lunes, 30 de junio de 2014
Los dormitorios del jazz de Nueva York... 08
Jay Leonhart, contrabajista y cantante, y su mujer Donna en su casa de Manhattan
La mayoría de los músicos que retraté no los conocía. Es el caso de Jay y Donna. En general llamaba o enviaba un mail de parte de otro músico, les explicaba un poco el proyecto y les preguntaba si les podía enviar información e imágenes para ver si les interesaba participar. Así fue con Jay. Y una vez en su casa me pidió de incluir a su mujer.
domingo, 29 de junio de 2014
sábado, 28 de junio de 2014
La mayor empresa del mundo...
La mayor empresa del mundo utiliza España como paraíso fiscal
ExxonMobil Spain ganó 10.000 millones en dos años sin pagar un euro en impuestos
El único empleado de ExxonMobil Spain seguramente estaría a favor de la idea de la canciller Angela Merkel de ligar los sueldos a los beneficios. En dos años, esta empresa, filial del gigante del petróleo ExxonMobil logró 9.907 millones de beneficio neto. En realidad, en este caso sobra lo de neto, pues la empresa no pagó ni un solo euro de impuestos por esas ganancias. La mayor empresa del mundo usa su filial española solo para ahorrar impuestos. Exxon, al igual que otras muchas multinacionales, ha encontrado en España su particular paraíso fiscal.
Lo primero que hay que dejar claro es que Exxon usa una fórmula completamente legal para ahorrar impuestos: las entidades de tenencia de valores extranjeros (ETVE). El uso de esta figura se puede calificar de ingeniería financiera, de planificación fiscal, pero no de fraude, salvo que se demuestre lo contrario (que a veces se demuestra).
ExxonMobil es la mayor empresa del mundo por valor en Bolsa y la primera por facturación, con unos ingresos de 383.221 millones de dólares (unos 280.000 millones de euros) en 2010. En España y Portugal operaba bajo su marca Esso una red de unas 130 gasolineras, que vendió a la portuguesa Galp en 2008. Pero además Exxon tiene en España otra sociedad discreta, alejada de los focos, que mueve cifras multimillonarias.
Las cuentas consolidadas de ExxonMobil Spain de 2009, recién depositadas en el Registro Mercantil, muestran que cerró ese año con un resultado de 5.333 millones, frente a los 4.573 millones de 2008. Ni en un ejercicio ni en otro pagó impuesto de sociedades. Al revés, en 2009 generó una base imponible negativa de 1,5 millones, con el consiguiente crédito fiscal.
Exxon es una de las multinacionales que se vieron atraídas por la creación en España, a mediados de los años noventa, de un régimen de sociedad holding con una tributación privilegiada. La justificación de este tipo de sociedades es impedir la doble tributación internacional. Es decir, que los beneficios que genera la empresa en una filial en un país no paguen impuestos dos veces, primero en el de la filial y luego en el de la matriz. Pero las empresas y los asesores fiscales son capaces de utilizar los resquicios que el sistema ofrece tanto en paraísos fiscales como en jurisdicciones respetables para lograr lo contrario: que apenas pague impuestos ni en el país de origen ni en el de destino del dinero.
El régimen español es muy favorable y al tiempo está bien visto gracias a algunas cautelas (como que las filiales de la ETVE no estén en paraísos fiscales, salvo que sean de la UE). En la práctica, esas cautelas no impiden las maniobras de ingeniería fiscal. Prácticas como el subholding (la ETVE es accionista de otro holding que a su vez posee filiales en paraísos fiscales) o la subcapitalización (la española paga fuertes intereses por sus inversiones que se apunta como gastos deducibles que restan impuestos a otras firmas del grupo) ha provocado que, según la propia Agencia Tributaria, la figura se haya convertido en un foco de alto riesgo de fraude.
El de ExxonMobil Spain es solo un ejemplo de cómo hacer pasar fugazmente el dinero por España sirve a una multinacional para ahorrar millones en impuestos. La ETVE española es accionista del holding ExxonMobil Luxembourg et Cie. Esta sociedad tiene a su vez un centenar de filiales en países de todo el mundo, incluidos holdings en Luxemburgo u Holanda, sociedades en paraísos fiscales como las Bahamas o Martinica, o filiales operativas en Australia, Alemania, Francia o Italia, por citar algunos.
Durante 2009, ExxonMobil Luxembourg pagó a ExxonMobil Spain un dividendo de 3.650,9 millones. En virtud de la denominada directiva matriz-filial, "dichas rentas no fueron sometidas a retención en el extranjero", indica la empresa, y en España quedaron "fiscalmente exentas por aplicación del régimen de entidades de tenencia de valores extranjeros". A su vez, ExxonMobil Spain pagó a su matriz en Estados Unidos dividendos por 2.265 millones que, en aplicación del régimen de las ETVE quedaron exentos de tributación y retención. Además, la ETVE efectuó una devolución de prima de emisión a su matriz en EE UU por 1.384 millones, también exenta. El dinero llegó de Luxemburgo a Estados Unidos sin tributar gracias a su paso por España.
Como todas las petroleras, ExxonMobil está sometida a una fuerte tributación en los países donde extrae crudo. Sus cuentas de 2010 muestran que la tasa fiscal fue de más del 40% de sus beneficios (hay países que cargan hasta con un 90% la producción de petróleo). Pero si se baja al detalle, en otras actividades la cosa cambia. En refino y comercialización, ExxonMobil paga impuestos por el 31,8% de sus beneficios en EE UU mientras que logra rebajar la factura al 16,6% en el exterior. Y en el negocio químico logra que los impuestos para su beneficio en el exterior sean del 12,2%, frente al 23,3% en EE UU.
No es un caso extremo. Google usa estructuras fiscales en Holanda, Irlanda y paraísos fiscales para tributar solo por un 2,4% de sus beneficios de fuera de Estados Unidos, según Bloomberg, que afirmaba que Facebook prepara una estructura similar. La Administración de Obama cree necesario atajar el uso de deducciones y paraísos fiscales y el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, acaba de iniciar consultas con las compañías para reformar el impuesto sobre sociedades. Uno de los primeros en visitarle fue un vicepresidente de ExxonMobil.
En España, multinacionales como Vodafone, Hewlett Packard, American Express, General Mills o Eli Lilly han utilizado las ETVE para canalizar sus participaciones en empresas extranjeras. Algunas de estas sociedades tienen un solo empleado. El de ExxonMobile Spain cobró en 2009 44.000 euros. No parece mucho para una empresa que ganó 5.333 millones.
viernes, 27 de junio de 2014
Los dormitorios del jazz de Nueva York... 07
Lionel Loueke, guitarrista, en Brooklyn
Juguetes en el suelo, estanterías prefabricadas, adornos... Tal vez lo único que no es tan común a otros grupos sociales es esta presentación de sus individuos tan cómoda, tan directa. Y más cuando estamos hablando de uno a cinco segundos de exposición, de mirar a la cámara sin moverse.
jueves, 26 de junio de 2014
Todos somos muy ignorantes.
Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas.
- Albert Einstein (1879-1955) Científico alemán nacionalizado estadounidense.
miércoles, 25 de junio de 2014
Como matar el tiempo mientras se hace la guerra...
El Club de Lectura de los Oficiales Novatos (o como matar el tiempo mientras se hace la guerra) - Patrick Hennessey
Elegido libro del año por varios periódicos británicos en 2009, El Club de Lectura de los Oficiales Novatos es el testimonio de la guerra moderna vivida en primera persona por Patrick Hennessey, un universitario que un día decide librarse del aburrimiento ingresando en la Academia Militar de Sandhurst. Una vez terminada su formación militar y convertido en teniente, pasa de hacer la guardia en el Buckingham Palace a combatir en Irak y Afganistán.
Una guerra con pecés, emails, iPods, teléfonos vía satélite, y también armas sofisticadísimas. A un lado, un tercermundista ejército afgano al que hay que formar adecuadamente, y cuyos soldados se empeñan en hacer la siesta incluso en pleno combate… Enfrente, el enemigo talibán, un ejército irregular pero mortífero. Y tras las tremendas descargas de adrenalina, el riesgo, el miedo y la muerte, las fases de tedio interminable, apenas aliviado por los emails, la lectura y grandes dosis de rap y rock duro.
Traducción: Luis Murillo Fort.
Colección: Sin fronteras.
Edición: Primera.
ISBN: 978-84-15070-04-7.
Precio con IVA: 23,00 €.
Formato: 23,5x15,5 cm.
Encuadernación: Rústica.
Páginas: 288 páginas.
«Una narración literaria, inteligente… extraordinaria. Este libro es un clásico en su género.» WILLIAM BOYD, Sunday Herald (Libros del año)
«El mejor testimonio de combate escrito en Inglaterra desde 1945… Lo posmoderno se pone aquí uniforme de campaña en el desierto.» BOYD TONKIN, Independent
«A veces tenebroso, pero también inteligente y divertido.» JONATHAN YARDLEY, The Washington Post
«Si quiere usted saber lo espantosa que es la guerra moderna, lea este libro.» CAROLINE MOOREHEAD, Literary Review
«Los periodistas que van a la guerra… no se meten en fregados. Hennessey estuvo metido en la mierda de pies a cabeza. Su primer libro… templa el rigor de la guerra a base de irreverencia juvenil.» Time Out New York
Patrick Hennessey
Patrick Hennessey nació en Inglaterra en el año 1982. Es licenciado en filología inglesa por el Balliol College de la Universidad de Oxford. Uno de sus abuelos fue un oficial del ejército británico famoso por su comportamiento heroico en el desembarco en Normandía, pero el otro era un prestigioso pacifista y académico galés. En enero de 2004, Hennesey ingresó en la Academia Militar de Sandhurst, y al terminar sus estudios con una mención especial al valor, se convirtió en teniente de los Granaderos Reales y fue destinado al cuerpo de guardia del Buckingham Palace. Pero muy pronto pasó a formar parte de las tropas británicas que participaban en misiones bélicas y de paz lejos de su país. Estuvo primehttp://www.blogger.com/img/blank.gifro al mando de una patrulla y posteriormente se convirtió en oficial de operaciones desde finales de 2004 hasta comienzos de 2009, y sirvió en los Balcanes, Irak y finalmente Afganistán, donde participó en la sangrienta Primera Batalla de Helmand. A los siete meses de la misión en Afganistán, y justo cuando cumplía veinticinco años, fue elevado al rango de capitán, y en aquel momento fue el soldado británico más joven con esos galones. En 2009 abandonó el ejército para continuar sus estudios, esta vez en la facultad de Derecho en la Universidad de Londres. Cuando se gradúe, tiene intención de especializarse en conflictos internacionales y leyes humanitarias. El Club de Lectura de los Oficiales Novatos fue publicado inicialmente como un largo texto por la Literary Review.
martes, 24 de junio de 2014
Los dormitorios del jazz de Nueva York... 06
lunes, 23 de junio de 2014
Tres clases hay de ignorancia...
Tres clases hay de ignorancia: no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse.
- François de la Rochefoucauld (1613-1680) Escritor francés.
domingo, 22 de junio de 2014
Anonymous descrito por un anonymous...
Anonymous descrito por un anonymous
Las declaraciones de los miembros detenidos describen la organización desde dentro / Una escisión interna provocó que la estructura logística en España descanse en dos redes desde abril
La polémica sobre si Anoymous tiene o no una jerarquía, creada tras la detención en España de tres de sus miembros a finales de mayo, ha provocado airados enfrentamientos en Internet. Los simpatizantes del movimiento entienden que se trata de una protesta legítima y de un movimiento espontáneo y horizontal mientras que los defensores de la operación policial contra la organización defienden que son delincuentes que atacan ilegítimamente páginas web. Según el código penal español, podrian cometer un delito, obstaculizar o interrumpir el funcionamiento de un sistema informático ajeno (artículo 264), castigado con prisión de seis meses a tres años. Pero al tratarse de una acción coordinada que necesita de la colaboración de un gran número de personas, determinar jurídicamente la responsabilidad de cada uno no es tarea fácil. El sumario del caso recoge la declaración ante la policía de uno de los detenidos, José María Z. F., parado y de origen barcelonés, en la que explica, desde dentro, cómo funciona la organización:
"Un usuario tiene una idea y la desarrolla en un blog de notas público denominado piratenpad. Si la idea gusta se plantea a todo el canal, y quien quiera colaborar, colabora de distintas maneras". Fundamentalmente, haciendo publicidad de la operación o participando en ataques DDoS (ataques de denegación de servicio consistentes en saturar una página web determinada hasta dejarla inaccesible).
José María comenzó a participar en los chats de Anonymous en octubre de 2010. "Como un usuario más, participando en ataques DDoS de manera individual conectando el programa LOIC [el que se descargan en sus ordenadores los que quieren participar en una determinada acción] a los servidores de ataque, que eran gestionados por americanos". Así se unió al ataque que sufrió la SGAE en noviembre de 2010. El detenido relata que, más adelante, en febrero o marzo de 2011, se produjo "una división interna" dentro del grupo Anonymous a nivel internacional, "atacándose constantemente los propios administradores entre sí y publicándose muchos datos de las personas que estaban conectados a sus servidores, como nicks, direcciones IP de ordenadores, y contraseñas".
En abril de 2011, por "la inestabilidad del servidor principal", los anonymous españoles se dividen en dos redes: Anonworld y Anonnet. Anonworld es un "servidor privado" de un usuario de anonymous de alias Devnuller (presuntamente, el que utilizaba uno de los detenidos, el gijonés Rodrigo T. S.), que "participa activamente en los ataques". Desde este servidor se han concretado, según la declaración de José María, "ataques a objetivos internacionales de Argentina, Colombia, o Chile".
En la red Anonworld hay un canal principal, otro para el "staff" ("que son los administradores", según la declaración) y otro para organizar los ataques. Cinco personas serían los administradores principales: Itzela, "el que manda más del servidor", el que provocó la "ruptura" con la otra sección de Anonymous en España; Alca, que controla los ataques; Nico Robin, la novia de ALCA, que "organiza y supervisa el canal"; Patrocon, "con funciones similares a las de Nico Robin"; y Neuro, al que acusa de "jugar a dos bandas entre los anonymous" y de espiarlos y publicar datos de usuarios.
Por otro lado está Anonnet, red en la que participa José María. Es un "servidor público" en el que se ha creado un canal específico llamado hispania. Los administradores de los ataques llevados a cabo contra esta última red serían él mismo y un usuario que utiliza los nicks Wicker y Nemesis [Yuri David L. I., tercer arrestado, detenido en Alicante). A Wicker lo define como el "usuario más activo y principal"; uno de los "administradores principales que maneja el programa LOIC y las operaciones de Anonymous"; que busca vulnerabilidades de los sistemas informáticos que se van a atacar; que registra las IP de los usuarios y que propone objetivos de ataque.
José María identifica a otros cinco usuarios de Anonnet como los más relevantes: Luna, creadora del canal hispania y locutora de radio con una labor informativa; Subversive, que modera el canal y organiza algunas ideas; Frenólogo, con un papel similar al de Subversive; AnonHispano_Yo; operador del canal que hace algún cartel y da ideas al movimiento; y Anon666, que "está al corriente de los ataques y colabora en ellos".
El detenido, que asegura que antes de serlo tenía "la intención clara" de dejar el movimiento y los ataques DDoS después de las elecciones municipales por sentirse "desengañado", admitió ante la policía haber participado en las acciones contra las páginas de la Junta Electoral Central, los Mossos d'Esquadra y la UGT como administrador del "hive", un programa para controlar los ataques de la gente que no tiene suficientes conocimientos de informática como para hacerlo por sí mismos.
sábado, 21 de junio de 2014
Los dormitorios del jazz de Nueva York... 05
Allan y Mark Ferber, trombonista y batería, en Brooklyn
Una de las ideas del proyecto es ir contra los tópicos, las generalizaciones existentes sobre los músicos de jazz, esos "noctámbulos inspirados" como les llamarían algunos con un eufemismo. Esta imagen muestra dos hermanos que viven juntos, y en un lugar que eligieron ellos, una cocina que obviamente utilizan. El retrato de otros músicos revelará otra cosa igual de distinta.
viernes, 20 de junio de 2014
En la amistad y en el amor...
En la amistad y en el amor se es más feliz con la ignorancia que con el saber.
- William Shakespeare (1564-1616) Escritor británico.
jueves, 19 de junio de 2014
Stendhal y Astrud en el mismo libro...
Stendhal y Astrud en el mismo libro
Una nueva generación de autores abraza con éxito el pop para el ensayo
"Me hizo mucha ilusión la situación: el 'afterpop se encuentra con el 'pornopunk'. Con su decisión, los miembros del jurado, que son ensayistas, pusieron en común dos libros que, mas allá de sus evidentes diferencias, comparten algunos aspectos que en general están infravalorados, como la atención a las cuestiones de género o la lectura de los objetos de consumo en clave biopolítica". Eloy Fernández Porta recuerda así como, hace poco más de un año, su obra Eros. La Superproducción de los afectos, enmarcada en la categoría afterpop, creada y liderada por él mismo, ganó el Premio Anagrama de ensayo. El finalista fue Pornotopía. Arquitectura y sexualidad en Playboy durante la guerra fría, de la burgalesa Beatriz Preciado. Ninguno de los dos autores rebasaba la metafísica barrera de los 40. Más que el palmarés de uno de los premios de ensayo más prestigiosos de este país, aquello parecía la programación de un club o el cartel de un festival alternativo. ¿Qué habían cenado los miembros del jurado?
Un año más tarde, Jorge Fernández Gonzalo, poeta y estudioso que aún no ha alcanzado la última frontera de la juventud (los 30) resultaba finalista del mismo premio con una obra, Filosofía zombi, en la que se mezclaban Blanchot, Baudrillard, George A. Romero o The walking dead, resultando en un ensayo de naturaleza recia a partir de algo tan, aparentemente, blando como los muertos vivientes. "La obra camina por un terreno aún poco abonado; es un lugar de paso entre lecturas académicas y cultura pop. Si el ensayo pop está bien hecho, cambiará nuestra concepción del ensayo. Si no, será una moda más que acabará por dar la razón a quienes la desdeñaron", apunta Gonzalo al respecto de cierto cambio de paradigma anunciado por el éxito de una serie de propuestas de ensayo a partir de parámetros asociados a las subculturas y utilizando las posibilidades significativas de la cultura pop.
Estos autores no son los primeros en apuntar nuevas vías (por esta senda transitaron ya Jordi Costa, Francisco Casavella o Guillem Martínez), pero tal vez sí los primeros en poder forzar cierta crisis dentro del academicismo ensayista y en la forma en que los grandes medios perciben aún la realidad pop. Si las canciones no les convencieron, tal vez sí los ensayos. "Se suele reducir lo pop a una cuestión de referentes nominales y de nivel cultural, y así se difunde la absurda idea de que es un asunto generacional que diferencia a jóvenes de mayores", apunta Eloy Fernández Porta. Para el escritor, "el término pop es usado principalmente para apuntalar una jerarquía de los bienes culturales, de los referentes y de la edad". Según Gonzalo, "somos demasiado sectarios en cuestiones literarias. Lo veo mucho en poesía, que es el género en donde me he formado, y algo menos en novela, teatro o ensayo. Pero está ahí: nos aferramos a nuestra tradición literaria, a nuestros métodos de análisis y a nuestra ideología, y somos poco considerados con el resto de alternativas".
Tal vez la tensión entre alta y baja cultura sea irresoluble, pero las fronteras entre ambas aproximaciones están cada día menos claras -ya lo predijo Luis Cobos al mezclar tecno y clásica-, más cuando aparece un chaval de 22 años y, sin ningún tipo de pudor, decide entrar en el universo literario a través de un brevísimo ensayo confesional de poco más de 60 páginas titulado Padres ausentes. "¿Mi idea? Evitar la novela, la más desnuda expresión literaria concebida, como inicio. Con un ensayo autobiográfico todo la honestidad puede convertirse en un relato más elegante y fluido. Con la novela no quedan ya engaños o tretas. Todo está ahí, en el artificio y su verdad", dice Pablo Muñoz (alias Alvy Singer), estudiante, bloguero y ensayista.
De alguna manera, y confirmando la idea que apuntaba Porta al respecto de que lo pop va más allá de lo nominal o lo turístico, el ensayo aferrado a lo más popular de nuestra cultura moderna, no solo amenaza con abrirse paso dentro del género, sino con apoderarse de los códigos que hacían hasta hoy de la novela o incluso la canción como forma primordial de expresión del género. Incluso uno de nuestros literatos más abiertamente pop, Kiko Amat, acaba de publicar Mil violines, su libro de ensayos dislocados y confesionales. Eso sí, como con todo lo contemporáneo, hay que ir con cuidado y no confundir cambio con moda. Como dice Muñoz: "Hay una conciencia de que ciertas formas de expresión han alcanzado potencia y sofisticación, pero hay dos tentaciones: la de adoptar la lectura como algo indefectiblemente cool, y como tal sujeto a que la moda lo convierta en anacrónico, y la de adoptar la lectura del fan, celebratoria y acrítica. Hay que separar el grano de la paja, ser honesto".
miércoles, 18 de junio de 2014
Los dormitorios del jazz de Nueva York... 04
Kenny Washington, baterista, en Brooklyn
Antes de ir a su casa sabía de Kenny que, aparte de buen músico, era toda una enciclopedia. Muchos eruditos y periodistas de jazz lo llamaban cuando tenían alguna duda. Pronto lo comprobé. Antes de sacar mi equipo, hablamos de fotografía. Mencioné a Roy DeCarava, su exposición en el MOMA, sus retratos de Coltrane, y dije que qué pena de que no hubiera hecho fotos para LPs. Poco después tenía en mis manos al menos cinco discos con portadas de Roy. Los había encontrado en esas repletas estanterías directamente, sin dudar entre la espina de ese disco y las de al lado.
martes, 17 de junio de 2014
El primer paso de la ignorancia es...
El primer paso de la ignorancia es presumir de saber.
- Baltasar Gracián (1601-1658) Escritor español.
lunes, 16 de junio de 2014
El Señor de los 'Moscas'...
El Señor de los 'Moscas'
Me senté entre el polvo al borde de la pista del olvidado aeródromo para soñar con los viejos pilotos. Los hombres que se alzaron desde aquí hacia el cielo encendidos de luz y de coraje sostenidos con la tenue esperanza de no caer. Los imaginé en el firmamento furiosamente azul del verano envueltos en su excitante aventura de aire y libertad, y durante unos instantes me sentí parte de su mundo fulgurante de horizontes ilimitados, donde solo cuentan las certezas y la belleza adquiere una calidad diáfana con la omnipresencia del peligro.
"Este campo, Santa Oliva, fue hace 72 años la base de varias escuadrillas de caza del Grupo 21", me explicaba el miércoles entre un calor sofocante Ramón Arnabat, director del Centro de Investigación y Documentación sobre la Aviación Republicana y la Guerra Civil. Bajo los expertos ojos de Arnabat, el terreno de sembrados y viñas del Penedès recupera su antigua fisonomía, el campo de aviación vuelve a la vida y los aeroplanos Mosca y Chato de nuevo ruedan en las pistas. "Una de las tres pistas seguía exactamente la orientación de esa carretera entre las dos hileras de olivos; en esa masía, Cal Sereno, se instaló el personal del campo y en aquella caseta estaba el mando operativo". Caminamos hasta la pequeña construcción medio escondida en una pineda en los límites del aeródromo. Entro en la caseta en ruinas en la que cabía justo una mesa y un teléfono y desde la que el jefe del campo ordenaba el despegue de las escuadrillas. Asomado a la ventana alargada imagino la febril actividad, el ruido, el enjambre de los letales aparatos. El techo bajo está lleno de nidos de avispa.
El paisaje carece hoy de dramatismo pero los aeródromos (Pacs, Sabanell, Els Monjos) se regaron con sangre: accidentes -cinco pilotos muertos al estrellarse en Santa Oliva, alguno al llegar muy tocado (y los cazas Mosca, magníficos en el aire, ¡eran muy puñeteros para aterrizarlos!), ametrallamientos y bombardeos-. He venido hasta aquí en este final de agosto achicharrante siguiendo el rastro de un aviador, Juan Ramoneda Vilardaga, piloto de monoplazas Polikarpov I-16 Mosca, que voló desde Santa Oliva en misiones de caza. De Ramoneda (Ripoll, 1916-Barcelona, 2005) se acaban de editar sus extraordinarias memorias inéditas de guerra ¡Muera la muerte!, España 1936-1939 (Lectio Ediciones), por las que merece pasar a formar parte de la selecta escuadrilla de nuestros aviadores favoritos. No muy literarias -Ramoneda no es un Saint-Exupéry (al que admiraba), ni un Richard Hillary, ni un James Salter- y más bien políticamente incorrectas (considera que los franquistas recalcitrantes son "tan fusilables" hoy como el 18 de julio de 1936), las memorias resultan sin embargo apasionantes, son singularmente antibelicistas y no están exentas de emotividad y poesía al describir la belleza del vuelo. Para Ramoneda, déjenme recalcarlo, valor es simplemente aguantarse el miedo.
Nuestro hombre, un valiente que se creía antihéroe, que tenía un envidiable porte chulesco a lo Brando y le daba a la ratafía, fue piloto de la legendaria 1ª escuadrilla de moscas cuyo emblema era Betty Boop. "La vida es para vivirla y para gozarla en toda su intensidad", escribe el aviador comunista, que califica la Guerra Civil de "maldita guerra española". De lo insólito de su tono da fe el que al hablar de sus victorias lo hace sin regodearse: "Pude contemplar en diez ocasiones (con bastante seguridad) cómo un avión enemigo caía incendiado a causa de las ráfagas que yo le había disparado". Y sin hurtar ni un ápice de lo terrible del asunto: "A los pilotos que tripulaban aquellos diez aviones no sé, al final, qué les ocurrió. Desearía, de verdad, que todavía vivieran los diez pero por desgracia creo que la mayor parte de aquellos infelices murieron de la manera más horrible que quepa imaginar... quemados vivos". Ex alumno de los Hermanos de las Escuelas Cristianas de Manlleu, Ramoneda se alistó en el arma de aviación en 1937 con 21 años y realizó el curso para pilotos en la URSS, en Kirovabad. No crean que tenía una visión idealizada de la guerra aérea, peliculera, de pañuelitos en el cuello, barones rojos (bueno, rojos sí), arrebatadoras antiparras y caballerosidad. No: los combates en el cielo son "una bestialidad", una mezcla de odio, ira y sadismo, y atracción por el peligro.
Cuando recuerda el destino de los pilotos abatidos, Ramoneda me hace pensar en los más célebres abrasados: Steinhoff, ardiendo en su reactor, su atractivo rostro masculino de míster Luftwaffe devenido cera derretida; Hillary, espantosamente quemado en su Spitfire y que, fundidos los párpados solo podía dormir poniendo los ojos en blanco... Ramoneda cuenta la ocasión en que vio a un camarada de veinte años que desde la barbilla a los ojos tenía un agujero monstruoso. "Me dije a mí mismo que nunca volvería a visitar a un compañero en un hospital con la cara quemada. De lo contrario no sé si hubiera tenido los cojones suficientes para volver a coger un avión e ir al frente".
Pero el señor de los moscas también experimentó el lado más maligno de la caza aérea: sentir "la transformación del ser civilizado en bestia incontrolada" que dispara con saña las cuatro ametralladoras de su avión rociando mortalmente el fuselaje del aparato enemigo; la "alegría de contemplar su lento descenso", el "morbo" de observar que el rival no salta en paracaídas, que "se va a dar el batacazo". Un relámpago de fuego: "El final de tu enemigo, que se joda".
Con Ramoneda he conocido el "pipí del miedo", el que se hace antes de subir a la carlinga para despegar; la forma en que un instructor ruso te llamaba gilipollas, el afán de pillar a un rutilante Messerschmitt 109 (tumbó cuatro, y seis Fiats), y lo que es participar en una batalla de cazas: aviones que caen trazando estelas de humo como el cabello al viento de una mujer, otros entrando en barrenas rapidísimas, paracaídas que se abren "como una gran flor con su brillante seda bajo los rayos solares". La guerra aérea en España era a menudo un asunto de glándulas. Ramoneda explica cómo al regresar de un servicio en el que habían optado por no atacar a unos bombarderos enemigos, el jefe de la caza republicana le espetó al de la escuadrilla que no tenían los atributos bien puestos y que lo que debían hacer era "ponerse bragas". Así que al día siguiente el agraviado, faltaría más, lanzó su grupo de siete moscas contra medio centenar de cazas franquistas... ¡toma bragas, comandante!
Ramoneda, aunque rudo, escribe en su libro cosas como: "Todo lo que incluía el hecho de volar era bello". Y recuerda con aérea felicidad las locas acrobacias y la manera en que en Kirovabad las avutardas les seguían durante los vuelos de entrenamiento y jugaban con los aviones como delfines del cielo.
Tras visitar los viejos aeródromos, Arnabat me llevó a la sede que poseen en Santa Margarida i els Monjos. Allí tienen una serie de cosas maravillosas que se exhibirán en el futuro centro de interpretación de los espacios de la aviación republicana: modelos de cazas, carteles, una bomba alemana de 250 kilos y el chaquetón de cuero auténtico de un piloto de moscas, que bien podría haber vestido Ramoneda y que me quedé con fetichistas ganas de probarme.
Luego conduje de nuevo hasta el campo de aviación de Santa Oliva. Volví a sentarme al borde de la pista y, sumido en el vuelo de las golondrinas, me puse a esperar pacientemente el retorno de los viejos pilotos, y el regreso de la aventura.
domingo, 15 de junio de 2014
Los dormitorios del jazz de Nueva York... 03
sábado, 14 de junio de 2014
Poder adivinatorio
Si tuvieras el superpoder de adivinar una contraseña de una cuenta de un usuario cualquiera, pero sólo una, ¿qué contraseña sería?
viernes, 13 de junio de 2014
El punk que retó al punk...
El punk que retó al punk
Boy London fue la marca más cool de los ochenta. Y Boy George y Madonna, sus embajadores. Su polémico creador la resucita por auténtica petición popular.
Vistió a adolescentes, estrellas del pop y asiduos al cuarto oscuro. Estampó camisetas con smileys y águilas nazis. BOY London, marca icónica de los ochenta, vuelve en busca de sangre nueva tras años en hibernación. Stephane Raynor, su calenturiento fundador, escurridizo y de edad indefinida, se autoproclama "anarquista".
Hoy está parapetado tras un portátil en Sick, su tienda y morada en el East End londinense. Le flanquean dos chicas muy jóvenes, pálidas y vestidas de negro. Una se pierde, para no volver, en el sótano de la tienda tras un punki, y unos chavales de 13 años preguntan por el precio de unas bicis (aunque desestiman comprarlas, porque valen 100 libras). Raynor se muestra entusiasmado: "Acabas de presenciar el porqué del renacimiento de esta marca: esos chicos que mezclan punk y hip-hop, que buscan el estilo original y lo aplican a la era moderna".
Así es el movimiento habitual en Sick, un mugriento revoltijo de diseños BOY London (antiguos y nuevos), camisetas con logo falso de Chanel, ropa sin etiqueta, maniquíes, bicicletas y zapatos. "Hay que atreverse a entrar", explica Raynor. "Atraemos a gente rara y maravillosa. La tienda funciona como mi tela de araña para atrapar a mis víctimas y pervertirlas".
Trazar una historia lineal de la mutante BOY London es complicado. Comenzó a principios de los setenta, cuando Raynor vendía segunda mano a Malcolm McLaren (antes de que fuera manager de los Sex Pistols), convirtiéndose en uno de los precursores del auge vintage. En 1976 abrió la primera tienda BOY (a secas) en la Kings Road londinense. Billy Idol era su dependiente, y Sid Vicious, cliente habitual.
Junto a McLaren y Vivienne Westwood sentó las bases del punk. Pero Raynor se aburrió pronto y se pasó a los nuevos románticos, que utilizaban como sede el club londinense Blitz, donde, cuenta la leyenda, se denegó la entrada a Mick Jagger por ser demasiado viejo. En los ochenta quiso hacer streetwear y fundó BOY London, cuya tienda homónima exhibía fotos de los escarceos sexuales que sucedían en los probadores. Boy George hizo de la marca su uniforme, y Madonna y Pet Shop Boys le imitaron. Convirtió el smiley, el icono sonriente del acid house, en el emblema de sus camisetas, y BOY London se convirtió en un fenómeno de masas. Pero cuando los alocados ochenta se fundían con los depresivos noventa, la firma se inmoló: "No soy como Vivienne Westwood y Paul Smith, que perpetúan su firma. Yo me cargué la mía, le prendí fuego y no me importó una mierda".
Tras cerrar el negocio, Raynor se largó "a la playa dos años, me perdí en Ibiza". Quizá se escondía: "Todo terminó controlado por mafiosos. No lo enseñan en las escuelas como Saint Martins, pero la mafia dirige la moda. En cuanto empecé a ganar pasta ya estaban allí, hablando de pegar tiros".
Insiste en que no ha resucitado BOY London por dinero, que ha rechazado ofertas millonarias (como la de Philip Green, dueño de Topshop) y que ha vuelto por petición popular: "No lo forcé. Me estaba tirando a una chavalita japonesa en Francia. Ella me robaba cinta adhesiva de BOY y se la daba al DJ y artista Matthew Stone para que se la pegara en sus Martens. Gracias a las redes sociales, la cosa despegó".
La nueva etapa incluye un documental y la venta en la cadena Urban Outfitters. El resto depende del impaciente y vampírico Raynor. Lo seguro es que no volverá a llamar a ex musas como Boy George: "Solo me relaciono con adolescentes. Cuando alguien sabe lo que quiere, deja de interesarme. Quiero chupar carne fresca".
jueves, 12 de junio de 2014
Los dormitorios del jazz de Nueva York... 02
Brian Lynch, trompeta
De Edgard Degás aprendí a abrir los espacios, a darles profundidad, a recortarlos pero haciendo entrever que hay más. También, como se puede ver en esta imagen, a usar espejos para mostrar lo que hay detrás de la cámara. Sin sus lecciones maestras no hubiera podido trabajar siete años en un proyecto como éste que en parte se trata de fotografiar siempre lo mismo: una persona dentro de unas paredes.
miércoles, 11 de junio de 2014
martes, 10 de junio de 2014
El tirano que compró a Occidente...
El tirano que compró a Occidente
Hasta hace poco los líderes mundiales se disputaban un encuentro con el coronel. Europa compra a Libia el 90% de su petróleo y la familia Gadafi ha penetrado en el corazón de las finanzas europeas
En Italia nos respetan. En Estados Unidos nos respetan!", bramó el coronel, tocado con un turbante y blandiendo iracundo ora el Libro Verde, ora la funda de las gafas. "¡Dejad de aplaudir y escuchad lo que digo!". Su grito resonó en el vacío de las ruinas del palacio-cuartel bombardeado por Estados Unidos en 1986. Eran otros tiempos: Muamar el Gadafi era entonces el gran promotor del terrorismo internacional, un gobernante paria, el "perro loco" de Ronald Reagan. Hace solo dos años, el coronel llegó a la cumbre del G-20 como invitado especial a la reunión celebrada en L'Aquila (Italia), y los líderes del mundo occidental se rifaban un encuentro de cinco minutos con él. Ahora, las cosas han cambiado otra vez. En las ciudades de Libia es el Ejército de la Jamahiriya el que usa los helicópteros, tanques, misiles, granadas y cazas vendidos por las potencias occidentales para reprimir a sangre y fuego las protestas de los ciudadanos que exigen el final de un régimen que dura 41 años.
Mil muertos, decenas de millares de heridos... Nadie lo sabe a ciencia cierta. Quizá nadie lo sabrá hasta dentro de algunos años. Las milicias de Gadafi están borrando las pruebas del terror, y el tirano que escupía amenazas y disparates a la cámara es hoy un agente importante en la escena económica y financiera global. Un socio de peso para muchas empresas y países de Occidente. Su principal socio comercial es Italia, el segundo es Alemania. Y sobre todo, Libia es el octavo Estado mundial en reservas de petróleo, con 44.300 millones de barriles por extraer, y el decimoctavo en producción, con 1,65 millones de barriles diarios.
Gadafi tiene razón en sentirse respetado en Estados Unidos; y en Italia, pero también en Reino Unido, donde ha invertido en sectores como educación, prensa, fútbol o inmobiliario. O en España, que en 2007 firmó acuerdos para vender armas a Trípoli por valor de 1.500 millones de euros y confiaba en cerrar contratos comerciales por un monto de 12.300 millones, según revela un cable secreto del portal Wikileaks despachado por el embajador de Estados Unidos en Madrid.
Desde que, hace seis años, la Administración de George W. Bush decidió condenar al sanguinario Sadam Husein y sacar del ostracismo a Gadafi, olvidando sus numerosos delitos terroristas, el dictador libio ha utilizado su poder absoluto, sus fondos soberanos -el dinero líquido procedente de las ganancias del petróleo- y en menor medida sus empresas familiares para invertir en Occidente, reedificar su país con la ayuda de empresas extranjeras y ayudar a capitalizar muchas compañías importantes de Europa y Estados Unidos.
El ambiente de rapacería queda bien dibujado en este despacho diplomático de Trípoli hace un par de años. "El jefe del Consejo Libio de Viviendas e Infraestructuras, Mohamed Abujela al Mabruk, dijo al embajador el 15 de febrero que aproximadamente la mitad de la inversión prevista de 62.000 millones de dinares libios (47.000 millones de dólares) en proyectos de construcción para 2008 ha sido ya adjudicada, básicamente a compañías extranjeras. Añadió que esperaba que la inversión aumentara en unos 10.000 millones de dinares en los próximos años".
Y agregaba el cable: "Aunque China y Turquía han recibido la mayor parte de los contratos adjudicados hasta ahora, Mabruk subrayó que hay todavía mucho espacio para que las compañías de Estados Unidos compitan potencialmente en proyectos todavía más grandes que los adjudicados hasta la fecha".
El líder de la revolución libia empezó el siglo XXI en lo alto de las listas de apestados internacionales y de Estados terroristas, pero su metamorfosis ha sido meteórica: hace solo una semana era un ejemplo de inversor civilizado y empático. Lo dijo en público el verano pasado Cesare Geronzi, presidente de Generali y prohombre de las finanzas italianas: "No he conocido nunca socios mejores que los libios".
El baño de sangre ha cogido a la comunidad internacional con las manos en la caja. La crisis se está viviendo con creciente repulsa ciudadana en Washington y en la Unión Europea, que ultimaba ya su acuerdo comercial con Libia cuando Gadafi decidió resucitar su retórica genocida y su rostro de carnicero y contratista de mercenarios.
El lugar donde el estallido libio ha producido más temor e incertidumbre es Italia, quizá el país que más ostentosamente se ha comprometido con el régimen de Gadafi. En los dos últimos años, el primer ministro Silvio Berlusconi ha visitado ocho veces Libia, y el coronel ha plantado sus jaimas (tiendas nómadas) en Italia en cuatro ocasiones. La relación entre ambos ha sido en apariencia cálida, con la triste broma del bunga bunga (el rito erótico libio importado) como piedra de toque. El coronel ha puesto en el platillo de la balanza su tesoro personal-estatal acumulado en los últimos años con las ganancias del crudo, estimado en unos 50.000 millones de euros, y su compromiso para frenar la salida de inmigrantes. Il Cavaliere pudo cumplir así su promesa electoral (reducir la inmigración clandestina) y abrió de par en par las puertas de Italia a los fondos libios, ayudando a legitimarlos en los mercados internacionales y pilotando con mimo las inversiones más importantes.
Gracias al Tratado de Amistad, Asociación y Cooperación, firmado el 30 de agosto de 2008 en la hoy rebelde Bengasi, Italia pasó a ser uno de los caladeros financieros favoritos de Gadafi: tras dos años de amistad, el coronel es hoy el quinto inversor individual por volumen de negocio de la Bolsa de Milán.
Por ejemplo, Lafico, la empresa del coronel para inversiones en el extranjero, tiene el 7,5% del capital de la Juventus, el equipo de fútbol de la FIAT (de la que Libia posee algo menos del 2%). El fondo soberano Lybian Investment Authority (LIA) es dueño del 1% de ENI, el coloso energético italiano. Y Trípoli es el primer accionista de Unicredit, el mayor banco de Italia, con una cuota del 7,5%, valorada en unos 2.500 millones. En septiembre de 2010, el fondo Libian Investment Authority (LIA) compró un 2% de las acciones del banco, que se sumó al 4,9% que habían adquirido dos años antes LIA, el Banco Central de Libia y el Libyan Foreign Bank.
A través de esa escalada en uno de los gigantes de la banca europea (más de 10.200 sucursales en 22 países), Libia -es decir, el régimen de Gadafi- se hizo con el sillón principal de un consejo de administración donde el segundo accionista es Mediobanca, del que es consejera la hija mayor de Berlusconi, Marina. La compraventa produjo en septiembre pasado un seísmo en el sector financiero, incluida la dimisión del consejero delegado de Unicredit, Alessandro Profumo. La xenófoba Liga del Norte se quejó en público, pero de hecho aumentó su poder en el banco. Y para que no quedara nadie descontento, el LIA creó un fondo conjunto de 500 millones de dólares con Mediobanca, banco en teoría rival, para rescatar a compañías en apuros.
La operación catapultó a Gadafi al corazón de las instituciones financieras italianas y europeas: de los 316 votos que administran el Banco de Italia, Unicredit posee 50, tantos como el San Paolo. El Banco de Italia posee el 12,5% de los derechos del Banco Central Europeo.
La fuerza de la presencia de Gadafi en Europa -países de la UE importan casi el 90% del crudo libio- se pudo medir el pasado martes. Ese día sucedió un hecho raro en la historia del capitalismo. La Bolsa de Milán estuvo cerrada toda la mañana a causa de una nunca aclarada "avería técnica". El mercado de Piazza Affari paró por completo durante seis horas. Casi nadie entendía nada. El regulador pedía explicaciones, los brokers protestaban. Poco después se supo la verdad. No había tal avería, sino solo miedo al derrumbe de Gadafi. El cierre se produjo por temor a que se hundieran los títulos de las empresas italianas con intereses en Libia y de las sociedades en las que ha invertido el líder libio. El miedo es libre.
El día anterior, lunes, empezaron a llegar noticias sangrientas desde Trípoli. En solo unas horas, los títulos de la crema industrial, energética y bancaria italiana (Finmeccanica, Impregilo, Mediobanca, Generali, Fiat, ENI...) perdieron en el parqué milanés porcentajes cercanos al 5%. Petróleo y sangre es una mezcla que huele mal. Apesta. Libia es el país africano con mayores reservas de petróleo; su crudo, según los expertos, se encuentra entre los de mayor calidad del mundo. Y también tiene gas. El martes, ENI anunciaba con una escueta nota oficial que había cerrado el gasoducto Greenstreeam que transporta a Italia desde Libia el 10% del total de gas natural que importa Roma. El personal de las plantas volvía a casa.
Aun no está claro si el cierre fue voluntad de ENI o de los opositores a Gadafi, en represalia por el silencio de Italia y del conjunto de Europa ante las matanzas de Gadafi. ¿Silencio? Tampoco tanto. El miércoles, mientras el Consejo de Seguridad de la ONU y la UE balbuceaban un comunicado de condena, y el ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini, hacía acrobacias verbales para defender lo indefendible, en Roma se anunciaba que Libia acababa de comprar el 2% de las acciones del grupo estatal Finmeccanica, octavo vendedor de armas y equipos aeroespaciales del mundo.
Ironías de la vida: ese mismo día, Finmeccanica también ordenaba repatriar a sus trabajadores desplazados al país norteafricano. La noticia de la venta del 2% del gigante militar italiano no debió sentar demasiado bien en la Casa Blanca. Después de adquirir DRS en 2008, Finmeccanica es uno de los principales suministradores del Pentágono. Pero nadie se siente especialmente orgulloso estos días en el mundo político y financiero.
La pregunta que muchos se hacen es si podía esperarse otra cosa de un tirano exaltado, que en el pasado ordenó derribar dos aviones llenos de civiles y de bombardear un bar de copas en Berlín. Sergio Romano, exdiplomático e historiador italiano, autor de un libro sobre Libia y asesor del Gobierno de Roma en la relación con Trípoli, responde saliendo por la tangente. "Lo que ha pasado era imprevisible. No podemos entrar ahora en el juego del 'ya te lo dije'... Las revueltas en el Magreb han sido un movimiento espontáneo sin ideología, ha crecido mucho la masa crítica de jóvenes, la corrupción se ha unido a la chispa del suicidio de un tunecino y a la subida de los precios de los alimentos..."
"Lo triste es que estamos ante un problema ético sin solución", añade Romano. "Ningún Gobierno lo dirá, pero por desgracia es así. Todo lo que están diciendo ahora es retórica vacía. Giulio Andreotti lo explicó con mucha gracia una vez: 'Desgraciadamente, no podemos elegir a los vecinos de casa'. España lo sabe bien con Marruecos, y eso que el rey Mohamed es mejor que Gadafi. Si tienes un vecino, debes llevarte con él lo mejor posible".
La duda es si era necesario llevarse tan bien. En Reino Unido, muchos ciudadanos habrán sonreído esta semana al recordar que Libia es dueña del 3% de Pearson, el grupo editor de uno de los periódicos más prestigiosos del mundo, el Financial Times. El año pasado, LIA puso en la mesa 224 millones de libras: hoy es uno de los accionistas de referencia del grupo, un modelo en el sector de la educación.
La ola de estupor, forzada o real, se extiende por el planeta. El senador John Kerry ha pedido al presidente estadounidense, Barack Obama, que retire de inmediato a las petroleras del país y que se impongan sanciones a Libia. Y en Turquía la oposición pide cuentas al primer ministro Erdogan por haber adobado los millonarios contratos bilaterales recibiendo en Trípoli, hace un par de meses, el Premio Gadafi a los derechos humanos...
Tampoco Alemania se queda a la zaga: la canciller Angela Merkel dijo que el discurso de Gadafi fue "aterrador". Quizá le asuste menos saber que su país tiene todo tipo de negocios con Libia, que tocan al transporte, la construcción de infraestructuras turísticas y, por supuesto, el petróleo. Libia suministra algo más del 10% del crudo importado por Alemania: es su cuarto proveedor, después de la Rusia de Putin, Noruega y Reino Unido.
La gran arma de seducción empleada por Gadafi para conquistar al mismo mundo que una vez le condenó al ostracismo se llama LIA. Muchas de las inversiones en el extranjero que ha ordenado llevan la marca de este fondo soberano, creado en 2006 para reinvertir los beneficios generados por la extracción y venta del crudo.
Ideado como una forma de diversificar las inversiones, el LIA se considera en ambientes financieros más opaco y primitivo que otros de su género, y ha funcionado hasta ahora usando a bancos europeos y norteamericanos como intermediarios mientras aprende los secretos del negocio. Según afirma un cable de Wikileaks del 28 de enero de 2010, el responsable del fondo es (o al menos era entonces) Mohamed Layas, quien afirmó al embajador de EE UU que en aquel momento el LIA tenía "una liquidez de 32.000 millones de dólares". Layas añadió: "Varios bancos americanos manejan, cada uno, entre 300 y 500 millones de dólares de los fondos de LIA".
De acuerdo con una fuente española del sector, el LIA es menos sofisticado que otros de su especie con mayor experiencia, como los de Abu Dabi, que utilizan a muchos asesores y analistas para tomar cada decisión. También es bastante menos rico: en la actualidad, se estima que el Libyan Investment Authority tiene en caja unos 65.000 millones de euros líquidos. Poca cosa comparada con los 470.000 millones de euros de los fondos de Abu Dabi.
La misma fuente, un conocido gestor de fondos, cree que el LIA no pertenece a la fortuna personal de la familia Gadafi. "Son fondos institucionales, y con la crisis se han quedado en una especie de limbo, puesto que pertenecen al Estado, y en situaciones de incertidumbre sobre el futuro de ese Estado, los fondos quedan bloqueados. Así será hasta que aparezca una nueva estructura estatal, porque ahora están custodiados con las máximas garantías por bancos internacionales. Se puede decir que quedan a la espera del nuevo Estado libio".
Pero entonces, ¿con quién hemos cerrado los tratos? ¿Con Gadafi o con un improbable y virginal Estado libio? Según Sergio Romano, "no es relevante quién haya hecho la inversión, da lo mismo si la hizo el LIA o el Banco Central. Libia es un Estado patrimonial. El Estado libio es Gadafi. Gadafi es el capo y el dueño de todo. El gestor único. Seguramente será uno de los tiranos que menos cuentas secretas tenga en el extranjero: disponía de todo el país. Su renuncia a los cargos le ha dado paradójicamente la libertad de hacer lo que quiere. Libia es un país sin instituciones. Nosotros (habla por el Gobierno italiano) le pedimos que privatizara algunas cosas, y lo hizo, pero poniendo a la familia al frente de ellas".
Un asunto de familia, en definitiva. Hace dos años, según recordaba recientemente el Financial Times, algunos de los operadores más potentes del sector financiero anglosajón viajaron a Libia para cortejar a los responsables del LIA. El Grupo Carlyle, el gigante estadounidense al que se considera inspirado por la ideología neocon, fue de los primeros en obtener recursos libios, en 2007. Un año después, Saif el Islam Gadafi, uno de los hijos del coronel, se reunió en una cena privada con Frank Carlucci, exsecretario de Defensa de Estados Unidos y expresidente de Carlyle. Antes que ellos, los protagonistas de la famosa foto de las Azores tendieron los primeros puentes con el nuevo Gadafi estadista ejemplar y no repararon en gastos ni en reuniones privadas. Los mismos líderes que decidieron invadir Irak y acabar con el régimen dictatorial de Sadam Husein buscaron petróleo y dólares frescos en el régimen dictatorial de Gadafi.
De los cuatro jinetes del Apocalipsis, Tony Blair fue quizá el más eficaz. Desde que se hizo la primera foto con Gadafi, en 2004, unas 150 compañías británicas han sentado sus reales en Libia. En marzo de 2004, la Comisión para la Verdad y la Reconciliación de Sierra Leona estableció que Libia y Liberia habían adiestrado y apoyado a los rebeldes del Frente Revolucionario Unido (FRU), la sangrienta guerrilla que entre 1991 y 2001 contribuyó a la muerte violenta de 50.000 personas. Libia fue condenada por la ONU a pagar compensaciones al Gobierno de Sierra Leona. Eso no impidió que, el 25 de marzo, Blair visitara Trípoli y se entrevistara con Gadafi. Era el segundo jefe del Gobierno británico que visitaba el territorio: el anterior fue Churchill. Coincidiendo con la visita, la angloholandesa Shell firmó un contrato con la petrolera estatal libia. Antes había llegado José María Aznar y después lo hicieron Gerard Schröder, Berlusconi, Sarkozy, Zapatero... Nada nuevo bajo el sol. Ha pasado siempre y volverá a pasar. Lo llaman realpolitik.
Hasta hace poco los líderes mundiales se disputaban un encuentro con el coronel. Europa compra a Libia el 90% de su petróleo y la familia Gadafi ha penetrado en el corazón de las finanzas europeas
En Italia nos respetan. En Estados Unidos nos respetan!", bramó el coronel, tocado con un turbante y blandiendo iracundo ora el Libro Verde, ora la funda de las gafas. "¡Dejad de aplaudir y escuchad lo que digo!". Su grito resonó en el vacío de las ruinas del palacio-cuartel bombardeado por Estados Unidos en 1986. Eran otros tiempos: Muamar el Gadafi era entonces el gran promotor del terrorismo internacional, un gobernante paria, el "perro loco" de Ronald Reagan. Hace solo dos años, el coronel llegó a la cumbre del G-20 como invitado especial a la reunión celebrada en L'Aquila (Italia), y los líderes del mundo occidental se rifaban un encuentro de cinco minutos con él. Ahora, las cosas han cambiado otra vez. En las ciudades de Libia es el Ejército de la Jamahiriya el que usa los helicópteros, tanques, misiles, granadas y cazas vendidos por las potencias occidentales para reprimir a sangre y fuego las protestas de los ciudadanos que exigen el final de un régimen que dura 41 años.
Mil muertos, decenas de millares de heridos... Nadie lo sabe a ciencia cierta. Quizá nadie lo sabrá hasta dentro de algunos años. Las milicias de Gadafi están borrando las pruebas del terror, y el tirano que escupía amenazas y disparates a la cámara es hoy un agente importante en la escena económica y financiera global. Un socio de peso para muchas empresas y países de Occidente. Su principal socio comercial es Italia, el segundo es Alemania. Y sobre todo, Libia es el octavo Estado mundial en reservas de petróleo, con 44.300 millones de barriles por extraer, y el decimoctavo en producción, con 1,65 millones de barriles diarios.
Gadafi tiene razón en sentirse respetado en Estados Unidos; y en Italia, pero también en Reino Unido, donde ha invertido en sectores como educación, prensa, fútbol o inmobiliario. O en España, que en 2007 firmó acuerdos para vender armas a Trípoli por valor de 1.500 millones de euros y confiaba en cerrar contratos comerciales por un monto de 12.300 millones, según revela un cable secreto del portal Wikileaks despachado por el embajador de Estados Unidos en Madrid.
Desde que, hace seis años, la Administración de George W. Bush decidió condenar al sanguinario Sadam Husein y sacar del ostracismo a Gadafi, olvidando sus numerosos delitos terroristas, el dictador libio ha utilizado su poder absoluto, sus fondos soberanos -el dinero líquido procedente de las ganancias del petróleo- y en menor medida sus empresas familiares para invertir en Occidente, reedificar su país con la ayuda de empresas extranjeras y ayudar a capitalizar muchas compañías importantes de Europa y Estados Unidos.
El ambiente de rapacería queda bien dibujado en este despacho diplomático de Trípoli hace un par de años. "El jefe del Consejo Libio de Viviendas e Infraestructuras, Mohamed Abujela al Mabruk, dijo al embajador el 15 de febrero que aproximadamente la mitad de la inversión prevista de 62.000 millones de dinares libios (47.000 millones de dólares) en proyectos de construcción para 2008 ha sido ya adjudicada, básicamente a compañías extranjeras. Añadió que esperaba que la inversión aumentara en unos 10.000 millones de dinares en los próximos años".
Y agregaba el cable: "Aunque China y Turquía han recibido la mayor parte de los contratos adjudicados hasta ahora, Mabruk subrayó que hay todavía mucho espacio para que las compañías de Estados Unidos compitan potencialmente en proyectos todavía más grandes que los adjudicados hasta la fecha".
El líder de la revolución libia empezó el siglo XXI en lo alto de las listas de apestados internacionales y de Estados terroristas, pero su metamorfosis ha sido meteórica: hace solo una semana era un ejemplo de inversor civilizado y empático. Lo dijo en público el verano pasado Cesare Geronzi, presidente de Generali y prohombre de las finanzas italianas: "No he conocido nunca socios mejores que los libios".
El baño de sangre ha cogido a la comunidad internacional con las manos en la caja. La crisis se está viviendo con creciente repulsa ciudadana en Washington y en la Unión Europea, que ultimaba ya su acuerdo comercial con Libia cuando Gadafi decidió resucitar su retórica genocida y su rostro de carnicero y contratista de mercenarios.
El lugar donde el estallido libio ha producido más temor e incertidumbre es Italia, quizá el país que más ostentosamente se ha comprometido con el régimen de Gadafi. En los dos últimos años, el primer ministro Silvio Berlusconi ha visitado ocho veces Libia, y el coronel ha plantado sus jaimas (tiendas nómadas) en Italia en cuatro ocasiones. La relación entre ambos ha sido en apariencia cálida, con la triste broma del bunga bunga (el rito erótico libio importado) como piedra de toque. El coronel ha puesto en el platillo de la balanza su tesoro personal-estatal acumulado en los últimos años con las ganancias del crudo, estimado en unos 50.000 millones de euros, y su compromiso para frenar la salida de inmigrantes. Il Cavaliere pudo cumplir así su promesa electoral (reducir la inmigración clandestina) y abrió de par en par las puertas de Italia a los fondos libios, ayudando a legitimarlos en los mercados internacionales y pilotando con mimo las inversiones más importantes.
Gracias al Tratado de Amistad, Asociación y Cooperación, firmado el 30 de agosto de 2008 en la hoy rebelde Bengasi, Italia pasó a ser uno de los caladeros financieros favoritos de Gadafi: tras dos años de amistad, el coronel es hoy el quinto inversor individual por volumen de negocio de la Bolsa de Milán.
Por ejemplo, Lafico, la empresa del coronel para inversiones en el extranjero, tiene el 7,5% del capital de la Juventus, el equipo de fútbol de la FIAT (de la que Libia posee algo menos del 2%). El fondo soberano Lybian Investment Authority (LIA) es dueño del 1% de ENI, el coloso energético italiano. Y Trípoli es el primer accionista de Unicredit, el mayor banco de Italia, con una cuota del 7,5%, valorada en unos 2.500 millones. En septiembre de 2010, el fondo Libian Investment Authority (LIA) compró un 2% de las acciones del banco, que se sumó al 4,9% que habían adquirido dos años antes LIA, el Banco Central de Libia y el Libyan Foreign Bank.
A través de esa escalada en uno de los gigantes de la banca europea (más de 10.200 sucursales en 22 países), Libia -es decir, el régimen de Gadafi- se hizo con el sillón principal de un consejo de administración donde el segundo accionista es Mediobanca, del que es consejera la hija mayor de Berlusconi, Marina. La compraventa produjo en septiembre pasado un seísmo en el sector financiero, incluida la dimisión del consejero delegado de Unicredit, Alessandro Profumo. La xenófoba Liga del Norte se quejó en público, pero de hecho aumentó su poder en el banco. Y para que no quedara nadie descontento, el LIA creó un fondo conjunto de 500 millones de dólares con Mediobanca, banco en teoría rival, para rescatar a compañías en apuros.
La operación catapultó a Gadafi al corazón de las instituciones financieras italianas y europeas: de los 316 votos que administran el Banco de Italia, Unicredit posee 50, tantos como el San Paolo. El Banco de Italia posee el 12,5% de los derechos del Banco Central Europeo.
La fuerza de la presencia de Gadafi en Europa -países de la UE importan casi el 90% del crudo libio- se pudo medir el pasado martes. Ese día sucedió un hecho raro en la historia del capitalismo. La Bolsa de Milán estuvo cerrada toda la mañana a causa de una nunca aclarada "avería técnica". El mercado de Piazza Affari paró por completo durante seis horas. Casi nadie entendía nada. El regulador pedía explicaciones, los brokers protestaban. Poco después se supo la verdad. No había tal avería, sino solo miedo al derrumbe de Gadafi. El cierre se produjo por temor a que se hundieran los títulos de las empresas italianas con intereses en Libia y de las sociedades en las que ha invertido el líder libio. El miedo es libre.
El día anterior, lunes, empezaron a llegar noticias sangrientas desde Trípoli. En solo unas horas, los títulos de la crema industrial, energética y bancaria italiana (Finmeccanica, Impregilo, Mediobanca, Generali, Fiat, ENI...) perdieron en el parqué milanés porcentajes cercanos al 5%. Petróleo y sangre es una mezcla que huele mal. Apesta. Libia es el país africano con mayores reservas de petróleo; su crudo, según los expertos, se encuentra entre los de mayor calidad del mundo. Y también tiene gas. El martes, ENI anunciaba con una escueta nota oficial que había cerrado el gasoducto Greenstreeam que transporta a Italia desde Libia el 10% del total de gas natural que importa Roma. El personal de las plantas volvía a casa.
Aun no está claro si el cierre fue voluntad de ENI o de los opositores a Gadafi, en represalia por el silencio de Italia y del conjunto de Europa ante las matanzas de Gadafi. ¿Silencio? Tampoco tanto. El miércoles, mientras el Consejo de Seguridad de la ONU y la UE balbuceaban un comunicado de condena, y el ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini, hacía acrobacias verbales para defender lo indefendible, en Roma se anunciaba que Libia acababa de comprar el 2% de las acciones del grupo estatal Finmeccanica, octavo vendedor de armas y equipos aeroespaciales del mundo.
Ironías de la vida: ese mismo día, Finmeccanica también ordenaba repatriar a sus trabajadores desplazados al país norteafricano. La noticia de la venta del 2% del gigante militar italiano no debió sentar demasiado bien en la Casa Blanca. Después de adquirir DRS en 2008, Finmeccanica es uno de los principales suministradores del Pentágono. Pero nadie se siente especialmente orgulloso estos días en el mundo político y financiero.
La pregunta que muchos se hacen es si podía esperarse otra cosa de un tirano exaltado, que en el pasado ordenó derribar dos aviones llenos de civiles y de bombardear un bar de copas en Berlín. Sergio Romano, exdiplomático e historiador italiano, autor de un libro sobre Libia y asesor del Gobierno de Roma en la relación con Trípoli, responde saliendo por la tangente. "Lo que ha pasado era imprevisible. No podemos entrar ahora en el juego del 'ya te lo dije'... Las revueltas en el Magreb han sido un movimiento espontáneo sin ideología, ha crecido mucho la masa crítica de jóvenes, la corrupción se ha unido a la chispa del suicidio de un tunecino y a la subida de los precios de los alimentos..."
"Lo triste es que estamos ante un problema ético sin solución", añade Romano. "Ningún Gobierno lo dirá, pero por desgracia es así. Todo lo que están diciendo ahora es retórica vacía. Giulio Andreotti lo explicó con mucha gracia una vez: 'Desgraciadamente, no podemos elegir a los vecinos de casa'. España lo sabe bien con Marruecos, y eso que el rey Mohamed es mejor que Gadafi. Si tienes un vecino, debes llevarte con él lo mejor posible".
La duda es si era necesario llevarse tan bien. En Reino Unido, muchos ciudadanos habrán sonreído esta semana al recordar que Libia es dueña del 3% de Pearson, el grupo editor de uno de los periódicos más prestigiosos del mundo, el Financial Times. El año pasado, LIA puso en la mesa 224 millones de libras: hoy es uno de los accionistas de referencia del grupo, un modelo en el sector de la educación.
La ola de estupor, forzada o real, se extiende por el planeta. El senador John Kerry ha pedido al presidente estadounidense, Barack Obama, que retire de inmediato a las petroleras del país y que se impongan sanciones a Libia. Y en Turquía la oposición pide cuentas al primer ministro Erdogan por haber adobado los millonarios contratos bilaterales recibiendo en Trípoli, hace un par de meses, el Premio Gadafi a los derechos humanos...
Tampoco Alemania se queda a la zaga: la canciller Angela Merkel dijo que el discurso de Gadafi fue "aterrador". Quizá le asuste menos saber que su país tiene todo tipo de negocios con Libia, que tocan al transporte, la construcción de infraestructuras turísticas y, por supuesto, el petróleo. Libia suministra algo más del 10% del crudo importado por Alemania: es su cuarto proveedor, después de la Rusia de Putin, Noruega y Reino Unido.
La gran arma de seducción empleada por Gadafi para conquistar al mismo mundo que una vez le condenó al ostracismo se llama LIA. Muchas de las inversiones en el extranjero que ha ordenado llevan la marca de este fondo soberano, creado en 2006 para reinvertir los beneficios generados por la extracción y venta del crudo.
Ideado como una forma de diversificar las inversiones, el LIA se considera en ambientes financieros más opaco y primitivo que otros de su género, y ha funcionado hasta ahora usando a bancos europeos y norteamericanos como intermediarios mientras aprende los secretos del negocio. Según afirma un cable de Wikileaks del 28 de enero de 2010, el responsable del fondo es (o al menos era entonces) Mohamed Layas, quien afirmó al embajador de EE UU que en aquel momento el LIA tenía "una liquidez de 32.000 millones de dólares". Layas añadió: "Varios bancos americanos manejan, cada uno, entre 300 y 500 millones de dólares de los fondos de LIA".
De acuerdo con una fuente española del sector, el LIA es menos sofisticado que otros de su especie con mayor experiencia, como los de Abu Dabi, que utilizan a muchos asesores y analistas para tomar cada decisión. También es bastante menos rico: en la actualidad, se estima que el Libyan Investment Authority tiene en caja unos 65.000 millones de euros líquidos. Poca cosa comparada con los 470.000 millones de euros de los fondos de Abu Dabi.
La misma fuente, un conocido gestor de fondos, cree que el LIA no pertenece a la fortuna personal de la familia Gadafi. "Son fondos institucionales, y con la crisis se han quedado en una especie de limbo, puesto que pertenecen al Estado, y en situaciones de incertidumbre sobre el futuro de ese Estado, los fondos quedan bloqueados. Así será hasta que aparezca una nueva estructura estatal, porque ahora están custodiados con las máximas garantías por bancos internacionales. Se puede decir que quedan a la espera del nuevo Estado libio".
Pero entonces, ¿con quién hemos cerrado los tratos? ¿Con Gadafi o con un improbable y virginal Estado libio? Según Sergio Romano, "no es relevante quién haya hecho la inversión, da lo mismo si la hizo el LIA o el Banco Central. Libia es un Estado patrimonial. El Estado libio es Gadafi. Gadafi es el capo y el dueño de todo. El gestor único. Seguramente será uno de los tiranos que menos cuentas secretas tenga en el extranjero: disponía de todo el país. Su renuncia a los cargos le ha dado paradójicamente la libertad de hacer lo que quiere. Libia es un país sin instituciones. Nosotros (habla por el Gobierno italiano) le pedimos que privatizara algunas cosas, y lo hizo, pero poniendo a la familia al frente de ellas".
Un asunto de familia, en definitiva. Hace dos años, según recordaba recientemente el Financial Times, algunos de los operadores más potentes del sector financiero anglosajón viajaron a Libia para cortejar a los responsables del LIA. El Grupo Carlyle, el gigante estadounidense al que se considera inspirado por la ideología neocon, fue de los primeros en obtener recursos libios, en 2007. Un año después, Saif el Islam Gadafi, uno de los hijos del coronel, se reunió en una cena privada con Frank Carlucci, exsecretario de Defensa de Estados Unidos y expresidente de Carlyle. Antes que ellos, los protagonistas de la famosa foto de las Azores tendieron los primeros puentes con el nuevo Gadafi estadista ejemplar y no repararon en gastos ni en reuniones privadas. Los mismos líderes que decidieron invadir Irak y acabar con el régimen dictatorial de Sadam Husein buscaron petróleo y dólares frescos en el régimen dictatorial de Gadafi.
De los cuatro jinetes del Apocalipsis, Tony Blair fue quizá el más eficaz. Desde que se hizo la primera foto con Gadafi, en 2004, unas 150 compañías británicas han sentado sus reales en Libia. En marzo de 2004, la Comisión para la Verdad y la Reconciliación de Sierra Leona estableció que Libia y Liberia habían adiestrado y apoyado a los rebeldes del Frente Revolucionario Unido (FRU), la sangrienta guerrilla que entre 1991 y 2001 contribuyó a la muerte violenta de 50.000 personas. Libia fue condenada por la ONU a pagar compensaciones al Gobierno de Sierra Leona. Eso no impidió que, el 25 de marzo, Blair visitara Trípoli y se entrevistara con Gadafi. Era el segundo jefe del Gobierno británico que visitaba el territorio: el anterior fue Churchill. Coincidiendo con la visita, la angloholandesa Shell firmó un contrato con la petrolera estatal libia. Antes había llegado José María Aznar y después lo hicieron Gerard Schröder, Berlusconi, Sarkozy, Zapatero... Nada nuevo bajo el sol. Ha pasado siempre y volverá a pasar. Lo llaman realpolitik.
lunes, 9 de junio de 2014
Los dormitorios del jazz de Nueva York... 01
Jonathan Finlayson, trompeta
Algunos músicos me esperaban con una idea muy específica de cómo querían presentarse en el proyecto. Es el caso de Jonathan. Me dijo que si el proyecto se trataba de músicos en su casa, así era como el estaba en su casa, con bata y descalzo. Y su casa además era eso, la pequeña habitación que vemos. Vivía en un piso compartido como muchos otros jóvenes de la ciudad, músicos o no. Decidí incluir la puerta para dar a la imagen aún más intimidad. Al lector de la imagen, casi le puede dar la sensación de que lo ve al pasar por el pasillo.
domingo, 8 de junio de 2014
Hogar, virtual hogar...
Si tu casa es donde están tus libros… ¿Dónde está tu casa si te compras un Kindle y te vas con él a todas partes?
sábado, 7 de junio de 2014
La humanidad amenazada...
La humanidad amenazada: gobernar los riesgos globales - Javier Solana & Daniel Innerarity
El filósofo Daniel Innerarity y el político Javier Solana compilan una obra sobre los riesgos globales a los que se ve sometida la humanidad. Con textos de los pensadores más importantes del panorama intelectual contemporáneo, entre otros: Ulrich Beck, Dominic Desroches, Michel Wieviorka o de los propios compiladores.
Los riesgos globales son uno de los problemas centrales de la humanidad: desde el 11-S habíamos adquirido una clara conciencia de la vulnerabilidad de nuestras sociedades; muchos desastres ecológicos eran un hecho cumplido y otros se asomaban a nuestra vida, como el cambio climático o los desastres sociales provocados por la crisis económica. Sin embargo, diversos acontecimientos recientes, como las catástrofes recientemente sucedidas en Japón o la inestabilidad en el sur del Mediterráneo nos hacen sentir que estamos inmersos en una cadena de riesgos difíciles de controlar.
Mediante los textos de expertos de reconocida solvencia internacional, esta obra nos proporciona una nueva reflexión acerca de los principios de prevención, precaución, responsabilidad y anticipación, que nos permite profundizar en el debate que apunta hacia la gobernanza global, el horizonte que la humanidad debe perseguir hoy con la mayor de sus energías.
viernes, 6 de junio de 2014
Los dormitorios del jazz de Nueva York... 00
Los dormitorios del jazz de Nueva York
Lourdes Delgado fotografía a 450 músicos en sus rincones domésticos
La despedida de un amigo es un momento doloroso. A veces una foto que retenga ese instante es de los pocos remedios que quedan. Eso pensó la fotógrafa Lourdes Delgado hace 11 años cuando tuvo que decirle adiós a un amigo argentino, músico de jazz, que dejaba Nueva York, donde vivían, para volver a su país. Lo que Delgado, que es pareja de un jazzman, no tenía planeado era que esa fuera la chispa de Jazz in New York, A Community Vision, un proyecto que le llevaría a fotografiar a más de 450 artistas neoyorquinos, de toda edad, nacionalidad y tendencia musical, desde Ron Carter hasta Dave Douglas.
La idea era "representar a los artistas como ciudadanos de Nueva York, no como músicos", explica la fotógrafa por teléfono desde su casa en Arbúcies. Por esto, desde el principio, Delgado se impuso pocas reglas simples, que respetó a rajatabla.
Las fotos, con una cámara de placas, tenían que ser en casa. "Algunos de ellos han cambiado la manera de ver el jazz, han tocado en los mejores lugares del mundo y es sorprendente descubrir la humildad de sus hogares", recuerda Delgado. Cada músico decidía en que rincón de su casa, con qué objetos y qué familiares dejarse fotografiar. Al final, él mismo aconsejaba a la artista qué otros músicos incluir en el proyecto. Ah, y Delgado solo tiraba una vez. "La imagen tenía que ser muy pensada. Si me equivocaba, me la comía. Es como en el jazz, vives de tomar decisiones al momento", explica la fotógrafa.
Terminar el proyecto le costó siete años, hasta 2007, entre llamadas, quedadas y fotos, siendo lo primero lo que llevaba más tiempo. "Había que convencerles para entrar en su casa. Una vez allí, tardaba más de 45 minutos. Directa al grano, como he aprendido de ellos", subraya Delgado.
Hubo otro elemento que influyó en la realización del proyecto. "En Nueva York todo cambia muy rápido. Lo que dejas hoy, mañana se alquila; los espacios desaparecen, yo misma me mudé cuatro veces en pocos años", cuenta la fotógrafa, que a lo largo de su carrera ha trabajado para revistas como Newsweek, Der Spiegel, así como para El País Semanal y ha retratado a personajes como Hlllary Clinton, Al Gore y Bono.
jueves, 5 de junio de 2014
Aprendiendo...
¿Por qué perder el tiempo aprendiendo cosas, si la ignorancia es instantánea?
- Calvin (Calvin y Hobbes, de Bill Waterson) -
miércoles, 4 de junio de 2014
¿Para qué tengo amigos?
¿Para qué tengo amigos?
Formamos parte de una gigantesca red de relaciones. Pero más allá de los vínculos que creamos por obligación, interés y necesidad, ¿con cuántas personas mantenemos una verdadera amistad? Es decir, una relación escogida y cultivada de forma voluntaria, basada en el respeto, la confianza y la libertad. .
María Vilalta: "Más allá de las diferencias superficiales, los amigos te apoyan cuando más los necesitas"
42 años. Separada y con dos hijas. Coordina proyectos de comunicación. Tras su separación matrimonial encontró la fortaleza para seguir adelante gracias al apoyo de sus amigos y familia.
"Hace seis años me separé de mi marido. Superé aquella adversidad gracias al cariño y la compañía de mis dos hijas -que son mi motor, mi ilusión y mi legado- y de mi familia y mis amistades. A su lado me sentí arropada, lo que me dio fuerzas para levantarme y seguir mi camino. Fue un regalo poder compartir mi estado de ánimo con personas de confianza, que estaban ahí para escucharme y animarme. Gracias a mis amigos me fue mucho más fácil comprender y aceptar el cambio que aquella ruptura suponía en mi manera de vivir la vida. No me cabe la menor duda de que todo habría sido mucho más difícil y doloroso si hubiera tenido que afrontar aquellas circunstancias en soledad. A raíz de aquella experiencia he aprendido que un verdadero amigo es el que sabe comprenderte, siendo capaz de ponerse en tu lugar, sin juzgarte. Nuestra forma de ser y de comportarnos en el presente es el resultado de las experiencias y el aprendizaje interior que realizamos frente a las adversidades. Aunque todos somos únicos y diferentes, siempre podemos compartir(nos) y disfrutar de nuestra mutua compañía. El reto es gozar de la amistad con flexibilidad. Hay amigos con los que puedes mantener una conversación profunda y sin embargo no compartes gustos ni opiniones en otras áreas de la vida. Unos son madrugadores y otros trasnochadores. Unos son deportistas y otros más apalancados. Más allá de estas diferencias superficiales, los amigos son los que te ofrecen su apoyo, su sonrisa, su silencio, su conversación y, en definitiva, su tiempo y su presencia cuando más lo necesitas. De hecho, para mí los verdaderos amigos son aquellos que te hacen crecer, mejorar y madurar en este camino de aprendizaje que es la vida. Así, la amistad es el arte de saber cuidar al otro, que es el querer más puro, pues los verdaderos amigos solo se desean lo mejor el uno al otro".
El pájaro tiene su nido. La araña tiene su tela. Y el ser humano tiene la amistad". Son palabras del poeta inglés William Blake (1757-1827), que, como tantos otros escritores, filósofos y sabios, reflexionó sobre el lugar sagrado que pueden ocupar los amigos en nuestra existencia. Todo depende de los pilares (nuestras creencias y valores) sobre los que construimos este vínculo, que inevitablemente va cambiando en la medida en que cambiamos la relación que mantenemos con nosotros mismos.
Aunque se le parezca, no es lo mismo la amistad que mantienen los niños que la que comparten los adolescentes. Ni tampoco la que desarrollan muchos adultos, que dista bastante de la que cultivan las personas maduras e independientes emocionalmente. En todos estos casos, las motivaciones que nos llevan a relacionarnos con nuestros amigos son muy diferentes, así como las formas de practicar la amistad y los resultados de satisfacción que finalmente cosechamos.
De hecho, hay tantas maneras de entender y de vivir la amistad como seres humanos habitan en este mundo. En general, la palabra "amigo" no es más una etiqueta que le ponemos a una persona con la que compartimos de manera especial un momento dado de nuestra vida. Y, como señala María Vilalta, esta flexibilidad también está presente en la cantidad (duración) de tiempo que compartimos y en la calidad (profundidad) que le damos a este vínculo afectivo. Tanto es así, que hay personas que consideran a sus amistades como parte de su familia, e incluso otros que afirman abiertamente no tener amigos.
Rafael Manzanera: "Soy un hombre afortunado: mi mujer es mi mejor amiga"
57 años. Casado y con tres hijos. Médico. Los amigos han sido una parte fundamental de su vida, pues le han ayudado a convertirse en la persona que es hoy.
"Al pensar en la amistad me vienen a la cabeza, espontáneamente, veinte personas con las que a lo largo de mi vida he construido un profundo vínculo afectivo. Sin duda alguna, se trata de uno de los tesoros más preciados de mi vida. Recuerdo cómo siendo todavía un niño, algunos amigos y amigas me ayudaron a compensar mis carencias y a llenar mi soledad. A veces eran personas muy parecidas a mí, y otras, muy distintas, tanto en origen como en condiciones sociales. A su lado me sentía muy querido. Tanto, que me llenaban el corazón de esperanza, permitiéndome soñar y vislumbrar el futuro con alegría y optimismo. Algo después, en la juventud, nuevos amigos me enseñaron a gozar de la vida cotidiana, del deporte, la música, el cine y el teatro. Juntos aprendimos a valernos por nosotros mismos, implicándonos en la sociedad en la que vivíamos. Ya en la universidad y en el ámbito laboral, pude compartir con ellos mis problemas y afrontar situaciones difíciles. Entonces descubrí que los verdaderos amigos están presentes en el goce y en el dolor. Para mí, la amistad es una de las cimas más elevadas que podemos alcanzar como seres humanos: implica honrar y encarnar valores como la lealtad, la confianza y el amor. He descubierto que los amigos con los que en algún momento de tu existencia conectaste emocionalmente, incluso una vez se han ido para siempre, permanecen en tu corazón. Y qué decir de mi mejor amiga y compañera del alma: mi mujer, lo mejor que me ha pasado nunca. Soy muy afortunado, pues conectamos a todos los niveles: mental, emocional, físico y espiritual. Además, a estas alturas de la vida estoy aprendiendo a reinventarme, reinventando así mi manera de relacionarme con ella y con el resto de mis amigos. Para todos ellos solo tengo palabras de agradecimiento. Conocerlos ha hecho que mi existencia haya sido más plena y llena de sentido".
Los primeros amigos que hacemos en nuestra vida los conocemos en la guardería, todavía en pañales. Juntos aprendemos a hablar, a leer, a escribir, a dibujar y a compartir. En ese estado de inocencia disfrutamos los unos de los otros casi sin darnos cuenta. En este contexto de "amistad infantil" apenas tenemos la oportunidad de elegir con quién nos relacionamos. Y no solo eso. Al carecer de la capacidad de complicarnos emocionalmente la existencia, el juego y el cariño son el motor de todas nuestras relaciones. Y, al igual que le sucede a Rafael Manzanera, muchos de nosotros seguimos llevando en nuestro corazón a estos amigos de la infancia.
Con los años, algunos de estos compañeros nos acompañan también en las aulas del colegio y del instituto. Ya no compartimos lápices de colores, sino tabaco y bromas afiladas. A su lado nos sorprende ver cómo a los chicos nos crece el mostacho, y a las chicas, los pechos. Y de cómo nos salen granos en la cara, al tiempo que empezamos a entrar en conflicto con nuestros padres, que, resignados, nos repiten una y otra vez que estamos en "la edad del pavo".
Inseguros y desorientados, nos adentramos en la denominada "amistad adolescente", que suele caracterizarse por formar parte de un grupo de amigos con quienes nos sentimos plenamente identificados. De hecho, en muchas ocasiones, "al estar tan faltos de confianza y autoestima, entre todos los miembros se crea una personalidad colectiva, que no solo promueve un pensamiento único, sino que también limita la esencia individual de cada persona", explica el reconocido sociólogo italiano Francesco Alberoni, autor de La amistad.
La "amistad adolescente" también se caracteriza por tener un mejor amigo, con quien desarrollamos un vínculo basado en una dependencia excesiva. En algunos casos "podemos llegar a volvernos adictos a la compañía de esa persona, al igual que sucede con los miembros del grupo", sostiene Alberoni. En su opinión, "la mayor motivación de este tipo de amistad suele ser la búsqueda de placer y diversión".
Amparados por el cálido refugio que representa nuestro grupo de amigos, "cuando somos adolescentes tratamos desesperadamente de posponer enfrentarnos a nuestra sombra". Es decir, "a nuestro miedo a la soledad (por no ser nuestro mejor amigo), al vacío (por no saber disfrutar sin estímulos externos) y a la libertad, lo que pone de manifiesto que tememos tomar las riendas de nuestra vida", afirma este experto.
Nuria González Novoa: "La amistad es el mayor acto de generosidad desinteresada hacia otra persona"
30 años. Soltera. Trabaja en 'marketing'. Tras quedarse sin trabajo, pudo comprobar quiénes eran sus verdaderos amigos.
"A veces es necesario que nos pase algo malo para que nos demos cuenta de quiénes son realmente nuestros amigos. Ahora está muy de moda tener 500 'amigos' en Facebook, creyéndonos afortunados porque cuando montamos una fiesta no nos faltan invitados, ni tampoco invitaciones a todo tipo de eventos. Pero ¿cuántos de esos 'amigos' nos dejarían dinero si lo necesitáramos? ¿Cuántos de esos 'amigos' tirarían de sus contactos para ayudarnos a encontrar trabajo? ¿Cuántos de esos 'amigos' estarían a nuestro lado si perdemos a un ser querido? Seguramente la lista se reduciría considerablemente. Lo digo por experiencia. Hace unos meses me quedé sin trabajo. Fue un palo terrible, teniendo en cuenta la situación de incertidumbre en la que nos encontramos. Mi autoestima acabó por los suelos. Durante este tiempo me he llevado algunas sorpresas -buenas y malas- sobre quiénes creía que iban a estar a mi lado, dada la estrecha relación que teníamos, y quiénes finalmente lo han estado. Las mejores sorpresas han venido de las personas con las que tal vez había compartido menos tiempo y más gratamente han respondido. Hay pequeños detalles que dicen mucho más que cualquier palabra grandilocuente sobre la amistad. Me refiero a ese amigo que te ofrece su ayuda para encontrar trabajo sin pedírselo; a ese otro que te saca de casa cuando no quieres salir, pero sabe que lo necesitas, e incluso a un tercero que te invita cuando en realidad está peor que tú económicamente, pero tiene trabajo y tú no... Todos estos actos se hacen de manera desinteresada. Para mí, el desinterés es la raíz de la verdadera amistad. Y esta es como una semilla que se planta y se cultiva, pero para que crezca y dé sus frutos hay que observarla, mimarla, escucharla y hablarle al oído. Solo así podemos saber lo que el otro necesita y poder dárselo, logrando que la amistad dure muchos años".
Lo curioso de la "amistad adolescente" es que se sabe cuándo empieza, pero no cuándo termina. En algunos casos, "la presión ejercida por el grupo es tan alta y la autoestima de sus miembros tan baja, que estos se siguen reuniendo con la misma frecuencia, incluso cuando la media de edad ha superado la treintena", apunta el sociólogo Francesco Alberoni. Como en cualquier otra relación afectiva construida sobre el apego emocional, tomar la decisión de romper con el grupo es un asunto difícil y, en ocasiones, doloroso.
De hecho, "se sabe de personas que siguen fichando por no soportar el sentimiento de culpa que implica sentir que se está abandonando a los amigos", subraya Alberoni. En otros casos, "este vínculo se mantiene por una cuestión de comodidad e inercia, en la que la persona carece de una alternativa social más acorde con sus nuevas necesidades". Es entonces cuando, tal y como explica Nuria González Novoa, confundimos la relación que mantenemos con nuestros compañeros de fiestas y aventuras adolescentes con la verdadera amistad.
Eso sí, dado el carácter insostenible de este tipo de vínculo, con los años estos grupos cerrados de amigos suelen irse desmembrando. Y lo hacen poco a poco, "en la medida que cada uno de los miembros va conectando de forma individual con otras motivaciones, como pueden ser el compromiso sentimental y familiar, la carrera profesional o, simplemente, el sentir que han quemado una etapa y que es hora de pasar página", sostiene Alberoni. Y concluye: "Así es como finalmente la dinámica establecida por el grupo deja de tener sentido para sus miembros, provocando que en muchos casos se pierda el interés y la necesidad de seguir en contacto con estos amigos".
Mario Mata: "Basar tu autoestima en un grupo de amigos es una cárcel para la verdadera amistad"
Madrid. 28 años. Soltero. Comercial publicitario. A raíz de un intenso sufrimiento se dio cuenta de que basaba sus relaciones de amistad en la dependencia. Ahora ha aprendido a relacionarse desde la libertad.
"Mi relación con la amistad ha pasado por dos etapas muy diferentes: la primera comenzó siendo ya adolescente y concluyó a los 25 años. Entonces formaba parte de un grupo cerrado de amigos, con los que creía que iba a compartir el resto de mi vida. Sin darme cuenta, mantenía una relación basada en la dependencia excesiva, el control y el afán de posesión. Cuando alguno de mis amigos se enamoraba, me sentía amenazado. Temía que saliera del grupo, poniendo fin a nuestra amistad. Con el paso del tiempo, mis amigos fueron encontrando pareja, relacionándose con otras personas de su entorno y, en ocasiones, yéndose a vivir fuera de nuestra ciudad. Todos estos cambios me afectaban muchísimo. Los vivía como desengaños amistosos. En mi mente solo parecía haber espacio para un pensamiento de lo más limitador: 'mis amigos me estaban traicionado'. Solo ahora me doy cuenta de que estaba apegado a mi grupo de amigos. Por eso sufría tanto cada vez que no actuaban como yo esperaba o necesitaba que lo hicieran. Sin ellos me sentía muy poca cosa. Mi falta de autoestima me llevaba a necesitar el reconocimiento y el apoyo del grupo para sentirme valorado y seguro. Finalmente, el sufrimiento me llevó a conocerme más a fondo, pudiendo así replantear mi definición acerca de la amistad. Ahora ya no me relaciono con mis amigos desde la dependencia, sino desde la libertad y el respeto mutuo por la propia individualidad. He superado la necesidad de formar parte de un grupo cerrado. Ya no pido ni exijo ni espero nada. Sé que cada uno de nosotros somos un ser completo que necesita llevar su propio rumbo. Lo mejor de todo es que ahora disfruto más plenamente de mis amigos. Ese es sin duda el signo más evidente de que compartimos un vínculo de verdadera amistad".
Una vez superada la "amistad adolescente", muchos de nosotros empezamos a cultivar la denominada "amistad adulta". Y esta tiene mucho que ver con la manera en la que hemos sido condicionados por la sociedad. Es decir, con las creencias, los valores y las aspiraciones que promueve el sistema monetario sobre el que se edifican el resto de organizaciones, instituciones y estructuras socioeconómicas que tanta influencia tienen sobre nuestro estilo de vida.
En este contexto, el filósofo Stephen R. Covey explica que la "amistad adulta" está limitada por tres motivaciones que suelen condicionarnos de forma inconsciente. La primera es el interés personal, que se refleja sobre todo en las relaciones que mantenemos en nuestro ámbito profesional. No en vano, "nuestra existencia se asienta sobre un sistema que nos incentiva a competir entre nosotros para ganar un salario que nos permita pagar nuestros costes de vida", sostiene Covey, autor de Los siete hábitos de la gente altamente efectiva.
Esta es la razón por la que "normalmente tomamos decisiones guiados por nuestro instinto de supervivencia, marginando por completo nuestros valores y nuestra conciencia ética". Así, "muchas personas etiquetan como 'amigo' a aquellas personas que les aportan, directa o indirectamente, algún tipo de beneficio profesional o económico", añade este experto. Por eso, "en cuanto se termina el interés, suele desaparecer la relación de amistad".
La segunda motivación que más condiciona nuestros vínculos afectivos en la edad adulta es la obligación. Y esta se da, en general, en nuestro ámbito social y familiar. "Muchas personas se relacionan entre sí no porque quieran o les apetezca, sino porque sienten que tienen que hacerlo y deben hacerlo. En cada núcleo familiar se han establecido una serie de ritos y tradiciones, muchos impuestos por la propia sociedad". Cenas navideñas, bodas, bautizos, cumpleaños, aniversarios, fiestas mayores y un largo etcétera componen esta lista de compromisos sociales que aunque nunca hemos asumido, se da por hecho que hemos de cumplir. Si bien a muchos acudimos con alegría, a otros vamos con cierta pereza y resignación.
Por último, Covey reflexiona sobre los vínculos que creamos por necesidad. "Esta motivación inconsciente está basada en la falsa creencia de que nuestra autoestima y nuestra felicidad dependen de la relación que mantenemos con los demás, especialmente con nuestra pareja y amigos". Tal y como ha descubierto Mario, esta necesidad pone de manifiesto que "todavía no hemos aprendido a ser felices por nosotros mismos y que seguimos sin haber resuelto nuestras carencias y conflictos internos", apunta Covey. De ahí que sin darnos cuenta solamos apegarnos emocionalmente a según qué personas. La paradoja es que "mientras necesitamos y dependemos de nuestros amigos, somos incapaces de amarlos". He ahí la cuestión. La "amistad adulta" basada en el interés, la obligación y la necesidad es utilitarista. Es decir, "utiliza a los amigos como un medio para conseguir nuestros fines egoístas y egocéntricos", afirma Covey.
María Asunción, 'Sussi', Rodríguez Vilert: "Los amigos te ayudan a convertirte en la mejor versión de ti mismo"
54 años. Viuda, con tres hijos. Técnico superior de la Universidad de Girona. La muerte de su marido la sumergió en una crisis existencial, de la cual se ha redescubierto a sí misma, así como a nuevos amigos.
"La vida tiene diferentes etapas. A mí me gusta imaginarla como un viaje en tren. En este trayecto he descubierto que la relación con los amigos puede cambiar a causa de una crisis existencial. Sobre todo porque esta suele dar como resultado una nueva forma de ver, comprender e interactuar con la vida. En este sentido, la muerte de mi esposo me hizo sentir, además de dolor, un vacío interior, algo desconocido para mí. Mis amigos podían comprender mi duelo, pero no mi búsqueda. A su lado empecé a sentirme "rara". Dicen que cuando el alumno está preparado aparece el profesor. Eso fue precisamente lo que me sucedió. Al adentrarme en el desarrollo personal, también apareció una compañera con la que hablo el mismo 'idioma'. A día de hoy es una querida e íntima amiga mía. Si bello es poder compartir, en mi caso fue, además, profundamente liberador. Para mí, la amistad surge de forma espontánea. Es una relación especial entre dos o más personas que se sienten unidas por una vivencia en un momento particular, por medio del que establecen un clima de confianza, de comprensión y de respeto. Esta relación puede, o no, permanecer durante nuestro viaje. En mi tren imaginario suben y bajan amigos constantemente. Y en cada etapa de la vida están justo los que necesito. Ahora tengo dos tipos de amigos: 'los del corazón', aquellos con los que he compartido la mayor parte del viaje, que han sido, son y serán mis amigos para siempre. Y mis nuevos amigos, 'los del alma', aquellos que la vida ha ido obsequiándome, con los que estoy despertando en esta búsqueda para vivir de forma consciente y amorosa desde mi verdadera esencia. No es que unos sean mejores ni peores. Son diferentes. En mi corazón hay lugar y amor para todos. Cada uno de ellos, a su manera, me ha ayudado a aceptarme y quererme tal como soy. Y a mantener la ilusión por continuar con este apasionante viaje".
A pesar de ser diferentes, la "amistad adulta" y la "amistad adolescente" se construyen ambas sobre la necesidad y las expectativas. De ahí que "las personas que practican este tipo de amistad cosechen conflictos, frustraciones y decepciones, pues de forma inconsciente esperan que sus amigos se relacionen con ellas de una determinada manera", sostiene el filósofo Stephen R. Covey. Y añade: "El sentir que un amigo nos está fallando es un signo inequívoco de que nuestra relación esconde una sutil forma de control y esclavitud".
Y entonces, ¿qué es la amistad? Etimológicamente, su origen procede del vocablo latino amicus (amigo), que viene del verbo amare, que significa amar. En paralelo, también se dice que se trata de un vocablo griego compuesto por a y ego, cuyo significado es sin mi yo. Es decir, que la amistad implica amar a nuestros amigos, más allá de nuestros deseos, necesidades y expectativas, tal y como explica María Asunción, Sussi, Rodríguez Vilert. Así, para "poder construir este tipo de relaciones hemos de resolver primero nuestros miedos, carencias y conflictos internos, superando así nuestras creencias y limitaciones egocéntricas", señala Covey.
De hecho, esta transformación personal es la base sobre la que se asienta la "amistad madura". La paradoja es que solo podemos disfrutar plenamente de nuestros amigos cuando no los necesitamos ni dependemos emocionalmente de su compañía. "Al forjar nuestros vínculos afectivos desde la libertad, gozamos de nuestras amistades sin movernos por el interés, la obligación ni la necesidad", apunta Covey. Y concluye: "La ausencia de deseos y expectativas nos permite respetar y aceptar a nuestros amigos tal y como son, animándoles y apoyándoles incondicionalmente para que sigan su camino".
Gregory Norris-Cervetto: "Es imposible tener amigos de verdad cuando sigues enemistado contigo mismo"
27 años. Casado y sin hijos. Profesor, escritor y traductor. El afán de encontrar la soledad le llevó a viajar solo al extranjero, trabajando durante cuatro años en países como Kazajistán, Vietnam y Etiopía.
"A los 19 años me sentía tan vacío que solía juntarme con un grupo de amigos que no me satisfacía para tratar de evadirme de mi malestar. Al cumplir los 22 años me di cuenta de que acumulaba mucho dolor en mi corazón por todas las amistades que había perdido a causa de mis conflictos internos no resueltos. Tenía miedo de no estar a la altura de lo que los demás pudieran esperar de mí. Y por más que lo intentara, era incapaz de dar y recibir amor. Me había convertido en un trozo de hielo. Movido por una obsesiva necesidad de soledad, decidí dejarlo todo: mis estudios universitarios, mi familia y mi red social. Es increíble cómo el afán de soledad puede llevarte a sitios tan oscuros. En Almaty (Kazajistán), cada mañana me cruzaba con personas demacradas por la droga en la escalera de mi hostal. Enseguida capté la advertencia: también aquella gente se sentía sola, muy sola. Comprendí que la soledad como huida era tan enfermiza como la amistad por necesidad. Más tarde encontré trabajo en Hanoi (Vietnam), donde logré asentarme durante un año. Me había embriagado tanto de soledad que en aquella ciudad encontré una amistad profunda, como nunca antes la había buscado. Se trataba de una chica vietnamita. Allí descubrí que dos personas de contextos culturales diferentes pueden ser amigos si son conscientes de sus condicionamientos. Aquella amistad era pura: no esperaba nada más de lo que sucedía. Más tarde me fui a trabajar dos años y medio a Addis Abeba (Etiopía), donde sentí que emocionalmente empezaba de cero. Fue en este país donde consolidé grandes amistades, logrando en el proceso encontrar al amigo que más necesitaba: yo mismo. Así fue como aprendí a comprometerme desde el corazón, pudiendo conectar con lo más esencial del otro. Poco después, la vida me brindó un regalo tan maravilloso como inesperado: mi esposa, con quien estoy aprendiendo a amar auténticamente. Desde hace unos meses he vuelto a Barcelona. Para mí, la amistad es un intercambio transparente y honesto de amor y apreciación en el cual no hay lugar para las obligaciones ni las expectativas. Paradójicamente, la verdadera amistad se construye cuando no existe la necesidad, tan solo el goce de compartir del otro desde la libertad".
Tal y como ha constatado Gregory Norris-Cervetto, la "amistad madura" trasciende el tiempo y el espacio. Así, "cuando nos encontramos con un verdadero amigo, incluso después de meses o años sin verlo, nuestro corazón se llena de alegría e ilusión", afirma Mitch Albom, autor de Martes con mi viejo profesor. "La confianza cosechada nos permite retomar el vínculo y la conversación de una forma sorprendentemente fácil y fluida". Es entonces cuando "nuestra mutua compañía se convierte en un goce en sí mismo, donde no caben la hipocresía ni los silencios incómodos".
Con el tiempo y la experiencia, la "amistad madura" nos permite cultivar la cualidad de la "amigabilidad". Es decir, ser amigable con las personas que se cruzan en nuestro camino. "Si bien solo podemos estar unidos en amistad a unas cuantas personas, podemos desarrollar la amigabilidad hacia todo el mundo", señala Albom. Y concluye: "La práctica diaria de esta actitud amable y amorosa es la llave que abre las puertas de la abundancia, la plenitud y la prosperidad dentro de nuestra gigantesca red de relaciones".
En esta misma línea apunta uno de los cuentos más bellos que se han escrito sobre la amistad. Había una vez un chico de 13 años que paseaba por la playa con su abuelo. Hubo un momento en que el chaval lo miró con insistencia y le preguntó: "Abuelo, ¿qué puedo hacer para conservar un amigo que he tenido mucha suerte de encontrar?". El hombre reflexionó unos instantes, se inclinó hacia el suelo y recogió arena con sus dos manos. Con las dos palmas hacia arriba, apretó una de ellas con fuerza, haciendo que la arena se colara entre sus dedos. Y cuanto más apretaba, más arena se escapaba. En cambio, la otra mano permanecía bien abierta: allí se había quedado intacta la arena que había recogido. El chico observó maravillado el ejemplo que le acababa de mostrar su sabio abuelo. Así fue como comprendió que cuando intentamos retener y encerrar una amistad estamos en el camino de perderla, mientras que cuando la tratamos con respeto, confianza y libertad podemos llegar a mantenerla para siempre.
Imprescindibles
1. LIBRO. 'El libro de la amistad', de Ramiro A. Calle (editorial Jaguar). Un libro repleto de cuentos filosóficos que, por un lado, cuestionan la amistad interesada y, por el otro, inspiran la verdadera amistad. A través de estos relatos cortos, el autor también aporta reflexiones muy prácticas sobre cómo cultivar vínculos afectivos honestos y auténticos, aportando no solo la perspectiva occidental, sino también la oriental.
2. PELÍCULA. 'E. T., el extraterrestre', de Steven Spielberg. Esta película narra la relación de amistad que mantiene un niño pequeño con un tierno y cabezón alienígena que se encuentra en nuestro planeta tras haber sido dejado atrás por su nave espacial. Superado el miedo inicial, los dos construyen una amistad basada en el afecto incondicional. Y esta llevará al niño a arriesgar su vida para salvar la de su poco convencional amigo de los experimentos científicos a los que las autoridades le quieren someter.
Formamos parte de una gigantesca red de relaciones. Pero más allá de los vínculos que creamos por obligación, interés y necesidad, ¿con cuántas personas mantenemos una verdadera amistad? Es decir, una relación escogida y cultivada de forma voluntaria, basada en el respeto, la confianza y la libertad. .
María Vilalta: "Más allá de las diferencias superficiales, los amigos te apoyan cuando más los necesitas"
42 años. Separada y con dos hijas. Coordina proyectos de comunicación. Tras su separación matrimonial encontró la fortaleza para seguir adelante gracias al apoyo de sus amigos y familia.
"Hace seis años me separé de mi marido. Superé aquella adversidad gracias al cariño y la compañía de mis dos hijas -que son mi motor, mi ilusión y mi legado- y de mi familia y mis amistades. A su lado me sentí arropada, lo que me dio fuerzas para levantarme y seguir mi camino. Fue un regalo poder compartir mi estado de ánimo con personas de confianza, que estaban ahí para escucharme y animarme. Gracias a mis amigos me fue mucho más fácil comprender y aceptar el cambio que aquella ruptura suponía en mi manera de vivir la vida. No me cabe la menor duda de que todo habría sido mucho más difícil y doloroso si hubiera tenido que afrontar aquellas circunstancias en soledad. A raíz de aquella experiencia he aprendido que un verdadero amigo es el que sabe comprenderte, siendo capaz de ponerse en tu lugar, sin juzgarte. Nuestra forma de ser y de comportarnos en el presente es el resultado de las experiencias y el aprendizaje interior que realizamos frente a las adversidades. Aunque todos somos únicos y diferentes, siempre podemos compartir(nos) y disfrutar de nuestra mutua compañía. El reto es gozar de la amistad con flexibilidad. Hay amigos con los que puedes mantener una conversación profunda y sin embargo no compartes gustos ni opiniones en otras áreas de la vida. Unos son madrugadores y otros trasnochadores. Unos son deportistas y otros más apalancados. Más allá de estas diferencias superficiales, los amigos son los que te ofrecen su apoyo, su sonrisa, su silencio, su conversación y, en definitiva, su tiempo y su presencia cuando más lo necesitas. De hecho, para mí los verdaderos amigos son aquellos que te hacen crecer, mejorar y madurar en este camino de aprendizaje que es la vida. Así, la amistad es el arte de saber cuidar al otro, que es el querer más puro, pues los verdaderos amigos solo se desean lo mejor el uno al otro".
El pájaro tiene su nido. La araña tiene su tela. Y el ser humano tiene la amistad". Son palabras del poeta inglés William Blake (1757-1827), que, como tantos otros escritores, filósofos y sabios, reflexionó sobre el lugar sagrado que pueden ocupar los amigos en nuestra existencia. Todo depende de los pilares (nuestras creencias y valores) sobre los que construimos este vínculo, que inevitablemente va cambiando en la medida en que cambiamos la relación que mantenemos con nosotros mismos.
Aunque se le parezca, no es lo mismo la amistad que mantienen los niños que la que comparten los adolescentes. Ni tampoco la que desarrollan muchos adultos, que dista bastante de la que cultivan las personas maduras e independientes emocionalmente. En todos estos casos, las motivaciones que nos llevan a relacionarnos con nuestros amigos son muy diferentes, así como las formas de practicar la amistad y los resultados de satisfacción que finalmente cosechamos.
De hecho, hay tantas maneras de entender y de vivir la amistad como seres humanos habitan en este mundo. En general, la palabra "amigo" no es más una etiqueta que le ponemos a una persona con la que compartimos de manera especial un momento dado de nuestra vida. Y, como señala María Vilalta, esta flexibilidad también está presente en la cantidad (duración) de tiempo que compartimos y en la calidad (profundidad) que le damos a este vínculo afectivo. Tanto es así, que hay personas que consideran a sus amistades como parte de su familia, e incluso otros que afirman abiertamente no tener amigos.
Rafael Manzanera: "Soy un hombre afortunado: mi mujer es mi mejor amiga"
57 años. Casado y con tres hijos. Médico. Los amigos han sido una parte fundamental de su vida, pues le han ayudado a convertirse en la persona que es hoy.
"Al pensar en la amistad me vienen a la cabeza, espontáneamente, veinte personas con las que a lo largo de mi vida he construido un profundo vínculo afectivo. Sin duda alguna, se trata de uno de los tesoros más preciados de mi vida. Recuerdo cómo siendo todavía un niño, algunos amigos y amigas me ayudaron a compensar mis carencias y a llenar mi soledad. A veces eran personas muy parecidas a mí, y otras, muy distintas, tanto en origen como en condiciones sociales. A su lado me sentía muy querido. Tanto, que me llenaban el corazón de esperanza, permitiéndome soñar y vislumbrar el futuro con alegría y optimismo. Algo después, en la juventud, nuevos amigos me enseñaron a gozar de la vida cotidiana, del deporte, la música, el cine y el teatro. Juntos aprendimos a valernos por nosotros mismos, implicándonos en la sociedad en la que vivíamos. Ya en la universidad y en el ámbito laboral, pude compartir con ellos mis problemas y afrontar situaciones difíciles. Entonces descubrí que los verdaderos amigos están presentes en el goce y en el dolor. Para mí, la amistad es una de las cimas más elevadas que podemos alcanzar como seres humanos: implica honrar y encarnar valores como la lealtad, la confianza y el amor. He descubierto que los amigos con los que en algún momento de tu existencia conectaste emocionalmente, incluso una vez se han ido para siempre, permanecen en tu corazón. Y qué decir de mi mejor amiga y compañera del alma: mi mujer, lo mejor que me ha pasado nunca. Soy muy afortunado, pues conectamos a todos los niveles: mental, emocional, físico y espiritual. Además, a estas alturas de la vida estoy aprendiendo a reinventarme, reinventando así mi manera de relacionarme con ella y con el resto de mis amigos. Para todos ellos solo tengo palabras de agradecimiento. Conocerlos ha hecho que mi existencia haya sido más plena y llena de sentido".
Los primeros amigos que hacemos en nuestra vida los conocemos en la guardería, todavía en pañales. Juntos aprendemos a hablar, a leer, a escribir, a dibujar y a compartir. En ese estado de inocencia disfrutamos los unos de los otros casi sin darnos cuenta. En este contexto de "amistad infantil" apenas tenemos la oportunidad de elegir con quién nos relacionamos. Y no solo eso. Al carecer de la capacidad de complicarnos emocionalmente la existencia, el juego y el cariño son el motor de todas nuestras relaciones. Y, al igual que le sucede a Rafael Manzanera, muchos de nosotros seguimos llevando en nuestro corazón a estos amigos de la infancia.
Con los años, algunos de estos compañeros nos acompañan también en las aulas del colegio y del instituto. Ya no compartimos lápices de colores, sino tabaco y bromas afiladas. A su lado nos sorprende ver cómo a los chicos nos crece el mostacho, y a las chicas, los pechos. Y de cómo nos salen granos en la cara, al tiempo que empezamos a entrar en conflicto con nuestros padres, que, resignados, nos repiten una y otra vez que estamos en "la edad del pavo".
Inseguros y desorientados, nos adentramos en la denominada "amistad adolescente", que suele caracterizarse por formar parte de un grupo de amigos con quienes nos sentimos plenamente identificados. De hecho, en muchas ocasiones, "al estar tan faltos de confianza y autoestima, entre todos los miembros se crea una personalidad colectiva, que no solo promueve un pensamiento único, sino que también limita la esencia individual de cada persona", explica el reconocido sociólogo italiano Francesco Alberoni, autor de La amistad.
La "amistad adolescente" también se caracteriza por tener un mejor amigo, con quien desarrollamos un vínculo basado en una dependencia excesiva. En algunos casos "podemos llegar a volvernos adictos a la compañía de esa persona, al igual que sucede con los miembros del grupo", sostiene Alberoni. En su opinión, "la mayor motivación de este tipo de amistad suele ser la búsqueda de placer y diversión".
Amparados por el cálido refugio que representa nuestro grupo de amigos, "cuando somos adolescentes tratamos desesperadamente de posponer enfrentarnos a nuestra sombra". Es decir, "a nuestro miedo a la soledad (por no ser nuestro mejor amigo), al vacío (por no saber disfrutar sin estímulos externos) y a la libertad, lo que pone de manifiesto que tememos tomar las riendas de nuestra vida", afirma este experto.
Nuria González Novoa: "La amistad es el mayor acto de generosidad desinteresada hacia otra persona"
30 años. Soltera. Trabaja en 'marketing'. Tras quedarse sin trabajo, pudo comprobar quiénes eran sus verdaderos amigos.
"A veces es necesario que nos pase algo malo para que nos demos cuenta de quiénes son realmente nuestros amigos. Ahora está muy de moda tener 500 'amigos' en Facebook, creyéndonos afortunados porque cuando montamos una fiesta no nos faltan invitados, ni tampoco invitaciones a todo tipo de eventos. Pero ¿cuántos de esos 'amigos' nos dejarían dinero si lo necesitáramos? ¿Cuántos de esos 'amigos' tirarían de sus contactos para ayudarnos a encontrar trabajo? ¿Cuántos de esos 'amigos' estarían a nuestro lado si perdemos a un ser querido? Seguramente la lista se reduciría considerablemente. Lo digo por experiencia. Hace unos meses me quedé sin trabajo. Fue un palo terrible, teniendo en cuenta la situación de incertidumbre en la que nos encontramos. Mi autoestima acabó por los suelos. Durante este tiempo me he llevado algunas sorpresas -buenas y malas- sobre quiénes creía que iban a estar a mi lado, dada la estrecha relación que teníamos, y quiénes finalmente lo han estado. Las mejores sorpresas han venido de las personas con las que tal vez había compartido menos tiempo y más gratamente han respondido. Hay pequeños detalles que dicen mucho más que cualquier palabra grandilocuente sobre la amistad. Me refiero a ese amigo que te ofrece su ayuda para encontrar trabajo sin pedírselo; a ese otro que te saca de casa cuando no quieres salir, pero sabe que lo necesitas, e incluso a un tercero que te invita cuando en realidad está peor que tú económicamente, pero tiene trabajo y tú no... Todos estos actos se hacen de manera desinteresada. Para mí, el desinterés es la raíz de la verdadera amistad. Y esta es como una semilla que se planta y se cultiva, pero para que crezca y dé sus frutos hay que observarla, mimarla, escucharla y hablarle al oído. Solo así podemos saber lo que el otro necesita y poder dárselo, logrando que la amistad dure muchos años".
Lo curioso de la "amistad adolescente" es que se sabe cuándo empieza, pero no cuándo termina. En algunos casos, "la presión ejercida por el grupo es tan alta y la autoestima de sus miembros tan baja, que estos se siguen reuniendo con la misma frecuencia, incluso cuando la media de edad ha superado la treintena", apunta el sociólogo Francesco Alberoni. Como en cualquier otra relación afectiva construida sobre el apego emocional, tomar la decisión de romper con el grupo es un asunto difícil y, en ocasiones, doloroso.
De hecho, "se sabe de personas que siguen fichando por no soportar el sentimiento de culpa que implica sentir que se está abandonando a los amigos", subraya Alberoni. En otros casos, "este vínculo se mantiene por una cuestión de comodidad e inercia, en la que la persona carece de una alternativa social más acorde con sus nuevas necesidades". Es entonces cuando, tal y como explica Nuria González Novoa, confundimos la relación que mantenemos con nuestros compañeros de fiestas y aventuras adolescentes con la verdadera amistad.
Eso sí, dado el carácter insostenible de este tipo de vínculo, con los años estos grupos cerrados de amigos suelen irse desmembrando. Y lo hacen poco a poco, "en la medida que cada uno de los miembros va conectando de forma individual con otras motivaciones, como pueden ser el compromiso sentimental y familiar, la carrera profesional o, simplemente, el sentir que han quemado una etapa y que es hora de pasar página", sostiene Alberoni. Y concluye: "Así es como finalmente la dinámica establecida por el grupo deja de tener sentido para sus miembros, provocando que en muchos casos se pierda el interés y la necesidad de seguir en contacto con estos amigos".
Mario Mata: "Basar tu autoestima en un grupo de amigos es una cárcel para la verdadera amistad"
Madrid. 28 años. Soltero. Comercial publicitario. A raíz de un intenso sufrimiento se dio cuenta de que basaba sus relaciones de amistad en la dependencia. Ahora ha aprendido a relacionarse desde la libertad.
"Mi relación con la amistad ha pasado por dos etapas muy diferentes: la primera comenzó siendo ya adolescente y concluyó a los 25 años. Entonces formaba parte de un grupo cerrado de amigos, con los que creía que iba a compartir el resto de mi vida. Sin darme cuenta, mantenía una relación basada en la dependencia excesiva, el control y el afán de posesión. Cuando alguno de mis amigos se enamoraba, me sentía amenazado. Temía que saliera del grupo, poniendo fin a nuestra amistad. Con el paso del tiempo, mis amigos fueron encontrando pareja, relacionándose con otras personas de su entorno y, en ocasiones, yéndose a vivir fuera de nuestra ciudad. Todos estos cambios me afectaban muchísimo. Los vivía como desengaños amistosos. En mi mente solo parecía haber espacio para un pensamiento de lo más limitador: 'mis amigos me estaban traicionado'. Solo ahora me doy cuenta de que estaba apegado a mi grupo de amigos. Por eso sufría tanto cada vez que no actuaban como yo esperaba o necesitaba que lo hicieran. Sin ellos me sentía muy poca cosa. Mi falta de autoestima me llevaba a necesitar el reconocimiento y el apoyo del grupo para sentirme valorado y seguro. Finalmente, el sufrimiento me llevó a conocerme más a fondo, pudiendo así replantear mi definición acerca de la amistad. Ahora ya no me relaciono con mis amigos desde la dependencia, sino desde la libertad y el respeto mutuo por la propia individualidad. He superado la necesidad de formar parte de un grupo cerrado. Ya no pido ni exijo ni espero nada. Sé que cada uno de nosotros somos un ser completo que necesita llevar su propio rumbo. Lo mejor de todo es que ahora disfruto más plenamente de mis amigos. Ese es sin duda el signo más evidente de que compartimos un vínculo de verdadera amistad".
Una vez superada la "amistad adolescente", muchos de nosotros empezamos a cultivar la denominada "amistad adulta". Y esta tiene mucho que ver con la manera en la que hemos sido condicionados por la sociedad. Es decir, con las creencias, los valores y las aspiraciones que promueve el sistema monetario sobre el que se edifican el resto de organizaciones, instituciones y estructuras socioeconómicas que tanta influencia tienen sobre nuestro estilo de vida.
En este contexto, el filósofo Stephen R. Covey explica que la "amistad adulta" está limitada por tres motivaciones que suelen condicionarnos de forma inconsciente. La primera es el interés personal, que se refleja sobre todo en las relaciones que mantenemos en nuestro ámbito profesional. No en vano, "nuestra existencia se asienta sobre un sistema que nos incentiva a competir entre nosotros para ganar un salario que nos permita pagar nuestros costes de vida", sostiene Covey, autor de Los siete hábitos de la gente altamente efectiva.
Esta es la razón por la que "normalmente tomamos decisiones guiados por nuestro instinto de supervivencia, marginando por completo nuestros valores y nuestra conciencia ética". Así, "muchas personas etiquetan como 'amigo' a aquellas personas que les aportan, directa o indirectamente, algún tipo de beneficio profesional o económico", añade este experto. Por eso, "en cuanto se termina el interés, suele desaparecer la relación de amistad".
La segunda motivación que más condiciona nuestros vínculos afectivos en la edad adulta es la obligación. Y esta se da, en general, en nuestro ámbito social y familiar. "Muchas personas se relacionan entre sí no porque quieran o les apetezca, sino porque sienten que tienen que hacerlo y deben hacerlo. En cada núcleo familiar se han establecido una serie de ritos y tradiciones, muchos impuestos por la propia sociedad". Cenas navideñas, bodas, bautizos, cumpleaños, aniversarios, fiestas mayores y un largo etcétera componen esta lista de compromisos sociales que aunque nunca hemos asumido, se da por hecho que hemos de cumplir. Si bien a muchos acudimos con alegría, a otros vamos con cierta pereza y resignación.
Por último, Covey reflexiona sobre los vínculos que creamos por necesidad. "Esta motivación inconsciente está basada en la falsa creencia de que nuestra autoestima y nuestra felicidad dependen de la relación que mantenemos con los demás, especialmente con nuestra pareja y amigos". Tal y como ha descubierto Mario, esta necesidad pone de manifiesto que "todavía no hemos aprendido a ser felices por nosotros mismos y que seguimos sin haber resuelto nuestras carencias y conflictos internos", apunta Covey. De ahí que sin darnos cuenta solamos apegarnos emocionalmente a según qué personas. La paradoja es que "mientras necesitamos y dependemos de nuestros amigos, somos incapaces de amarlos". He ahí la cuestión. La "amistad adulta" basada en el interés, la obligación y la necesidad es utilitarista. Es decir, "utiliza a los amigos como un medio para conseguir nuestros fines egoístas y egocéntricos", afirma Covey.
María Asunción, 'Sussi', Rodríguez Vilert: "Los amigos te ayudan a convertirte en la mejor versión de ti mismo"
54 años. Viuda, con tres hijos. Técnico superior de la Universidad de Girona. La muerte de su marido la sumergió en una crisis existencial, de la cual se ha redescubierto a sí misma, así como a nuevos amigos.
"La vida tiene diferentes etapas. A mí me gusta imaginarla como un viaje en tren. En este trayecto he descubierto que la relación con los amigos puede cambiar a causa de una crisis existencial. Sobre todo porque esta suele dar como resultado una nueva forma de ver, comprender e interactuar con la vida. En este sentido, la muerte de mi esposo me hizo sentir, además de dolor, un vacío interior, algo desconocido para mí. Mis amigos podían comprender mi duelo, pero no mi búsqueda. A su lado empecé a sentirme "rara". Dicen que cuando el alumno está preparado aparece el profesor. Eso fue precisamente lo que me sucedió. Al adentrarme en el desarrollo personal, también apareció una compañera con la que hablo el mismo 'idioma'. A día de hoy es una querida e íntima amiga mía. Si bello es poder compartir, en mi caso fue, además, profundamente liberador. Para mí, la amistad surge de forma espontánea. Es una relación especial entre dos o más personas que se sienten unidas por una vivencia en un momento particular, por medio del que establecen un clima de confianza, de comprensión y de respeto. Esta relación puede, o no, permanecer durante nuestro viaje. En mi tren imaginario suben y bajan amigos constantemente. Y en cada etapa de la vida están justo los que necesito. Ahora tengo dos tipos de amigos: 'los del corazón', aquellos con los que he compartido la mayor parte del viaje, que han sido, son y serán mis amigos para siempre. Y mis nuevos amigos, 'los del alma', aquellos que la vida ha ido obsequiándome, con los que estoy despertando en esta búsqueda para vivir de forma consciente y amorosa desde mi verdadera esencia. No es que unos sean mejores ni peores. Son diferentes. En mi corazón hay lugar y amor para todos. Cada uno de ellos, a su manera, me ha ayudado a aceptarme y quererme tal como soy. Y a mantener la ilusión por continuar con este apasionante viaje".
A pesar de ser diferentes, la "amistad adulta" y la "amistad adolescente" se construyen ambas sobre la necesidad y las expectativas. De ahí que "las personas que practican este tipo de amistad cosechen conflictos, frustraciones y decepciones, pues de forma inconsciente esperan que sus amigos se relacionen con ellas de una determinada manera", sostiene el filósofo Stephen R. Covey. Y añade: "El sentir que un amigo nos está fallando es un signo inequívoco de que nuestra relación esconde una sutil forma de control y esclavitud".
Y entonces, ¿qué es la amistad? Etimológicamente, su origen procede del vocablo latino amicus (amigo), que viene del verbo amare, que significa amar. En paralelo, también se dice que se trata de un vocablo griego compuesto por a y ego, cuyo significado es sin mi yo. Es decir, que la amistad implica amar a nuestros amigos, más allá de nuestros deseos, necesidades y expectativas, tal y como explica María Asunción, Sussi, Rodríguez Vilert. Así, para "poder construir este tipo de relaciones hemos de resolver primero nuestros miedos, carencias y conflictos internos, superando así nuestras creencias y limitaciones egocéntricas", señala Covey.
De hecho, esta transformación personal es la base sobre la que se asienta la "amistad madura". La paradoja es que solo podemos disfrutar plenamente de nuestros amigos cuando no los necesitamos ni dependemos emocionalmente de su compañía. "Al forjar nuestros vínculos afectivos desde la libertad, gozamos de nuestras amistades sin movernos por el interés, la obligación ni la necesidad", apunta Covey. Y concluye: "La ausencia de deseos y expectativas nos permite respetar y aceptar a nuestros amigos tal y como son, animándoles y apoyándoles incondicionalmente para que sigan su camino".
Gregory Norris-Cervetto: "Es imposible tener amigos de verdad cuando sigues enemistado contigo mismo"
27 años. Casado y sin hijos. Profesor, escritor y traductor. El afán de encontrar la soledad le llevó a viajar solo al extranjero, trabajando durante cuatro años en países como Kazajistán, Vietnam y Etiopía.
"A los 19 años me sentía tan vacío que solía juntarme con un grupo de amigos que no me satisfacía para tratar de evadirme de mi malestar. Al cumplir los 22 años me di cuenta de que acumulaba mucho dolor en mi corazón por todas las amistades que había perdido a causa de mis conflictos internos no resueltos. Tenía miedo de no estar a la altura de lo que los demás pudieran esperar de mí. Y por más que lo intentara, era incapaz de dar y recibir amor. Me había convertido en un trozo de hielo. Movido por una obsesiva necesidad de soledad, decidí dejarlo todo: mis estudios universitarios, mi familia y mi red social. Es increíble cómo el afán de soledad puede llevarte a sitios tan oscuros. En Almaty (Kazajistán), cada mañana me cruzaba con personas demacradas por la droga en la escalera de mi hostal. Enseguida capté la advertencia: también aquella gente se sentía sola, muy sola. Comprendí que la soledad como huida era tan enfermiza como la amistad por necesidad. Más tarde encontré trabajo en Hanoi (Vietnam), donde logré asentarme durante un año. Me había embriagado tanto de soledad que en aquella ciudad encontré una amistad profunda, como nunca antes la había buscado. Se trataba de una chica vietnamita. Allí descubrí que dos personas de contextos culturales diferentes pueden ser amigos si son conscientes de sus condicionamientos. Aquella amistad era pura: no esperaba nada más de lo que sucedía. Más tarde me fui a trabajar dos años y medio a Addis Abeba (Etiopía), donde sentí que emocionalmente empezaba de cero. Fue en este país donde consolidé grandes amistades, logrando en el proceso encontrar al amigo que más necesitaba: yo mismo. Así fue como aprendí a comprometerme desde el corazón, pudiendo conectar con lo más esencial del otro. Poco después, la vida me brindó un regalo tan maravilloso como inesperado: mi esposa, con quien estoy aprendiendo a amar auténticamente. Desde hace unos meses he vuelto a Barcelona. Para mí, la amistad es un intercambio transparente y honesto de amor y apreciación en el cual no hay lugar para las obligaciones ni las expectativas. Paradójicamente, la verdadera amistad se construye cuando no existe la necesidad, tan solo el goce de compartir del otro desde la libertad".
Tal y como ha constatado Gregory Norris-Cervetto, la "amistad madura" trasciende el tiempo y el espacio. Así, "cuando nos encontramos con un verdadero amigo, incluso después de meses o años sin verlo, nuestro corazón se llena de alegría e ilusión", afirma Mitch Albom, autor de Martes con mi viejo profesor. "La confianza cosechada nos permite retomar el vínculo y la conversación de una forma sorprendentemente fácil y fluida". Es entonces cuando "nuestra mutua compañía se convierte en un goce en sí mismo, donde no caben la hipocresía ni los silencios incómodos".
Con el tiempo y la experiencia, la "amistad madura" nos permite cultivar la cualidad de la "amigabilidad". Es decir, ser amigable con las personas que se cruzan en nuestro camino. "Si bien solo podemos estar unidos en amistad a unas cuantas personas, podemos desarrollar la amigabilidad hacia todo el mundo", señala Albom. Y concluye: "La práctica diaria de esta actitud amable y amorosa es la llave que abre las puertas de la abundancia, la plenitud y la prosperidad dentro de nuestra gigantesca red de relaciones".
En esta misma línea apunta uno de los cuentos más bellos que se han escrito sobre la amistad. Había una vez un chico de 13 años que paseaba por la playa con su abuelo. Hubo un momento en que el chaval lo miró con insistencia y le preguntó: "Abuelo, ¿qué puedo hacer para conservar un amigo que he tenido mucha suerte de encontrar?". El hombre reflexionó unos instantes, se inclinó hacia el suelo y recogió arena con sus dos manos. Con las dos palmas hacia arriba, apretó una de ellas con fuerza, haciendo que la arena se colara entre sus dedos. Y cuanto más apretaba, más arena se escapaba. En cambio, la otra mano permanecía bien abierta: allí se había quedado intacta la arena que había recogido. El chico observó maravillado el ejemplo que le acababa de mostrar su sabio abuelo. Así fue como comprendió que cuando intentamos retener y encerrar una amistad estamos en el camino de perderla, mientras que cuando la tratamos con respeto, confianza y libertad podemos llegar a mantenerla para siempre.
Imprescindibles
1. LIBRO. 'El libro de la amistad', de Ramiro A. Calle (editorial Jaguar). Un libro repleto de cuentos filosóficos que, por un lado, cuestionan la amistad interesada y, por el otro, inspiran la verdadera amistad. A través de estos relatos cortos, el autor también aporta reflexiones muy prácticas sobre cómo cultivar vínculos afectivos honestos y auténticos, aportando no solo la perspectiva occidental, sino también la oriental.
2. PELÍCULA. 'E. T., el extraterrestre', de Steven Spielberg. Esta película narra la relación de amistad que mantiene un niño pequeño con un tierno y cabezón alienígena que se encuentra en nuestro planeta tras haber sido dejado atrás por su nave espacial. Superado el miedo inicial, los dos construyen una amistad basada en el afecto incondicional. Y esta llevará al niño a arriesgar su vida para salvar la de su poco convencional amigo de los experimentos científicos a los que las autoridades le quieren someter.
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