sábado, 15 de diciembre de 2007

Boda...


Unicef acaba de fallar su concurso anual que elige las imágenes más impactantes, las que describen las situaciones más duras que envuelven a los menores en todo el mundo. La colección de fotografías componen un escenario que trata de agitar las conciencias, intentando que no olvidemos los conflictos con la facilidad con la que hacemos zapping o pasamos la página del diario. Se trata de un amargo paseo por los enfrentamientos armados que un día llegaron a portada y que cayeron en un abrir y cerrar de ojos, o las situaciones de pobreza, enfermedad o trabajos forzados.

Dice el aforismo que la verdad es la primera víctima de una guerra. Tal vez, aunque es seguro que la infancia es la que sufre de una forma más descarnada y continuada. Afganistán, Chechenia, Gaza... jovencitos cargando ladrillos en Bangladesh, la vida de una niña en un basurero de Filipinas... Esas realidades ofrecen imágenes de tal dureza, que lo natural es mirar hacia otro lado, anclándonos en la incapacidad para acabar con ello. Pero, si hoy no quieres mirar hacia otro lado: ésta es la foto ganadora.

Stephanie Sinclair

Está tomada por una freelance norteamericana en Afganistán y muestra a un hombre de 40 años sentado con una niña de 11 años, el día de su boda. Las paredes desconchadas, los rojos de alfombras y cortinas y el rosa del velo de la pequeña de dan color a una situación absolutamente sórdida. La fuerza de la imagen viene de la mirada de ambos: una arrogante directamente a cámara, otra de temor entornada hacia el sujeto que se convierte en el actor principal de esta tragedia.

¿Te atreves a pasar página? Afganistán: pasa palabra.

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