domingo, 30 de septiembre de 2012
Traslado del cadáver...
Militares del Ejército estadounidense trasladan el cadáver de un sargento
Militares del Ejército estadounidense trasladan el cadáver de un sargento fallecido por un ataque de los insurgentes en la provincia afgana de Ghazni, en el centro del país.
sábado, 29 de septiembre de 2012
Difamar no siempre sale gratis...
Difamar no siempre sale gratis
Difamar en Internet no siempre sale gratis, aunque para ello el difamado tenga que gastarse mucho dinero. Por principio, la aplicación de las leyes sobre difamación, calumnias, derecho al honor o a la intimidad no deberían variar según el medio de comunicación empleado para la afrenta, sea un periódico o un blog. Sin embargo, antes de la era Internet siempre fue más fácil aplicar la ley sobre un medio impreso que sobre uno radiofónico. Ha habido más condenas por lo leído que por lo voceado o visto.
El advenimiento de Internet, primero, y sus redes sociales, después, han facilitado que el rumor, el chascarrillo o la maledicencia lleguen mucho más allá del patio de vecinos y, peor aún, que se perpetúen en el tiempo, por escrito y anónimamente, lo que dificulta la aplicación de las leyes.
Sin embargo, aunque escasas, ya empieza a haber sentencias que castigan la difamación en la Red, al igual que en cualquier otro medio. En España, el caso más sonado es la condena a la Asociación de Internautas por alojar la página Putasgae.org, que ya previamente había sido condenada. Tras siete años en los tribunales, en diciembre el Tribunal Supremo obligó a la asociación a indemnizar con 36.000 euros a la SGAE y a su presidente por los contenidos atentatorios contra el derecho al honor de los demandantes.
Por llamarle "tortuga", entre otras lindezas, el piloto de fórmula 1 Rubens Barrichello consiguió que se condenara a Google en Brasil por lo mismo: albergar en su servicio de redes sociales cientos de perfiles falsos de Barrichello. A falta de encontrar al autor de los comentarios injuriosos, el juez suele responsabilizar a quien los aloja. Google tuvo que pagarle al piloto 500.000 dólares, además de retirar esos perfiles.
Uno de los primeros casos por calumnias en Internet, en el 2000, se dio entre dos médicos norteamericanos. El patólogo Jonathan Oppenheimer envió a Yahoo! mensajes con el seudónimo Fbiinformat acusando al urólogo Sam Graham de aceptar comisiones mientras trabajaba en la Universidad de Emory.
Fueron necesarios siete meses de trabajos para que los abogados de Graham descubrieran quién estaba detrás de los mensajes. El abogado especialista Kurt Wimmer declaró entonces a The New York Times: "Si uno difama a alguien anónimamente y se descubre su identidad, se aplican las leyes antilibelo. Es así en Internet y es así fuera de Internet".
Difamar en Internet no siempre sale gratis, aunque para ello el difamado tenga que gastarse mucho dinero. Por principio, la aplicación de las leyes sobre difamación, calumnias, derecho al honor o a la intimidad no deberían variar según el medio de comunicación empleado para la afrenta, sea un periódico o un blog. Sin embargo, antes de la era Internet siempre fue más fácil aplicar la ley sobre un medio impreso que sobre uno radiofónico. Ha habido más condenas por lo leído que por lo voceado o visto.
El advenimiento de Internet, primero, y sus redes sociales, después, han facilitado que el rumor, el chascarrillo o la maledicencia lleguen mucho más allá del patio de vecinos y, peor aún, que se perpetúen en el tiempo, por escrito y anónimamente, lo que dificulta la aplicación de las leyes.
Sin embargo, aunque escasas, ya empieza a haber sentencias que castigan la difamación en la Red, al igual que en cualquier otro medio. En España, el caso más sonado es la condena a la Asociación de Internautas por alojar la página Putasgae.org, que ya previamente había sido condenada. Tras siete años en los tribunales, en diciembre el Tribunal Supremo obligó a la asociación a indemnizar con 36.000 euros a la SGAE y a su presidente por los contenidos atentatorios contra el derecho al honor de los demandantes.
Por llamarle "tortuga", entre otras lindezas, el piloto de fórmula 1 Rubens Barrichello consiguió que se condenara a Google en Brasil por lo mismo: albergar en su servicio de redes sociales cientos de perfiles falsos de Barrichello. A falta de encontrar al autor de los comentarios injuriosos, el juez suele responsabilizar a quien los aloja. Google tuvo que pagarle al piloto 500.000 dólares, además de retirar esos perfiles.
Uno de los primeros casos por calumnias en Internet, en el 2000, se dio entre dos médicos norteamericanos. El patólogo Jonathan Oppenheimer envió a Yahoo! mensajes con el seudónimo Fbiinformat acusando al urólogo Sam Graham de aceptar comisiones mientras trabajaba en la Universidad de Emory.
Fueron necesarios siete meses de trabajos para que los abogados de Graham descubrieran quién estaba detrás de los mensajes. El abogado especialista Kurt Wimmer declaró entonces a The New York Times: "Si uno difama a alguien anónimamente y se descubre su identidad, se aplican las leyes antilibelo. Es así en Internet y es así fuera de Internet".
viernes, 28 de septiembre de 2012
Para que conste...
Para que conste, el tiempo hoy será gélido con accesos ocasionales de furia y celos.
jueves, 27 de septiembre de 2012
Peces muertos...
miércoles, 26 de septiembre de 2012
Somos naturaleza....
ENTREVISTA JOSÉ LUIS SAMPEDRO: "Somos naturaleza. Poner al dinero como bien supremo nos conduce a la catástrofe"
Azuzó a los jóvenes a indignarse y reaccionar. Ahora les pasa el relevo. El economista, literato y pensador, de 94 años, cree que el capitalismo se acaba y la actual "barbarie" del mundo dará paso a un nuevo sistema.
No nos oye llegar. Está de espaldas frente al ventanal. Es mediodía, la luz entra a chorro y su figura se recorta contra el azul intenso del mar al otro lado del cristal. Un claroscuro perfecto: los pelos de punta, las orejas despegadas, la espalda recta, la diestra arañando un folio con un bolígrafo. La viva imagen de la introspección. José Luis Sampedro no es un hombre de acción. Al menos en sentido estricto. El pensamiento, la reflexión y la contemplación han sido a la vez su alimento y su legado. A sus 94 años, sordo y aquejado, que no quejoso, de diversos males de su edad, escribe todos los días. Así, a mano, con el papel apoyado sobre una tabla, compuso el prólogo del célebre Indignaos -de Stéphane Hessel y un capítulo de Reacciona, los ensayos que han espoleado el Movimiento 15-M.
Nos encontramos en su apartamento alquilado en la misma arena de la playa de Mijas (Málaga) días antes de que los indignados tomaran la Puerta del Sol. Se le veía frágil. Un gigante de metro noventa todo piel y huesos y ojos transparentes clavándose en los del prójimo. Un místico. Pero un místico lúcido. Y enamorado. Su esposa, la escritora Olga Lucas, 30 años menor, le sostiene en todos los sentidos. Ella es sus oídos, sus ojos y sus antenas. Pero el que piensa -y el que actúa pensando- es él. Juntos firman Cuarteto para un solista (Plaza y Janés), la "novela de ideas o ensayo novelado" que publica ahora y que constituye su testamento intelectual. Quisimos verle de nuevo para saber cómo saludaba, por fin, la reacción de los jóvenes. No fue posible. El celo de Olga le protege del mundo. Quizá de más. Pero gracias a ella está vivo, o eso dice él.
¿Cómo ve el mundo desde aquí?
Nuestro tiempo es para mí, esencialmente, un tiempo de barbarie. Y no me refiero solo a violencia, sino a una civilización que ha degradado los valores que integraban su naturaleza. Un valor era la justicia. Dígame si Guantánamo o lo que pasa en China es justicia. Se juzga a la gente en virtud de la presunción de culpabilidad. Todo eso del ataque preventivo, un nombre eufónico para hablar de la ley de la selva. En 2000 años, la humanidad ha progresado técnicamente de forma fabulosa, pero nos seguimos matando con una codicia y una falta de solidaridad escandalosas. No hemos aprendido a vivir juntos y en paz.
En su libro, los cuatro elementos: tierra, fuego, agua y aire, se reúnen para lograr la supervivencia de los humanos.
Sí, porque el hombre los está olvidando. Los cuatro se preocupan porque, al alejarse de ellos, se aleja de su naturaleza. Se ha creído más de lo que es, se piensa por encima del cosmos. Los cuatro dicen: mientras crean en nosotros, serán humanos. Si no, peligran.
Dice que el hombre es al universo lo que la neurona al hombre: una célula pensante, pero una más.
Dentro de mí hay millones de células como dentro del cosmos hay millones de seres. El hombre tiene dos peculiaridades: la palabra, y con ella el pensamiento, las ideologías y las creencias. Y la sensación de superioridad, pensar que es inmortal. Eso es lo que los cuatro no reconocen. Una cosa es la vida espiritual, incluso el sentimiento de que hay más allá, y otra las religiones con funcionarios que las explotan. Cuando el hombre se cree por encima de la naturaleza, piensa que puede transformarla, iluso.
¿Qué le sugiere que en el siglo XXI se declare santo a Juan Pablo II, fallecido hace cinco años?
Hay una gran diferencia entre verdad y creencia. La verdad es la que podemos comprobar, y las creencias pertenecen a la zona imaginaria.
Pero esa creencia articula la vida de millones de personas.
Y conduce a la idea de que hace falta una administración para entretener las almas, repararlas si se deforman, asegurarles si hacen todo bien un asiento en el paraíso. Para determinar nuestra conducta, las creencias son más importantes que la verdad. Y los que creen en esa inmortalidad hacen bien en comportarse según ella. Lo que hacen mal es exigir que los demás lo hagan.
Obviamente, no es creyente.
Yo no puedo decir si hay Dios o no. Creo que no, pero no tengo seguridad. Ahora, tengo la seguridad de que el Dios que nos vende el Vaticano es falso, y lo compruebo leyendo la Biblia con la razón y no con la fe. Cuando creemos lo que no vemos, acabamos por no ver lo que tenemos delante.
En su vida habrá habido gozo y sufrimiento. ¿No envidia la paz de los creyentes?
Esa es una de las razones por las que existen religiones, hay quien se cree a los dioses porque se ve inseguro ante el mundo. Además, todos tenemos necesidad de afecto, y pensar que hay alguien que nos protege es consolador. Pero mi actitud de no usar ese consuelo también. Mire, yo estoy a punto de morirme y estoy tan tranquilo. Gracias a ella [mira a su esposa], que me da una enorme tranquilidad y a la que le debo la vida. Si no fuera por ella, yo estaba muerto hace tiempo.
¿El amor es el consuelo del agnóstico?
La gente suele identificar el amor con el hecho de hacer el amor, y piensa que a mi edad no tiene sentido. Claro que lo tiene. La compenetración, el afecto, el saberse sin hablar. Para mí, eso es más que siete Nobel. El goce de la vida no es cuestión de cantidad, sino de sensibilidad, intensidad, compenetración. La ternura da una intensidad profundísima. Y para eso no necesito el alma, tengo la mente. El cerebro, a base de combinar ideas como hace, peor, un ordenador, construye un mundo mental que da las sensaciones que se atribuyen al alma. Yo tengo memoria, algún entendimiento y voluntad. El mundo es energía. Todos tenemos una chispa. A lo que llaman alma, yo lo llamo mente.
¿Y frente al miedo a la muerte?
Frente al exterior que no podemos conocer del todo hay una actitud de inquietud e indefensión. Eso nos lleva a decir: voy a transformar el mundo, como dicen ahora. Yo no pretendo cambiarlo, sino estar en armonía con él, y eso supone una vida que cursa como un río. El río trisca montaña abajo, luego se remansa, y llega un punto, como estoy yo, en que acaba. Mi ambición es morir como un río, ya noto la sal. Piense en lo bonito de esa muerte. El río es agua dulce y ve que cambia. Pero lo acepta y muere feliz porque cuando se da cuenta ya es mar. Ese es un consuelo. No necesito la esperanza de un personaje que me acoja. Admito que haya más allá, pero no un señor pendiente de José Luis.
Y que lo mande al cielo o al infierno.
O que diga, a este lo pongo en coma y lo tengo así seis meses. Eso no es vida humana, eso es ser una coliflor. Pero hay quien dice: Dios es el dueño de la vida, y hay que agradecerle y dedicarle mi sufrimiento. Pero, bueno, ¿qué creencia tiene quien piensa que Dios se regocija con el sufrimiento? Esas ideas me parecen monstruosas. Estar contra la eutanasia, con garantías, me parece de una irracionalidad propia de una mentalidad primitiva.
¿Ha hecho testamento vital?
No, pero ella [su esposa] sabe que, llegado el momento, quiero que me dé el potingue. [Interviene ella: "Sí, pero tienes que hacerlo, no quiero ir a la cárcel"]. Lo haremos. Hay que aceptar que acabamos. A mí me han dado la vida, quien fuera, y he procurado hacer lo que debemos hacer todos, vivir. Pero vivir siendo quienes somos, solo así alcanzaremos el máximo nivel. Para mí, el desarrollo de un país no es que se ponga a la altura de Estados Unidos. Es que desarrolle sus posibilidades al máximo. Yo fui una semilla, y he tratado de ser yo al máximo. No sé si mi obra es buena o mala, lo que digo es que la hice lo mejor que pude. Como neurona, he tratado de incorporar la mía a los demás, porque somos todos juntos y un hombre solo no es nada.
Dicen que China está a punto de superar a Estados Unidos en desarrollo.
El desarrollo está pensando en la rentabilidad. Lo importante no son esas tres palabras que ahora todo lo mandan: productividad, competitividad e innovación. En vez de productividad, propongo vitalidad; en vez de competitividad, cooperación, y frente a esa innovación que consiste en inventar cosas para venderlas, creación. Esa es otra. El arte es mercancía. Esos artistas como Hirst, que cogen una cabeza de vaca, le ponen un diamante y se forran. Perdonen, pero eso no me parece desarrollo. El desarrollo humano sería el que condujera a que cesaran las luchas y supiéramos tolerarnos. Y ser libres, pero todos, porque la libertad es de todos o no es.
Decía usted: "¿Libertad? Vaya a un supermercado sin dinero y verá lo libre que es".
El mercado no da la libertad. La libertad es como una cometa. Vuela porque está atada a la responsabilidad del que maneja. Lo sabían los revolucionarios franceses: libertad, igualdad, fraternidad. Hay que tener el pensamiento libre y crítico. Para ser yo, la poca cosa, la neurona que sea, necesito pensar con libertad. Con la libertad de la cometa. Mire las elecciones. Hay unas campañas fabulosas para inculcar a la gente lo que tiene que votar. Y como el poder tiene unos medios extraordinarios de difusión, que son de persuasión, logra que se vote a quien se vota y pase lo que pasa.
¿Y qué pasa?: ganan unas veces unos y otras otros.
Pues mire, usted perdone que me extrañe de que la gente vote a un señor como Berlusconi.
¿Eso es porque la gente no piensa?
Porque la gente no hace crítica, porque acepta la creencia que le proponen a base de bombardearle con los medios. Los titulares de los periódicos son efímeros, tienen muy poca importancia frente a cosas como Guantánamo, un insulto a la justicia y a la inteligencia. ¿Y de Japón? ¿Y de Haití? Del sida en África, o de la falta de educación, no habla nadie porque no interesa al poder, que es el que dispone de los medios, que dicen lo que al poder le interesa. Contra eso hay que indignarse, reaccionar y decir no.
¿Me está diciendo que los periodistas trabajamos a las órdenes del poder y el mercado?
No todos. Los hay que se resisten y reaccionan. Pero incluso los que siguen la corriente lo hacen inconscientemente: eso que llaman la información es una parte de lo que pasa, ocultando todo lo demás. Como cuando en una biblioteca hay libros delante y no dejan ver lo de atrás. Lo hacen inconscientemente porque saben que eso es lo que vende.
Ahora se sabe la audiencia exacta de cada noticia y existe la tentación de ofrecer lo que se pide.
Claro, a mí me hacen muchas veces el elogio del ordenador. Estoy de acuerdo, pero si usted se acostumbra a consultar el ordenador en vez de pensar, acabará pensando lo que le diga el ordenador. Esto es parecido. El periodista sabe que o hace lo que conviene o se arriesga, y se lo piensa.
Su protagonista es un viejo profesor internado en un sanatorio. Su psiquiatra dice que antes sus pacientes eran los deprimidos, y ahora, los ansiosos. ¿Eso tiene que ver con el progreso que nos arrolla?
Eso me lo dijo mi amigo el doctor Valentín Fuster. Algo de eso hay. Fíjese en que cada vez dependemos más de las creaciones mecánicas y científicas. Piense cuánto tiempo dedicamos a usar máquinas. Yo no sé ni hablar por el móvil, no me interesa. Gracias a mi mujer, que se entera de lo que hay y me lo cuenta.
Pero el mundo es el que es. ¿La alternativa es volver al pasado?
Otra cosa que decía Fuster: vamos a parar y hablar del asunto. Pero no son capaces. Los que tienen poder quieren más poder; los que tienen dinero, más dinero; los banqueros que están forrados quieren sueldos más altos, y a la vez le dicen al obrero que hay que trabajar más y cobrar menos, ¡pero bueno! ¿Por qué no se para un rato la rueda y se reflexiona? Porque a los que mandan no les conviene, por eso no favorecen el pensamiento crítico, sino el transmitido por sus medios y por la educación, porque eso empieza en la niñez. Ahora lo de Bolonia es entregar la Universidad a los financieros e industriales. Y se estudiará lo que convenga para producir más.
Algunos piensan que hay que estudiar lo que se precisa. Que de la pasión no se vive.
Yo aconsejo que el chico haga lo que le guste, porque rendirá más y vivirá más feliz, aunque gane menos. Una razón por la que hay tanto paro es que nuestro boom estaba montado en esto [señala las torres de la playa]. Era especulación. Además se atrajo a una mano de obra que no está capacitada para nada más. Ahora cómo la trasladas. Fíjese que la productividad se consigue con máquinas, todo elimina mano de obra. El músculo no encuentra trabajo. Yo mismo ahora no sería capaz de dar clases porque no manejo el ordenador. Si hubiera sensatez, si nos educaran para ello, reaccionaríamos y diríamos: alto, paremos a pensar. Racionalicemos el crecimiento demográfico.
En España somos los menos prolíficos del mundo.
La reflexión la ha de hacer el mundo entero. Vamos a redistribuir la producción. El poder no quiere reflexionar porque no le interesa cambiar. Mientras, se corrompe todo, el sistema se hunde, entramos en esta barbarie. Como pasó al final de Roma. Ahora viene otra sociedad. El sistema capitalista se ha terminado: ya no funciona.
¿Cuánto de vida le da? ¿Llegará a verlo?
No se lo puedo decir, pero estoy seguro de que en este siglo se empezará a notar la imposibilidad de mantener el desarrollo y las políticas autoritarias de esta manera, que encuentran cada vez más resistencia, y habrá cambios profundos. Quizá la primera reacción del poder sea el autoritarismo y entraremos en un despotismo científico. En el siglo XVIII hubo un despotismo ilustrado, ahora habrá una situación en la que unos ricos selectos dispongan de todo el progreso mientras en África y Asia hay lo que hay.
¿La brecha científica separará a ricos y pobres?
La ciencia está en manos del dinero. Pero las creaciones científicas se hacen con un propósito y luego tienen otras consecuencias. Internet ha permitido lo que llaman globalización: pasar el poder de los políticos a los financieros. Pero la globalización, al tiempo que ha permitido a los ricos dominar más el mercado, ha creado los foros sociales que pueden minarles.
En el sistema está el germen de la disidencia.
Claro, crea armas para otros, son consecuencias no deseadas de la técnica creada a demanda del poder. Ocurrirán cosas que no puedo prever, pero que conducirán a una situación distinta.
En su libro parece que tenía previsto el terremoto, el tsunami y el desastre nuclear de Japón.
Hombre, es que tiene que pasar. Lo que me sorprende del tsunami es que una técnica como la nuclear, avanzadísima y todo lo que quiera, sabe poner en marcha una central, pero no sabe pararla. Y pasa no solo en la técnica. El Gobierno americano es capaz de montar Guantánamo, y resulta que no es capaz de desmantelarlo. Que no se les suban tanto las campanillas a los líderes científicos y políticos. Tienen puntos débiles.
¿Qué le pareció la reacción del pueblo japonés ante la catástrofe, o los islandeses que han emplumado a los financieros?
En Islandia ha ocurrido esto porque es un país pequeño donde hay la posibilidad de unirse, aquí no. Estamos divididos deliberadamente para que seamos menos eficaces. La civilización moderna trata de individualizarnos y decirnos: usted es un individuo, usted es el rey de la creación, usted elija, usted tiene derecho, usted tiene libertad. Si aquí se reunieran todos los jóvenes, pero todos, podrían hacerse grandes cambios. Pero no se harán, porque los del PP harán lo que les dicen, y los del PSOE harán lo mismo.
¿No hay también apatía y conformismo de la mayoría?
Sí, porque al mismo tiempo que nos dividen y nos mantienen en la ignorancia, nos ofrecen otros alicientes: el espectáculo, los festivales, el fútbol, y se desahogan por ese lado. Está todo montado también para ocultar lo que pasa detrás de la cortina. En cambio, nadie parece darse cuenta de que el señor Rajoy es el primer aliado de los que nos causan los problemas de crédito, porque dice en todos los foros que España está muy mal. La gente no reflexiona sobre eso, porque esa es una razón para no votar a esas personas que denigran a su país solo porque no son ellos los que gobiernan.
Llevamos ocho años de Gobierno socialista. ¿No han estado a la altura?
No, por una razón muy sencilla: no son socialistas. Es un Gobierno capitalista que pasa por socialdemócrata. El socialismo no habría privatizado Telefónica. Ahora anuncia que va a despedir a 8.000 obreros; si fuera del Estado, no lo haría. Y dirán: la empresa pública es menos rentable. Pero ¿para quién? Las empresas privadas dan más dinero para el director, no para los obreros. Y si viene otro Gobierno, será más capitalista aún. Los Gobiernos no evitaron la crisis financiera y los pueblos siguen votando a quien ha hecho las cosas mal. ¿Quiénes provocaron la crisis?: los banqueros. ¿Quiénes salieron antes?: los banqueros. ¿Quiénes siguen ganando mientras el resto está parado?: los banqueros. ¿Quiénes les manda?: el capital.
Hablando de los trabajadores que 'sobran', la gente tendrá que trabajar para sobrevivir.
Claro, pero si trabajan todos, tendría que ser en producciones de más baja rentabilidad. Y al poder, eso le tiene sin cuidado. Mientras mande el capital, esto no tiene arreglo, pero entretanto se está erosionando el sistema por dentro. Habrá una gran reacción si sigue la cosa así, esto no puede continuar.
¿Esto va a explotar?
Sí, esto se acaba. No le puedo decir cómo, pero lo estoy viendo, y además por degradación ética y moral, porque se han olvidado de la solidaridad, de la justicia, de la dignidad. La corrupción es que los hombres que han de gobernar se ofrecen en venta. El capitalismo lo convierte todo en mercancía. Somos naturaleza, y poner al dinero como bien supremo nos conduce a la catástrofe.
¿Este libro es una especie de testamento intelectual?
Bueno, aún estoy aquí y escribo cada día. Ahora estoy tomando notas pensando en hacer una cosa breve, porque no puedo hacer planes para una novela. Quisiera hacer un librito sobre mi visión del mundo originado en el vacío, y en el vacío surge la energía.
Siempre tiene las mismas obsesiones.
Sí, sobre todo desde que empecé a despejar cosas que me habían enseñado y a ver al hombre como especie biológica, como un ser privilegiado, pero natural.
¿Cómo ve su vida desde sus 94 años?
Yo me considero un inmigrante en esta España. La manera de ser se construye en la adolescencia. Yo me construí en la España de los años treinta. En el 36 tenía 19 años, empezaba a vivir. Y entonces vino la catástrofe. Soy un inmigrante que no puede volver a su país porque ha desaparecido. En la Guerra Civil estuve en los dos campos, pero la dictadura fue una monstruosidad, aún hay quien dice que se vivía con placidez, serían ellos. La Universidad fue decisiva, dar clase es para mí tan importante como la literatura y la economía. Luego vino la etapa de padre de familia. Tuve la desgracia de perder a mi mujer, y no pensaba casarme, pero quién se resiste [mira a su esposa]. Nos encontramos en el balneario de Alhama. Yo iba cada año porque tenía lumbago. Ella se fue a su sitio, yo al mío, nos escribimos y hasta hoy.
¿Uno se enamora de forma distinta a los 80 años que a los 30?
En el fondo se enamora uno igual, los dioses cambian de ropa, pero así son los dioses. Y las diosas. Tuve esa suerte, y aquí estoy, feliz.
¿Cuáles han sido los placeres de su vida?
Placeres sencillos: la lectura ha sido extraordinario. Con la música he disfrutado muchísimo, he tocado un poco el piano y el violín, pero sobre todo he escuchado, y ahora la sordera me priva de esto. La contemplación ha sido importante. Hablo muchísimo conmigo, me trato mucho.
¿Y discuten?
A veces. La felicidad en gran parte es llevarse bien con uno, y luego con los que están cerca.
Dice que esta casa frente al mar es su sanatorio de reposo mental. ¿Qué encuentra aquí?
He comprado todo lo que se ve desde la terraza, sí, es mío. Usted se ríe, pero imagine que soy archimillonario y he adquirido ese trozo de mar, ¿qué haría con él? Pues lo mismo que ahora, porque no tengo la obsesión de ser propietario, que es lo que hace que los ricos compren la vaca de Hirst. Lo contemplaría, pasearía y dejaría que la gente se moje, porque no me perjudica. Pero la gente quiere ser propietaria, porque quiere mandar, y quien posee una cosa quiere otra. Hace falta menos para vivir bien.
¿Qué es lo imprescindible?
El afecto. Y quien no lo tenga, afecto hacia sí mismo, hacia la naturaleza, hacia un perro. Fuster, a los estresados les decía: cómprese un animal de compañía, aunque sea un loro, y hable con él. No se precisa mucho más.
En este siglo de tantos inventos, ¿de cuál disfruta más?
De los libros y la música.
Me refería a algo de la modernidad.
El ascensor es un gran invento.
Si no tiene propiedades, ¿cuál es su patrimonio?
Mis ideas, mi memoria, lo que tengo en la cabeza, lo que soy. Aprendiz de mí mismo, eso he sido toda mi vida.
En el libro dice: "Me pueden apartar, me pueden jubilar, pero no me pueden jubilar de mí mismo".
Mientras me rija la cabeza y pueda ir al baño solo, estoy aquí tan campante. Ya lo he dicho: mi única ambición es morirme sin molestar.
Pero no le veo triste.
Por qué voy a estarlo, no puedo estar mejor para mi edad.
Me refiero a ese Apocalipsis del que habla.
Hasta hace poco pensaba que esta barbarie era una tragedia. Ahora creo que es una crisis de evolución de un sistema a otro. El cosmos no para de cambiar. Y lo mismo que ha inventado la vida y la cultura humana, inventará lo nuevo, el sistema que sustituirá al capitalismo. Yo tengo mi consuelo en mi manera de pensar, y acepto lo que se me viene encima. Por qué voy a estar triste, si estamos rodeados de milagros. Piense en un huevo. Un gran invento sin técnicos, sin científicos, sin nada. El huevo es una maravilla.
Eterno aprendiz de sí mismo
José Luis Sampedro (Barcelona, 1917) siempre aspiró a ser él mismo "al máximo". Hijo de un médico militar, creció en Tánger (arriba, con cuatro años) y otras plazas a las que su padre fue destinado. La Guerra Civil le sorprendió en Santander con 19 años, cuando acababa de aprobar una oposición a funcionario de aduanas. "Hombre de orden", fue movilizado por el Ejército de la República, aunque después se pasó al bando nacional.
La Universidad, a la que acudió de mayor y donde es catedrático de Estructura Económica, fue el germen de su disidencia intelectual y moral con la dictadura. Economía humanista es su obra más conocida en este campo.
Escritor y académico, sus novelas El río que nos lleva, La sonrisa etrusca- han tenido éxito de público y se han llevado al cine y al teatro. En 2011 ha recibido la Orden de las Artes y las Letras.
martes, 25 de septiembre de 2012
Hasta que encuentras algo por lo que luchar...
Hasta que encuentras algo por lo que luchar, te conformas con algo contra lo que luchar.
lunes, 24 de septiembre de 2012
Reconstruir Haití...
Reconstruir Haití
Los ex presidentes de Estados Unidos Bill Clinton y George W. Bush han viajado hoy a Haití para constatar la realidad del país dos meses después del terremoto y a diez días de la conferencia mundial de donantes que se celebrará en Nueva York. Clinton y Bush han visitado, entre otros lugares, el palacio presidencial en Puerto Príncipe junto al presidente del país, René Preval.
domingo, 23 de septiembre de 2012
Programa para navegar de forma anónima...
Un 'hacker' crea un programa para navegar de forma anónima por Google
GoogleSharing mezcla los datos de los internautas que emplean el buscador para evitar la recolección de perfiles
"¿Quién sabe más sobre los ciudadanos en su territorio Google o Kim-Jong II?". Esta pregunta encabeza el sitio GoogleSharing creado por el hacker Moxie Marlinspike para que los internautas puedan realizar búsquedas por Google sin que éste pueda recolectar ningún dato o perfil. Según ha explicado Marlinspike en un correo a este diario, el programa ya ha sido descargado por 30.000 internautas. Creado en enero de este año, hace pocos días tuvo un problema grave con el registrador Gandi.net quien canceló su inscripción y dejó el servicio fuera de línea. Un problema ya solventado. El autor de este programa que suministra anonimato no ha tenido ningún conflicto con Google, según ha reconocido él mismo a este diario.
El programa se puede descargar e instalar en un navegador Firefox. Cuando el internauta que lo ha hecho se dirige a Google, el programa desvía su petición de página hacia el proxy de GoogleSharing donde se suprimen los datos de la petición y se mezclan con las de otros internautas de forma que al buscador le es imposible crear un perfil a partir de las búsquedas que proceden de GoogleSharing. Para mayor despiste, el programa también inyecta falsas búsquedas. GoogleSharing se encarga, lógicamente, de devolver al internauta la respuesta de Google a la búsqueda
Como explica en su página, GoogleSharing sólo actúa sobre los servicios de Google que no exigen una identificación del internauta. Por esta razón, no trabaja sobre, por ejemplo, el correo Gmail. El tráfico entre GoogleSharing y el internauta va cifrado para que el programa no pueda hacer lo que intenta evitar de Google, la colecta de datos.
Obviamente, este programa no es el único dedicado a suministrar anonimato al internauta. Su singularidad reside en que se ha centrado en el tráfico sobre Google lo que le permite trabajar con más velocidad al manejar menos flujos. El propio Marlinspike recomienda Tor para quien quiera realizar una navegación anónima a cualquier página de la Red.
Tal como afirma en la página, GoogleSharing es un tipo especial de servicio de proxy anonimizador diseñado para una "muy específica amenaza". "Su objetivo último es suministrar un nivel de anonimato que impida a Google rastrear tus búsquedas, movimientos y webs que visitas. (...) GoogleSharing no está diseñado para dar anonimato a todo tu tráfico, sólo a tus comunicaciones con Google". El programa es de código abierto y, por tanto, puede ser sometido al chequeo de los internautas y utilizado para crear otros servicios.
sábado, 22 de septiembre de 2012
viernes, 21 de septiembre de 2012
jueves, 20 de septiembre de 2012
Larra para fetichistas...
Larra para fetichistas
El Museo del Romanticismo muestra por primera vez los objetos más personales del escritor
La extraña fascinación por Mariano José de Larra comenzó quizás el 13 de febrero de 1837, el mismo día que se descerrajó un tiro un mes antes de cumplir 28 años. Consagrado por vía de este suicidio -causado, según la tradición, por un insufrible rechazo amoroso- como héroe romántico español por excelencia, casi 200 años después, su figura sigue fascinando. Hasta el 23 de enero, el Museo del Romanticismo exhibe una selección de 19 objetos que pertenecieron a Fígaro -uno de sus seudónimos-, que han sido donados por Jesús Miranda de Larra, hijo de la tataranieta del autor. Se suma a otras entregas realizadas anteriormente por la familia. "El museo se ha convertido en depositario de la memoria de Larra", asegura Begoña Torres, subdirectora general de Promoción de las Bellas Artes y comisaria de la exposición Larra. XIX cajas, inaugurada ayer por la reina Sofía. Esta última donación consta de más de un centenar de piezas.
El título de la muestra, explica Torres, que dirigió durante años este museo, pretende evocar el "misterio romántico" que envuelve el legado de Larra: desde la mítica existencia de una caja de efectos personales que la biógrafa del escritor, Carmen de Burgos, Colombine, aseguró haber visto pero de la que nunca se volvió a saber, a la intrigante caja amarilla a la que el escritor alude en su último artículo, titulado La Nochebuena de 1836.
Esa idea se mantiene en el montaje de la exposición, ya que el visitante tiene que abrir los expositores para ver los objetos. Así podrá contemplar un manuscrito del artículo El álbum, publicado en mayo de 1835, un certificado de matrícula y asistencia a la cátedra de griego en el curso 1825-26, un recibo por el alquiler de una habitación en la calle de Caballero de Gracia 21, un cuaderno de poesía o una baraja francesa. Pero también hay un mechón de pelo de Larra, la ropa que vestía el día que decidió acabar con su vida y una caja de pistolas. Se trata, señala la comisaria, no tanto de reconstruir la vida del escritor, sino de crear un recorrido que vincule al público "sentimentalmente con la persona del escritor". Torres señala que Larra es, probablemente, uno de los literatos que más ha interesado a los posteriores a él: "Fue el único que salvaron de la quema los del 98", recuerda.
Los manuscritos, por ejemplo, permiten adivinar parte del proceso creativo del autor a través de sus tachones y arrepentimientos. Lejos de haberlo evitado, la comisaria ha buscado expresamente el carácter fetichista de la muestra: "Es una idea muy romántica la de participar en la vida del personaje a través de sus objetos. He querido resaltar eso, el fetiche, la reliquia, el fragmento, la caja mortuoria... Todo eso son ideas románticas. Por ejemplo, en ese periodo abundaban las pulseras de pelo".
La propia historia del legado de Larra, marcada por el misterio y las vicisitudes, parece hacer honor también a ese sino. Además de la ilocalizada caja que citó Colombine, la donación de objetos que se hizo en los años 30 del pasado siglo también fue accidentada: algunas piezas se retiraron más tarde y la documentación de otras desapareció de los archivos.
El Museo del Romanticismo inauguró también ayer una tienda en la que podrán encontrarse, no solo títulos pertenecientes al periodo romántico y estudios sobre el mismo, sino obras que, siglos después, participan de su espíritu: "Como la trilogía Crepúsculo", indica Torres.
También se estrenó ayer un salón de té abierto al jardín interior de este edificio construido en 1776 por encargo del Marqués de Matallana. Son las últimas novedades en una institución que reabrió sus puertas en diciembre pasado, tras haber permanecido cerrada nueve años durante los que se realizó una remodelación que tuvo un coste de siete millones de euros.
Junto con el legado de Larra conviven en el museo más de 11.000 pinturas, esculturas, estampas, muebles, piezas decorativas y fotografías.
Larra. XIX cajas. Hasta el 23 de enero. Horario: de 9.30 a 20.30 (martes a sábado) y de 10.00 a 15.00 (domingos y festivos). Calle de San Mateo, 13. Entrada gratuita a la exposición. El acceso al museo se realiza en grupos de 25 personas.
miércoles, 19 de septiembre de 2012
martes, 18 de septiembre de 2012
lunes, 17 de septiembre de 2012
Miedo, acoso y la táctica...
Miedo, acoso y la táctica del doctor Jekyll y Mr. Hyde
La presión psicológica es clave para lograr el recobro: llamadas a familiares, vecinos, al trabajo... Para localizar a los deudores algunas de estas empresas consultan un archivo con datos de 36 millones de personas que viola la Ley de Protección de Datos
La crisis ha disparado la morosidad y 800 empresas han florecido al cobijo de las deudas ajenas. EL PAÍS dedica una serie de reportajes a un sector opaco cuya actividad no está regulada en España. Mañana: Los cobradores
"En capítulos anteriores siempre se ha recomendado tratar al moroso con cortesía, corrección y profesionalidad, evitando las reacciones viscerales, emocionales y las discusiones. Pues bien, esta táctica consiste en un cambio radical de estilo y forma. El gestor debe sufrir una metamorfosis y en vez de ser el doctor Jekyll y trata al deudor con la cortesía habitual, debe convertir en Mr Hyde y adoptar una actitud más agresiva hacia el moroso, pudiendo decirle que está cansado de que le tome el pelo, que está harto de esperar una respuesta y exigirle una solución inmediata. Al adoptar el gestor una línea dura de actuación y una actitud más belicosa (...) el deudor, que no está acostumbrado a ver así al gestor, por fin reacciona positivamente y paga la deuda".
El párrafo anterior ha sido extraído del libro Recobrar impagados y negociar con morosos (ed. Gestión 2000), del morosólogo (así se define) Pere Brachfield , reconocido experto y autor de una decena de libros sobre el tema (entre otros Memorias de un Cazador de Morosos: Flora, Fauna y antídotos). En Recobrar impagados..., Brachfield repasa los pasos a seguir para exprimir las posibilidades de recobro antes de ir a juicio, lo que incluye en algunos casos la posibilidad de hacer teatrillos, de adoptar roles como el descrito u otros como el del gestor bueno y el gestormalo, el del jefe implacable... Todo ello con un objetivo: ejercer presión psicológica sobre el deudor y que pague.
En el filo de la legalidad
Antes de llevar un caso a los tribunales, cosa que sólo hacen cuando ven opciones de éxito, los gestores ejercen una fuerte presión psicológica sobre los morosos, moviéndose por el filo de la legalidad y traspasándolo a menudo. La mayoría de las personas desconocen qué sucede exactamente cuando uno deja de pagar y los gestores utilizan esta falta de información para asustarles. Las amenazas con incluir al deudor en un listado de morosos o con ejecutar ipso facto una orden de embargo se usan por norma, cuando en el caso de los embargos antes debe haber un largo y costoso proceso judicial (y están económicamente limitados). "El lunes mismo voy al juzgado y si no ha hecho el ingreso, presento la denuncia", le decía hace poco un cobrador a un titular. Toda la frase era una fantasía: ni él va nunca al juzgado ni tiene posibilidad de ver los ingresos bancarios del titular ni la potestad para decidir qué casos acaban en denuncia.
Las amenazas, el miedo, se acompañan de un acoso sin tregua: el deudor recibe un bombardeo de llamadas, cartas y SMS reclamando el pago de la deuda (en algunos casos también se hacen visitas en persona). Si de este modo no se obtiene respuesta, en ocasiones se da un paso más, llamando a familiares, vecinos o al centro de trabajo. Sergio (no quiere dar su apellido), de Madrid, narra el acoso al que fue sometido uno de sus vecinos, que dejó de pagar las letras del coche: "Empezaron a llamarnos a todos los vecinos pidiéndonos que le dijéramos que le estaban buscando de una asesoría. Imagina su cara después de que fuéramos cinco con el mismo cuento".
A veces, para lograr que el deudor contacte con ellos, los cobradores ocultan su identidad. Verónica (no quiere dar su nombre real), una madrileña que lleva siete años recobrando deudas, cuenta el siguiente truco: "A veces llamamos a los vecinos como si fuéramos de Correos, les damos nuestro número y les pedimos que avisen al deudor de que le estamos buscando para entregarle un paquete". Otras veces los cobradores se identifican como empleados de la empresa con las que el titular mantiene la deuda, y no como una empresa de recobro, una manera de intentar evitar que se desentiendan de esta nueva empresa con la que nunca firmaron un contrato. Además, para evitar que los deudores identifiquen su número de teléfono e ignoren sus llamadas, estas firmas usan triquiñuelas, como llamar desde números ocultos o por medio de centralitas que la llamada desde un número de móvil. No sirve de nada memorizarlo. Al cabo de unos días, cambia de forma automática.
Su particular pesadilla
España es junto con Portugal el único país de la UE en el que el sector del recobro no está regulado. Tampoco hay un registro de empresas, por lo que cada una ejerce a su aire. Los usuarios pueden poner una denuncia en las Oficinas Municipales de Información al Consumidor o en la OCU (que el año pasado registró 1.773 consultas sobre listados de morosos), pero su particular pesadilla es la Agencia de Protección de Datos (AEPD), que impone a las empresas que incumplen la Ley de Protección de Datos multas de entre 600 y 600.000 euros.
En 2009, la AEPD registró un aumento del 225% en las denuncias relacionadas con el cobro de morosos, que es, junto a la vídeovigilancia, el principal motivo de las quejas que llegan a esta entidad. Las solicitudes de tutela, una opción por la que el usuario puede poner en mano de esta entidad la protección de sus datos, aumentaron en 2009 un asombroso 570%. Las denuncias que llegan a esta entidad por este asunto son fundamentalmente de cuatro tipos: 1. Porque se le está reclamando una deuda inexistente. 2. Por incluir a alguien de forma indebida en un fichero de morosos (como es el caso de deudas que tienen su origen en contratos fraudulentos, que están reclamadas o que no se notificaron de forma adecuada). 3. Por vulnerar el deber de secreto e informar a terceros de la deuda del titular (enviando fax al trabajo o con llamadas a familiares o vecinos, como es el caso de esta resolución). Y 4. Por la obtención ilícita de datos personales de los deudores.
En el tiempo transcurrido desde la firma de un contrato hasta que se origina un impago, muchas personas se mudan, cambian de teléfono o se marchan de España. Su localización es el principal escollo de las empresas de recobro. J. G. G., lo sabe bien. Este madrileño lleva años recibiendo llamadas en tono amenazador que no van dirigidas a él, sino a alguien con quien comparte nombre compuesto y dos apellidos. "Tiene deudas pendientes con una empresa de muebles, otra de coches, por la tarjeta de un supermercado, por un crédito del banco... Es terrible, porque me llaman sin parar, y a veces dos veces al día. El contestador automático lo quité porque cada vez que lo ponía había un mensaje". A base de mucho protestar, J. G. G. logra frenar el acoso. Pero pasado un tiempo, el teléfono vuelve a sonar.
El caso de Saberlotodo
Para buscar a los titulares, las empresas pueden acceder a los archivos accesibles al público: guías telefónicas (Páginas Amarillas, Páginas Blancas, QDQ), el Registro de la Propiedad y el Registro Mercantil. Pero no toda la gente figura en estos archivos. El alicantino José Vicente Lucas ha ofrecido durante años una solución a todo el que quisiera buscar a alguien. A cambio de una tarifa de entre 210 euros por consulta y 1.400 euros de "tarifa plana", Lucas facilitaba acceso a Saberlotodo , un archivo con información de la friolera de 36 millones de personas que ha ido elaborando con datos del Censo Electoral y del Padrón de municipios. "Gracias a mi base de datos se puede localizar el nuevo domicilio del titular o saber con quién vive", dice el propio Lucas, que se presenta como "investigador judicial".
Poco a poco fueron llegando a la Agencia de Protección de Datos denuncias de personas que no entendían de dónde habían obtenido sus datos las empresas que les llamaban. Sirva de ejemplo esta resolución de la AEPD en la que se especifica cómo una empresa de cobros efectuaba en este fichero búsquedas de nuevos datos de contacto de las personas a las que querían localizar. Desde 2007, la AEPD ha impuesto a Saberlotodo multas por valor de 3,5 millones de euros (por el tratamiento de datos sin consentimiento de ciudadanos y su cesión a terceras entidades) y ha ordenado la inmovilización de este fichero, que considera "ilegítimo" por haberse elaborado sin el consentimiento de los afectados. Lucas ha recurrido estas sanciones amparándose en un defecto formal (dice que las sanciones tendrían que ir dirigidas contra él mismo, propietario último del fichero, no contra la empresa Saberlotodo). La Audiencia Nacional, sin embargo, ha confirmado todas las sentencias de la AEPD.
Pero Lucas ha ido más allá: ha vuelto a poner a disposición de las empresas su archivo bajo un nuevo nombre: Trumbic. Este cambio no se ha hecho a escondidas. Desde la web de Saberlotodo.com se informa del nuevo dominio y se facilita un número de teléfono en el que es sencillo contactar con Lucas, que explica que actualmente están suscritas a su archivo 190 empresas, por cuyas consultas ingresa unos 300.000 euros al año.
La AEPD, que impuso la primera multa a Saberlotodo.com en 2007, ha iniciado de oficio un procedimiento para comprobar el estado del fichero "porque hay indicios de que no se ha acatado la inmovilización", explica un portavoz de la Agencia, lo que podría acabar en una nueva sanción por infracción grave de la Ley de Protección de Datos y una multa de hasta 600.000 euros. Han pasado cuatro años desde que esta entidad impuso la primera sanción, y los datos de 36 millones de personas siguen disponibles por un módico precio.
Los detectives
David Sanmartín, director de la agencia de investigación privada Grupo Has y secretario de la Asociación Profesional de Detectives Privados, conoce bien este fichero, contra el que los detectives mantienen una guerra abierta. Sanmartín insiste en que si una empresa quiere hacer investigaciones sobre un titular, debe hacerlo mediante la contratación de un detective privado. "Nosotros somos los únicos que podemos localizar personas legalmente", insiste. "También podemos buscar todos sus bienes, acreditar que determinado inmueble que no está a su nombre en realidad sí que es suyo, o que un divorcio es simulado. Pero nuestro mayor volumen de trabajo en este tipo de asuntos consiste en localizar a personas con deudas de entre 300 y 1.000 euros, cuantías modestas pero que juntas suman muchos millones. Y conseguimos localizarles en el 85% de los casos".
Este tema, el de la localización de los usuarios, es a menudo la clave del recobro. Tanto desde la Agencia Española de Protección de Datos como desde La Asociación Nacional de Entidades de Gestión de Cobro (con 50 empresas asociadas), señalan que la Audiencia Nacional ha interpuesto sentencias reconociendo la obligación del deudor de mantener actualizadas sus señas "permitiéndose en caso contrario su reactualización sin que se produzca vulneración de la Ley de Protección de Datos". En cualquier caso, esa "reactualización", debe hacerse a través de archivos accesibles al público y legales, y nunca desde Saberlotodo.com o su heredera Trumbic.
domingo, 16 de septiembre de 2012
Todo el mundo piensa que...
Todo el mundo piensa que su vida entera debería ser, al menos, tan divertida como la masturbación.
sábado, 15 de septiembre de 2012
viernes, 14 de septiembre de 2012
Una navaja suiza para editar tus PDFs...
jPDF Tweak, todo lo que necesitas para editar archivos PDF
El formato PDF no deja de estar en la palestra de la información. Pero a estas alturas nadie puede negar que es usado mayoritariamente como un estándar para compartir documentos, sobretodo, a través de internet.
Y ya que seguiremos utilizándolo, hay que tener un buen repositorio de aplicaciones tanto para su visualización como para su creación y edición. En este último apartado encontramos jPDF Tweak, una herramienta open source que debemos tener en la recámara debido a sus múltiples posibilidades.
Tal y como comentan en su web jPDF Tweak es la Navaja Suiza para los ficheros PDF. Nos va a permitir desde unir diferentes archivos PDF en un único archivo hasta protegerlo con contraseña. Vamos con un poco más de detalle con esta excelente utilidad.
Primeros pasos con jPDF Tweak
La aplicación está desarrollada en Java. Lo que en un principio asegura la portabilidad del software a cualquier plataforma. Sólo tenemos que ir a la página del proyecto, descargar el fichero comprimido y abrir el archivo JAR. Claro, que para ello tendremos que tener instalada la Máquina Virtual de Java.
Uno de los grandes males que tienen la mayoría de las aplicaciones Java es la cantidad de recursos que consumen. El programa arranca consumiendo unos 53MB de memoria y después de hacer las primeras pruebas casi alcanzaba los 100MB en memoria. Son unos números bastante altos para un programa de estas características, pero normalmente no lo necesitaremos tener abierto mientras hacemos otras cosas, así que tampoco es crítico para los ordenadores de hoy en día.
Ahora que ya tenemos el programa arrancado sólo nos resta navegar por su interfaz y probar las diferentes, y amplias, posibilidades que nos ofrece.
Muchas opciones, muchas pestañas
Tal y como se había comentado, esta Navaja Suiza para los PDF tiene muchas opciones, y están agrupadas en bastantes pestañas. Once pestañas en total.
Las más importantes, la primera y la última. En la primera pestaña input elegiremos el fichero (o los ficheros) que queremos modificar; y en la última, elegiremos el fichero que queremos que se genere (así como algunas opciones más avanzadas). De esta forma si sencillamente queremos unir dos archivos PDF sólo tendremos que visitar estas dos pestañas.
Si, en cambio, queremos imprimir un documento, y para ahorrar papel queremos mostrar más de una página por hoja, encontraremos la opción bajo la pestaña Shuffle/N-up. En cambio en la pestaña Watermark podremos encontrar opciones para, por ejemplo elegir poner la primera página de otro PFD como marca de agua del que estemos editando. No podía faltar la posibilidad de añadir texto como marca de agua para poder, por ejemplo, etiquetar las hojas como Borrador.
Tamaño de página y numeración
Unas de las opciones más interesantes para el día a día se encuentran bajo la pestaña Page Size. Muchas veces encontramos ficheros PDF que tienen páginas rotadas y, a la hora de imprimir, nunca conseguimos arreglarlo y salen cortadas o escaladas. Además de poder reducir el tamaño de las páginas de un documento (medido en puntos PostScript, 1/72 de pulgada) podremos rotar automáticamente las páginas que deseemos.
En un principio numerar las páginas para que un visor de PDF nos muestre un prefijo (como Pag.) no parece una característica importante. Pero al poder realizar diferentes numeraciones en un mismo documento podremos numerar páginas como Anexo I, Anexo II, ... mientras que todas las anteriores tenían Pag. 1, Pag. 2, .... O insertar numeraciones diferentes a mitad de un documento para después volver a la normalidad.
Una opción interesante es la de numerar las páginas, eligiendo la altura a la que queremos que aparezca y la fuente de la numeración. No tendremos más opciones, pero si queremos numerar un documento del que no disponemos el archivo original, resultará de mucha utilidad.
Otras opciones
Y es que once pestañas dan para mucho y todavía quedan opciones por explorar. Me ha sorprendido encontrarme la posibilidad de poder cambiar la autoría y fecha de creación del documento, así como añadir diferentes campos personalizados. En esta línea también podremos añadir una contraseña de autor o de usuario al PDF, así como cifrarlo (decentemente) y firmarlo mediante un certificado. También podremos definir los permisos con los que se abre nuestro fichero (para que pueda ser rellenado, impreso o copiado).
Cómo no, podremos insertar marcadores para facilitar la navegación y crear un índice de nuestro documento. También podremos añadir ficheros adjuntos al documento. Estas opciones se pueden realizar en una multitud de aplicaciones de una forma más visual. Pero jPDF Tweak también nos da la opción.
Una última sorpresa: Interaction
En esta pestaña encontraremos opciones con las que podremos configurar nuestro PDF como fondo para una presentación digital. Podremos elegir el tiempo que una transparencia se está mostrando así como transiciones entre ellas.
Pero todavía sorprenden más las opciones de la mitad derecha de la pantalla. Donde podremos elegir el modo en el que queremos que se abra el lector de PDF, por ejemplo, para arrancar directamente en pantalla completa (muchos lectores piden confirmación antes de pasar a pantalla completa de forma automática). Pero también podremos definir diferentes opciones para esconder barras de herramientas, de menú u opciones predefinidas a la hora de imprimir.
jPDF Tweak: Lo mejor
Se trata de una herramienta completa y libre, que podremos ejecutar en casi cualquier ordenador si tenemos instalado el intérprete de Java. Realmente podemos modificar muchísimas opciones de un archivo PDF. Creo que aquellas personas que trabajamos diariamente con este tipo de archivos sabremos apreciar algunas de las utilidades, ya que, al ser tan variadas, se adaptan a casi cualquier necesidad.
Opciones como la de numerar las páginas del documento, cuando se va a imprimir y no va a ser grapado o encuadernado deberían ser obligatorias (al menos para aquellas personas que somos propensas a dejar caer carpetas al suelo).
Como hemos comentado, la pestaña Interaction no posibilitará obtener mayor control sobre nuestras presentaciones digitales. Y exportar a PDF realmente es interesante cuando no va a ser realizada en nuestra computadora.
jPDF Tweak: Lo peor
La mayoría de estos puntos van encaminados a dos direcciones. La falta de ayuda durante el uso de la aplicación y la complejidad de la interfaz. De nuevo nos encontramos ante el compromiso de ofrecer multitud de posibilidades y hacer el programa accesible a los usuario menos avezados.
Si bien la interfaz es claramente mejorable, una de las primeras mejoras debería ir en la línea de añadir ayudas contextuales durante el uso de la aplicación. Desde luego todo sería más fácil si las opciones estuvieran en otros idiomas.
Además, algunas de las opciones se pueden realizar de formas más visual con otras herramientas. Con muchos visualizadores de PDF se pueden añadir marcadores o adjuntos a un fichero. Y, en entornos de producción, encontramos impresoras cuyos drivers nos permiten agregar marcas de agua y opciones de N-up y escalado.
jueves, 13 de septiembre de 2012
miércoles, 12 de septiembre de 2012
martes, 11 de septiembre de 2012
'Crossover': la edad interminable...
'Crossover': la edad interminable
Las editoriales salen a la caza de libros capaces de romper barreras generacionales. Los títulos de apariencia juvenil que seducen a un lector adulto viven un auge
El nombre es nuevo. El fenómeno, un clásico. ¿O no regalaron Mark Twain, Charles Dickens, las hermanas Brontë, Lewis Carroll, Alejandro Dumas o Jane Austen libros que rompieron fronteras entre generaciones de lectores?
Los libros crossover no nacen con Harry Potter ni son patrimonio de Mark Haddon, aunque la criatura de J. K. Rowling y El curioso incidente del perro a medianoche hicieron añicos en todo el mundo la rígida división entre literatura juvenil y adulta. Hay aventuras que interesan a los 13 y a los 63. Y también hay miedos que atenazan a los 15 y pueden regresar a los 55: ¿qué haré con mi vida?
En suma, ya saben: cuando el nombre se acuñó, el hambre ya estaba allí. "Este invento publicitario del crossover es como la piedra filosofal de los alquimistas, es decir, eso que todo editor quiere, un libro de calidad para un público muy amplio. Vamos, un dulce", sostiene Rosa Montero, autora de algunas novelas que se ajustan a la etiqueta, como Historia del Rey Transparente. El corsé no le importuna. "Casi todos los grandes clásicos lo son: El corazón de las tinieblas, Ana Karenina o Guerra y paz, que recuerdo haber leído con fascinación de adolescente... Como escritor intentas ir detrás de esa estela luminosa".
Sostienen en Seix Barral que Lágrimas en la lluvia, la próxima novela de Rosa Montero, es "un pura sangre de los crossover". "Es una novela de aventuras que en realidad habla de la aventura de vivir... y de morir", adelanta la escritora. La obra nació con una idea y, por el camino, la vida la torció hacia otra. "Un buen crossover ha de ser complejo y profundo, debe tener muchos niveles distintos de entendimiento y de emoción, y, al mismo tiempo, debe lograr esa dificilísima sencillez que convierte las historias en fábulas. Como decía Steinbeck, lo mejor es siempre lo más sencillo, pero lo malo es que para ser sencillo hace falta pensar mucho".
Lágrimas en la lluvia se publicará en la colección Biblioteca Furtiva, que Seix Barral estrenó en septiembre para difundir títulos de ese mestizaje generacional tan en boga. "Se puso en marcha por dos razones. Por una parte, haber observado una alta demanda en otros mercados de este tipo de literatura y por otra, porque queremos crear lectores jóvenes", expone Elena Ramírez, directora editorial de Seix Barral.
En la colección, que publicará seis títulos al año -se incluye la reedición de Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza-, se acaba de lanzar Nada, de la danesa Janne Teller. En 2007 el argumento impactó tanto en Dinamarca que algunas librerías se negaron a venderlo y se prohibió en escuelas noruegas. A la postre triunfaría en las aulas y en los despachos, sobreponiéndose a los clichés comerciales. Hasta entonces, Janne Teller había escrito para adultos. Nada es la historia que le habría gustado leer con 14 años, aunque acabó siendo la historia que necesitaba leer cuando la urdió, a los 35. "Mientras la escribía pensaba en un lector joven y mentalmente me obligaba a tener 14 años otra vez. Luego descubrí que esto no hacía el libro más naïf, como temía", explica la autora, premiada por este libro como mejor obra juvenil. Un encorsetamiento que le sobra ("en muchos casos la clasificación es artificial y limitadora") y al que no le ve mucho futuro: "Cambiará porque hay mucha literatura interesante escrita para jóvenes, quizás porque los escritores se están dando cuenta de que a menudo los jóvenes están más abiertos a nuevos pensamientos, estilos e ideas que los adultos".
Antes de la popularización del término crossover, Siruela lanzó una colección que lo anticipaba: Las Tres Edades. "Siempre pensé que los buenos libros pueden ser aptos para lectores entre ocho y 88. Quería romper las barreras ridículas de edades, hay lectores jóvenes que pueden leer libros complicados y adultos que se contentan con los fáciles", explica Michi Strausfeld, directora de la colección. Strausfeld convenció a Jacobo Siruela para que comprara los derechos de una novela sobre filosofía de 600 páginas escrita, para más inri, por un noruego desconocido: Jostein Gaarder. El mundo de Sofía salió en 1994 y sonó la flauta. "Fue toda una audacia editorial, sobre todo económica".
Campanada aún mayor fue en 1999 la de Salamandra, casi una recién nacida cuando compró los derechos de Harry Potter porque a su editora, Sigrid Kraus, le divirtieron las aventuras del joven mago al que entonces no conocía nadie. Las entregas de Potter han pasado de mano en mano en muchas familias. Salamandra atesora otros hitos: El niño con el pijama de rayas (John Boyne) y El curioso incidente del perro a medianoche (Mark Haddon). "Teníamos claro que El niño... no encajaba en ninguna colección y que valía la pena publicarlo como libro sui géneris. Lo que no podíamos imaginar es que tendría tantísimo éxito", revive el editor Juan Milà.
¿El truco? Se ignora. "La literatura puede gustar a un lector de 15 años y a otro de 55 porque puede ser a la vez sencilla y compleja, como en los mitos, los cuentos tradicionales o los relatos de Edgar Allan Poe", precisa. "Ay, ya quisiera yo tener la clave del secreto. Puedo pensar en cosas que tienen en común: contar una buena historia, contarla bien y tener una enorme capacidad de conmover al lector", suspira Pilar Reyes, directora de Alfaguara, que tiene a sus espaldas un crossover de lujo, La historia interminable, de Michael Ende, publicado hace más de 20 años, y en la actualidad, una saga arrasadora, Crepúsculo.
De 8 a 88 años
Una avalancha de novedades del género toma las librerías:
- Los incorpóreos. El mundo de las sombras, de Ana Ripoll (Siruela).
- Contra el viento del norte, Daniel Glattauer (Alfaguara).
- Un grito de amor desde el centro del mundo, de Kyoichi Katayama (Alfaguara).
- La fórmula preferida del profesor, de Yoko Ogawa (Funambulista).
- ¡Bum!, de Mark Haddon (Salamandra).
- Las obras escogidas de T. S. Spivet, de Reif Larsen.
- Nada, de J. Teller (Seix Barral).
- La sinfonía del tiempo breve, de M. Signorini (Seix Barral).
- Jasper Jones, de Craig Silvey (Seix Barral).
lunes, 10 de septiembre de 2012
No importe lo mucho que ames...
No importe lo mucho que ames a alguien, retrocederás cuando el charco de su sangre esté demasiado cerca.
domingo, 9 de septiembre de 2012
sábado, 8 de septiembre de 2012
Reparar una injusticia novelesca
Reparar una injusticia novelesca
Calidad literaria. Número de lectores. Premios. Complicado trinomio que muy raras veces reúne un libro. El Booker Perdido trata de corregir viejos errores y acercar la buena literatura al mayor número de gente. Aspiran a él seis grandes obras de 1970, a las que una injusticia burocrática negó su sitio en la historia. El jurado son los lectores.
En qué se diferencian las dos listas de escritores que figuran en la parte inferior derecha de esta página?
La respuesta (muchos de ustedes habrán caído en la cuenta) es que los escritores que aparecen en la primera lista obtuvieron el Premio Nobel de Literatura y los que aparecen en la segunda no. Hay una diferencia adicional: la nómina de autores que fueron galardonados con el Nobel incluye a varios escritores mediocres, mientras que la otra está formada exclusivamente por escritores cuyo talento es incuestionable.
¿Cómo actúa el paso del tiempo sobre la valoración de las obras literarias? ¿Quién está destinado a caer en el olvido? En 1904, estando aún vivo Benito Pérez Galdós, uno de los mejores novelistas que jamás ha dado España, el premio recayó en José Echegaray. El juicio de nuestros contemporáneos no es siempre equilibrado, pero el misterio de la gran literatura estriba en que, aunque sus obras no siempre resulten accesibles, no hay mejor cronista de la condición humana que un gran escritor. Las obras maestras de la literatura nos permiten entender mejor nuestro tiempo, la sociedad en la que vivimos, los conflictos que asolan nuestra existencia. Se diga lo que se diga, la gente sigue y seguirá leyendo, como demuestran los millones de ejemplares que venden los autores de best sellers, aunque lo que escriben Dan Brown, John Grisham, Stieg Larsson, Carlos Ruiz Zafón, o J. K. Rowling no es exactamente literatura. Escritores que, además de hacer gran literatura, venden millones de ejemplares, como García Márquez o Naguib Mahfuz, hay muy pocos. Lo logran porque, además de que su obra está rodeada de un aura de prestigio de la que los lectores se quieren contagiar, poseen el don de la accesibilidad, lo cual produce un milagro de comunicación en el que lo que se transmite es arte de verdad. Pero no siempre es así. Con autores como Robert Musil, Jorge Luis Borges, Thomas Mann o William Faulkner, la cosa cambia. Muchas de las cumbres de la literatura universal se lo ponen difícil al lector de a pie. Es una verdad incómoda, pero obras como el Ulises, La montaña mágica, La divina comedia o En busca del tiempo perdido tienen pocos lectores.
Todo esto suena un poco a elitismo, pero no lo es. En el fondo, la gran literatura aspira a ser democrática. Por eso resultan gratificantes iniciativas como la convocatoria del Booker Perdido, cuyo objeto es acercar la buena literatura al mayor número de gente y rectificar una injusticia histórica. El Premio Booker, uno de los más prestigiosos del mundo anglosajón, se fundó en 1969. Entre sus ganadores figuran un buen número de premios Nobel, como V. S. Naipaul, Nadine Gordimer, William Golding y J. M. Coetzee, además de otros escritores de gran calibre, como Salman Rushdie, Michael Ondatjee, Margaret Atwood o John Banville.
La injusticia que se trata de reparar se cometió hace 40 años, con motivo de la segunda edición del premio. Como consecuencia de la modificación de las normas que regulaban la manera de presentarse al mismo, éste dejó de tener carácter retroactivo. La extraordinaria producción novelística publicada en 1970 en el mundo anglosajón quedó automáticamente fuera de competición. A nadie se le pasó por la cabeza hacer nada al respecto hasta que a principios de este año surgió la idea de efectuar una convocatoria especial para las novelas que jamás pudieron presentarse. A fin de establecer un vínculo más íntimo con las obras aspirantes al Booker Perdido, se constituyó un jurado cuyos miembros habían nacido el mismo año en que se produjo el vacío: 1970. Tras un largo proceso de selección que redujo el número de novelas candidatas a un total de 21 títulos, hace unas semanas se hizo pública la lista de las seis obras finalistas. He aquí su relación:
1. Ahora que vuelve a estar en boga el género histórico, resulta interesante rescatar a una de sus maestras absolutas: Mary Renault (1905-1983). Autora de narraciones más convencionales, su verdadera contribución a la literatura la constituyen sus novelas ambientadas en la Grecia clásica, entre las que destaca la trilogía que dedicó a la figura de Alejandro Magno. Pocos autores, hombres o mujeres, han examinado la homosexualidad masculina con más sagacidad que ella. La novela con que aspira al Booker Perdido, Fuego del cielo, es una invitación a tirar por la borda todos los prejuicios contra la novela histórica.
2. Nacida en Sidney en 1931, uno de los rasgos más llamativos de Shirley Hazzard es la increíble lentitud con que gesta sus novelas. Entre Tránsito de Venus, su mejor obra, y El gran incendio, su última novela, publicada cuando contaba 72 años de edad, transcurrieron 23 años. Muy amiga de Graham Greene, publicó un libro sobre él. Los críticos destacan la singular capacidad de Hazzard para adentrarse en el laberinto de las relaciones humanas. La bahía de Nápoles, obra con la que compite por el Booker Perdido, es una novela corta que aborda magistralmente el misterio de la atracción sexual.
3. Londinense de 85 años, Nina Bawden es autora de más de 40 libros. Conocida por sus libros para niños, algunos de sus títulos están considerados obras maestras. Sus novelas para adultos dan la sensación de estar escritas por otra persona. Finalista del premio dos veces, la novela con la que opta al Booker Perdido, titulada Árboles llenos de pájaros, es una dura historia de drogas, infidelidad y esquizofrenia que reconstruye con pasmosa lucidez el ambiente de Hampstead en los años sesenta.
4. El anglo-irlandés James G. Farrell (1935–1979) es autor de un brillante corpus novelístico en el que destaca su Trilogía del Imperio, sagaz análisis de la caída del poder colonial británico. En 1973 ganó el Booker con el segundo volumen de la trilogía, El sitio de Krishnapur, considerada una de las mejores novelas inglesas de su época. Opta al premio con Troubles, primer volumen de la trilogía. De prosa desnuda, salpicada de toques de humor negro, resulta imposible dejar de leerlo.
5. Sin duda, uno de los grandes nombres de la literatura británica de la segunda mitad del siglo XX, la escocesa Muriel Spark (1918-2006) obtuvo en vida toda suerte de premios, salvo el Booker, al que opta ahora por tercera vez. Dama de la Orden del Imperio Británico y, como Graham Greene, católica conversa, durante años el genial novelista le enviaba vino y dinero, poniendo a cambio una condición: que “jamás se le ocurriera rezar por él”. El asiento de la muerte, candidata al Booker Perdido, novela de apenas 100 páginas (distancia en la que nadie la supera), es una obra maestra disfrazada de thriller psicológico.
6. Al australiano Patrick White (1912-1990) le repugnaban la fama y los premios literarios, con excepción del Nobel, que le fue concedido en 1973. No acudió a recogerlo y destinó su dotación económica a la creación de una fundación literaria. Opta al premio con El vivisector, extraña novela semiautobiográfica, de prosa hiriente, en la que se refleja su pasión por la pintura. Por sus páginas desfila, entre otros artistas reales, su amigo Francis Bacon. El libro lleva a cabo una dolorosa vivisección de lo que significa entregar la vida a cualquier forma de pasión creadora.
La labor del jurado termina aquí. A partir de ahora, los lectores tienen la palabra. Para votar hay que entrar en la página web del premio. El título de la novela ganadora del Booker Perdido se dará a conocer el próximo 19 de mayo. La elección está resultando sumamente reñida, dada la calidad de las obras que compiten por el premio. Una breve incursión en la Red permite comprobar que hay un número considerable de personas que están leyendo las seis novelas con pasión efervescente. La situación, en todo caso, es insólita: se trata de poner al azar en su sitio, rectificando un error histórico, y aunque hablamos de gran literatura, el fallo no depende de ningún experto, sino del verdadero protagonista del pacto literario: el lector de a pie.
Escritores que han obtenido el Nobel de Literatura
Rudyard Kipling, Thomas Mann, Elias Canetti, Isaac Bashevis Singer, Saul Bellow, Octavio Paz, Luigi Pirandello, Herman Hesse, Gabriela Mistral, William Faulkner, Pablo Neruda, Samuel Beckett, Albert Camus, José Echegaray, John Steinbeck, Juan Ramón Jiménez, Winston Churchill, Jacinto Benavente, Ernest Hemingway, Miguel Ángel Asturias, Jean-Paul Sartre, Camilo José Cela, Vicente Aleixandre.
Escritores que no han obtenido el Nobel de Literatura
Franz Kafka, León Tolstói, Benito Pérez Galdós, Henrik Ibsen, Rainer Maria Rilke, Émile Zola, Henry James, Marcel Proust, Virginia Woolf, James Joyce, Robert Musil, Mark Twain, Alberto Moravia, Graham Green, Giorgio Bassani, Simone de Beauvoir, Vladímir Nabokov, Italo Calvino, Jorge Luis Borges, Evelyn Waugh, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa, Philip Roth.
viernes, 7 de septiembre de 2012
jueves, 6 de septiembre de 2012
miércoles, 5 de septiembre de 2012
Marilyn oculta...
Marilyn oculta
Pensábamos que sabíamos todo sobre ella. Pero el mito de Hollywood guardaba un secreto: tenía la necesidad compulsiva de escribir sus sentimientos. Aparece ahora un libro con textos y poemas inéditos que revelan el lado más íntimo y desgarrado de la actriz. El País Semanal lo presenta en exclusiva.
Marilyn Monroe era una mujer triste, algo que nadie se explicaba y de lo que ella misma se sentía secretamente avergonzada. Porque también era alegre, o podía serlo, radiante, pero la fatiga, la depresión y el pesimismo fruto de un carácter extremadamente sensible e inteligente la acorralaron hasta perder toda esperanza en sí misma y suicidarse la madrugada del 4 al 5 de agosto de 1962 en su casa (la única que tuvo en propiedad) de Brentwood, en Los Ángeles, un hogar sencillo, de aire colonial español, con apenas muebles y con una inscripción en latín en la entrada: Cursum perficio (aquí acaba el viaje).
A sus 36 años, Marilyn estaba cansada, demasiado cansada. La publicación de buena parte de sus escritos personales (la mayoría inéditos) en el libro que ahora ve la luz, Fragmentos (Seix Barral), lo confirma de manera rotunda. Su poesía, sus lecturas, sus notas, sus cartas... todo apunta al mayor de los cansancios, el que provoca esa soledad que se escapa a las evidencias (¿cómo podía sentirse sola la mujer más adorada del mundo?) y que ella sufrió como un azote implacable. "¡¡¡Sola!!! / Estoy sola-siempre estoy / sola / sea como sea", escribe en la primera página de un cuaderno que, como todos, muestran a una mujer nerviosa y generosa, terriblemente insegura y asustada, que necesitaba a los demás para buscarse a sí misma, pero que jamás encontró consuelo, sintiéndose siempre atrapada entre la traición o el abandono. Nadie duda de que sus tres maridos, cada uno a su manera, la quisieran, ni que sus amantes (de los hermanos Kennedy a Elia Kazan, Frank Sinatra, Yves Montand o Marlon Brando, quien fue más amigo y mejor persona con ella que cualquiera de los antes citados), la desearan pero nadie podría rebatir que ninguno de ellos -ni siquiera Arthur Miller, probablemente el que más se acercó a conocer su melancólica naturaleza- supo ser generoso y darle la paz que necesitaba.
Marilyn se refugiaba en sus pensamientos breves, fragmentarios, aniñados pero no por ello ingenuos, básicamente poéticos -ya sean en prosa o en verso-, cuya lectura refleja a una actriz con pulsión creativa y con una inagotable necesidad de conocimiento. Una mujer culta, atenta a una vida que le apasionaba al mismo ritmo que le aprisionaba. "Socorro, socorro, / socorro. / Siento que la vida se me acerca / cuando lo único que quiero / es morir", escribe en un poema cuya fecha baila entre 1956 y 1961, y cuyo primer borrador, según Donald Spoto, quizá el más conocido de sus biógrafos, ella anotó en un cuaderno de Arthur Miller. Desde su frágil pedestal, la gran diosa pedía auxilio. Pero nadie quería escucharlo: ni sus hombres, ni sus admiradores, ni muchísimo menos los estudios de Hollywood, donde Marilyn acabó siendo una figura incómoda, una mujer intolerablemente ingobernable cuya rebeldía se traducía en falta de profesionalidad, impuntualidad y un autodestructivo caos. Pocos de sus colegas salieron en su defensa en aquellos momentos, solo Brando (quizá porque siempre se sintió tan herido por aquel mundo como ella), Dean Martin (su compañero de reparto en Something's got to give, que hizo lo imposible para que no la despidieran) o su adorado Clark Gable, en quien veía al padre soñado que jamás tuvo (Marilyn buscó incansablemente a ese hombre del que solo poseía la borrosa foto de un tipo de aire viril con bigotillo).
Las pastillas solo eran una forma de aplacar su enorme ansiedad y de mitigar su insomnio. Sufría cambios bruscos de humor, el alcohol era su antídoto para la tristeza, su manera de animarse, porque ella -como insiste en cada rincón de sus escritos- necesitaba la alegría que había perdido. "Yo solía reír tan fuerte y con tanta alegría", le confesó a Richard Merymand, entonces subdirector de Life, en la que fue su última entrevista, en julio de 1962. Con una lucidez estremecedora, Norma Mailler explicó así la tragedia: "Para sobrevivir, habría tenido que ser más cínica o por lo menos estar más cerca de la realidad. En lugar de eso, era una poeta callejera intentando recitar sus versos a una multitud que le hacía jirones en la ropa". En este mismo sentido, Miller añadió: "Hay algo sorprendente en ella: su absoluta, irremediable, a veces intolerable, incapacidad para mentir".
Así, la poeta callejera, la mujer que se quitó la vida (y todas las investigaciones serias descartan las teorías conspirativas de un asesinato a manos de la mafia orquestado desde algún secreto despacho de la Casa Blanca) al ingerir un frasco entero de Nembutal -las pastillas que ese mismo día le acaba de reponer su psiquiatra para frenar sus días sin descanso- anunciaba ya en un poema sin fecha ni nombre que la muerte era uno de sus pensamientos consoladores: "Ay maldita sea me gustaría estar / muerta -absolutamente no existente- / ausente de aquí -de / todas partes pero cómo lo haría / Siempre hay puentes- el puente de Brooklyn / Pero me encanta ese puente (todo se ve hermoso desde su altura y el aire es tan limpio) al caminar parece / tranquilo a pesar de tantísimos / coches que van como locos por la parte de abajo. Así que / tendrá que ser algún otro puente / uno feo y sin vistas -salvo que / me gustan en especial todos los puentes- tienen / algo y además / nunca he visto un puente feo-.
"Si las personas escasamente sensibles e inteligentes tienden a hacer daño a los demás, las personas demasiado sensibles y demasiado inteligentes tienden a hacerse daño a sí mismas", escribe Antonio Tabucchi en el prólogo del libro. Para el escritor italiano, estos textos inéditos de Marilyn revelan una personalidad "intelectual y artística" que ni los biógrafos podían sospechar. "No solo los poemas, sino también las notas breves y las páginas de sus diarios incluidas en este libro (siempre en una prosa marcadamente elíptica, hipersignificante y, por eso mismo, rayana en el lenguaje sibilino propio de la poesía) constituyen de una manera flagrante una búsqueda y una quête. La búsqueda racional de una intelectual que trata de comprender la realidad que la circunda (qué es este mundo, qué significa) y la quête de una persona que se busca a sí misma en este mundo (quién soy yo, qué sentido tengo...). La imagen que Marilyn ha dejado de sí misma esconde un alma que pocos sospechaban. De gran belleza, es un alma que la psicología barata calificaría de neurótica, como se puede calificar de neurótico a todo el que piensa demasiado, a todo el que ama demasiado, a todo el que siente demasiado".
Todas las pertenencias de la actriz las heredó su maestro en el Actors Studio, Lee Strasberg, y ha sido su viuda, Anna Strasberg, quien las ha empezado a desempolvar desde su apartamento del mítico edificio Dakota de Nueva York. Asesorada por un grupo de coleccionistas de arte, Anna Strasberg dejó en 2007 parte del material en manos de Stanley Buchthal y Bernard Comment, que son los encargados de la edición de Fragmentos, libro excepcional que se cierra con el texto que escribió el propio Strasberg sobre su célebre alumna al conocer su muerte: "Otras personas poseían mayor belleza física, pero ella poseía una cualidad luminosa: una combinación de tristeza, resplandor y ansia".
En sus cartas dirigidas a su psiquiatra, el doctor Ralph Greensom, en 1961, la actriz intenta explicar esa doble cara suya, triste y alegre, una duplicidad que ella conocía muy bien y que, lejos de resultar chocante, debería explicar el por qué de su profunda y todavía hoy inagotable belleza: "Sé que nunca seré feliz, pero sé que ¡puedo ser muy alegre! Acuérdese, ya le conté que Kazan me dijo que era la chica más alegre que había conocido nunca y creo que ha conocido a unas cuantas. Pero me quiso durante un año, y una vez me acunó cuando tenía una angustia muy grande. También me sugirió que me psicoanalizara y luego quiso que trabajara con su maestro, Lee Strasberg. ¿Es Milton quien escribió 'los hombres felices nunca nacieron'? Conozco".
En un texto confuso, junto a una lista de palabras ("problemas / nerviosismo / humanidad / disparates / errores / y mis propios pensamientos"), la actriz apunta: "(unas copas de más- de vez en cuando) / lo que tal vez quiere decir que no tuve tiempo de / comer durante el día y como socialmente el alcohol se acepta y seguramente previamente he / tenido que apresurarme- puedo sentir la necesidad de relajarme con unas copas de Jerez que / pueden hacer efecto demasiado deprisa / que quizá no habría disfrutado estando demasiado cansada y me ponen de pronto alegre y / simpática con las cosas y la gente a mi alrededor / esto claro se considera beber demasiado / y cuanto más lo pienso más me doy cuenta de que no hay respuestas la vida hay que vivirla".
Las páginas emborronadas con una caligrafía desigual se detienen cuando la mujer más deseada del planeta escribe su propio deseo: "Tener una idea de mi misma". Un poco más allá, esta mujer que nació como Norma Jeane Mortenson y fue bautizada como Norma Jeane Baker, hija no deseada de una madre loca cuya ausencia marcó su infeliz infancia, dice: "Nunca más una niñita sola y asustada, Recuerda que puedes estar instalada en lo más alto (no parece que así sea)".
La obsesión por conocerse y construirse la llevó a fascinarse por hombres mayores (el jugador de béisbol Joe DiMaggio) e inteligentes (el dramaturgo Arthur Miller), en los que descargaba su miedo a no encontrarse nunca, a vagar perdida en la piel de una mujer que todos -menos ella- idolatraban. Lejos del cliché de rubia tonta que la hizo famosa en la pantalla, Marilyn era una mujer que buscaba la autoestima y que se refugiaba en la lectura de autores que podían ayudarla a encontrar las respuestas que tanto necesitaba: Walt Whitman, James Joyce, Samuel Beckett, Gustav Flaubert, Jack Kerouac, Fiodor Dostoievski, John Steinbeck... Leía novela, ensayo y, sobre todo, poesía. En su biblioteca se encontraron más de 400 volúmenes. Entre ellos, los seis de la biografía de Abraham Lincoln de Carl Sandburg y El Ulises, dos de sus libros favoritos.
Hablando de sus comienzos en Hollywood, la actriz le confesaba al periodista francés Georges Belmont que estudiaba durante sus horas libres: "Nunca me veían en los estrenos, ni en las conferencias de prensa, ni en las fiestas. Era muy sencillo: ¡estaba en la escuela! No había podido completar mi formación, de modo que asistía a clases nocturnas en la Universidad de Los Ángeles. De día me ganaba la vida haciendo papelitos en el cine. De noche asistía a clases de historia y literatura e historia de Estados Unidos. Leía mucho a los grandes".
En 1943, Marilyn se casó con su primer marido, un obrero aspirante a policía llamado James Dougherty; tenía 16 años, y en un texto mecanografiado deja ver que su marido la ha traicionado con otra. Reflexiona sobre el matrimonio y sus fallidas expectativas. Siente cólera, humillación y, muy pronto, solo desesperación. También le preocupa que él la vea así, desencajada y llorosa: "El dolor entumecido del rechazo y de sentirse herida por la destrucción o pérdida de la imagen de algún tipo de amor idealista o verdadero", escribe. Añora sentirse "amada, deseada, mimada"; se pregunta por qué no será todo "sencillo, corriente, normal y fácil", aunque si fuera así, añade, "seguramente me aburriría". "Supongo que quizá esta noche me sienta más libre y hasta a lo mejor soy capaz de mirarle a los ojos y decirle te quiero con un gesto de odio o de algo parecido. / [...] anoche estaba tan quemada por el sol que solo llevaba el jersey sin sujetador -lo cual me daba una sensación de sensualidad que creí que él compartía - ahora está la cuestión de si me mintió- que nos quisiera a las dos podría aceptarlo pero no que me mintiera al decirme que soy yo la primera y principal y que si nuestra relación cambiara no dudaría en decírmelo porque, como él mismo reconoció, nunca aceptaría ser una segundona".
Marilyn se describe entonces como una "optimista" que espera poder reírse pronto ("sin ese falso tono protector") del patinazo. Y finaliza: "No es tan divertido conocerse demasiado o creer que se conoce uno demasiado -todo el mundo necesita un poco de amor propio para superar las caídas y dejarlas atrás".
Pero el amor propio no se afianzó en una personalidad que se movía en perpetuo zigzag, desdibujando la posibilidad de esa sólida columna vertebral sobre la que cualquier ser humano desea asentarse en el mundo. En un poema sin fecha, la actriz insiste en una imagen recurrente, las dos direcciones y las arañas (símbolo de la construcción y destrucción que no cesa): "Vida - / soy de tus dos direcciones / De algún modo permaneciendo colgada hacia abajo / casi siempre / pero fuerte como una telaraña al / Viento - existo más con la escarcha fría resplandeciente. / Pero mis rayos con abalorios son del color / que he visto en un cuadro -ah vida / te han engañado".
Marilyn se casó con Arthur Miller el 29 de julio de 1956. Todavía flotaba la posibilidad de una reconciliación con DiMaggio (un hombre excesivamente tradicional que quería apartar a la actriz de su vocación para convertirla en una millonaria ama de casa, algo a lo que ella jamás accedió). Una serie de poemas fechados durante los meses que Miller y ella pasaron juntos en Inglaterra rodando El príncipe y la corista refleja el trauma que supuso para la actriz fisgar en los diarios íntimos del dramaturgo, en los que él duda de su amor.
Ella, implacable consigo misma, empieza a castigar su frágil autoestima: "Donde sus ojos reposan con placer -quiero / seguir allí - pero el tiempo ha modificado / el poder de esa mirada. / Ay, cómo voy a apañármelas cuando sea menos joven- / Busco la alegría pero está vestida / de dolor / cobrar ánimos como en mi juventud / dormir y descansar la pesada cabeza / en su pecho -pues mi amor todavía / duerme junto a mí". "El dolor de su añoranza cuando mira / a otra / como una frustración desde el día / en que nació. / y yo con mi despiadado dolor / y su dolor por la añoranza - / cuando mira y ama a otra / como una frustración del día / en que nació- / tenemos que sobrellevarlo / me muevo tristemente porque no siento alegría alguna".
¿Puede un hombre sonreír cuando contempla a la mujer más triste del mundo? Es lo que Arthur Miller escribió en Vidas rebeldes para su mujer, la película de John Huston de 1961, la última que acabaría la actriz y la última también de su admirado Gable. El diálogo en el que el viejo galán, más guapo que nunca, le dice a la chica rubia que es la mujer más triste que ha conocido nunca probablemente forma parte de los momentos más estremecedores de la historia del cine. "Pues todo el mundo piensa que soy muy alegre", replica ella. Ante lo que el honorable Gable responde: "Eso es porque cualquier hombre se siente feliz al mirarte".
"Anoche volví a pasar despierta toda la noche", le escribe Marilyn a su psiquiatra. "A veces me pregunto para qué sirve el tiempo nocturno. Casi no existe para mí -todo me parece un largo y horrible día. Bueno, pero pensé que más me valía ser constructiva y me puse a leer las cartas de Sigmund Freud. Cuando abrí el libro la primera vez me encontré la foto de Freud y me eché a llorar, parecía muy deprimido (la deben haber tomado muy al final de su vida) murió decepcionado -la doctora Kris me dijo que había sufrido mucho dolor físico lo cual ya sabía yo por el libro de Jones- pero sabiéndolo sigo confiando en mi instinto porque en su amable rostro veo un hombre decepcionado".
Hay algo revelador en la famosa última sesión de fotos de Marilyn, realizada por Bert Stern seis semanas antes de la muerte de la estrella. En la serie completa, 2.571 fotografías que se tomaron durante tres días de trabajo en el Bel-Air Hotel de Los Ángeles, casi se puede palpar (la actriz bebió bastante) el estado de nervios en el que se encontraba. En aquella sesión, quizá como nunca, dejó ver todo lo que no quería enseñar, un cuerpo y un rostro que empezaba a estar castigado, y en su abdomen, una enorme y exagerada cicatriz tras una operación de vesícula. Marilyn, la mujer que dudaba hasta de su belleza (cuando el fotógrafo se admiró ante ella, la actriz le respondió casi sin respiro: "¿De verdad cree que soy guapa?"), se quitó la ropa, y fue en ese instante, cuando le permitieron ser una mujer, cuando por fin emergió la diosa.
Stern tenía en su memoria grabada una frase que le dijo una vez otro gran mito, Diane Vreeland, la editora de Vogue, a la que una vez le pidió consejo para fotografiar "de verdad" a una mujer. Vreeland, desde su altiva elegancia e inteligencia, le respondió: "Nunca lo olvides, una mujer no es bella por su piel, sino por sus cicatrices". Y las de Marilyn eran muchas y demasiado profundas, ocultas durante décadas bajo capas de maquillaje que ocultaban un precipicio por el que todavía hoy se escapa la identidad de este triste tiempo.
Textos de Marilyn Monroe
Ay maldita sea me gustaría estar
muerta –absolutamente no existente–
ausente de aquí –de
todas partes pero cómo lo haría
Siempre hay puentes –el puente de Brooklyn
Pero me encanta ese puente (todo se ve hermoso desde su altura
y el aire es tan limpio) al caminar parece
tranquilo a pesar de tantísimos
coches que van como locos por la parte de abajo. Así que
tendrá que ser algún otro puente
uno feo y sin vistas –salvo que
me gustan en especial todos los puentes –tienen
algo y además
nunca he visto un puente feo
Marilyn Monroe (sin fecha)
Socorro, socorro.
Socorro.
Siento que la vida se me acerca
cuando lo único que quiero
es morir.
Grito –
empezaste y terminaste en el aire
pero ¿qué hubo en medio?
Marilyn Monroe, 1961
¡¡¡Sola!!!
Estoy sola -siempre estoy
sola
sea como sea
Marilyn Monroe (sin fecha)
Vida
soy de tus dos direcciones
De algún modo permaneciendo colgada hacia abajo
casi siempre
pero fuerte como una telaraña al
viento -existo más con la escarcha fría resplandeciente
Pero mis rayos con abalorios son del color
que he visto en un cuadro -ah vida
te han engañado
Marilyn Monroe (sin fecha)
'Fragmentos', editado en España por Seix Barral, sale a la venta el 6 de octubre.
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