viernes, 4 de junio de 2010

La última leyenda del rock...


La última leyenda del rock

1989. Una banda ignota de Aberdeen graba con 600 dólares un álbum de debut, Bleach, que cambiará la historia de la música. 20 años después, los protagonistas revelan su génesis.

La pequeña casa de madera del 4.230 de Leary Way NW, en un barrio residencial de Seattle, no parecía el centro de una revolución. Pero un letrero confirmó a un veinteañero Kurt Cobain que era Reciprocal Recording. Aquí los grupos locales Green River y Soundgarden grabaron, para el sello indie Sub Pop, sus primeros discos, piedras angulares del estilo que cambió la música del final del siglo XX. El 23 de enero de 1988, Jack Endino, productor de esos discos, tenía un compromiso: grabar una maqueta para unos chicos de Aberdeen, un sombrío y aislado puerto maderero de 16.000 habitantes a 133 kilómetros de Seattle, en la costa del Pacífico. Uno de ellos, Cobain, había llamado para reservar diciendo que era amigo de Dale Crover, de The Melvins, quien tocaría la batería. The Melvins era el único grupo de renombre que había salido de Aberdeen, y a Crover se le reverenciaba. Por él, Endino aceptó la reserva, por lo demás poco prometedora. La banda ni tenía nombre.

En cuanto empezaron a trabajar, Endino se dio cuenta de tres cosas. La primera, lo alto que era el bajista Chris Novoselic (no empezó a llamarse a sí mismo Krist hasta 1993). La segunda, lo serio que era el cantante y guitarrista Cobain. Parecía muy joven, era muy tímido, y no daba muestras del típico ardor de las estrellas de rock. Pero claro, Nirvana venía del quinto pino. Si Seattle estaba aislada, Aberdeen estaba fuera del mapa. “Eran ingenuos y no se lo tenían muy creído”, dice Endino. “Un grupo que crece en una zona rural, no recibe ningún refuerzo positivo por lo que hace. No hay bares donde tocar, ni conciertos, ni público; tienen que disfrutar de verdad y ser muy decididos”. La tercera observación de Endino se produjo más o menos a los 71 segundos de empezar a grabar la voz de Cobain en una canción llamada If you must. “¡Vaya!, pensé. Este tipo tiene un grito genial, algo muy valioso en el rock and roll”. En ese momento, nadie imaginaba hasta qué punto.

No había muchos artistas locales de los que Jonathan Poneman, socio de Bruce Pavitt en el sello en ciernes Sub Pop, no hubiese oído hablar. Así que cuando Endino mencionó al tranquilo con una voz increíble, Poneman se sintió lo bastante intrigado como para conducir hasta Reciprocal y hacerse con una cinta. En la etiqueta ponía “Chris, Dale y yo”, aunque el grupo ya se llamaba Nirvana. Poneman empezó a escuchar la casete en el viaje de vuelta. Al cabo de unos 71 segundos oyendo If you must, su mandíbula casi golpea el volante. Entonces empieza este gran grito catártico y luego el estribillo, que no tiene mucho de estribillo. Me quedé pensando: “Oh... Dios mío”.

Poneman organizó una reunión con Cobain y Novoselic para proponerles que Nirvana grabase un sencillo para Sub Pop. Planeó su primer concierto para el 24 de abril de 1988, como parte del espectáculo Sub Pop Sunday en la discoteca Vogue. El público estaba compuesto en su mayoría por músicos de Seattle que tenían curiosidad por comprobar cómo eran.

Lo que vieron fue a tres jóvenes nerviosos y de aspecto dispar. Novoselic, Cobain, de expresión lúgubre, un zurdo que tocaba una guitarra para diestros cogida al revés. Lo peor, el batería Dave Foster (otro oriundo de Aberdeen) llevaba bigote. La movida punk rock de Seattle era tolerante, pero los bigotes poseían unas inaceptables connotaciones de macho. “Nirvana se pone a tocar”, recuerda el batería de Mudhoney, Dan Peters. “¡Menudo sonido de mierda! Acto seguido, llega el tipo del sonido presa del pánico, enciende la mesa de mezclas y los altavoces y, de repente, es como una explosión. Y ellos no tienen ni idea de lo que está pasando”. Nirvana había subido al escenario a la hora prevista, sin tener en cuenta que la sala no estaba preparada. “Cualquiera que diga que vio ese espectáculo y supo que iban a ser grandes, miente”, afirma Mark Arm. Poco después, Cobain hablaba de la actuación en una carta nunca enviada a Dale Crover. “Había un representante de cada grupo de Seattle observándonos. Nos sentíamos como si sólo les faltase ponernos nota”.

La siguiente vez que Endino vio a Nirvana fue el 11 de junio de 1988, cuando el grupo llegó a Reciprocal para grabar su sencillo de debut para Sub Pop: una versión de Love buzz, del grupo holandés de los años sesenta Shocking Blue. Les acompañaba un nuevo batería, Chad Channing, de Bainbridge Island, un barrio residencial de Seattle separado del centro por un viaje en ferry, Channing encajaba en el perfil del grupo tanto por su alejamiento geográfico como por su aire de pirado; Bainbridge Island tenía una pésima fama por sus profundas raíces hippies.



Novoselic había descubierto la canción en un disco en oferta y pronto se convirtió en éxito del directo. La idea de convertirla en la primera publicación del grupo fue de Sub Pop. “Al no tener otras ofertas, Nirvana se avino a ello”, dice Endino.

A Cobain lo que le cabreó fue el retraso en la publicación del disco. Sub Pop se había convertido en una empresa legal el 1 de abril. Para aumentar las ganancias, idearon el Sub Pop Singles Club, en el que los suscriptores pagaban por adelantado por una serie mensual de sencillos en edición limitada. El primero fue Love buzz/Big cheese, en noviembre de 1988, e inmediatamente se agotaron las 1.000 copias. Para entonces, los prescriptores como Mark Arm eran fans. “Lo primero que llama la atención es la voz de Kurt”, afirma Arm. “Tiene esa cualidad indefinible”.

Pero el ambicioso Cobain se sentía resentido. “Teníamos la impresión de que no conseguíamos nada tocando en clubes”, escribía Cobain en otra carta no enviada, esta vez a Mark Lanegan, de Screaming Trees. “Sub Pop está teniendo problemas económicos y la promesa de un epé y un elepé en el plazo de un año no es más que una excusa chorra de Jonathan para evitar que tanteemos a otros sellos. Ocho meses después, por fin hemos sacado un maldito sencillo. Hemos enviado la maqueta, pero nadie ha respondido”. Nirvana dudaba lo bastante del sello como para reservar tiempo en un estudio para grabar su debut con su dinero. Pero, conscientes de que ningún otro sello se había interesado en publicarles, también terminarían por abordar a Sub Pop y exigir un contrato.

Con un nuevo contrato, Nirvana decidió dedicarse a la música. Novoselic dejó su trabajo como pintor industrial y se había separado de su novia. Hacía maratonianos viajes de ida y vuelta en su furgoneta para recoger a Cobain en Olympia, luego a Channing, en Bainbridge Island, y volver a Aberdeen, donde ensayaban en una habitación que estaba encima de la peluquería de la madre de Chris.

Y así fue como el grupo se presentó en el estudio el 24 de diciembre de 1988. La grabación y la mezcla se realizaron en seis días y quedaron rematadas el 24 de enero de 1989. “Kurt escribía las letras en el último minuto”, cuenta Novoselic. “Yo iba a por cerveza; luego terminábamos los temas y las voces, y a mezclar”.

Endino les cobró 30 horas de trabajo, 606,17 dólares. Ser capaces de hacer un disco tan barato era motivo de orgullo. No tenían un céntimo, pero estaban decididos a pagarlo. Lo hicieron gracias a Jason Everman, un guitarrista antiguo compañero de colegio de Channing. Everman había ganado dinero como pescador en Alaska y se ofreció a cubrir los costes. Consideró que su jugada era, además de altruista, una inversión. Para agradecerle que les hubiese prestado el dinero, pusieron en la contraportada que había tocado la guitarra (no lo había hecho); hasta aparecía en la foto de la portada.

En el disco destacaba una canción, About a girl. Destacaba tanto que Cobain le pidió disculpas a Endino por ella. “Kurt decía cosas como: vale, para que todo el mundo lo sepa, es posible que también haga más cosas como ésta en el futuro. Era divertido el modo en que me la presentó: ahora voy a hacer una canción pop, ten paciencia conmigo… Y claro, yo sólo soy el tipo del estudio: ¡Vale, lo que sea, desde luego! ¡Genial! ¡Bonita canción!”, dice el productor. “Kurt se sentaba dentro de la bañera y escuchaba Meet The Beatles”, recuerda Novoselic. “Decía que había comprendido a The Beatles; lo que él pensaba que era esa fórmula”.

En febrero de 1989, el grupo emprendió una breve gira (su primer viaje por carretera más allá del Estado de Washington). Mientras conducían por San Francisco, Cobain y Bruce Pavitt se fijaron en el cartel de una campaña de prevención del sida que instaba a los consumidores de drogas a “Bleach your works“ (algo así como: “desinfectar las jeringas”). Serviría de inspiración para el título del disco: Bleach [lejía].



Bleach fue publicado el 15 de junio de 1989. Para entonces, Nirvana era un cuarteto: Jason Everman se había unido al grupo en febrero como segundo guitarrista. Pero sólo ocupó ese puesto cinco meses. Durante una agotadora gira por EE UU para promocionar Bleach, la relación se fue volviendo cada vez más tensa. En Nueva York, Cobain y Novoselic decidieron que Jason tenía que marcharse. Cancelaron la gira y emprendieron una vuelta de 50 horas por carretera. “La furgoneta seguía adelante. Y eso fue todo. Era como si se sobrentendiese que aquello ya no iba a repetirse. Nunca recuperó su dinero”, reflexiona Novoselic.

Bleach es el disco de más éxito publicado por Sub Pop: más de 1,7 millones de copias vendidas. Las modestas ventas iniciales se multiplicaron gracias al impacto de su sucesor, Nevermind. Endino calcula que los 330 discos que ha hecho desde Bleach juntos no han recibido tanta atención. “Estoy contento de que suene tan bien teniendo en cuenta que sólo gastamos 600 pavos. Si sonase fatal, estaría muy disgustado, ¡Iggy Pop me dijo que era su disco favorito de Nirvana! Con eso me basta”. Novoselic, ahora un activista político, escritor y músico ocasional valora el disco que él y sus amigos hicieron hace 20 años. “Es la quintaesencia del grunge”, afirma, “pero tiene una sensibilidad pop que revela hacia dónde se dirigía el grupo. Eso es oficio para hacer canciones. Y es un tributo a Kurt Cobain, su visión y su habilidad como artista. El disco es su herencia”.

La edición 20 aniversario de Bleach (que incluye un directo inédito) se edita el 3 de noviembre en Rhino.

- El País -

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