sábado, 11 de octubre de 2008

Ha muerto...



Jörg Haider, entre la egolatría y la xenofobia

Ningún otro político austriaco de la posguerra desató tantas pasiones y tantos odios. Para sus simpatizantes, el líder ultraderechista Jörg Haider, fallecido este sábado a los 58 años, fue un reformista que puso en su lugar a las acartonadas élites políticas como el "defensor de los pequeños y honestos".

Sus detractores lo consideraban un ególatra enamorado de sí mismo, dispuesto a cualquier cosa con tal de alcanzar el poder e incapaz de tolerar una figura que lo opacara.

Sus espectaculares jugadas en la arena política austriaca le aseguraron un lugar en los titulares durante quince años. "Jörg se atreve a cualquier cosa", coincidían aliados y adversarios con admiración o, al menos, respeto.

Este abogado dedicado plenamente a la política gracias a una herencia millonaria, transformó temporalmente a su Partido Liberal (FPO), que no solía recibir más del 5% de los votos, en la segunda agrupación política del país.

Con la entrada de su partido en el gobierno federal en 2000, en coalición con los conservadores del OVP, Haider logró su éxito más resonante. Con el evidente objetivo de desactivar las críticas internacionales contra su persona, declinó entonces ocupar el cargo de vicecanciller para permanecer al frente de la gobernación de Carintia. En esta provincia austriaca, Haider ya había convertido al FPO, por primera vez en la historia, en la principal fuerza política.

Cómodo en la esfera pública

Finalmente, Haider cedió la vicecancillería y la presidencia del FPO a su más fiel colaboradora, Susanne Riess-Passer. De cualquier manera, el siempre bronceado conductor de automóviles Porsche y amante de la moda se sentía cómodo entre bambalinas, manejando los hilos de su partido y la coalición federal.

También rechazó con cinismo las críticas que recibió por sus declaradas simpatías nazis. Llamó 'Napoleón de bolsillo' al entonces presidente francés, Jacques Chirac, 'maleta' al ex canciller alemán Gerhard Schroeder y 'terrorista' de izquierda a su ministro de Exteriores Joschka Fischer.

La siguiente jugada del ultraderechista europeo más exitoso de la posguerra consistió en la colecta de firmas para reclamar un plebiscito contra la central atómica checa de Temelin, ubicada a pocos kilómetros de la frontera con Austria. Su intención fue vetar el ingreso de la República Checa en la Unión Europea a menos que la central fuera desmantelada, lo que provocó un fuerte cortocircuito que casi hizo caer al gobierno austriaco.

Tildado de 'populista nazi'

Para concluir, mostró su descontento con una resolución del Tribunal Constitucional de Austria atacando a su presidente, Ludwig Adamovich, con comentarios xenófobos. El entonces primer ministro checo Milos Zeman, caracterizó por su parte a Haider como un "populista nazi".

Pero Haider no se amedrentó, y mientras Riess-Passer se esforzaba en Washington por conseguir un lugar en la agenda de los principales funcionarios estadounidenses, emprendió viaje a Irak para reunirse con Saddam Hussein.

Esta gota colmó el vaso y Haider pronto anunció su retiro de la política. En 2005 abandonó a los liberales y creó su propio partido, la Alianza para el Futuro de Austria (BZO), que ingresó al Parlamento el año siguiente. Tras las recientes elecciones legislativas de septiembre, donde obtuvo un 12%, rechazó una alianza con los liberales, liderados por su hijo político, Heinz-Christian Strache.
- El Mundo -

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