jueves, 4 de agosto de 2011

La Marea Verde...


La Marea Verde, en blanco y negro

Irán vive en constante agitación desde las elecciones del 12 de junio. Dos exiliados iraníes han colgado en Internet el cómic ‘Persepolis 2.0’, basado en la famosa obra de Marjane Satrapi. Se unen así a las protestas ‘verdes’ contra el régimen.

No les cabe tanto estupor en la mirada. Son jóvenes y, sin embargo, visten de luto riguroso. Ellas no olvidan taparse con la túnica tradicional. Levantan los puños. El fuego enemigo les pisa los talones. Teherán arde. La iraní Marjane Satrapi dibujó esta secuencia para la novela gráfica Persepolis (Norma, 2002-2004), en cuyo primer tomo narra su infancia y la revolución islámica de 1979. Una demoledora autobiografía llevada al cine con nominación a los Oscar incluida. Cinco años después, esas mismas viñetas han servido para contar lo que está pasando en Irán a partir de las elecciones del pasado 12 de junio. Unos comicios ganados, según la versión oficial, por el actual presidente Mahmud Ahmadineyad. El candidato opositor Mir Hosein Musaví denunció irregularidades en el recuento. Y miles de sus partidarios se han echado a la calle desde entonces para protestar contra los resultados.

Dos exiliados iraníes, Sina y Payman, han relatado esta crisis política con las imágenes de Persepolis. El resultado se llama Persepolis 2.0. Y puede descargarse gratis en www.spreadpersepolis.com. Un cómic en inglés de diez páginas al que ya han accedido más de 100.000 personas en 169 países. Antes de su publicación digital, los autores lograron la autorización legal de Marjane Satrapi. Aun así, algunos les reprochan “haber robado” su trabajo.

“Queríamos explicar por qué Irán merece aparecer en las portadas de los periódicos de todo el mundo”, cuenta Sina, uno de los artífices de Persepolis 2.0, que ronda la treintena. Prefiere no revelar su nombre completo. Tampoco quiere que se sepa dónde vive. Creció en California. “No sé qué hubiera sido de mí de haberme quedado en mi país”, reflexiona por correo electrónico. “Quizá ni siquiera hubiese sobrevivido a la guerra entre Irán e Irak de los ochenta”. Hoy es el responsable de marketing en una empresa. Conoció a Payman, el otro autor del cómic, hace cuatro años. Los dos acababan de instalarse en una nueva ciudad.

A pesar del exilio, no han tomado distancia de la política iraní. “Durante las votaciones fraudulentas nos sentíamos en una montaña rusa emocional”, explica Sina. Entre el desasosiego y las ansias de cambio. Tras la represión de las protestas del 21 de junio pensaron que debían hacer algo. “Musaví representaba un revulsivo político. Creemos en la evolución del régimen y no en la revuelta contra éste”.

‘Persepolis 2.0’ no ha sido el primer cómic polémico en Oriente Próximo por satirizar el poder. En 2008, el caricaturista egipcio Magdy el Shafie fue censurado por Metro, la primera novela gráfica escrita en árabe. Contenía desnudos y un lenguaje malsonante. Un escándalo. El álbum aguantó en las estanterías de El Cairo unos meses. La policía asaltó la editorial Malameh para hacerse con los originales de Metro. El Shafie permanece a la espera de juicio por presuntas ofensas contra el Estado.

Hace mucho que los tebeos dejaron de ser cosas de niños y van mucho más allá, hasta convertirse a veces en mordaces críticas. Por ejemplo, dos personajes de Persepolis 2.0 debaten:

–¿Cómo han contado a mano 40 millones de votos en 24 horas?

–Muy sencillo… Ya sabían el resultado.

El tebeo refleja la sociedad. Y el mundo árabe cada vez es más recurrente. Aunque allí no haya lectores adultos de novela gráfica. El experto en cómics Álvaro Pons revela nuevas vertientes narrativas. “Los dibujantes analizan la problemática política de Oriente Próximo. Son historietas que se acercan al género del reportaje”. Una transición al periodismo novelado llevada a cabo, entre otros, por Joe Sacco en Palestina: en la franja de Gaza (Planeta DeAgostini, 2002) y por Guibert y Lefévre en El fotógrafo (Glénat, 2003), sobre Afganistán. El apagón informativo es otro blanco de las denuncias en Persepolis 2.0. Javier Martín, periodista y autor del libro Suníes y chiíes, los dos brazos de Alá, hace un inciso al respecto. “No podíamos ser testigos directos, pero tampoco se nos impidió trabajar”. El Gobierno restringió Internet y bloqueó el envío de SMS; pero las redes sociales, opina el arabista, “actuaron como agentes movilizadores de la oposición”.

En ese movimiento reformista, conocido como la marea verde por el color de la campaña de Musaví, las mujeres han sido protagonistas. Entre ellas, Neda Agha-Soltan, una estudiante de filosofía de 26 años, homenajeada en Persepolis 2.0. El 20 de junio, Neda se encontraba en medio de una protesta en el centro de Teherán. Una bala, disparada por un miliciano basiyi, acabó con su vida en apenas un minuto. La cámara de un móvil exportó la escena al resto del mundo: ese último segundo en el que su mirada se detiene sobre el asfalto teñido con su propia sangre. La misma sangre que mancha sus deportivas blancas y los vaqueros que cubren sus piernas bajo el chador negro. Es una de las 20 víctimas que han reconocido las autoridades como resultado de las revueltas.

“Tu muerte no será en vano”, proclama Persepolis 2.0. ¿Por qué Neda –que significa “la voz” en farsi– se ha convertido en un símbolo? Sina señala: “El pueblo le honra como mártir. Encarna esa juventud que desea demostrar su potencial”. Dos terceras partes de la población iraní tienen menos de 32 años. Muchos confían en que el cambio llegará pronto. Los autores de Persepolis 2.0 concluyen: “Los dirigentes conservadores tendrán que asumir que la supervivencia de la República Islámica pasa por crear oportunidades para las nuevas generaciones y no en la represión de sus libertades”. P

EL PAIS

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