jueves, 25 de agosto de 2011
La tira cómica se rejuvenece...
La tira cómica se rejuvenece en Internet
El tebeo encuentra un inesperado escaparate en la Web, donde Marvel ha colocado más de 5.000 títulos de sus personajes
La vieja tira cómica ha encontrado un inesperado escaparate en Internet, la tira y el cómic en general, con multitud de portales que albergan títulos por decenas de miles. Plataformas como Webcomiclist, SmackJeeves y Comic Genesis publican más de 10.000 títulos cada una; los de DrunkDuck, otro tanto (12.786 cómics). El fenómeno no es de outsiders. Ha sido abrazado por editoriales como Marvel (recientemente comprada por Disney), que ha digitalizado más de 5.000 títulos en Digital Comics Unlimited (suscripción por 7,50 euros al mes). Incluso las cadenas de televisión se apuntan al tirón. La serie estadounidense Héroes cuelga un webcomic de complemento de sus capítulos (www.nbc.com/Heroes/novels).
"Internet revoluciona el sector del cómic a principios de los noventa. Su coste es cero y permite pasar de centenares de lectores a millones de internautas potenciales", explica Álvaro Pons, crítico y experto en tebeos. El ciberespacio ha servido de caldo de cultivo creativo. "Los navegadores ofrecen más posibilidades gráficas, y los autores pueden experimentar con recursos narrativos, romper con la tradicional página y viñeta como unidad narrativa"."Suena paradójico, pero las posibilidades gráficas de los sistemas informáticos hacen que sea la tira, el formato original de la historieta en prensa, el más adecuado para la pantalla", afirma Pons. "La tira renació en EE UU en el momento en que empezaba a desaparecer de los periódicos".
El fenómeno se ha trasladado a España. También aquí la tira cómica es la que más se practica. Muchas están en WEE, el anillo de historietas en español más importante en la Red.
Reúne casi 300 títulos y más de 100 autores. Su fundadora fue la mexicana Beatriz Torres, Zirta. Lo explica por teléfono desde Tampico (México): "Nació como un blog en 2004; entonces no existía el dominio. Tenía un webcomic, pero no había ningún sitio para difundirse. Conocía a más de un autor en español y después de haber desechado la idea en 2003, imaginando que otra persona acabaría montando una web, me dije 'Bueno... Ya que no lo hace nadie, lo haré yo".
La autora de los cómics Hilando el Destino y Oseano invitó a los webcomiqueros que conocía, "no más de 10", recuerda. El boca oreja hizo el resto. Ahora cuentan con foro, talleres, concursos, tutoriales, calendario, un WEEzine (un fanzine en papel que reúne una selección de cómics online) y una comunidad.
"Muchos son de Asturias. Aunque también hay mucha tradición en Valencia, Barcelona y Madrid", señala Guillermo Jimeno, pieza vital de la comunidad de cómics online. Jimeno, de 21 años, es uno de los responsables de la web.
Cuenta Jimeno que el Salón de Cómic de Zaragoza empezó a mimar a los webcomiqueros hace dos años. Sergio Sánchez Morán, autor de ¡Eh, tío!, con más de 600 entregas en la Red, lo confirma: "Es nuestra meca. Aquí tenemos nuestro stand, damos conferencias y recibimos a los fans".
Según las estadísticas de WEE, en España las tiras humorísticas son las más leídas y las más abundantes, y el género preferido: el costumbrismo.
La difusión por Internet puede ser sencilla y barata, pero la realización de la obra se complica. "Hay que saber hacer muchas cosas, lo que puede ser frustrante para los principiantes", apunta Jimeno. "Aparte de saber dibujar, hay que tener conocimientos de imagen digital, de los diferentes formatos. Para montar una web, es conveniente saber diseño, programación, si se quiere hacer algo decente y tener un hosting".
Hay herramientas que no han cambiado, como Photoshop, Gimp y Easy Paint Tool SAI. La tableta gráfica es el pincel de los webcomiqueros. "Antes usaba papel y escáner, ahora una tableta gráfica", dice Francisco José Fernández, sevillano de 29 años, autor de Dragon Mail.
La tableta gráfica
Consiste en una tabla sensible a la presión y un lápiz óptico. Las hay muy baratas (desde los 25 euros como Genius 450), y muy famosas como la Bamboo Fun Wacom. También se comercializan auténticas joyas como Cintiq, de Wacom, que alcanza los 3.000 euros.
Y con la tecnología, aumentan las posibilidades del cómic, que se mueve y suena. El estadounidense Gutterflycomix, en el año 2000, empezó a combinar el estilo tradicional con animaciones flash, con música y sonidos, y con emails, una técnica muy usada hoy por series tan populares como Lost o The Transformers.
Jimeno, de WEE, marca los límites: "Si se puede parar a leer la página, si el componente de tiempo lo controla el usuario, es un cómic. Si hay algo que hace que avance automáticamente, dejaría de ser un cómic. Sería una animación". Este madrileño de 21 años prepara un manual sobre teoría y práctica de los webcomics.
El futuro parece escribirse en las pantallas de los móviles, una tendencia muy extendida en Japón, donde los aficionados se enganchan a las historietas mientras viajan en metro.
'El joven Lovencraft' y 'El listo'
El joven Lovencraft es una excepción dentro del mundo de los webcomics: una tira cómica con un estilo gótico que recuerda las películas de Tim Burton y los dibujos de Edward Gorey. Unas viñetas digitales que han dado el salto al papel, bajo el guión de José Oliver. "La idea de un héroe infantil parecido a Calvin & Hobbes me rondaba la cabeza. Escribí a varias editoriales, pero ninguna se interesó. Así que pensé en Internet". Mallorquín treintañero, licenciado en filología hispánica, no se embarcó solo en la aventura. Bartolo Torres, barcelonés de 31 años, creó el dibujo. La primera tira apareció en 2005; desde entonces todo ha ido rodado. "Fue cosa del boca oreja", opina Oliver. Una media de 500 lectores diarios y una horda de fans que traspasa fronteras. Diábolo Ediciones publicó el primer tomo en 2008. A pesar de su éxito en librerías, el cuento sigue en el blog. "Hemos demostrado que la Red no es enemiga de las ventas, sino otra forma de darse a conocer".
Una tira con mucho tirón es El listo, del barcelonés Xavier Águeda. "Cuando empecé no había Facebook, ni MySpace, ni YouTube... Tampoco sabía qué eran los webcomics. Al principio colgaba los dibujos en una web artesanal con el Dreamweaver y tal, un poco chapuza". Menos mal que algunos lumbreras han allanado el camino. Para empezar, está ComicPress (comicpress.org), una plantilla de Wordpress pensada para dibujantes donde Agueda distribuye El listo.
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