viernes, 17 de febrero de 2012

¡Comprometeos! – Stéphane Hessel


¡Comprometeos! – Stéphane Hessel

Tras la estela del exitoso ¡Indignaos!, la editorial Destino publica ahora —con excelente criterio comercial. ¡Comprometeos!, un texto que recoge las conversación entre el venerable Stéphane Hessel y Gilles Vanderpooten, un joven activista social y medioambiental.

Concebido como una conversación o entrevista, el texto recoge las preguntas o planteamientos de Gilles Vanderpooten sobre diferentes temas de actualidad (la necesidad de que los ciudadanos nos comprometemos en los problemas de nuestra sociedad, los problemas medioambientales o la crisis institucional, entre otros), junto con las reflexiones que sobre ellos realiza el propio Hessel.

El resultado, no podía ser de otro modo, es un texto interesante, necesario, pero sin la capacidad de incendiar la conciencia del lector que tiene ¡Indignaos! Probablemente esto se deba a que una parte importante del texto se centra especialmente en temas medioambientales. Por supuesto, la resolución de los problemas ambientales que afectan a nuestro planeta es extremadamente importante (cualquiera que lea asiduamente esta página sabe de nuestro interés en este tema); y probablemente la crisis medioambiental, que ahora olvidamos, atentos como estamos a la financiera, sea el reto más importante al que la humanidad se enfrenta. Pero ¡Comprometeos! aborda este asunto vital de manera poco eficaz.

Se puede considerar a Stéphane Hessel un activista social, pero no medioambiental. Su compromiso con la defensa del medioambiente, aunque existe, no trasluce la pasión que derrocha cuando habla de temas sociales, económicos o políticos. El medioambiente no es su campo y la conversación que leemos con Vanderpooten recoge respuestas correctas, pero sin capacidad de apelar al lector, de moverle a actuar, de animarle a cambiar y a exigir un cambio.

Esa capacidad de apelación sí se encuentra, sin embargo, al comienzo del libro. Está en la carta que los autores dirigen conjuntamente a los pueblos de España, donde se nos llama de nuevo a la indignación y avanzar por su sendero un paso más, hasta el compromiso.

Ese llamamiento a comprometerse de manera personal en la consecución de una sociedad mejor, más justa (y por supuesto, más responsable medioambientalmente) se diluye, aunque sin desaparecer, a lo largo del libro. Sobre todo porque —y esto también pasa en ¡Indignaos!— Hessel apuesta demasiado por unas instituciones supranacionales que han demostrado sobradamente su ineficacia.

La apuesta por la creación de una Organización Mundial del Medioambiente, sobre la que se debate en el libro, es lógica para quien, como Hessel, ha desarrollado ese compromiso que aconseja en el marco de las Naciones Unidas. Pero tras sesenta años de fracasos de las distintas Organizaciones Mundiales, cabe preguntarse si nuestro compromiso personal debe ligarse a esos centros de poder, o es mejor desconfiar de su capacidad real para mejorar nuestro mundo.

Pero, a pesar de sus fallos, como se ve la lectura de ¡Comprometeos! incita al lector a hacerse preguntas. Y esa es una de las mejores cualidades que puede tener un libro.

www.solodelibros.es

No hay comentarios: