martes, 25 de marzo de 2014
Una combinación explosiva...
Fama, alcohol y sexo, una combinación explosiva
A Hollywood le gustan los chicos malos y al público, también.- Fuera o dentro de la pantalla
La larga lista de "chicos malos" de Hollywood tiene un comienzo, como recordó el actor Charlie Sheen en su carta abierta a sus seguidores al mencionar a Errol Flynn. El galán nacido al principio del siglo XX fue tan conocido por sus películas como por sus tropelías sexuales (incluido un juicio por violación), sus borracheras y sus conquistas. Pero estos excesos no se limitan al mundo de Hollywood. En la música siguen siendo recordados los cargos de violencia de género de los que fue acusado Chris Brown tras la pelea que tuvo con su entonces novia Rihanna. El cantante está ahora también en aguas turbulentas tras los comentarios homofóbicos que hizo en Twitter. ¿El resultado? A la cabeza de las listas de ventas en iTunes por su nuevo tema, Look at Me Now, e invitado como presentador en el popular programa estadounidense de comedia SNL.
Y en el deporte Tiger Woods sigue siendo el rey. Pasados los titulares sobre sus infidelidades amorosas y sus ataques violentos, el maestro del golf sigue en el juego. Incluso si su juego empieza a resentirse de un tumultuoso 2010 no así su fama, que sigue vendiendo. Sólo incidentes tan violentos como las acusaciones de asesinato que recayeron sobre O.J.Simpson, absuelto por lo penal pero considerado culpable por lo civil, pudieron acabar con la fama del héroe del deporte.
A Hollywood le gustan los chicos malos y al público, también. Fuera o dentro de la pantalla. La fama, el alcohol, las drogas y el sexo son una combinación explosiva pero si no acaban contigo te hacen más fuerte. Como dicen los expertos, Sheen se beneficia de que sus escándalos de chico malo en la vida real no hacen más que perpetuar la imagen de galán mujeriego que ofrece en la serie Dos hombres y medio y su combinación de alcohol, sexo y drogas es consistente con el tipo de ídolos que existen en la cultura actual.
Ahora se ha convertido en el último héroe de América. Ese que muchos desearían ser. Charlie Sheen, 45 años, rehabilitándose de su último escándalo en el cómfort de su casa, con un trabajo de dos millones de dólares por episodio esperándole, un Maybach de medio millón de dólares aparcado en su puerta, las estrellas del porno entre sus amistades más cercanas y Kelly Preston, Denise Richards o Winona Ryder entre las más conocidas de sus conquistas. ¿Qué es lo que no hay que envidiar?
Sheen sólo es uno más en esa lista de galanes cuya fama y talento no están reñidos con el escándalo. Muy al contrario, parecen alimentarse de ello. Mel Gibson parecía muerto y enterrado, desacreditado por su alcoholismo, por el racismo de sus insultos, por sexista y especialmente tras las acusaciones que presentó contra él su ex novia y madre de su último hijo, Oksana Grigorieva, que hablaban de un comportamiento abusivo por parte del protagonista de Arma Letal. Pero en lugar de cavar su tumba, el actor, director y productor de Braveheart está a punto de estrenar The Beaver, filme sobre un ejecutivo incapaz de comunicarse de una forma normal que dirige su amiga, Jodie Foster. Un suicidio de proyecto o el comeback de una estrella. Hay opiniones para todo. "Yo sólo puedo decir que Mel es un ejemplo de generosidad y elegancia. Sé que no es lo que se escucha estos días de él y no sé por lo que está atravesando pero sólo siento simpatía por él", confesó recientemente el realizador Frank Darabont, entre los cada vez más numerosos defensores de Gibson.
En el caso de Christian Bale, han pasado unos dos años desde que el actor de El caballero oscuro fue acusado de amenazar a su familia o sufrió la vergüenza de que sus exagerados insultos a un cameraman se divulgaran en la Internet. Ahora le espera la casi seguridad de ganar un Oscar por interpretar en The Fighter a un politoxicómano violento. Y las correrías sexuales de Colin Farrell siempre están acompañadas de esa muletilla de "uno de los mejores actores de su generación" o por la más que discutible frase de "los chicos son chicos". Como comentó recientemente la vicepresidenta del Centro de Estudios sobre la Mujer, Yana Walton, "son los medios de comunicación lo que glorifican el mal comportamiento". Porque en la misma situación, las chicas malas como Lindsay Lohan o Britney Spears suelen recibir más severas reprimendas.
La combinación puede explotar en sus manos y los ejemplos son igualmente numerosos. Sean Penn, otro de los chicos malos de Hollywood, tuvo que acudir al entierro de su hermano Chris, también actor, fallecido por culpa de una sobredosis. Michael Douglas demostró su temple superando con la misma fortaleza sus problemas con el alcohol, el sexo y el cáncer. Sin embargo su hijo Cameron cumple sentencia de más de cuatro años de cárcel por narcotráfico. River Phoenix era demasiado joven para ser considerado uno de los chicos malos aunque sí una de las estrellas más prometedoras de Hollywood cuando murió de una sobredosis a los 23 años a la puerta de un popular club de Los Ángeles. Y Marilyn Monroe fue el mito femenino por excelencia, algo que no la excluyó de ser víctima de esa explosiva combinación de fama, alcohol y sexo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario