martes, 18 de diciembre de 2007

Sarkozy en el mercado del corazón...


Lleva unos meses en el cargo, pero parece toda una vida. Nicolas Sarkozy adora la cámara y la cámara le adora a él. Tratándose de un mandatario extranjero, su imagen se publica tanto como la del propio jefe del gobierno y desde luego mucho más que la de cualquier otro político nacional o internacional. Es como si al francés su país se le quedara pequeño y tratara de ser el 'presidente del mundo' o al menos del hemisferio por donde no anda Hugo Chávez, el mismo caso pero en antipático.

Montando a caballo, haciendo 'jogging', discutiendo con los pescadores, almorzando con los trabajadores de una factoría, visitando a sus tropas en Afganistán, rodeado de jefes de estado en una cumbre política, con Bush de esmoking, con Gaddafi junto a su jaima... Y sus ocasionales golpes de efecto de gran repercusión mediática: de vuelta a casa con las azafatas detenidas en Chad, de vacaciones aquí, de vacaciones allá... Salta de página en página con la naturalidad de un atleta: de 'Paris Match' a 'Point de Vue', de 'Le Monde' a 'Financial Times'... Si fuera un niño diríamos que es hiperactivo, es capaz de proporcionar varias 'photo oportunity' en un mismo día.

¿Cómo lo hace? Sarko siempre sabe actuar para que los objetivos se centren en sus gestos. En el último Consejo Europeo se plantó en el pasillo por el que debían pasar todos los primeros ministros: con sus famosas Ray-Ban fue saludándoles en mangas de camisa uno a uno. Una genial manera de asegurarse las portadas de todos los periódicos europeos. En la última cumbre del G8, celebrada en el balneario de Heiligendamm, a orillas del Báltico al norte de Alemania debió preguntarse: ¿a quién hay que pegarse para ser el centro de atención?

Todo se centraba entonces en la tensión entre Rusia y el resto de países en plan: no me ponga usted esos misiles en Chequia y Polonia. Todos los jefes de estado se encaminaban hacia la foto oficial cuando el francés tomó por el hombro a Vladimir Putin y señaló hacía donde se encontraban los fotógrafos: portada. La utilización del índice es clave en estos casos, él sabe como realizar una pose de pegada: señala directamente a un objetivo. Para el fotógrafo agraciado, bingo; el resto, tendrá un angulo diagonal, también válido.

El presidente de la república francesa ha hecho de su vida personal una forma más de actividad pública. Llevó a primera línea el amor a su ex-esposa Cecilia; su separación fue anunciada el día del inicio de la primera huelga que le ha tocado vivir y su nuevo amor con la ex-modelo y cantante Carla Bruni fue 'anunciado' en la portada de 'Point de Vu' (el boletín oficial de los asuntos del corazón del país galo) en una imagen capturada durante una visita a Disney Paris.

Sarkozy está acostumbrado a caminar sobre una línea imaginaria cuyo norte marca el éxito político y la popularidad. Ocurre que ese trazo es tan delgado que en ocasiones se pasa en un abrir y cerrar de ojos de lo acertado a lo folclórico. Ahora, en un mundo tan permeable, con sus vacaciones en Egipto acaba de atravesar una nueva frontera para adentrarse en el mundo de la prensa del corazón, un lugar en el que se entra, pero no se sale. Este mercado funciona como la bolsa y hoy Sarkozy cotiza muy alto, es una de las acciones estrella. Pero, además, desde ahora será uno de los elegidos para llenar el papel de terciopelo, siempre.

Jack Guez / AFP

La fotografía hará las delicias de las peluquerías, esos lugares a los que se va a leer ejemplares de la prensa rosa. La nueva novia del presidente francés, Carla Bruni, abraza a su amado durante un paseo en faluka (tradicional barco egipcio) por el Nilo a su paso por Luxor. La italiana se acurruca sobre el hombro de Nicolas Sarkozy, ambos en mangas de camisa, en una fotografía tomada con la luz de un sol camino del ocaso, atenuando los tonos, suavizando las sombras, con el río mudando hacia un azul celeste. Es la imagen de un presidente en el mercado del corazón.

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