una película de Almodóvar. Cristina ha sabido sacar la magia del pueblo, sus luces y sombras, sus alegrías y tristezas, su sensualidad".
Tanto llegó a conocer los ritos y tradiciones que, sobre el papel, éstos parecen invenciones de su cámara y no lo que son: escenas de verídico fervor religioso. La autenticidad de las fotografías debe mucho a un ojo preciso, reconoce Alberto García-Alix. "Cristina es una mujer muy rápida, que hace clic-clic con la misma velocidad que la cámara". Muñoz remata: "España oculta es un trabajo sin época, con la misma fuerza que cuando se publicó".
Además de una mirada certera, García Rodero, una mujer de aspecto campechano, tiene otra virtud: sabe pasar inadvertida. "Una vez me la encontré en un festival de cine erótico donde había muchos fotógrafos", comenta García-Alix. "Yo llevaba un rato haciendo fotos y, de repente, vi que a mi lado estaba ella, colocada en el mejor ángulo posible, disparando sin parar. Llevaba horas allí, ¡y no la había visto! Cristina tiene esa capacidad. Cuando trabaja se vuelve invisible".
García Rodero se formó en Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid a finales de los sesenta. Y allí volvió para dar clases de fotografía entre 1983 y 2005. Un discípulo, Rafael Trobat, explica que, durante ese tiempo, sus alumnos no eran del todo conscientes de a quién tenían como profesora. Añade que por aquel entonces García Rodero era "una fotógrafa dominguera". Un adjetivo que se comprende mejor con el recuerdo del reportero Gervasio Sánchez: "Hasta hace diez años ejercía como una simple profesora universitaria que daba clases de lunes a viernes y en su tiempo libre viajaba para hacer fotos". Lo hacía conduciendo un coche pequeño por carreteras desconocidas hasta pueblos insignificantes. Como nunca tenía donde dormir, se preparaba una cama entre el asiento trasero y el maletero.
Las imágenes arrancadas a la tradición y a los festejos populares -y más tarde producidas a tiempo completo, cuando una enfermedad de la vista la obligó a jubilarse de la Universidad- componen un archivo descomunal. Ese vasto horizonte entronca con una artista que en los últimos 20 años se ha empeñado en abrir el abanico geográfico de su trabajo. Dos ejemplos: Rituales en Haití, sobre el sincretismo entre el vudú y el catolicismo, y María Lionza, la diosa de los ojos de agua, sobre la creencia precolombina que impregna la espiritualidad de la sociedad venezolana. Rostros desencajados y cuerpos poseídos, rituales populares, tensión y dispersión, violencia y relajación.
En ella, la foto buena nunca es producto de una coincidencia. García Rodero regresa una y otra vez a los lugares y a las personas fotografiados, incluso después de cerrar los reportajes. El fotógrafo Navia subraya que ninguno de sus logros es casual. "Ha renunciado a tener un compañero estable, a construir un hogar. En su casa la cocina nunca funciona, porque está llena de cajas y de libros. La suya es una voluntad prusiana", comenta. Esa entrega influyó en otros artistas, como reconoce Ouka Leele: "Cristina siempre nos ha llevado a todos por delante, abriéndonos el camino. Fue de las primeras mujeres que me hicieron soñar con la fotografía".
García Rodero espera que la agencia, que le parecía inalcanzable hasta hace poco, le ayude a seguir aprendiendo. Quiere "estar entre sabios" y discutir con ellos el oficio. A punto de cumplir los 60, confía en que Magnum le permitirá seguir trabajando hasta bien entrada la vejez.
Conozca el comentario de Cristina García Rodero sobre el reportaje 'María Lionza, la diosa de los ojos de agua' en un vídeo grabado durante la entrega de los premios del World Press Photo de 2008. Esas fotografías -incluidas en la pieza multimedia- fueron premiadas en la categoría de arte y entretenimiento.
jueves, 6 de enero de 2011
Consejos para empezar con buen pie...
Consejos para empezar con buen pie las relaciones con los nuevos compañeros
En estos tiempos de dificultad, se está viendo muchos más cambios de empleo y, con eso, los nuevos trabajadores se encuentran en situaciones muy distintas y, potencialmente, muy complicadas.
Todo nuevo lugar de trabajo tiene su situación distinta, las relaciones entre los trabajadores están establecidas, como la relación de estos con sus jefes y las formas de trabajar también.
Siendo el nuevo en esta situación, siempre es difícil averiguar y absorber las nuevas pautas del entorno nuevo y hay que buscarse la vida lo antes posible, muchas veces sin la ayuda de alguien de dentro.
Una parte importante de buscarse la vida es llevarse bien con los nuevos compañeros y, aunque todos tenemos nuestra personalidad y no se puede ser otro, es recomendable un poco de cuidado cuando uno entra en una situación nueva con procedimientos ya establecidos y con compañeros desconocidos.
En el artículo nos dan unos consejos que a continuación resumo y que están más detallados en el artículo de referencia:
* El salvapantallas; elige un salvapantallas neutral y simple.
* Puntualidad.
* El móvil; deja tu móvil en silencio o en modo vibrador,
* Chatear; antes de instalar, pide permiso.
* Música. Antes de poner música, pregunta a tu jefe si está permitido.
* La comida y el tupperware; cuidado con los olores.
* Arreglo personal.
* Personalizar tu mesa; no molestes o causes alergias.
* Recursos y formación; comparte con compañeros.
* Visitas; que te esperen fuera o en el vestíbulo para no molestar.
Pensar en estas cosas, y en otras, desde el principio puede ser determinante para el buen desarrollo de tu situación en la empresa e, incluso, potencialmente determinante para tu futuro en la empresa.
¡Buena suerte con el nuevo trabajo!
miércoles, 5 de enero de 2011
Ninguna forma de...
martes, 4 de enero de 2011
lunes, 3 de enero de 2011
Las princesas se ponen a trabajar...
Las princesas se ponen a trabajar
El feminismo ha hecho cambiar los cuentos - Disney ofrece ahora historias de igualdad
Las princesas vuelven a estar de moda. Regresan los palacios y los trajes de ensueño, las coronas y las brujas. Pero los nuevos cuentos de hadas muestran una diferencia: las princesas ya no son damiselas en apuros. Sometidas al revisionismo del feminismo y de los padres preocupados por los valores que les inculcan a sus hijas, las nuevas princesas son distintas. No esperan a que el príncipe las salve. Ellas mismas se embarcan en sus propias aventuras y se preocupan por su sustento.
Es el caso de la nueva película de la factoría Disney, Tiana y el sapo, estrenada en Estados Unidos el pasado 11 de diciembre y que llegará a las pantallas españolas el 5 de febrero.
Habían pasado 11 años desde que Disney estrenara su ya penúltima película con una princesa como protagonista, Mulan. Después de más de una década, la gran factoría decidió producir el cuento de Tiana, una joven sobre cuyos hombros descansa ahora el pasado, el presente y el futuro del imperio Disney.
El pasado, porque es un largometraje animado a la antigua usanza, dibujado a mano, con interludios musicales, y que ignora intencionadamente las nuevas tecnologías que ha perfeccionado la animación por ordenador. El presente, porque Tiana es una joven de hoy en día, perteneciente a una minoría racial, valiente y con los pies en el suelo. Y el futuro porque Tiana es la primera en el advenimiento de una legión de princesas modernas.
La siguiente película animada de Disney, producida en 3D, será una adaptación del cuento de Rapunzel, en el que los hermanos Grimm contaron la historia de una joven de pelo larguísimo secuestrada en una torre por una bruja. Se estrenará en las Navidades de 2010. Incluso Pixar, la exitosa factoría de películas en 3D, se ha apuntado a esta moda. Su próximo estreno, previsto para 2011, ya tiene título provisional. El oso y el arco será una versión moderna de un cuento de princesas, la historia de una joven que pone en riesgo su corona por perseguir su sueño: ser arquera.
Sin embargo, Tiana, se ha mostrado como alguien doblemente especial. Primero: la princesa es negra. Y no negra sólo en el color de su piel. A Disney le hubiera sido muy fácil crear una historia romántica decimonónica, calcada del cuento de los hermanos Grimm El príncipe y la rana, y darle un color de piel nuevo a su nueva princesa. Tiana podía haber sido una princesa de apariencia negra con ademanes blancos. Por el contrario, la negritud de esa princesa no es sólo racial. Es también social y cultural. Nace y vive en una ciudad de profundas raíces afroamericanas. Su Nueva Orleans es la Nueva Orleans del vudú, del bayou, del carnaval y el Mardi Gras.
Pero eso no es todo.
[Los lectores que no quieran pistas sobre cómo acaba la película, deberían parar de leer aquí] Tiana no acaba como sus ilustres predecesoras. Rompe con la tradición del cuento de princesas, del castillo, el trono y el abrazo protector del macho heredero.
Blancanieves, cuya película se estrenó en 1937, estaba literalmente muerta hasta que un príncipe la besó y se la llevó a su castillo. Cenicienta limpiaba la casa de su madrastra hasta que el hijo del rey la retiró para siempre. Ariel, la sirenita, llegó más lejos: renunció a ser quien era, una sirena, para casarse con un heredero. Incluso Mulan, la valiente heroína china que arriesga su vida por salvar a su padre, se tiene que travestir y hacerse pasar por un varón para poder luchar en el campo de batalla.
La de Tiana es otra historia. La princesa se casa con el príncipe, sí. Pero no deja que nadie la retire. Con los ahorros de toda su vida, almacenados en latas de café, monta un pequeño negocio, un bar, que regenta junto a su marido. Es la sociedad de la igualdad de oportunidades. La conciliación llevada a la pantalla. Por fin, las niñas pueden seguir soñando con ser princesas, sin que sus madres queden horrorizadas por la imagen que esos sueños proyectan.
Un alivio para muchas madres. Entre ellas, la escritora Peggy Orenstein, cuya hija, Daisy, tiene seis años y medio. Hace un par de años, a Orenstein le preocupaba lo que un personaje como Ariel, la sirenita, le pudiera enseñar a su niña.
"Como madre, siempre me ha gustado más una historia como la de Mulán. La hemos visto como 30 millones de veces. Pero claro, Mulán no es la princesa más exitosa de la saga Disney. Ni siquiera es una princesa, si lo piensas bien. Lo mismo sucede con Pocahontas. Son las princesas marginadas", explica. Con la historia de Tiana, sin embargo, ha percibido un cambio.
"Cada historia de princesas de Disney refleja el tiempo en que se hizo. También las opiniones y, en cierto modo, los prejuicios de la época. Es una suerte ver ahora cómo una princesa protagonista, afroamericana, puede vender y ser número uno en la cartelera", añade. "Y además, acaba trabajando. Eso es un gran avance para una princesa. Además, las niñas tienen más opciones de juego, ya que a esta princesa, a pesar de ser independiente, se la puede vestir. Estéticamente entra más en la tradición clásica. Ideológicamente está más cerca de Mulán o Pocahontas".
Orenstein, que normalmente colabora con el diario The New York Times, está trabajando en un libro sobre la educación de los niños en la gran cultura de consumo que nos rodea, llamado provisionalmente Cenicienta se comió a mi hija, sobre lo difícil que es criar a una niña en una cultura de mercado en la que la distinción de lo femenino y lo masculino se ha llevado al paroxismo. "Es imposible acudir a unos grandes almacenes y no darse cuenta", explica.
"Hay pasillos de color rosa plagados de vestidos, muñecas, juegos de mesa diseñados para chicas. Los pasillos de los chicos son todos de color azul, más sobrios, con sus propios juguetes. Con semejante división, con esa aniquilación de la neutralidad en el juego, es difícil educar a un hijo en los valores de género. Arroja mucha luz sobre lo mal que definimos la feminidad en la sociedad de consumo. Se nos enseña que la feminidad la define, casi exclusivamente, la apariencia, la moda, los complementos. Es preocupante".
Disney tiene mucho que ver en ello. En 2001 creó la franquicia Princesas Disney, en una coyuntura muy complicada. Aquel año se cerró con unos resultados de cerca de 41 millones de dólares en pérdidas (28,72 millones de euros), los peores de la década. "Estos son tiempos muy duros", dijo el entonces consejero delegado de la compañía, Michael Eisner, en un comunicado. "Pero este entorno y su efecto en nuestros resultados no mermarán el valor de los activos de Disney".
Lo cierto es que Disney encadenaba modestos éxitos, como Dinosaurio, con fracasos estrepitosos, como Fantasia 2000, El Emperador y sus locuras o Atlantis: el imperio perdido. En aquel mismo año, Dreamworks lanzó Shrek, un cuento en el que una princesa renunciaba a su esbelta figura y su pálida piel para convertirse en un ogro verde y carnoso. Disney languidecía, pálido como la tez de Blancanieves. La empresa, sin embargo, decidió darle un empujón a la división Disney Consumer Products, y aunó a ocho princesas en un mismo paquete comercial. Algunas eran protagonistas de su propio cuento de hadas. Otras eran simples comparsas, como Jasmine, de Aladín.
Fue un éxito. Desde entonces se han comercializado más de 250.000 productos bajo esa submarca. En 2001, las ventas de juguetes Disney suponían 300 millones de dólares (209 millones de euros). En cinco años se multiplicaron por diez. Este año, el de la llegada de la princesa Tiana, se colocarán en 4.000 millones de dólares (2.800 millones de euros), a pesar de la crisis. Según fuentes de Disney, el efecto de la nueva princesa es más que patente: 45.000 nuevas muñecas vendidas desde noviembre sólo en EE UU.
"Fue un éxito, sin duda", explica Dan Cook, profesor de estudios infantiles en la Universidad de Rutgers y experto en la mercadotecnia centrada en los más pequeños. "Disney encontró el modo para unir a las protagonistas de sus películas, aunarlas de forma que cada una fuera individual. Pero además tenían un rasgo común: el hecho de ser princesas. Eso a las niñas les sirve como elemento de inclusión, es como un club, un nexo para el juego".
Disney, con los años, ha ido exacerbando esa feminidad comercial. Los productos de Princesas Disney se venden en grandes envoltorios de color rosa, azul pastel o dorado. Son juegos en que las niñas pueden disfrazarse o disfrazar a sus muñecas. "Con esos productos juegan a la transformación, pasan de no ser especiales a serlo. Rememoran el hechizo". En las películas, para que ese hechizo tenga efecto, la princesa depende, ineludiblemente, de un príncipe azul montado a lomos de un caballo blanco.
"Eso es lo que se le critica a la narrativa inherente en los cuentos de princesas", explica Cook. "Pero si nos centramos en los productos, más que en esa narrativa, vemos que normalmente, el juego de princesas es un juego de niñas. Los niños no juegan al cuento de hadas. No se disfrazan de príncipes para tomar el té con ellas. Las niñas juegan entre ellas y pocas veces se preocupan por el príncipe. El juego de princesas puede considerarse, en cierto modo, como un lugar seguro, no sexualizado, inocente".
Recelos ha habido, y muchos, contra el cuento de hadas. Y no sólo desde el feminismo. En el pasado, se ha definido el miedo a la independencia en las mujeres como el complejo de Cenicienta. En palabras de la primera mujer que definió esa supuesta condición en un libro pionero de 1981, la psicoterapeuta Colette Dowling, "la dependencia personal y psicológica -el profundo deseo de ser cuidadas por otros- es la gran fuerza que lastra a las mujeres hoy en día".
Aquello eran los ochenta. Y muchas feministas manifestaron su desprecio por Dowling, que se atrevía a proclamar que las mujeres, todas, padecían miedo a la libertad. El daño al género femenino, decía la psicoterapeuta, no lo infligía el patriarcado, sino las mujeres y sus propios temores.
"Se nos crió para depender de los hombres y sentirnos desnudas y atemorizadas sin un hombre. Se nos enseñó que como mujeres no podemos estar solas, que somos demasiado frágiles, demasiado delicadas, necesitadas de protección. De ese modo ahora, en estos días ilustrados, cuando nuestro intelecto nos aconseja erigirnos sobre nuestros dos pies, diversos problemas emocionales nos lastran. Al mismo tiempo, anhelamos librarnos de nuestras cadenas y sentirnos libres, pero también anhelamos que alguien se ocupe de nosotras", escribió.
Exista o no ese mal, Tiana no corre el riesgo de padecerlo. Es dura, independiente, valiente. La película ha llegado a ser la más vista en su primer fin de semana en cartelera. La comunidad afroamericana aplaude, por primera vez, a Disney. Según DeNeen L. Brown, una columnista de The Washington Post, el largometraje recoge las enseñanzas no escritas de las sufridas madres negras de EE UU a sus hijas.
"Parecía que cada madre negra en la manzana le hubiera dicho lo mismo a su hija: 'Hazte con una educación; no te centres en esos chavales que se reúnen calle arriba; y, si te casas, asegúrate de que te abres tu propia cuenta bancaria. No llegará ningún príncipe a lomos de un caballo, blanco o negro, que te vaya a salvar'. Ésa era la narrativa de nuestros cuentos de princesas. Nunca aprendimos a ser damiselas en apuros", escribe.
Desde ese punto de vista, tanto la historia de Tiana como las de las otras princesas esconden mucho más que un miedo a la independencia o una sumisión total al macho dominante. Desde el punto de vista de la narrativa y el folclore, diversos expertos apoyan esa noción de que, tras las aventuras de una princesa puede haber un viaje de superación y triunfo personal.
"Estas historias fueron escritas hace siglos. Se encuentran presentes en todas las culturas, tanto en Occidente como en África o Asia. No siempre con el grado de elaboración que vemos en las películas modernas. Pero tienen la misma base", explica Maria Tatar, toda una eminencia en cuentos de hadas, profesora de lengua y literatura germánicas en la Universidad de Harvard y directora del programa en folclore y mitología de la mencionada institución.
"Por supuesto, en ellas se ve muy claro qué valores y que contexto social imperaba en la época en que se crearon. En esos cuentos, escritos por Charles Perrault o los hermanos Grimm, siempre tiene un papel preponderante la monarquía. Siempre aparece un príncipe o un rey. Desde un punto de vista actual, poniendo esas narrativas en perspectiva y en su contexto histórico, deberíamos considerar a la monarquía como una representación del éxito social".
Tatar considera que la llegada de un príncipe, o el ascenso a un trono, puede leerse simbólicamente como la gratificación de un esfuerzo, el éxito de una aventura, la recompensa tras un intenso viaje personal. "Parece paradójico que en una sociedad democrática, fundamentada sobre los valores de una república, como es la norteamericana, los más pequeños vean como estas princesas aspiran a formar parte de la realeza. Pero es algo simbólico. Los niños no ven a la monarquía como algo histórico. Deberíamos ver ese ascenso al trono como algo similar a la consecución del éxito profesional o al ascenso social, al alcance de cualquiera. El esfuerzo se recompensa. En ese sentido, las historias de princesas reflejan los valores de la sociedad actual. Se inspiran en cuentos muy antiguos pero contienen historias vigentes".
A las princesas Disney, como a muchos otros productos infantiles, hay que verlas desde el punto de vista de los niños. Por lo tanto, hay que dar más importancia al simbolismo y a la narrativa inherente que al contexto histórico. En ese sentido, Cenicienta pudo ser, en realidad, una triunfadora. De limpiar escaleras pasó a heredar un trono. Tiana, es cierto, se queda en un éxito más modesto y más tranquilo: abre un bar con su marido. Dados los tiempos que corren para las monarquías, puede que su final sea mucho más feliz que el de Cenicienta y que el de cualquier otra princesa.
domingo, 2 de enero de 2011
Circunstancias desafortunadas...
Cuando te enfrentes a circunstancias desafortunadas… olvídate de ellas. No vas a estar todo el día preocupándote por gilipolleces. ¡Vive la vida!
– Notaronomio, 2:11, libro sagrado de la Iglesia del Nota del Último Día
Suscribirse a:
Entradas (Atom)