lunes, 17 de diciembre de 2012

Tras la pista del cómic biográfico...


Tras la pista del cómic biográfico

La historieta vive una refrescante renovación aunque hace décadas que ambos géneros caminan juntos. Los autores de Logicomix, uno de los últimos éxitos internacionales, explican su proyecto a través de viñetas exclusivas realizadas para Babelia. Esta tendencia en alza estará presente en el próximo Salón del Cómic de Barcelona.

De Moisés a Dante. De Hitler al Che. De Kiki de Montparnasse a Evita Perón. De la perrita Laika al último fenómeno adolescente del pop globalizado, Justin Bieber. El cómic biográfico ha sido desde hace décadas un formato fructífero -y aún lo es- como demuestran colecciones españolas de antaño como Vidas Ilustres (Novaro) o Cómic Biografías (Bruguera), o la reciente apuesta de la editorial estadounidense Bluewater Productions por el género a través de sus series Fuerza Femenina (que recoge la vida y milagros de mujeres influyentes, desde Margaret Thatcher hasta Oprah Winfrey), Poder Político (desde Obama hasta Mandela) o Fama (desde David Beckham pasando por Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, Lady Gaga o el mencionado Bieber).

Entremedias, se han publicado cientos de colecciones y volúmenes independientes en medio mundo firmados tanto por autores de escaso renombre como por figuras reputadas (por ejemplo, los argentinos Héctor G. Oesterheld, Alberto Breccia, José Muñoz y Carlos Sampayo, la francesa Catel Muller, el estadounidense Nick Bertozzi o los japoneses Shigeru Mizuki y Osamu Tezuka) que demuestran que el género es inagotable.

Coincidiendo con el Salón del Cómic de Barcelona (del 14 al 17 de abril), aterrizan en España dos tebeos llamados a convertirse en obras de referencia para las biografías en viñetas. Ambas evidencian no solo el talento de sus autores, también la excelente salud del género, el potencial narrativo de la novela gráfica y el olfato del tejido editorial que la sustenta. Muchos dudan de que las grandes casas o los editores independientes hubieran apostado por estos dos cómics hace poco más de una década. Más aún teniendo en cuenta que ambos se centran en dos figuras tan universales como complejas. El primero es Logicomix (Sins Entido), un monumental y brillante repaso a la historia moderna de la lógica y las matemáticas a cargo de cuatro autores -tres griegos y una francesa- centrado en la vida del británico Bertrand Russell. El segundo, Dublinés (Astiberri), es un excelente cómic biográfico del irlandés James Joyce firmado por el asturiano Alfonso Zapico.

"Cuando explicábamos el proyecto, la mitad de la gente pensaba que íbamos a hacer un libro de texto ilustrado. La otra mitad simplemente pensaba que éramos unos descerebrados", cuenta por teléfono, desde Atenas, Apostolos Doxiadis, el autor que primero concibió la idea de hacer Logicomix. Escritor que estudió matemáticas en Columbia, Doxiadis llevaba tiempo queriendo componer algo sobre la apasionante historia de los lógicos y matemáticos del XIX y el XX. "Pero nunca pensé en hacer una novela histórica, porque la descripción es una faceta literaria que nunca me ha gustado", explica.


La ecuación quedó despejada cuando conoció al matrimonio formado por el griego Alecos Papadatos y la francesa Annie Di Donna, dibujante y colorista del volumen, respectivamente. "Querían producir su primera novela gráfica. Les encantó mi idea y yo me libré del aspecto descriptivo", cuenta Doxiadis. Poco después el también griego Christos H. Papadimitriou se embarcó como guionista junto a Doxiadis en este titánico proyecto que comenzó siendo autofinanciado por sus responsables.

Los dos comenzaron a armar el argumento de este tomo de casi cuatrocientas páginas mientras Papadatos y Di Donna recorrieron media Europa en tres semanas para documentar sus ilustraciones. "Al principio no lo compusimos en torno a una figura central. Al poco comprobamos que la estructura era débil y nos dimos cuenta de que la vida de Russell era la columna vertebral que necesitaba", detalla Doxiadis. "¿Que por qué Russell? Porque además de su importancia como pensador, su biografía es apasionante, a diferencia de muchos otros lógicos cuya vida fue 'nació, estudió, escribió, dijo, siguió estudiando...", argumenta el autor griego. "Russell incluso abandonó el estudio al comprender que la ciencia no le bastaba para comprender el sentido del mundo". Esta decisión inclinó a los cuatro a apostar aún más por el enfoque biográfico en lo que respecta al resto de pensadores que aparecen en el cómic. Así lo resume Doxiadis: "Comprendimos que lo más interesante de esta búsqueda épica de las certezas matemáticas y lógicas estaba en que sus protagonistas, desde Poincaré a Wittgenstein, emprendieron esta aventura movidos por sus necesidades emocionales. La única manera de satisfacerlas era dar forma y sentido a la realidad. Por eso lo esencial para nosotros pasó a ser la descripción de la relación interpersonal de los personajes y sus ideas". Esta última frase es una estupenda manera de definir lo que es este cómic, en el que sus propios autores cobran vida en las viñetas para narrar paralelamente el arduo proceso creativo que ha durado cinco años, al igual que hacen en las viñetas compuestas para Babelia que ilustran la portada y estas páginas.

"Lo que más nos alegra de haber apostado por una biografía en forma de novela gráfica es que hemos logrado contar una historia complicada -que de primeras resulta antipática tanto al lector habitual de tebeos como al que no tiene ni idea ni interés por las matemáticas- que ha gustado a unos y a otros". El que Logicomix se haya convertido en la novela gráfica griega más extensa, ambiciosa y de más éxito tanto a nivel nacional como internacional (ha sido durante 11 semanas la obra más vendida en la lista de cómics de The New York Times) certifica las palabras de Doxiadis.

"Es verdad que dejamos fuera capítulos de la vida de Russell y que introdujimos ficción, sobre todo encuentros que no se produjeron entre algunos pensadores -aunque intercambiaron esas mismas opiniones por correspondencia- o el mantener vivo a Gottlob Frege seis años después de su muerte. De hecho, en todo el cómic solo debe haber dos o tres frases literales pronunciadas por Russell en vida. Pero era la manera de que los personajes cobraran vida y consideramos que es una obra muy fiel, más que muchas novelas históricas", argumenta Doxiadis.


Por su parte, Alfonso Zapico, a quien el Salón del Cómic otorgó el año pasado el Premio Josep Toutain al Autor Revelación, no ha introducido eventos ficcionados en Dublinés. "La vida de Joyce es tan rica y tan surrealista que no me ha hecho falta", comenta por teléfono desde la ciudad francesa de Angulema, cuyo prestigioso festival premió precisamente este proyecto y le concedió una beca hace tres años para residir en la reputada Maison des Auteurs y completar allí en ese periodo la obra. "La idea surgió al leer dos biografías suyas y comprobar que su obra estaba ahí, en su vida, en las personas que conoció y en los sitios en los que residió". Estos dos libros son Joyce para Principiantes, de David Norris y Carl Flint (Lectorum, 2007), a partir del cual Zapico extrae el espíritu de Dublinés -"lo que significó la vida para Joyce"-, y James Joyce, de Richard Ellmann (Anagrama, 2002). "Sintetizando el trabajo cronológico de Ellmann obtuve el esqueleto y le añadí el enfoque de una guía de viaje. Dublinés es como un recorrido en tren por los escenarios de la vida de ese irlandés universal", añade Zapico, que se documentó a partir de los libros fotográficos James Joyce's Ireland, de David Pierce (Yale University Press, 1992), y Faithfull Departed, de Kieran Hickey (The Lilliput Press, 2004), una reconstrucción del Dublín de 1904, el año en el que transcurre Ulises. "De Joyce hay pocas fotos. Son muy antiguas, y por ello muy estáticas. Usé mi imaginación para aplicar al personaje lo que se deduce de sus biografías: que debió ser un tipo muy histriónico", desvela.

De Dublinés sorprende su fluidez y ritmo ágil pese a la abundancia de cartelas (los recuadros de texto que actúan como la voz del narrador). "Nunca quise hacer un Ulises en viñetas. He intentado alternar el exceso de texto con cuadros de acción pura y dura y también aligerar estos pasajes y plasmarlos en un lenguaje sobrio. Pretendía establecer una conversación sencilla entre el narrador y el lector", matiza Zapico. Es de eso de lo que más se enorgullece: de no haber sacrificado la fluidez narrativa en favor de toda la información que contiene esta historieta de casi 250 páginas. "La ventaja de producir una biografía en formato cómic es que la historieta es más digerible siempre que se haga bien. Aún más en el caso de Joyce, que para muchos es sinónimo de obras voluminosas y crípticas que requieren guías aún más voluminosas para su comprensión". En ese sentido, Zapico cumple con nota el objetivo que se plantean -no sin cierto dolor- muchos autores; que el lector devore con fruición en apenas unos segundos una página que ha llevado horas o incluso días de trabajo.

Zapico admite que no tomó como ejemplo ninguna de las notables biografías en cómic que se han hecho hasta ahora. "Simplemente porque, como ya he dicho, la alucinante vida de Joyce me bastó como única inspiración". En todo caso es su nuevo tebeo el que puede servir de referencia a aquellos que se aproximen en un futuro al género biográfico a través del cómic.

Logicomix. Una búsqueda épica de la verdad. Apostolos Doxiadis, Christos H. Papadimitriou, Alecos Papadatos y Annie Di Donna. Traducción de Julia Osuna Aguilar. Sins Entido. Madrid, 2011. 352 páginas. 24 euros. Dublinés. Alfonso Zapico. Astiberri. Bilbao, 2011. 232 páginas. 18 euros. El 29º Salón del Cómic de Barcelona se celebrará del 14 al 17 de abril en el Palacio 8 de la Fira de Barcelona. ficomic.com.

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