lunes, 23 de junio de 2008

Rick Astley resucita...


Rick Astley resucita...

Con una particularidad: el tupé pelirrojo de Astley, uno de esos adorables horteras ochentistas, regresa ahora como tótem de la... canción protesta. Has leído bien.

Lo que empezó como una broma internáutica va camino de convertir 'Never gonna give you up', uno de aquellos inefables hits de plástico y chicle, en el 'Blowing in the wind' patafísico de la generación 2000.

El fenómeno se llama 'rickrolling' y, para hacernos una idea, ser 'rickroleado' -o sea, que le asesten a uno el nihilista 'hit' de Astley sin venir a cuento- es algo así como ser cariñosamente porculizado. A la Iglesia de la Cienciología, por ejemplo, ya se lo han calzado. Se calcula que a seis millones de yanquis también.

'Rickrolling' masivo a una Iglesia de la Cienciología.

Veamos cómo y por qué. Que venga la posmodernidad y lo vea.

Todo empieza el pasado 1 de abril, el día de los inocentes en EEUU. Youtube les gasta a varios miles de usuarios una bromita que ya corría por la Red desde meses atrás.

Digámoslo claro: Youtube 'rickroleó' ese día a varios miles de tíos obligándoles a ver el demoledor vídeo de 'Never gonna give you up' en esta página. Daba igual lo que quisieran ver: pinchaban y, de repente, salía Rick moviéndose un poco como Leonardo Dantés, bajo un mensaje de 'Feliz día de los inocentes'. Nada volvió a ser igual. Ya estaba armada.

El 'rickroleo' comenzó a correr por Internet e incluso el sacrosanto 'New York Times' fue 'rickroleado' al incluir en un reportaje, dándolo por auténtico, un montaje de vídeo en que un tío supuestamente interrumpe un partido de 'basket' bailando la dichosa copla ataviado con esa gabardina de violador de niñas.

La coña iba en aumento. En EEUU, la muchachada comienza a 'rickrolear' a sus profesores en plena clase, Astley empieza a ser administrado como calmante a niños en edad lactante (ojo con el pequeñín de al lado), y 'Never gonna give you up' es utilizada en tácticas de guerrilla urbana contra grandes almacenes, por ejemplo.

De ahí, al estrellato de la canción protesta virtual (y absurda). El tema de marras es usado en varias concentraciones contra la Cienciología de Tom Cruise, 'rickrollings' espontáneos son registrados en muy diversos foros sin que las autoridades puedan hacer nada y la bromita está ya fuera de control.

¿Qué se podría 'rickrolear' en España? ¿El Congreso de los Diputados? ¿El Bernabéu? ¿Eurovisión?

¿Y qué piensa el propio Rick de todo esto? ¿Ha sido 'rickroleado' también él? ¿ES ESO POSIBLE?

"Pues me he enterado porque muchos amigos me han mandado links estos últimos seis meses", le ha comentado a 'LA Times' el mismísimo factótum del himno, que ahora tiene 42 tacos aunque todavía cara de crío. "Es raro porque ya no actúo demasiado, sólo hago cosas ocasionales. Es raro, pero divertido. Imagino que cabrea a mucha gente, pero me hace gracia". Qué genial modestia la del demiurgo.

Lo que no dijo Rick a 'LA Times' es que, efectivamente, como proclamaba en la canción, no nos iba a abandonar nunca.

Desde luego, el absurdo es un arma cargada de futuro. Y de pasado.


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