domingo, 17 de marzo de 2013

Creo que me ha domesticado...

Fue entonces que apareció el zorro:

—Buen día —dijo el zorro.

—Buen día —respondió cortésmente el Principito, que se dio vuelta pero no vio a nadie.

—Estoy aquí —dijo la voz—, bajo el manzano...

—¿Quién eres? —dijo el Principito—. Eres muy bonito...

—Soy un zorro —dijo el zorro.

—Ven a jugar conmigo —le propuso el Principito—. Estoy tan triste...

—No puedo jugar contigo —dijo el zorro—. No estoy domesticado.

—¡Ah! Perdón —dijo el Principito.

Pero, después de reflexionar, agregó:

—¿Qué significa "domesticar"?

—No eres de aquí —dijo el zorro—, ¿qué buscas?

—Busco a los hombres —dijo el Principito—. ¿Qué significa "domesticar"?

—Los hombres —dijo el zorro— tienen fusiles y cazan. ¡Es bien molesto! También crían gallinas. Es su único interés. ¿Buscas gallinas?

—No —dijo el Principito—. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"?

—Es algo demasiado olvidado —dijo el zorro—. Significa "crear lazos".

—¿Crear lazos?

—Claro —dijo el zorro—. Todavía no eres para mí más que un niño parecido a otros cien mil niños. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro parecido a otros cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo. Yo seré para ti único en el mundo...

—Comienzo a entender —dijo el principito—. Hay una flor... creo que me ha domesticado.

El Principito - Antoine de Saint-Exupéry (cap. XXI)

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